Retrato de un perezoso de tres dedos y garganta marrón bajando de un árbol para defecar ...

Una alianza inesperada: por qué los perezosos de tres dedos arriesgan su vida por las polillas

Al defecar, los perezosos quedan expuestos a los depredadores que habitan en el suelo de la selva. Un aliado inesperado se beneficia de ello y les devuelve el favor. Conoce más en el Día Internacional del Perezoso, celebrado el tercer sábado de octubre.

Retrato de un perezoso de tres dedos y garganta marrón bajando de un árbol para defecar mientras se mantiene alerta ante cualquier peligro.

Fotografía de Doug Parker, National Geographic
Por Hicks Wogan
Publicado 17 oct 2025, 11:57 GMT-3

Durante siglos, las personas que veían perezosos por primera vez reaccionaban ridiculizándolos. En 1526, el conquistador español Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés escribió que los perezosos que había visto en los trópicos americanos eran “feos”, “inútiles” y “los animales más estúpidos que se pueden encontrar en el mundo”.

En 1749, el naturalista francés Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon, los calificó como “la forma de existencia más baja” y juzgó que “un defecto más habría hecho imposible su vida”.

Palabras muy duras para una criatura que ha sobrevivido durante al menos 50 millones de años

Sí, los perezosos tienen mala audición y vista, y son lentos: son los mamíferos más lentos de la Tierra. Pero su letargo es una estrategia para ahorrar energía; a pesar de su incapacidad para escapar de las amenazas, los perezosos han descubierto lo que les funciona.

Y aunque puedan parecer solitarios, no tienen éxito por sí solos. Los perezosos forman parte de una asociación con las polillas y las algas, que viven en el espeso pelaje del mamífero (junto con hongos, garrapatas y ácaros).

“Los perezosos son mamíferos fascinantes, fantásticos y extraños que han reclutado a organismos realmente inesperados para que les ayuden a sobrevivir”, sostiene Jonathan Pauli, ecólogo de vida silvestre de la Universidad de Wisconsin-Madison que ha estudiado esta simbiosis.

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El momento en que los perezosos bajan a hacer sus necesidades

Después de que un perezoso de tres dedos ha pasado días descansando en las copas de los árboles, durmiendo y comiendo hojas venenosas (lentamente, para que su hígado y su estómago de cuatro cámaras puedan descomponer las toxinas), llega el momento de hacer sus necesidades semanales. En lugar de dejar caer sus excrementos desde las alturas, el animal realiza un largo descenso.

Tal y como se muestra en la serie Perdedores y salvajes de National Geographic (disponible en Disney+), este movimiento es excepcionalmente arriesgado, ya que quema una décima parte de las calorías diarias del perezoso y lo expone a los depredadores del suelo de la selva, donde en la mayoría de los casos (aunque no siempre) es incapaz de defenderse.

Más de la mitad de las muertes de perezosos documentadas por el equipo de investigadores de Pauli en Costa Rica se produjeron durante las pausas para ir al baño. Pero si no hay un jaguar esperando en la base del árbol, el perezoso cava un pequeño hoyo en el suelo, una especie de inodoro, y por fin hace sus necesidades.

Un perezoso de tres dedos y garganta marrón se asoma por encima de la raíz de ...

Un perezoso de tres dedos y garganta marrón se asoma por encima de la raíz de un árbol mientras defeca en el suelo del bosque.

Fotografía de Doug Parker, National Geographic

La simbiosis beneficiosa entre las polillas y los perezosos

Entran en escena las polillas. Las hembras, incluidas las especies que solo se encuentran en los perezosos, ponen sus huevos en los excrementos frescos. Los huevos se convierten en larvas coprófagas, que se alimentan de las heces, y las larvas se convierten en polillas adultas que revolotean en busca de sus propios hábitats peludos. Se han contado hasta 120 polillas en un solo perezoso.

Las polillas fertilizan el pelaje de los perezosos con nutrientes, como el nitrógeno, ya sea depositando allí sus heces o muriendo y descomponiéndose. Junto con el agua de lluvia, el nitrógeno favorece el crecimiento de algas. Y las algas dan a los perezosos un color verde, un camuflaje eficaz frente a las aves rapaces que patrullan sobre sus cabezas. 

Cuantas más polillas hay en un perezoso, más nitrógeno y algas hay. Los perezosos también comen las algas como una especie de suplemento alimenticio. Aunque los investigadores no han observado este comportamiento, el equipo de Pauli analizó el contenido del estómago de los perezosos y encontró algas.

Lo que parece claro para los investigadores es que los perezosos, las polillas y las algas se benefician de su convivencia. Ahora, un equipo de científicos de Costa Rica está investigando si la microbiota que vive en los perezosos también podría mejorar la salud humana. 

Muchos expertos creen que los perezosos son resistentes a las enfermedades y las infecciones; tras analizar muestras de pelo, el equipo costarricense aisló una bacteria hasta ahora desconocida que podría dar lugar a nuevos antibióticos. A medida que aumenta la preocupación por las superbacterias capaces de vencer a los medicamentos existentes, ¿qué pasaría si se descubrieran remedios en el lomo y el vientre de los perezosos?

Un animal denostado en el pasado por inútil y con pocas posibilidades de sobrevivir resultaría ser un héroe, lo suficientemente sofisticado como para salvar vidas humanas. Quizás hemos tardado demasiado en reconocer el potencial del perezoso.

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