En estos 10 sitios Patrimonio de la Humanidad se filmaron películas icónicas (y puedes recorrerlos)
Desde los paisajes montañosos de Salzburgo hasta Ciudad de México, estos destinos emblemáticos captaron la atención de los primeros viajeros.

Un beduino jordano local conduce sus camellos a través del desierto hasta Wadi Rum, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que aparece en diversas películas como Star Wars.
En 1989, la aparición de la antigua tumba de Petra conocida como el Tesoro (Al-Khazneh) en Indiana Jones y la última cruzada cautivó a los cinéfilos. Tras el estreno de la película, la afluencia anual de visitantes a este lugar de Jordania, anteriormente desconocido y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se disparó, alcanzando casi un millón de visitantes en 2010.
Hoy en día, la relación entre las inquietantes tumbas excavadas en la roca y la superproducción de Hollywood sigue captando la atención de los amantes de los viajes.
“En la película, Petra es un decorado, un telón de fondo para Indiana Jones”, comenta Andy Hines, residente en Las Vegas, que visitó el lugar el pasado mes de abril y quedó impresionado por los restos del desaparecido reino nabateo. “Pero cuando lo ves en persona, Petra se convierte en la protagonista, lo que te permite apreciar todo el rico contexto histórico del lugar”.
Petra no es el único sitio de la Unesco que disfruta de la fama cinematográfica. Hollywood ha explorado y utilizado docenas de maravillas culturales designadas como telones de fondo dramáticos, transformando estos lugares en destinos imprescindibles, como parte de una tendencia creciente llamada set-jetting, que atrae a los viajeros a lugares que aparecen en películas y series de televisión de éxito.
La siguiente lista combina la importancia cultural con la nostalgia cinematográfica, un atractivo irresistible para los viajeros que buscan unas vacaciones significativas.
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Aquí se pueden ver flamencos enanos, una especie que habita en el África subsahariana y el oeste de la India, en el lago Bogoria, situado en una región volcánica al sur del lago Baringo, en el Gran Valle del Rift de Kenia.
1. Sistema de lagos de Kenia en el Gran Valle del Rift
Una película de Sydney Pollack vinculó para siempre los espectaculares paisajes de Kenia con un romance épico. El sistema de lagos de Kenia, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 2011, ocupa un lugar destacado en las impresionantes tomas aéreas de la película del Gran Valle del Rift, las colinas de Ngong y, lo más famoso, el biplano de Robert Redford y Meryl Streep sobrevolando el lago Nakuru con sus emblemáticos, aunque aterrorizados, flamencos rosados.
Los tres lagos alcalinos (Elementaita, Nakuru y Bogoria) albergan poblaciones excepcionales de flamencos menores y otras aves migratorias.
Basada en las memorias de Karen Blixen sobre la gestión de una plantación de café en la Kenia colonial, las vistas panorámicas de la película de 1985 ayudaron a definir el lenguaje visual del romántico safari africano.
Hoy en día, los visitantes pueden disfrutar de miradores panorámicos a lo largo de la escarpa del Gran Valle del Rift y de las bandadas de flamencos en el Parque Nacional del Lago Nakuru. Los lujosos alojamientos de la región ofrecen una experiencia romántica como la del film a un precio elevado.
2. Parque Nacional de Tongariro, Nueva Zelanda
Pocas franquicias cinematográficas han transformado la imagen global de un país tan completamente como lo hizo El Señor de los Anillos con Nueva Zelanda. El Parque Nacional de Tongariro, con su doble condición de Patrimonio de la Humanidad (natural y cultural), fue el espectacular escenario de Mordor en la épica trilogía de Peter Jackson estrenada entre 2001 y 2003.
El monte Ngauruhoe sirvió como el infame Monte del Destino (se prohibió filmar en la cima, ya que el pueblo maorí considera sagrados estos picos volcánicos). Las cataratas Tawhai crearon el escenario perfecto para la piscina prohibida de Gollum.
La profunda importancia de la región para los primeros pobladores de Nueva Zelanda añade profundidad cultural, no solo una conexión cinematográfica.
La travesía alpina de Tongariro es una gratificante excursión de un día que pasa por fumarolas sulfurosas y picos volcánicos cubiertos de nieve, aunque el invierno en el hemisferio sur (de junio a agosto) la hace difícil. Los meses de verano de Nueva Zelanda, de diciembre a febrero, ofrecen un clima más favorable para los viajeros.
