
Los 6 descubrimientos arqueológicos más asombrosos de 2025
Una máscara mortuoria de mosaico que se cree que perteneció al gobernante maya Te K'ab Chaak, cuya reconstrucción aún está en curso, es una pieza crucial de un tesoro de artefactos que revelan nuevos conocimientos sobre una civilización antigua. Los arqueólogos Arlen y Diane Chase descubrieron la máscara de jade en Caracol, en las selvas de Belice.
Las herramientas científicas de vanguardia han transformado la arqueología este año: la secuenciación del ADN antiguo ha reconstruido la ascendencia de un egipcio que vivió en los albores de las pirámides. Las imágenes satelitales han captado rastros de enormes trampas de caza antiguas esparcidas por los Andes. Y la cartografía submarina ha vuelto a sacar a la luz buques de guerra hundidos de la Segunda Guerra Mundial y ha descubierto un puerto sumergido que podría contener pistas para encontrar el lugar donde descansa Cleopatra.
Sin embargo, muchos de los descubrimientos más importantes de 2025 también procedían de excavaciones clásicas. En Belice, una excavación en una pirámide de Caracol desenterró una cámara que contenía un entierro real maya. Cerca del Valle de los Reyes de Egipto, los arqueólogos desenterraron la última tumba desaparecida de un faraón de la XVIII dinastía.
En conjunto, estos descubrimientos dan una idea de cuánta historia humana sigue oculta (en aguas profundas, densas selvas y arenas desérticas) a la espera de ser descubierta. A continuación se presentan algunos de los hallazgos arqueológicos más interesantes y emocionantes de 2025.
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1. Una tumba real en Belice podría pertenecer al rey maya fundador de Caracol

Caana, que significa “palacio del cielo” en maya, es la estructura más grande de Caracol, Belice, y se eleva más de 42 metros sobre la selva. Los investigadores encontraron recientemente una tumba bajo el dosel en una acrópolis situada justo a la derecha de Caana.
Durante casi 40 años, los arqueólogos Arlen y Diane Chase, de la Universidad de Houston, han excavado las antiguas estructuras mayas de Caracol en las selvas de la actual Belice. Este año anunciaron uno de sus mayores hallazgos hasta la fecha: una tumba real de 1700 años de antigüedad que data aproximadamente del 330-350 d. C. Creen que perteneció a un gobernante de renombre, Te K'ab Chaak.
Dentro de la tumba cubierta de cinabrio, los investigadores encontraron una máscara mortuoria de mosaico destrozada hecha de jade y conchas, pendientes de jade y los huesos de un anciano cuyo cráneo había rodado hasta caer dentro de un recipiente de cerámica.
Si su corazonada es correcta y los restos pertenecen a Te K'ab Chaak, eso significaría que han descubierto al fundador de una dinastía maya que gobernó la ciudad durante casi 500 años. Los hallazgos en el yacimiento (concretamente, un entierro por cremación y hojas de obsidiana verde) también ofrecen pistas sobre una posible relación entre los mayas que vivían allí en aquella época y la lejana pero poderosa ciudad de Teotihuacan.
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2. La búsqueda de Cleopatra descubre un puerto hundido frente a la costa egipcia


La arqueóloga Kathleen Martínez y el famoso descubridor del Titanic, Bob Ballard, descubrieron el paisaje hundido cerca de las ruinas de Taposiris Magna. Se cree que es un avance crucial para resolver el misterio de 2000 años de antigüedad de la tumba de la reina Cleopatra VII de Egipto. Con los descubrimientos de ánforas, múltiples anclas, un piso pulido y columnas imponentes, el equipo cree haber descubierto un antiguo puerto perdido en el mar en Taposiris Magna.
La fachada norte de la muralla exterior de Taposiris Magna, en la que destaca la avenida recién excavada que conduce directamente al mar Mediterráneo, una prueba más de la relación entre el templo terrestre y las construcciones de la península.
Desde el auge de la dinastía maya hasta la caída del reino ptolemaico de Egipto: este año, los arqueólogos también hicieron un descubrimiento que podría ayudar a localizar la tumba de la reina Cleopatra.
Durante dos décadas, la Exploradora de National Geographic Kathleen Martínez ha buscado el lugar donde descansa Cleopatra, no en Alejandría, donde la mayoría de los estudiosos creen que está enterrada, sino en un templo poco conocido cercano llamado Taposiris Magna. Su búsqueda la ha llevado al mar Mediterráneo, donde ella y su equipo han encontrado un puerto sumergido que data de la época de la reina.
Los buzos, dirigidos por el explorador Bob Ballard, de National Geographic, cartografiaron suelos pulidos, columnas imponentes y anclas bajo las olas. El hallazgo, que apareció en el documental de National Geographic El último secreto de Cleopatra, replantea Taposiris Magna como un importante centro marítimo, además de un centro religioso.
Según Martínez, este hallazgo refuerza la hipótesis de que Cleopatra eligió ese lugar para su tumba. Solo una exploración más profunda podrá responder a la pregunta de si sus restos yacen en algún lugar frente a la costa.
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3. Los naufragios de la Segunda Guerra Mundial revelan detalles de la mortífera campaña de Guadalcanal
Además de su trabajo en la búsqueda de Cleopatra, Ballard también dirigió en julio una expedición submarina a Iron Bottom Sound, en las Islas Salomón, para explorar barcos hundidos durante la Segunda Guerra Mundial.
El fondo marino de esa zona es un solemne cementerio para los más de cien barcos aliados y japoneses destruidos durante la batalla de Guadalcanal. Algunos no se han visto desde la década de 1940. Durante esta expedición, Ballard y su equipo a bordo del E/V Nautilus utilizaron ROV para inspeccionar 13 pecios, entre ellos el destructor Teruzuki de la Armada Imperial Japonesa y la proa destrozada del U.S.S. New Orleans.
El equipo también volvió a visitar el crucero australiano HMAS Canberra, hundido durante la catastrófica batalla de la isla de Savo, y examinó los restos derrumbados del U.S.S. DeHaven, uno de los últimos barcos perdidos en la campaña de Guadalcanal. Las exploraciones ponen de relieve tanto la historia táctica de la Guerra del Pacífico como el costo humano: más de 27 000 vidas se perdieron en los seis meses de lucha por Guadalcanal.
4. Se encuentra la tumba perdida del faraón Tutmosis II

