¿El tomate es fruta o verdura? Descubre porque es tan beneficioso para la salud

A este popular alimento le ha tomado cientos de años ser aceptado en Europa. Hoy, es uno de los ingredientes más utilizados en la cocina en muchas recetas originales de cada país.

Hileras de vides de tomate en un invernadero en los Países Bajos.

Fotografía de Luca Locatelli
Por Redacción National Geographic
Publicado 16 ago 2023, 10:44 GMT-3

El tomate viene de la planta Solanum lycopersicum, conocida como la planta del tomate. El delicioso alimento ha sido revalorizado a lo largo de centenares de años y, en la actualidad, es destacado por sus beneficios para la salud, indica la Enciclopedia de la Vida (EOL, por sus siglas en inglés), una base de datos que compila información de todas las especies de seres vivos conocidos en la Tierra. 

Un tomate crudo, dice la EOL, tiene un 95% de agua, 4% de carbohidratos y menos de un 1% de grasa y proteína comestible. De tal modo que los tomates crudos aportan un total de 18 kilocalorías (Kcal), son fuente moderada de vitamina C (17 % del valor diario) y se destacan por ser rico en antioxidantes. Incluso, un apartado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala al tomate como uno de los cultivos hortícolas más importantes después de la papa (Solanum tuberosum). 

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Tomate: ¿Fruta, verdura u hortaliza?

En la botánica, la Enciclopedia de la Vida explica que el tomate es una fruta ya que en su composición morfológica está formado por una baya que nace del ovario de la planta con flores, junto con sus semillas dentro de él. Sin embargo, el fruto se considera una hortaliza culinaria porque su contenido de azúcar es mucho más bajo que otras frutas populares.

Además, su gusto se asemeja más al umami (delicioso, un sabor básico junto con el dulce, ácido, salado y amargo) debido a que es más salado que dulce y generalmente se sirve como parte de una ensalada, plato principal de una comida o ingrediente. En cualquiera de sus formas, es representado en un plato de comida que no es postre, señala la EOL. 

El tomate es el único alimento donde las personas se preguntan qué es (¿fruta o verdura?). Sin embargo, existen verduras que, aunque botánicamente son frutas, las personas la consumen como si fuesen verduras y no cuestionan qué clase de alimento es. EOL menciona como ejemplo a los pimientos, pepinos, judías verdes, las berenjenas, los aguacates y las calabazas de todo tipo. Son frutos, aunque se consumen en platos al igual que las verduras.

Disputa legal en Estados Unidos por la definición del tomate

¿Sabías que los Estados Unidos llevaron la problemática a la justicia? Alrededor del año 1893, la Suprema Corte de Justicia Norteamericana elevó un caso a juicio llamado “Nix contra Hedden” en donde se discutió legalmente qué era un tomate. El motivo del juicio no era definir para siempre qué clase de alimento era el tomate, sino someter a la justicia a determinar si el comercio del tomate debía ser gravado con un impuesto a la verdura que no estaba siendo percibido por el comercio de frutas. 

De tal modo que los comerciantes del puerto de Nueva York importados por las Indias Occidentales decían que sus tomates no debían pagar impuestos por sus provisiones de tomates porque la “Ley Arancelaria del 3 de marzo de 1883” estipulaba en una cláusula que los “Frutos, verdes, maduros o secos, no especialmente enumerados o previstos en este acto” estaban libres de impuestos, informa la Suprema Corte. Caso contrario las hortalizas, las cuales eran sometidas a un diez porciento de su valor en el pago de impuestos

De tal modo que la Justicia resolvió que el tomate es una verdura de acuerdo con la definición popular y la consulta con el jurado acerca de cuál es el uso que se le da a la hortaliza en la cocina. “Botánicamente hablando, los tomates son el fruto de una vid, al igual que los pepinos, las calabazas, los frijoles y los guisantes. Pero en el lenguaje común, ya sean vendedores o consumidores de provisiones, todos estos son vegetales que se cultivan en huertas. Y que, ya sea que se coman cocidos o crudos, son, como papas, zanahorias, chirivías, nabos, remolachas, coliflores, repollo, apio y lechuga; generalmente servidos en la cena en, con o después de la sopa, pescado o carnes que constituyen la parte principal de la comida. Y no, como las frutas en general, como postre”,  define el apartado original de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos de América.

