Rodrigo Medellín sobre el COVID-19: “Matar murciélagos no va a resolver nada”

Ante matanzas registradas por temor al virus, el biólogo mexicano explica qué papel podrían tener estos animales en la cadena de contagio. Y sentencia que “no hay ninguna evidencia” de que “un murciélago haya infectado al Paciente 0”.

Por Mariel Castro
Publicado 20 abr 2020, 15:34 GMT-3

El biólogo mexicano Rodrigo Medellín en "Murciélagos Gigantes", show de National Geographic.

Fotografía de National Geographic

La pandemia del COVID-19 estalló en todo el mundo de una manera imparable. En pocos meses los casos de contagio ya se elevan a más de 2,4 millones y hay más de 165.000 fallecidos.

Mientras muchos se preguntan cómo se ha podido generar esta enfermedad; distintos organismos, publicaciones científicas e investigadores en la materia intentan explicar la posible cadena de contagio. Entre las hipótesis esbozadas hasta el momento, los murciélagos y los pangolines aparecen en el ojo de la tormenta como principales portadores del virus. 

En ese contexto, algunas comunidades en distintos puntos del globo, han realizado matanzas de murciélagos por temor a la transmisión. Uno de los casos que tuvo repercusión mediática en la región fue en el pueblo de Culden, en el norte de Perú. Según informó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) de ese país, alrededor de 300 ejemplares fueron matados por residentes en acción colectiva y otros 200 pudieron ser recuperados.

A los fines de concientizar sobre la conservación de estos animales y dar luz sobre la implicancia que tienen en esta pandemia, National Geographic entrevistó al biólogo mexicano Rodrigo Medellín, quién se ha especializado en el estudio de murciélagos:

Un zorro volador (“Pteropus vampyrus”) en el parque zoológico de Columbus.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

NG: En el contexto del COVID-19, ¿de cuántas matanzas de murciélagos te has enterado?

RM: Me llegó por varias fuentes de noticias muy profesionales, oficiales y bien fundamentadas que efectivamente habían matado 300 murciélagos en Perú. Esto es solo lo que sale a la superficie. Hay mucha preocupación allá afuera y la gente me cuenta que tal vez tiene familiares en ranchos alejados y el capataz “tuvo que matar” a diez murciélagos que vivían allí. De Indonesia, alumnos y colegas míos me informaron que se estaban matando a murciélagos zorros voladores porque pensaban que tenerlos tan cerca iba a causar la epidemia local de coronavirus. Y recientemente de Cuba, también me ha llegado de varias fuentes creíbles. Si no lo detenemos ahora – con educación, datos duros y evidencia clara – la gente va a tomar en sus manos el matar murciélagos a diestra y siniestra. Y matar murciélagos no va a resolver nada.

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    De todos los de su especie, el murciélago de herradura, denominado así por la forma de su hocico, caza insectos que vuelan por la noche. Pero en una pequeña isla en Indonesia, se ha observado a la especie cazando durante el día.
    Fotografía de Louise Murray, Alamy

    NG: Desde su surgimiento, el COVID-19 ha sido relacionado principalmente con animales como el pangolín o el murciélago, ¿cuál es tu punto de vista?

    RM: Los coronavirus son una familia de virus de entre 40 y 200 de especies diferentes de virus (los expertos no se ponen de acuerdo). Solamente 7 han causado problemas de salud en los seres humanos. Se han encontrado coronavirus que no le causan ninguna molestia al murciélago y que no se transmiten al ser humano. Lo que yo he dicho una y otra vez, y lo sostengo ante quien sea, es que no hay ninguna evidencia que haya demostrado que en este coronavirus (COVID-19) o en el SARS-CoV de 2002-2003 o en el MERS-CoV, haya sido un murciélago el que haya infectado al Paciente 0. Hay solamente especulaciones, argumentaciones forzadas…

    Por ejemplo, cuando fue el SARS-CoV 2002-2003, una organización (a la que yo pertenecía, pero que tuve que salir en 2014 o 2015 por el tono alarmista y las verdades a medias que decían) lo que dijo fue que ese coronavirus estaba en un murciélago de herradura que ellos habían encontrado. Y que, curiosamente, donde encontraban murciélagos con el virus coincidía con los brotes de SARS en el Sudeste Asiático. No hay ninguna evidencia. Es una irresponsabilidad total decir que coinciden los murciélagos con los seres humanos, pues entonces allí está la transmisión (…) No han podido demostrar que un murciélago infectó a un ser humano.

