Las 5 aves insólitas y poco conocidas del mundo: algunas existen en Latinoamérica
Estas aves llaman la atención por su alimentación, plumaje e incluso por su incapacidad de volar. Mientras unas tienen un rango de distribución reducido, otras se encuentran en casi todo el mundo.

Los hoacines tienen la cara azul, ojos rojos, plumas externas de color marrón castaño y una cola larga de color verde que termina en una banda blanca. En su cabeza, además, tienen una cresta de plumas de color marrón rojizo. Aunque nacen sin plumas, los ejemplares jóvenes poseen garras en los extremos de las alas.
¿Un ave con un sistema digestivo parecido al de las vacas? ¿Un pájaro con plumas rizadas? ¿Un ave que no vuela pero sabe nadar? Estas especies tienen particularidades que las hacen únicas en el reino animal y fueron seleccionadas entre las aves más extrañas del mundo en un artículo de la Enciclopedia Britannica (una prestigiosa plataforma de conocimiento).
National Geographic seleccionó algunas de las especies de aves más extrañas destacadas por Britannica y reunió información sobre ellas: ¿Qué las hace especiales entre todos los vertebrados emplumados del planeta? He aquí un listado de 5 aves extrañas y sus particularidades.
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1. Hoacín, un ave primitiva con un sistema digestivo similar al de las vacas
El hoacín (Opisthocomus hoazin) es una especie primitiva amazónica que se distribuye a través de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela, de acuerdo con DataZone by BirdLife, una fuente científica oficial de información sobre aves de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Según Britannica, la rareza de este animal reside en que “supuestamente huele a estiércol de vaca debido a su dieta basada en vegetales”, aunque algunas personas afirman que el olor no es realmente desagradable. Además, continúa la fuente, “es la única especie de ave que cuenta con un sistema digestivo rumiante, como el de las vacas. Y al igual que estas, pasan mucho tiempo tumbadas y digiriendo”.
Sumado a eso, los pichones de hoacín tienen garras en las alas, que les sirven para trepar a los árboles. “Aunque son pájaros torpes, pueden lanzarse al agua y nadar si se ven amenazados por depredadores aéreos o arbóreos”, completa la Enciclopedia.
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2. El podargo australiano no es un búho, pero se le parece a simple vista
El podargo australiano (Podargus strigoides) pertenece a la familia Podargidae, habita en Australia y resalta por tener una boca ancha que recuerda a la de las ranas (de ahí que en inglés se las llame frogmouth, es decir, “boca de rana”).

Como se observa en la imagen, el podargo australiano tiene una boca ancha, se asemeja ligeramente a los búhos y tiene un plumaje característico que le permite camuflarse con los árboles.
Esta especie puede confundirse a simple vista con los búhos debido a su aspecto similar y a que ambas aves tienen hábitos nocturnos. No obstante, si se observa en detalle, se pueden apreciar diferencias entre ambos animales: el podargo australiano tiene patas más débiles y carece de garras curvas, detalla el Museo Australiano, un organismo creado en 1827 y considerado el primer museo público de Australia.
Físicamente, Podargus strigoides se caracteriza por plumas gris plateado con rayas y manchas negras y rojizas. “Existe una segunda fase de plumaje, en la que las aves son de color rojizo”, añade el Museo. Una curiosidad adicional reside en que, durante el día, este animal se posa sobre las ramas y se camufla con la corteza de los árboles.


Una hembra de hocofaizan camina con un pichón a su lado. Las hembras se diferencian de los machos por plumaje color marrón con barras negras. También carecen de protuberancia y su copete es más blanco.
El hocofaisán macho se reconoce fácilmente gracias a sus plumas negras, un copete de plumas rizadas y una protuberancia amarilla.
3. El pavón grande destaca por sus plumas rizadas
El pavón grande (Crax rubra), también conocido como faisán real, hocofaisán, pajuil o pavón norteño, tiene una distribución amplia pero actualmente fragmentada. De acuerdo con la UICN, esta ave se encuentra en México, Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y en el oeste de Ecuador.
También llamado kambul en la cultura maya, Crax rubra es un ave dimórfico, es decir, el macho y la hembra presentan diferencias físicas. El macho tiene plumas negras con tonos iridiscentes verdosos y el vientre blanco, además de un copete eréctil de plumas delgadas y rizadas y una protuberancia amarilla en la mandíbula superior, describe un artículo publicado en el sitio web del Gobierno del Estado de Yucatán, México.
Por su parte, “las hembras tienen el plumaje color café rojizo con barras negras, carecen de protuberancia, el cuello es barrado blanco con negro y el copete es notoriamente más blanco hacia la base”, continúa la fuente gubernamental.
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Una de las características más distintivas del picozapato es su pico grande, que puede llevar a medir 30 centímetros de largo y 15 de ancho.
4. El picozapato tiene un llamativo (y enorme) pico
El picozapato (Balaeniceps rex) también puede considerarse como una de las más “extrañas”. Se trata de una especie que se distribuye desde Sudán del Sur hasta Zambia, en África.
Es fácilmente reconocible por su pico de hasta 30 centímetros de largo y 15 de ancho de color canela con manchas marrones y un gancho afilado en el extremo. Su pico especializado le permite atrapar presas grandes, como peces, anguilas, serpientes e incluso crías de cocodrilo del Nilo, describe un artículo de National Geographic US.
“Alcanza hasta 1.5 metros de altura y una envergadura de 2.4 metros, tiene ojos amarillos, plumas grises, vientre blanco y una pequeña cresta emplumada en la nuca”, describe NatGeo. “También tiene patas largas y delgadas, con pies grandes, ideales para caminar sobre la vegetación de los marismas y pantanos de agua dulce que habita en África Oriental”, completa el artículo.
5. El cormorán no volador nada para conseguir alimento
El cormorán no volador (Phalacrocorax harrisi) es una especie endémica que se encuentra exclusivamente en las costas de las islas Fernandina e Isabela, en Galápagos, informa Galapagos Conservancy (una organización sin fines de lucro dedicada a la protección y restauración de las Islas).

Un cormorán no volador (Phalacrocorax harrisi) secando sus alas en las Islas Galápagos. Aunque tiene alas, esta ave no vuela, pero sabe nadar.
Según Britannica, Phalacrocorax harrisi es la única de las aproximadamente 30 especies de cormoranes que no vuela. Esto se debe a que sus alas son reducidas como consecuencia de la adaptación del ave a las condiciones de Galápagos. Allí, señala la organización sin fines de lucro, el cormorán no volador tiene abundante disponibilidad de alimento y no tiene depredadores naturales en el lugar.
Pero aunque no necesita volar para comer, el animal desarrolló la capacidad de bucear, lo que le permite alimentarse de peces, pulpos, calamares y anguilas.