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3. Centro histórico de Roma, Italia
Cuando la princesa Ann, interpretada por Audrey Hepburn, huye de sus obligaciones reales en la película La princesa que quería vivir de 1953, se embarca en un romance en Vespa con el periodista Gregory Peck, recorriendo lugares emblemáticos como la Plaza de España, la Fontana di Trevi y el Coliseo, situados en el corazón de la Ciudad Eterna y declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980.
“No es solo una película”, asegura la historiadora de arte Isabella Calidonna, cuyas visitas guiadas Archeorunning muestran el corazón de la ciudad evitando las multitudes, tal y como intentaron hacer Hepburn y Peck. “La película captura el momento en que los visitantes descubren Roma en toda su seductora simplicidad”, dice.
“Y en una época en la que el turismo excesivo domina Roma, necesitamos más de eso”. Los viajeros pueden recorrer los lugares que frecuentaban los amantes, aunque Calidonna aconseja hacerlo a primera hora de la mañana para evitar las aglomeraciones del verano.
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Machu Picchu, el famoso sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en Perú, ha sido escenario de rodaje de diversas películas.
4. Machu Picchu, Perú
Otro aventurero sobre dos ruedas, Gael García Bernal en el papel de Ernesto “Che” Guevara, contempla la ciudadela inca de Machu Picchu, del siglo XV, en Diarios de motocicleta (2004). La escena captura un momento crucial en el viaje formativo del revolucionario por Sudamérica y su despertar a las desigualdades sociales.
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1983, esta maravilla peruana es más que un simple escenario impresionante: funciona como un personaje silencioso y melancólico.
Sin embargo, los viajeros de hoy en día se enfrentan a regulaciones más estrictas que las que tuvo que afrontar el Che. Es imprescindible obtener permisos de visita con antelación, con opciones que van desde la clásica caminata de cuatro días por el Camino Inca hasta excursiones de un día en tren desde Cuzco.
La preocupación por la conservación ha llevado a las autoridades a implementar límites de visitantes, lo que hace que la planificación anticipada sea crucial para los viajeros interesados en ver la capital de los incas.
5. Centro histórico de Salzburgo, Austria
Pocos momentos musicales pueden rivalizar con Julie Andrews girando como un giroscopio en lo alto de un Alpes austriaco en La novicia rebelde (1965). El recorrido de la familia Von Trapp por el paisaje barroco de Salzburgo y las montañas circundantes muestra por qué su centro histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1996.
Los jardines del Palacio de Mirabell, la abadía de Nonnberg y la Residenzplatz se hicieron inmediatamente reconocibles para generaciones de espectadores.
Más allá de los lugares emblemáticos de la película, los visitantes descubrirán el lugar de nacimiento de Mozart y otros ejemplos del rico patrimonio musical de la ciudad.
Las visitas guiadas dedicadas a Sonrisas y lágrimas siguen siendo muy populares, aunque los amantes de la música clásica pueden optar por asistir al Festival de Salzburgo, que se celebra cada verano (los Von Trapp aparecieron en 1936). El festival suele comenzar las dos últimas semanas de julio y se prolonga hasta finales de agosto.

Los artesanos locales compran cuero al por mayor en un zoco de Marrakech, Marruecos.


Linterna ornamentada, teteras y espejos son solo algunos de los artículos que se venden en este zoco de Marrakech.
Marrakech es conocida por sus intrincados y vibrantes azulejos, un sello distintivo de la arquitectura marroquí, como se puede ver aquí en la Madrasa Ben Youssef de la ciudad.
6. Medina de Marrakech, Marruecos
Alfred Hitchcock llevó el colorido caos de la antigua ciudad amurallada de Marrakech al público a través de su thriller En manos del destino (1956). La Medina, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1985, proporciona un laberíntico telón de fondo para la búsqueda de James Stewart y Doris Day de su hijo secuestrado.
Lugares como la plaza Yamaa el Fna, el hotel La Mamounia y los sinuosos zocos crean una sobrecarga sensorial perfecta para Hitchcock, el maestro del suspenso.
Hoy en día, este barrio del siglo XI, con su característica arquitectura roja perfumada por los aromas del azafrán, el cuero, la menta y los gases de las motocicletas, ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva y vibrante. Las exploraciones temprano por la mañana y al atardecer ayudan a evitar el calor del mediodía en verano.
7. Ciudad hanseática de Lübeck, Alemania
La película expresionista sobre vampiros Nosferatu (1922), de F. W. Murnau, aprovechó el ambiente medieval de Lübeck, fundada en 1143, para crear su atmósfera inquietante. Este lugar, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco (en 1987), muestra los edificios góticos de ladrillo y las calles estrechas de lo que en su día fue un poderoso centro comercial de la Liga Hanseática, situado en la costa báltica de Alemania.