    Y, en este caso particular (COVID-19) tampoco. Lo que ha pasado es que han identificado que hay un virus que tiene un 96 por ciento de similitud con el virus que está en los pangolines y un 94 por ciento con el de los murciélagos.

    Lo que han intentado en varias ocasiones es tratar de aislar ese virus, infectar células humanas, y no lograrlo. Luego, tratar de infectar ratones en cautiverio, no lo han logrado. Después tratar de ver si son compatibles el RNA (ácido ribonucleico) de ese virus con el DNA (ácido desoxirribonucleico) de los seres humanos y no lo han logrado.

    Finalmente, lo único que han logrado - y que está muy lejos de ser prueba de que se puede infectar con ese virus a un ser humano - es que el interferón que hace que las moléculas se puedan pegar a las células humanas, es compatible con ese virus. Pero no han podido demostrar esa infección. No hay evidencia que diga que ha sido un murciélago el que infectó a un ser humano.

    El biólogo mexicano Rodrigo Medellín en el Festival de Exploradores de National Geographic de febrero de 2018.

    Fotografía de National Geographic

    NG: De todas formas, en el caso de que se confirme que los murciélagos son portadores de COVID-19 o que iniciaron la cadena de contagio, tampoco sería solución ir a matarlos…

    RM: En el remotísimo caso en el que un murciélago efectivamente fuese el portador de un virus o una bacteria o algún protozoario que nos cause una enfermedad, el comportamiento adecuado no es irlos a matar. Es estudiar la epidemiología, la inmunología y desarrollar formas de aislarnos de ese patógeno. Los murciélagos tienden a ser muy resistentes a muchos patógenos. Pueden tenerlos, pero no tener la enfermedad. Tienen un sistema inmune muy robusto. Lo que tenemos que aprender, estudiando a los murciélagos, es cómo robustecer a nuestro sistema inmune.

    NG: ¿Qué es una zoonosis y cómo llega al ser humano?

    RM: Más del 60 por ciento de las enfermedades emergentes del día de hoy son zoonosis (que quiere decir que pasan de algún animal al ser humano). Puede ser un mosquito, una pulga, una rata, un zorrillo, un mapache o un murciélago. 

    Cuando hay un virus rábico que está atacando a una colonia de murciélagos (que es rarísimo; menos del 1 por ciento de los murciélagos en un momento determinado tienen anticuerpos contra el virus rábico), pueden cruzar camino con un ser humano. Y si tiene la mala fortuna de levantarlo o tocarlo, el murciélago se va a defender y lo va a morder. Y ahí sí hay transmisión directa. (…) Hoy por hoy, menos del 0.1 por ciento de los casos de rabia en el mundo son debidos a murciélagos; más del 99 por ciento son casos de perros no vacunados que muerden a la gente.

    Hay otros ejemplos de zoonosis que han pasado de murciélagos a seres humanos. El virus del Marbug y otro que se llama virus Nipah que tuvo que pasar por cerdos primero para llegar a los seres humanos. (Una colonia de murciélagos zorros voladores después de una migración se refugió en árboles de mango que daban sombra a una granja de cerdos. Los murciélagos se alimentaban del fruto, tiraban sus restos y defecaban donde estaban los cerdos, estos se infectaron y después los humanos que consumieron esa carne).

    “La sanidad es muy necesaria. Pero, la primera línea de defensa es la conservación de los ecosistemas. ”

    Por: Rodrigo Medellín

    NG: ¿Por qué en este caso se apunta al mercado de Wuhan como foco de contagio?

