Julio sin plástico: estas son las leyes que buscan transformar la industria

California acaba de sancionar una norma que exige categóricamente la reducción de plásticos de un solo uso. La prometedora ley se suma a otras iniciativas mundiales para disminuir la producción y el consumo de este tipo de material.

Cada minuto se compran en el mundo un millón de botellas de plástico para bebidas. Estados Unidos crea más plástico que cualquier otra nación, pero la nueva ley de California podría obligar al país a enfrentarse a su problema con los plásticos.

Fotografía de Hannah Whitaker Nat Geo Image Collection (268626)
Por Laura Parker
Publicado 14 jul 2022, 11:37 GMT-3

Estados Unidos es el país que genera más basura plástica que cualquier otro y ocupa el tercer lugar entre las naciones costeras que contribuyen con residuos, basura arrojada ilegalmente y otros residuos mal gestionados en sus playas. Sin embargo, incluso con tal abundancia de plástico desechable (los científicos midieron 46 millones de toneladas en 2016), este país consigue reciclar algo menos del 9% cada año.

Por eso, cuando el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó recientemente una ley de gran alcance sobre los residuos plásticos, el momento se anunció como un cambio transformador que podría redefinir la forma en que todo Estados Unidos gestiona la creciente cantidad de residuos plásticos.

"No se puede exagerar la magnitud de esta legislación", reconoce Anja Brandon, analista de políticas sobre plásticos de Ocean Conservancy y quien participó en las largas negociaciones para elaborar el proyecto legislativo. "Es la primera ley en todo el mundo que exige simplemente una reducción de la cantidad de plástico".

La nueva norma pretende cubrir varios aspectos clave a la vez. El más importante es que exige una reducción del 25% de los plásticos en los productos de un solo uso en California para 2032, algo inédito en los esfuerzos reguladores en EE.UU. para frenar el crecimiento de la fabricación de plásticos, que se prevé que se triplique a mediados de siglo hasta alcanzar los 32 millones de toneladas al año.

Este objetivo puede lograrse reduciendo el tamaño de los envases y cambiando a envases rellenables o fabricados con otros materiales, como el papel o el aluminio reciclables. Según los cálculos de Ocean Conservancy, esas acciones podrían eliminar casi 23 millones de toneladas de plásticos de un solo uso en la próxima década. Los californianos  tiran unos 4,5 millones de toneladas de plástico al año, según agrega CalRecycle, la agencia estatal de gestión de residuos.

La nueva ley también exige que el 30% de los plásticos se reciclen en 2028, y que el porcentaje aumente hasta el 65% en 2032, lo que supone un gran salto. Además, exige a la industria la creación de un fondo de 5000 millones de dólares durante la próxima década para ayudar a las comunidades de bajos ingresos afectadas por los efectos de la contaminación plástica.

Por último, transfiere el coste del reciclaje a la industria desde los municipios y sus contribuyentes. Esta práctica, conocida como responsabilidad ampliada del productor (EPR, por sus siglas en inglés), se utiliza en la Unión Europea (UE) desde los años 90 y se le atribuye el mérito de haber aumentado las tasas de reciclaje en Europa occidental, que rondan el 40%.

Canadá inició el año pasado un programa de EPR de este tipo. Otros países, como la India, están redactando normas de RPE. En Estados Unidos, la EPR se ha presentado en el Congreso, pero hasta ahora no ha obtenido la aprobación. El cambio de California a la EPR sigue a Oregón, Maine y Colorado, estados que han aprobado versiones ligeramente diferentes.

"Ha tardado mucho en romperse la presa en Estados Unidos", afirma Ted Siegler, experto en residuos y socio de la empresa de datos DSM Environmental Services en Vermont. Siegler ha trabajado con países de todo el mundo para desarrollar sistemas de gestión de residuos, y desde hace tiempo es partidario de exigir a la industria que financie el coste de procesar la basura en que se convierten sus productos. "Tendrán que pasar varios años antes de que sepamos si alguna de estas leyes de EPR funcionan".

El impacto mundial de la ley de plásticos de California

Se espera que la nueva ley provoque cambios en la industria del plástico mucho más allá de las fronteras de California. Al ser el estado más poblado y la quinta economía del mundo, influye en los mercados de un modo que otros estados no pueden. Los fabricantes de automóviles, por ejemplo, acordaron seguir las normas californianas de emisiones de combustible, que son más estrictas que las federales. En cuanto a los plásticos, los expertos predicen que las líneas de envasado de productos, por mencionar, se adaptarán a las normas de California, independientemente de dónde se vendan los productos.

"Es muy probable que una empresa nacional o mundial realice esos cambios a nivel global o nacional, y no sólo para el estado de California o Maine", asegura Siegler. Pero también advirtió que no se debe confiar en que la nueva ley esté a la altura de los efusivos elogios que recibe como hito: "Mi experiencia con las medidas de reducción de residuos es que siempre han fracasado a la hora de cumplir los objetivos de reducción establecidos en la legislación. Sería estupendo que lo consiguieran (en este caso). La prueba estará en la aplicación".