Los Salzspeicher (almacenes de sal), que ocupan un lugar destacado en la película, permanecen prácticamente inalterados un siglo después. Todavía erosionados por la niebla marina, proyectan las mismas siluetas inquietantes que dieron a la historia de vampiros de Murnau su carácter terrorífico.
“Durante el día parece idílico, pero cuando cambia la luz, estas callejuelas estrechas se vuelven espeluznantes”, comenta Christel Obenaus, que organiza paseos por Lübeck, incluido uno sobre la película.
Las visitas autoguiadas también permiten a los visitantes explorar las iglesias góticas y las calles de la ciudad mientras descubren la historia marítima que la hizo prosperar. Los aficionados al cine acuden en masa a la zona en noviembre para asistir al festival Nordic Film Days Lübeck.
8. Wadi Rum, Jordania
El vasto y sobrenatural paisaje de Wadi Rum, en Jordania, sirvió como escenario para películas como Duna y Marte, pero cautivó por primera vez al público mundial en Lawrence de Arabia (1962). En una escena memorable, Lawrence (Peter O'Toole) acepta la invitación del líder tribal Auda Abu Tayi (Anthony Quinn) para “cenar conmigo en Wadi Rum”, y el siguiente corte revela el espectacular paisaje rocoso de este sitio mixto cultural y natural de la Unesco.
Hay una historia auténtica detrás de la obra maestra de David Lean, ya que el verdadero Lawrence pasó por la región durante la revuelta árabe de la Primera Guerra Mundial. Hoy en día, las comunidades beduinas del país mantienen relaciones ancestrales con este paisaje desafiante, ofreciendo a los visitantes auténticos encuentros culturales junto con la belleza natural.
Acampar en el desierto frente a una hoguera crepitante bajo un cielo estrellado ofrece la experiencia más inmersiva. Las excursiones en 4x4 permiten acceder a una gran cantidad de localizaciones cinematográficas.

La puerta norte del templo de Angkor Thom. Parque arqueológico de Angkor, Siem Reap, Camboya.
9. Parque arqueológico de Angkor, Camboya
Cuando Lara Croft, interpretada por Angelina Jolie, saltó por las ruinas del templo de Ta Prohm en Tomb Raider (2001), dio a conocer a millones de personas las maravillas atmosféricas del parque arqueológico de Angkor, en Camboya. Este lugar, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1992, muestra los vastos complejos religiosos del Imperio jemer, que gobernó aquí entre los siglos IX y XV.
El “templo de Tomb Raider”, con sus famosas raíces de árboles que estrangulan las antiguas piedras como tentáculos gruesos y nudosos, se convirtió en uno de los lugares más fotografiados del parque. Visítalo temprano por la mañana para evitar tanto las multitudes como el intenso calor del mediodía.
Un paseo de varios días permite a los visitantes ir más allá de los lugares de rodaje de la película de acción y descubrir los templos menos conocidos de Angkor. Son igual de fascinantes, pero sin el estatus de superestrellas. En Siem Reap, tomar una copa por la noche en el Elephant Bar del Raffles Grand Hotel d'Angkor es una forma elegante de combatir el calor.
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10. Centro histórico de la Ciudad de México, México
Por último, quizá la relación más fascinante entre Hollywood y la Unesco se desarrolló en el centro histórico de la Ciudad de México, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1987.
Las primeras escenas de Spectre siguen a James Bond, interpretado por Daniel Craig, a través de una elaborada celebración del Día de Muertos con gigantescas figuras esqueléticas y multitudes disfrazadas.
La secuencia de 2015 muestra lugares emblemáticos, como el Zócalo (la plaza principal de la ciudad), el Gran Hotel Ciudad de México (la habitación 327, para ser exactos) y la Torre Latinoamericana, el emblemático rascacielos de la ciudad construido en 1956.
Lo que la hace única es el impacto cultural de la película: antes de Spectre, la Ciudad de México no tenía un desfile a gran escala del Día de Muertos como el que se muestra en la película.
En un notable caso de influencia del arte en la vida real, las autoridades turísticas mexicanas establecieron un desfile inaugural del Día de Muertos en 2016, inspirado directamente en la celebración ficticia creada para la película. Incluso utilizaron algunos de los accesorios y trajes de la producción y se refirieron a él como un desfile “al estilo Spectre”. Desde entonces, el evento se ha convertido en una tradición anual que atrae a miles de visitantes.
Andrew Nelson es el autor del libro de viajes Here Not There, publicado recientemente por National Geographic.
