Un ecosistema que resiste a los tsunamis y lucha contra el cambio climático: ¿Por qué está desapareciendo?
Situado entre la tierra y el mar y presente en las regiones tropicales de 123 naciones y territorios, este bioma alberga animales de las más variadas especies y es esencial para el equilibrio terrestre.

Un tigre camina entre los manglares de la región india de Sundarbans.
No tan populares como los frondosos bosques, los manglares son uno de los ecosistemas más importantes de la naturaleza y ofrecen diversos beneficios al planeta: desde proteger las costas de las inundaciones y tsunamis hasta almacenar carbono y dar refugio a animales.
También son fundamentales para el equilibrio climático. A pesar de ello “están desapareciendo de tres a cinco veces más rápido que las pérdidas generales de bosques en el mundo”, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Ese organismo internacional impulsa el Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares. Celebrada el 26 de julio, esta efeméride es una buena ocasión para conocer en profundidad cuáles son los servicios ecosistémicos de los manglares e inspirar acciones de conservación.
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En la Península Osa, Costa Rica, se encuentra el sistema de manglares más grande de Centroamérica.
3 beneficios de los manglares
Tal como indica la Unesco en su sitio web, “los manglares son ecosistemas singulares, espectaculares y prolíficos” y “contribuyen al bienestar, a la seguridad alimentaria y a la protección de las comunidades costeras de todo el mundo”.
También ofrecen oportunidades económicas a las poblaciones cercanas, que pueden aprovechar sus recursos pesqueros y turísticos. Estos son, además, algunos de sus principales beneficios para el planeta:
1. Los manglares ofrecen refugio a animales
“Los hábitats de los manglares albergan una asombrosa variedad de vida”, asegura la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés), una organización de conservación global.
Entre los animales que se encuentran en estos espacios figuran, entre otros: tigres de bengala, cocodrilos, tortugas, perezosos pigmeos de tres dedos y aves migratorias, enumera la ZSL. También, “ofrecen zonas de reproducción, cría y alimentación de peces (tiburones incluidos), camarones, cangrejos y otras especies acuáticas”, continúa la fuente.
Además, las raíces atrapan sedimentos y dan sombra, lo que protege a los arrecifes de coral.


Un cocodrilo americano (Crocodylus acutus) en un manglar de Banco Chinchorro, México. Esta especie está catalogada como "vulnerable" en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Un cardumen de pejerreyes nada a través de un bosque de manglares en Cuba.
2. Son una defensa costera
Estos ecosistemas también actúan como defensa costera natural frente a las mareas de tormenta, los tsunamis, el aumento del nivel del mar y la erosión, afirma la Unesco.
Las raíces y ramas enmarañadas y superficiales de los árboles reducen la altura y la energía de las olas, lo que disminuye su capacidad para erosionar los sedimentos y dañar las edificaciones costeras. A su vez, esto reduce el riesgo de inundación en las zonas bajas tras la franja de manglares.
“En una distancia de 100 metros, la altura de las olas puede disminuir entre un 13 % y un 66 %. En una distancia de 500 metros, los manglares pueden reducir la altura de las olas entre un 50 % y un 99 %”, detalla el organismo internacional.
Sumado a eso, reducen la intensidad del viento, que también influye en el oleaje.
3. Ayudan a mitigar el cambio climático
Los manglares son “un poderoso aliado contra el calentamiento global”, señala la ZSL, ya que capturan y almacenan grandes cantidades de carbono. Según datos de la Unesco, una hectárea de manglar puede almacenar 3754 toneladas de carbono, lo que “equivale a sacar de la carretera más de 2650 coches durante un año”.
Por ese motivo, si se destruyen, degradan o pierden, se convierten en fuentes de dióxido de carbono.
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Vista aérea de un manglar de Aracruz declarado "muerto" por los científicos después de que la región fuera azotada por una fuerte granizada. Aracruz, en Espírito Santo, Brasil.
Zona de manglares recuperada tras un desastre medioambiental en el Parque Natural Municipal de Barão de Mauá, a orillas de la Bahía de Guanabara, Brasil.
Cómo proteger los manglares
De acuerdo con una investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), la superficie mundial total de manglares en 2020 era de 14.8 millones de hectáreas.
La mayoría de ellos se concentra en el sur y sudeste de Asia (en ese continente se encuentran casi la mitad de los manglares del mundo, según la FAO) y el resto se localiza principalmente en Sudamérica, África occidental y central, América del Norte y Central, y Oceanía.
La extensión de los manglares en el mundo ha disminuido en 5245,24 km² entre 1996 y 2020, conforme a los datos del Global Mangrove Watch (GMW), una plataforma en línea que proporciona datos y herramientas de teledetección para el monitoreo de manglares. Conforme a sus datos, los países que registraron el mayor cambio neto en la extensión del hábitat de los manglares en estos años (en orden decreciente) fueron: Indonesia, Australia, México, Myanmar y Cuba.
De acuerdo con el PNUMA, algunas de las acciones que los ciudadanos pueden llevar adelante para proteger a estos ecosistemas son: conocer más sobre los manglares y las amenazas a las que se enfrentan, tomar decisiones sostenibles (como evitar los plásticos de un solo uso), involucrarse en la defensa de estos hábitats e inspirar a otros a cuidarlos.
