Comer momias para sanar: un error de traducción provocó el furor por los cuerpos embalsamados

Debido a una serie de malentendidos y errores de traducción, los europeos medievales creían que consumir cuerpos embalsamados podía curarlos de enfermedades.

Por Erin Blakemore
Publicado 3 may 2023, 09:24 GMT-3

Arqueólogos asisten al desenvolvimiento de la momia de Ta-Uza-Ra, sacerdotisa de Amón, en este óleo de finales del siglo XIX del artista francés Paul Philippoteaux. La egiptomanía reinó durante la era victoriana, por lo que las fiestas para desenvolver momias eran un pasatiempo popular.

Pintura de Paul Dominique Philippoteaux via Wikimedia Commons

¿Te sientes mal? En la Europa del siglo XV, el remedio para el dolor de cabeza, la enfermedad estomacal o el cáncer podría ser una momia egipcia.

Durante siglos, los cuerpos embalsamados fueron apreciados en todo el continente no por su valor histórico, sino por sus supuestos beneficios médicos. En este artículo, National Geographic revela la sorprendente razón por la que la gente anhelaba y comía momias.

¿Cómo empezó la gente a comer momias?

La práctica de consumir partes de momias del antiguo Egipto y, más tarde, cadáveres embalsamados de todo tipo, comenzó en el siglo XI. Según el historiador Karl Dannenfelt, todo empezó a raíz de una serie de errores de traducción y malentendidos.

La sangrienta historia gira en torno a una palabra: mumia. Apreciada por sus cualidades curativas, la mumia era una sustancia encontrada en una ladera de una montaña persa donde se filtraba del asfalto de roca negra. Llamada así por la palabra local para cera, "mum", la sustancia se utilizaba con diversos fines médicos y se ganó en el mundo árabe la reputación de ser cara, preciosa y eficaz.

Pero cuando los europeos occidentales empezaron a conocer el mundo islámico y a traducir sus textos, un único error de traducción provocó una confusión generalizada sobre el significado de mumia. Tal como cuenta Dannenfelt, varios traductores de los siglos XI y XII identificaron erróneamente la mumia como una sustancia que se exudaba de los cuerpos conservados en las tumbas egipcias.

Parte de la confusión se debía a la similitud de la palabra mumia con la palabra momia, y también al hecho de que algunas momias del antiguo Egipto se embalsamaban con asfalto. Los científicos saben ahora que solo algunas momias se hacían con ese proceso. Pero los europeos occidentales, fascinados por los antiguos hallazgos en Egipto, se quedaron con el concepto y la momia pasó a asociarse con cuerpos embalsamados en lugar de con el preciado asfalto de una montaña persa.

Canibalismo médico

La mala traducción y los malentendidos médicos se combinaron ahora con otra creencia falaz, pero antigua: que el cuerpo humano contenía propiedades que podían curar a otros humanos.

Durante generaciones, los humanos han practicado lo que hoy se conoce como canibalismo médico en un intento de mejorar su salud. Desde la creencia de que la sangre de los gladiadores podía curar la epilepsia hasta el uso de grasa humana en remedios caseros, esta práctica estaba muy presente en la Europa occidental medieval. Con la llegada de la momia, los médicos creyeron encontrar una nueva fuente de productos curativos elaborados a partir del cuerpo humano.

La momia se prescribía para todo, desde dolores de cabeza hasta infartos, y se desató un verdadero furor. De repente, la gente saqueaba las tumbas egipcias no solo en busca de joyas o cerámica, sino de los cuerpos que contenían, y los astutos vendedores empezaron a coleccionar y vender momias.  

La demanda superó rápidamente a la oferta, lo que dio lugar a un intenso comercio de momias falsas. Los ladrones de cadáveres y los comerciantes poco éticos empezaron a convertir en "momias" cadáveres recientes y cuerpos de criminales ejecutados, personas esclavizadas y otros, en un intento de sacar provecho de la moda.

Aunque lleva inscrita la palabra mumia (una sustancia medicinal hallada en la ladera de una montaña persa), este recipiente boticario del siglo XVIII pudo contener momias molidas. En un error de traducción épico, los europeos occidentales que leían sobre la momia creían que la sustancia procedía de cuerpos embalsamados.

Fotografía de Wikimedia Commons

Los ladrones de cadáveres "robaban por la noche los cuerpos de los ahorcados", escribió un observador, que señaló que los cuerpos se embalsamaban con sal y otras sustancias, se secaban en un horno y se molían para convertirlos en polvo que los boticarios añadían a sus remedios caseros.

Los victorianos y la egiptomanía

Aunque el escepticismo sobre la momia fue creciendo a lo largo de los siglos, la fascinación por las momias no hizo sino aumentar.

La egiptomanía fue tan pronunciada en Inglaterra durante la era victoriana que, en el siglo XIX, desenvolver momias se convirtió en un pasatiempo popular en las salas de conferencias, los hospitales e incluso las casas particulares, cuando los hombres británicos regresaban a casa de expediciones arqueológicas, destinos coloniales o visitas turísticas con cuerpos que habían saqueado de las tumbas egipcias.

A pesar de la prohibición de exportar antigüedades, los europeos siguieron buscando momias tanto para satisfacer su curiosidad como para obtener componentes para remedios médicos. No fue hasta finales del siglo XIX cuando la momia dejó de utilizarse.

Aun así, la fascinación del mundo por los "remedios" del antiguo Egipto se mantiene. Para comprobarlo, basta con mirar la estantería de productos para el cuidado de la piel de las tiendas locales, donde las cremas "mágicas" y otros artículos para el cuidado de la piel utilizan ingredientes del antiguo Egipto en su material publicitario. Puede que ya no comamos los subproductos de las momias para mantenernos sanos, pero la mística del antiguo Egipto sigue siendo tan fuerte como siempre.

más popular

    ver más

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes
      • Fotografía
      • Espacio
      • Video

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Regístrate en nuestro newsletter
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. Todos los derechos reservados