    RM: Los mercados húmedos como el de Wuhan presentan las condiciones ideales para ese “salto” de un patógeno que está en una especie a otra especie. Los murciélagos no son comunes para nada en estos mercados. La gran mayoría de especies que se encuentran son serpientes, aves y mamíferos… Aunque hay una historia evolutiva muy cercana entre murciélagos y coronavirus, de hace 3 mil o 5 mil años. Eso parece indicar que a partir de los murciélagos estos virus se han dispersado, han colonizado a otras especies. Al parecer, en el MERS, fue de un murciélago insectívoro en Medio Oriente, que le pasó (no sabemos cómo; no hay evidencia) el virus a un camello, y este lo difundió a los seres humanos.

    Algo similar puede haber pasado en Wuhan, en donde un murciélago, por alguna extraña razón (puede haber sido en un medio silvestre o en el mercado) se lo puede haber pasado a un pangolín o a una civeta o a un ave (no sabemos) y ese animal desarrolló la enfermedad o una mutación de la misma. (…) Incluso puede ser que una persona haya pasado, acariciado a ese animal, en medio de la jaula y ello haya causado su infección. No necesariamente lo tiene que haber consumido.

    NG: ¿Cómo podemos convivir con animales que pueden contagiar enfermedades al ser humano?

    RM: La sanidad es muy necesaria. Pero, la primera línea de defensa es la conservación de los ecosistemas. Hay un principio ecológico que se llama el principio de dilución. Ha sido demostrado muchas veces para Hantavirus, Rabia, Leishmaniasis (Leishmania), Enfermedad de Chagas (Trypanosoma), incluso para algunos coronavirus. Lo que sucede es que tú puedes tener un bosque prístino, intacto, y ahí tú vas a tener a los patógenos. Están presentes, siempre han estado, pero diluidos. Si llega el ser humano y perturba esas zonas, algunos de los hospederos de esos patógenos se van a volver superabundantes y sus patógenos entonces también. Y así encuentran las condiciones para causar un brote.

    “La fuente original de todas estas enfermedades infecciosas emergentes, de todas estas pandemias, es el uso inadecuado del medio ambiente que los seres humanos hemos hecho durante los últimos 500 años.”

    Por: Rodrigo Medellín

    NG: Entonces, que estas zoonosis sean cada vez más frecuentes y potentes, ¿tiene que ver con el mal uso que el ser humano hace del planeta?

    RM: La fuente original de todas estas enfermedades infecciosas emergentes, de todas estas pandemias, es el uso inadecuado del medio ambiente que los seres humanos hemos hecho durante los últimos 500 años. (…) Estamos entrando en contacto, cada vez más frecuentemente, con patógenos con los que nunca habíamos estado en contacto. Estamos penetrando en zonas que antes eran completamente ajenas e inaccesibles para nosotros por tener nuestras vacas, nuestro maíz, nuestra soja… La segunda parte es el hambre del ser humano de estar comiendo animales silvestres todo el tiempo. Y esto no es privativo de China, Vietnam o Malasia; también lo tenemos en nuestro continente. Si te vas al Mercado de Belén, en Iquitos, Perú, vas a ver una cosa similar: montones de especies silvestres unidas allí juntas, algunos muertos otros vivos, es un caldo de cultivo. Y así también te puedo decir el mercado de Leticia, en el medio del Amazonas. Tenemos que reeducar al consumidor para bajar el consumo de carne, sea de monte o no, y para que se involucre más en la fuente y la producción de esa carne.

    NG: Sabiendo que es tan difícil establecer la cadena de contagio, ¿crees que se va a poder establecer cómo y cuándo surgió el COVID-19?

    RM: Pues sabiendo que no han podido encontrar – ni en el caso del Ébola ni en el caso del SARS – al paciente 0 o el origen de su infección, yo creo que va a ser imposible demostrarlo. Y una vez que lo identificas, tienes que saber cuáles fueron meticulosamente detallados todos sus pasos previos en los últimos 14 días (período de incubación). Incluso así, no vamos a poder saber, es muy difícil. Y se abre otra puerta, que apenas estamos empezando a entender y que vamos a necesitar estudiar es qué posibilidades hay – dado que hay tigres infectados en zoológicos -, que los seres humanos nos transformemos en transmisores de este virus a la vida silvestre.

     

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