Vista aérea del templo funerario de Hatshepsut, Egipto.
Aunque la búsqueda de Cleopatra continúa, este año finalmente se encontró a otro gobernante egipcio. La tumba del rey Tutmosis II eludió a los arqueólogos durante más de un siglo, hasta que un equipo conjunto británico y egipcio anunció su descubrimiento el pasado mes de febrero. Tutmosis II, cuya esposa y media hermana era la famosa reina (y, más tarde, faraona por derecho propio) Hatshepsut, gobernó entre 1493 y 1479 a. C., durante los inicios de la XVIII dinastía.
Es la primera tumba real desde la del rey Tutankamón que se encuentra cerca del famoso Valle de los Reyes, situado cerca de Luxor. En su interior, los arqueólogos encontraron paredes con jeroglíficos inscritos y un techo celestial pintado.
5. Una mirada más cercana a las megaestructuras andinas reescribe la antigua vida en las montañas


Dos trampas de caza chacu vistas desde el aire. Las trampas de caza en forma de V eran utilizadas por diversas comunidades andinas para atrapar a sus presas, como vicuñas, guanacos y ciervos andinos.
Los investigadores utilizaron drones para observar de nuevo la "Banda de Agujeros" a lo largo del Monte Sierpe, y su trabajo sugiere que los incas podrían haberse apropiado de un antiguo mercado para recaudar tributos de la población local.
A lo largo de los Andes, los seres humanos diseñaron paisajes enteros para coordinar el comercio, calcular tributos y capturar presas escurridizas. En Perú, los investigadores pueden haber resuelto finalmente el misterio de una enorme “banda de agujeros” que salpica una remota ladera llamada Monte Sierpe, o “Montaña Serpiente”. Creen que los más de 5000 agujeros fueron utilizados como mercado y sistema de contabilidad por los pueblos chincha y posteriormente ampliados por los incas.
Las fotografías aéreas de los agujeros aparecieron en un número de 1933 de la revista National Geographic. Más recientemente, los investigadores han utilizado drones para ver los agujeros desde arriba. El mapeo con drones y el análisis de los restos vegetales sugieren que los hoyos alguna vez contuvieron cestas de mercancías y que pueden estar relacionados con un antiguo método de conteo que se veía en cuerdas anudadas llamadas khipus.
En el extremo sur de la cuenca del río Camarones, en Chile, las imágenes satelitales llevaron a un arqueólogo a descubrir 76 estructuras de piedra en forma de V que se cree que son “chacu”, grandes trampas de caza. Los antiguos pueblos que vivían allí utilizaban muros de piedra de 150 metros de largo para conducir a las vicuñas salvajes, pequeños animales parecidos a las llamas, a corrales circulares donde eran sacrificadas.
Estos dos descubrimientos ilustran cómo las antiguas sociedades andinas moldearon la tierra durante generaciones para satisfacer sus necesidades.
6. El genoma egipcio antiguo más antiguo y completo jamás secuenciado


Reconstrucción facial del individuo de Nuwayrat utilizando datos de escaneo 3D del cráneo y análisis de los huesos.
Esta reconstrucción facial de un antiguo egipcio cuyo genoma fue secuenciado se basó en un escaneo 3D del cráneo.
Dentro de una tumba excavada en una colina de piedra caliza en la necrópolis de Nuwyat, en Egipto, los arqueólogos encontraron una vasija de cerámica. En su interior yacía el esqueleto de un hombre del Imperio Antiguo, de hace unos 4500 años. Y dentro de uno de los dientes de ese hombre, los científicos recuperaron una cápsula del tiempo genética que ofrece la visión más antigua y completa hasta la fecha de la ascendencia de un antiguo egipcio.
El análisis reveló que el 80 % del ADN del hombre procedía de grupos neolíticos del norte de África y el 20 % de poblaciones situadas en Asia occidental. Los científicos también utilizaron un escaneo 3D del rostro del hombre de Nuwyat para reconstruir su aspecto (pero dejando de lado el color del cabello y la piel, que consideraron más especulativos). Sin embargo, subrayaron que no era representativo de todas las personas que vivían a lo largo del Nilo en aquella época.
Los investigadores no están seguros de por qué el hombre fue enterrado en una vasija. Pero las tensiones en sus huesos sugieren que realizaba un trabajo repetitivo y que le obligaba a inclinar la espalda, lo que les llevó a deducir que posiblemente era un alfarero experto (y probablemente no un constructor de pirámides).