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Qué lugares tienen normativas más estrictas con el plástico

La UE sigue siendo líder mundial en la regulación de los productos, envases y residuos de plástico. Ha prohibido 10 tipos de productos de plástico de un solo uso, entre ellos los envases de alimentos y las bebidas de poliestireno expandido o espuma, las pajitas (o sorbetes), los agitadores de bebidas, y determinados plásticos biodegradables. La UE también está revisando la normativa para reducir todos los envases. Y, para apoyar el uso de plástico reciclado, está estudiando la posibilidad de establecer objetivos obligatorios de contenido reciclado en los envases, vehículos y productos de construcción.

Otros países también han adoptado un enfoque nacional. La prohibición nacional de los plásticos de un solo uso en la India, anunciada a bombo y platillo el pasado otoño, entró en vigor el 1 de julio. Más de tres docenas de países, la mayoría de ellos en África, han prohibido las bolsas de plástico para la compra, el producto de consumo más utilizado del mundo.

En Estados Unidos, los esfuerzos para frenar los residuos de plástico han sido variados en función del estado. Ocho han prohibido las bolsas de plástico para la compra. Cinco han prohibido los envases de alimentos de poliestireno expandido, o espuma. La industria del plástico ha conseguido convencer a los legisladores de más de una docena de estados para que aprueben leyes que impidan estas prohibiciones de productos.

La legislación federal, que incluye una disposición que exige una tasa sobre la producción de plástico virgen utilizado para fabricar plásticos de un solo uso, está trabada en el Congreso. El objetivo de esta disposición es igualar las condiciones de producción de plástico: en Estados Unidos, fabricar plástico a partir de plástico virgen es mucho más barato que hacerlo a partir de plástico reciclado, y esa economía contribuye a la creciente acumulación de basura plástica en todo el mundo. Mientras tanto, el Gobierno de Biden anunció el mes pasado un plan para eliminar los plásticos de un solo uso en los parques nacionales y otros terrenos públicos para 2032.

California ya está a la cabeza del país en la regulación de los plásticos, prohibiendo las bolsas en todo el estado y el poliestireno expandido en 128 ciudades. El año pasado prohibió el uso del símbolo circular de reciclaje, que se encuentra en la parte inferior de los envases, en los casos donde el envase no sea realmente reciclable.

Sin embargo, los esfuerzos por aprobar una legislación más exhaustiva han sido esquivos hasta este año. Esta vez, el éxito se debió, en gran medida, a que la industria del plástico se unió a otros actores para llegar a un acuerdo que evitara que, tras las elecciones estatales de noviembre, se presentara una iniciativa más estricta sobre los plásticos, conocida como ley "antiplásticos".

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    Aun así, no todo el mundo está contento con el resultado. El Consejo Americano de Química, un grupo comercial de la industria apoyó explícitamente el esfuerzo por tumbar la medida en la votación, elogió la nueva ley, aunque con reservas. En un comunicado, Joshua Baca, vicepresidente del grupo, dijo que la ley "no es la legislación óptima para conducir a California hacia una economía circular", pero se comprometió a trabajar con los legisladores para perfeccionar varias disposiciones.

    Judith Enck, ex administradora regional de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) y fundadora del grupo activista Beyond Plastics, criticó a los legisladores por no prohibir el poliestireno expandido y por no cerrar las lagunas que, según ella, pueden permitir a los productores de plásticos evitar el cumplimiento de sus objetivos. "Cuando el polvo se asiente, habrá algo de remordimiento", dice. "La de 'mejor que nada' no es una buena estrategia".

    Enck también criticó el programa de EPR por permitir que la industria organice estos procedimientos y cobre las tasas, aunque la autoridad final para supervisar el programa recae en CalRecycle, la agencia estatal. "Los responsables de la política medioambiental no dejarían a la industria de los combustibles fósiles a cargo de la reducción de los gases de efecto invernadero, así que ¿por qué dejamos a la industria de los envases a cargo de la reducción de los mismos?", se pregunta.

    Recology, la empresa de reciclaje con sede en San Francisco (que aportó el capital inicial para llevar la iniciativa ciudadana para que se votara), elogió la nueva ley por sus disposiciones de EPR y sus esfuerzos para reducir los envases de plástico, pero dijo en un comunicado que se necesitarán más legislaciones y financiación adicional.

    "Como empresa de reciclaje, Recology está haciendo todo lo que puede, pero los fabricantes y sus empresas de envasado están produciendo demasiados plásticos en total y demasiados tipos diferentes de plásticos", advirtió la empresa.

    Recology, que presta servicio de reciclaje y compostaje a casi 150 comunidades de los tres estados de la Costa Oeste (California, Oregón y Washington), sí aconseja a los consumidores que se involucren: "Cada vez que evitamos el plástico al comprar, enviamos mensajes directos a las marcas y a sus empresas de envasado. Si no lo compramos, no lo fabricarán".

    Al final, lo que diferencia a la nueva ley de California es la exigencia de reducir la producción de plástico, sostiene George Leonard, científico jefe de Ocean Conservancy.

    "Va al centro de la cuestión: el crecimiento de la producción de plástico como motor del cambio medioambiental. ¿Lo es todo? No. Pero va a encarar el problema de una forma más práctica que todo lo anterior".

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