6 curiosidades que hacen del tomate un alimento sinigual 

Sin tomates, no existiría la pizza, lasaña o espaguetis a la boloñesa. El gazpacho no llevaría tomate y ninguno de los cientos de platos que acompañan a esta roja verdura entre sus ingredientes. Sin embargo, ninguna de estas comidas existiría sin la llegada de los colonos a América hacia finales del siglo XV; explica la EOL. 

Pizza tradicional servida en Nápoles, Italia.

Fotografía de Tino Soriano

El tomate se originó en América del Sur

Aunque ahora se encuentra en todo el mundo, se cree que las primeras plantaciones de tomate surgieron en el oeste de América del Sur, en la actual región de Perú y Ecuador. La EOL dice que para el siglo XVI, cuando los europeos arribaron a México, los pueblos nativos habían estado cultivando el tomate desde hacía mucho tiempo también. De allí que llevaron el nuevo alimento hacia Europa, donde no existía. 

Propagación del tomate en Europa

Mucho antes de la llegada de Colón a América, el tomate había viajado 4000 kilómetros al norte desde su lugar de origen en América del Sur hacia tierras Aztecas en México. Desde allí, Colón exportó el tomate hacia Europa y todos los rincones de la Tierra. La EOL estima que las primeras plantaciones europeas de tomate provienen de México, Tenochtitlan precisamente, conquistada por Hernán Cortés en 1519; y el primer registro del tomate en Europa aparece en 1544 en el trabajo de un herbolario italiano llamado Matthioli. 

La domesticación del tomate

Para llevar la verdura hacia el aspecto que se conoce hoy, los cultivadores de tomate originarios de América seleccionaban las mejores piezas entre los frutos silvestres y tomaban sus semillas para así plantarlos nuevamente y cosechar a cada paso un tomate de mejor calidad. En general, la EOL argumenta que la selección se basaba en tomates más grandes y más dulces. Este método de cultivo se llama domesticación e hizo que los tomates silvestres se conviertan a los tomates que se comen en la actualidad. 

¿Tomate venenoso?

De acuerdo con la enciclopedia, los griegos comen 129 kilogramos de tomate per cápita cada año (862 tomates medianos). Comen más tomates que cualquier otra nación de Europa, aunque su adaptación a la vida cotidiana tuvo que superar muchos obstáculos. 

En principio, el tomate se creía venenoso ya que su apariencia sugería (en el siglo XVI) que provenía de la misma familia que la belladona (Atropa belladona). Sus hojas y tallo, dice la EOL, tienen un alcaloide compuesto que es nocivo para el consumo humano. 

Un sabor poco común para Europa

Hacia el siglo XIX, el tomate ya había sido incorporado a la dieta de los europeos, así como también su agricultura, indica la Enciclopedia de la Vida. Sin embargo, los libros botánicos franceses del año 1600 describían a la planta como “más agradable a la vista que al gusto y el olfato, porque al comerse el fruto provoca repugnancia y vómito”. Se desconoce si los tomates de aquella época eran verdaderamente malos o si el paladar de Europa no aceptaba su novedoso sabor. 

Tomate: ¿Una loción médica?

El tomate fue utilizado en medicina luego de su aceptación como alimento. Dice la EOL que en el año 1770 el médico inglés William Salmon comenzó a usar la verdura como loción para tratar quemaduras, picazón, úlceras, llagas, dolor de espalda, cabeza, gota e incluso la ciática. 

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