Quién fue Carl Sagan, el científico que desveló los misterios del cosmos y luchó contra la desinformación
El astrónomo, astrofísico, profesor, escritor y comunicador científico Carl Sagan dejó su huella en la ciencia a través de sus estudios, descubrimientos, colaboraciones con misiones de la NASA, libros best sellers y la creación de un programa de televisión que popularizó el conocimiento científico.
“Somos polvo de estrellas”: esta frase sencilla, poética y realista se ha convertido en uno de los símbolos que inmortalizó al astrónomo, escritor y divulgador científico Carl Sagan. Fallecido el 20 de diciembre de 1996, pasó a la historia mundial por transmitir a millones de personas conocimientos hasta entonces reservados a los académicos de forma directa, clara y sencilla.
Carl Edward Sagan, estadounidense nacido el 9 de noviembre de 1934 en Brooklyn, Nueva York, dedicó su vida a los estudios y, a pesar de ser un académico brillante, no quiso mantener sus descubrimientos restringidos a las paredes de la universidad, informa la Enciclopedia Britannica, una plataforma de conocimiento del Reino Unido.
“Sagan fue uno de los principales astrónomos planetarios, pionero en la búsqueda de biología extraterrestre, profesor fascinante y el defensor público más eficaz de los valores de la ciencia que el mundo haya visto jamás”, afirma el sitio web del Museo Americano de Historia Natural. El astrónomo y astrofísico trazó una trayectoria única muy diferente a la de otros científicos de su época, y sus libros y series documentales inspiraron a miles de personas.
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A continuación, National Geographic presenta los cinco puntos principales que definieron la vida y la carrera de Carl Sagan que hacen que siga siendo tan relevante en la actualidad, en la que la desinformación y la desconfianza en la ciencia ocupan un lugar destacado en los medios de comunicación y, especialmente, en las redes sociales.
El Dr. Carl Sagan posa con una maqueta del módulo lunar Viking (de la NASA) en el Valle de la Muerte, California, Estados Unidos, en la década de 1970.
1. La pasión por la astronomía y la brillante vida académica de Carl Sagan
De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web de la NASA en 2024, “Sagan, que se describía a sí mismo como un adicto a la ciencia ficción desde su infancia, quedó fascinado por la astronomía al descubrir que cada estrella del cielo nocturno era un ‘sol lejano’".
Y fue esa curiosidad científica y cosmológica precoz la que lo llevó a cursar la licenciatura y la maestría en física en la Universidad de Chicago, entre 1955 y 1956 respectivamente, y el doctorado en astronomía y astrofísica en 1960, según Britannica.
De 1960 a 1962 fue investigador en astronomía en la Universidad de California, en Berkeley. Y de 1962 a 1968 trabajó en la Universidad de Harvard y en el Observatorio Astrofísico Smithsonian. Sus primeros trabajos se centraron en las condiciones físicas de los planetas, especialmente en las atmósferas de Venus y Júpiter.
Durante ese periodo, continúa la fuente inglesa, se interesó por la posibilidad de que existiera vida fuera de la Tierra y por la búsqueda de inteligencia extraterrestre, un controvertido campo de investigación al que contribuyó de manera significativa. Por ejemplo, basándose en trabajos anteriores de los químicos Stanley Miller y Harold Urey (ganador del Nobel), demostró que los aminoácidos y los ácidos nucleicos, los pilares de la vida, podían producirse mediante la exposición de una mezcla de sustancias químicas simples a la radiación ultravioleta.
En 1968, Sagan se convirtió en director del Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell y en 1971 fue nombrado catedrático de la misma institución, donde permaneció hasta su muerte en 1996.
El científico falleció a los 62 años, la causa fue una neumonía como complicación de un cáncer en la médula ósea (síndrome mielodisplásico) tras una batalla de dos años contra la enfermedad.
La sonda Viking 2 de la NASA en la superficie de Marte (arriba), en 1976, también se benefició de los estudios Carl Sagan.
2. La contribución de Carl Sagan a las misiones de la NASA
El artículo en homenaje a Carl Sagan publicado en el sitio web del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en 2024 detalla que el astrónomo y astrofísico estadounidense desempeñó un papel fundamental en el programa espacial de los Estados Unidos desde sus inicios. Fue consultor y asesor de la NASA desde la década de 1950, llegando a dar instrucciones a los astronautas del Apolo antes de sus vuelos a la Luna.
También fue una presencia constante en ese laboratorio de la NASA, en Pasadena, donde fue el investigador principal en todas las misiones espaciales estadounidenses a los planetas en las décadas de 1960 y 1970, incluyendo los sobrevuelos del Mariner 2 en Venus y Marte, los orbitadores y módulos de aterrizaje Viking 1 y 2 enviados a Marte y las misiones Pioneer y Voyager para explorar el Sistema Solar exterior.
El artículo de la NASA destaca las contribuciones de Sagan al contribuir a diseñar y gestionar estas misiones. “Su investigación ayudó a desvelar los misterios de la alta temperatura de Venus, los cambios estacionales en Marte y la neblina rojiza de Titán (la luna más grande de Saturno)”, relata el texto. En colaboración con el exdirector del laboratorio, el Dr. Bruce C. Murray, Sagan cofundó la Sociedad Planetaria en 1980, que actualmente es una organización fundamental para influir en las decisiones gubernamentales relativas a la financiación de los vuelos espaciales.
El famoso cantante Chuck Berry se unió a Carl Sagan para celebrar el sobrevuelo de Neptuno por la sonda espacial Voyager 2 de la NASA en agosto de 1989.
3. El escritor Carl Sagan: de la divulgación científica al Premio Pulitzer
Aunque Sagan realizó investigaciones importantes y relevantes sobre los planetas, la astrobiología y el origen de la vida en la Tierra (junto con la posibilidad de su existencia fuera de ella), construyó su reputación principalmente como portavoz de la ciencia. A lo largo de las décadas de 1970 y 1980, indica Britannica, fue probablemente el científico más conocido del mundo, dedicando gran parte de su carrera a mejorar la comprensión pública de la ciencia y a defender su naturaleza racional.
En 1973 publicó The Cosmic Connection (La conexión cósmica), en colaboración con Jerome Agel. En 1980 lanzó la serie documental de televisión Cosmos, que escribió junto a su esposa, Ann Druyan; y, ese mismo año, publicó el libro homónimo que figuró en la lista de best sellers del periódico The New York Times durante 70 semanas, apunta un texto de la Universidad Cornell, de Nueva York.
Sagan fue autor, coautor o editor de 20 libros, entre los que se encuentran éxitos como: Los dragones del Edén (1977), obra que le valió el Premio Pulitzer; Un punto azul pálido (1995); y El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad (1996).
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“La ignorancia científica amenaza nuestro bienestar económico, nuestra seguridad y nuestro proceso democrático. Necesitamos mejorar”
4. Uno de los científicos más populares del mundo: Carl Sagan llevó el cosmos al gran público
Para promover la comprensión y el apoyo público a la ciencia, Carl Sagan creó la popular serie documental de televisión Cosmos en colaboración con su esposa, la escritora y productora Ann Druyan, en la que utilizó numerosos artículos científicos y entrevistas con investigadores para popularizar los valores de la razón, la curiosidad y el pensamiento crítico, informa el sitio web del museo de historia natural.
La serie contó con 13 episodios y fue producida por KCET y Carl Sagan Productions, en asociación con la BBC (cadena de comunicación pública británica), y se emitió inicialmente por la cadena estadounidense PBS en 1980.
Sin embargo, la serie tuvo tanto éxito entre el público que comenzó a dar la vuelta al mundo, vendiéndose su emisión a diferentes países. Se estima que el programa se emitió en 60 países y fue visto por más de 500 millones de personas.
Carl Sagan innovó al romper la “barrera” académica y acercar la ciencia al público general a través de sus libros y series documentales, que tuvieron éxito en varios países.
Cosmos fue una producción innovadora por utilizar el audiovisual para hacer los conceptos científicos más accesibles al gran público. “Carl Sagan estaba más preocupado por mostrar lo que era la ciencia que por enseñar algo en sí. Cosmos tenía como misión inspirar al espectador y también desmitificar, hacer más apetecible el conocimiento científico”, escribió el astrónomo brasileño Alexandre Cherman, del Instituto Fundación João Goulart, en Río de Janeiro, en un artículo de The Conversation. “En última instancia, Sagan quería mostrar que la ciencia era una parte fundamental de nuestras vidas”.
Años más tarde se lanzaron otras versiones de Cosmos presentadas por el astrofísico Neil deGrasse Tyson y producidas por National Geographic: Cosmos: Una odisea del espacio, en 2014, y Cosmos: mundos posibles, en 2020.
5. El legado visionario de Carl Sagan en tiempos de desinformación
Sagan fue un científico que estudió su época mirando hacia el futuro. Ya en 1963 estaba preocupado por el hecho de que el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera terrestre provocara un grave calentamiento global, según sus estudios, tal y como afirma el artículo del Museo Americano de Historia Natural sobre él.
“Haz preguntas valientes. No te conformes con respuestas superficiales”
El texto de la institución escrito en homenaje al legado de Carl Sagan asegura que “el éxito de la ciencia se debe a la combinación de la apertura a nuevas ideas con la obligación de someterlas al estudio más crítico y minucioso posible”. Además, creía que la ciencia y la democracia comparten valores esenciales: el libre intercambio de ideas e información, la responsabilidad y el cuestionamiento de la autoridad.
A través de su vida y obra, “Sagan nos enseñó que siempre debemos seguir las pruebas contrastadas, en lugar de aceptar acríticamente aquello en lo que simplemente deseamos creer”, dice el artículo. Algo tan común hoy en día, debido a las noticias falsas, la información contradictoria y sin fundamento, entre otros mecanismos de desinformación.
“Haz preguntas valientes. No te conformes con respuestas superficiales. Mantente abierto a la admiración y, al mismo tiempo, somete todas las afirmaciones de conocimiento, sin excepción, a un escrutinio crítico. Sé consciente de la falibilidad humana. Valora a tu especie y a tu planeta”, decía Carl Sagan.
En un artículo del científico publicado en la revista The Skeptical Inquirer en 1990, Sagan sostuvo que “vivimos en una sociedad completamente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la que prácticamente nadie entiende de ciencia y tecnología”.
“La ignorancia científica amenaza nuestro bienestar económico, nuestra seguridad y nuestro proceso democrático. Tenemos que hacerlo mejor”, concluyó el astrónomo.
