La sorprendente verdad del amor de un perro a su pelota: ¿tu mascota puede ser adicta a su juguete?

Los científicos descubrieron que algunos perros exhiben comportamientos similares a la adicción humana hacia sus juguetes favoritos.

Por Gennaro Tomma
Publicado 26 nov 2025, 17:00 GMT-3
Según un estudio reciente publicado en Scientific Reports, algunos perros muestran un comportamiento hacia sus juguetes ...

Según un estudio reciente publicado en Scientific Reports, algunos perros muestran un comportamiento hacia sus juguetes similar a las adicciones conductuales en humanos, como el juego.

Fotografía de Ksenia Raykova

¿Alguna vez viste a un perro jugando al tragamonedas en un casino? Probablemente no, pero quizás hayas visto alguno al que le encanta jugar con juguetes. Un nuevo estudio demuestra que podría no haber mucha diferencia

Algunos perros se comportan con sus juguetes de maneras que se asemejan a las adicciones conductuales en humanos, como el juego y los videojuegos por internet, escriben científicos en la revista Scientific Reports. 

Stefanie Riemer, bióloga del comportamiento de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena y autora del nuevo estudio, llevaba tiempo oyendo que los dueños de mascotas llamaban a sus perros “adictos a las pelotas” por su afición a los juguetes. Pero al darse cuenta de que nadie había investigado si los criterios de adicción en humanos podían aplicarse a los perros y sus juguetes, decidió averiguarlo científicamente.

Por ahora, los investigadores no quieren afirmar que lo que están viendo sea una adicción real, solo “indicadores que se parecen un poco a una adicción”, explica Riemer.

¿Cómo saber si tu perro es adicto a un juguete?

En el ámbito humano, la adicción tiene dos vertientes. La primera es el deseo intenso y la compulsión hacia un estímulo concreto, como las drogas o la adrenalina del juego, y el cambio de humor que se produce al obtener esa recompensa. La segunda son sensaciones similares a los síntomas de abstinencia cuando cesa dicho estímulo. 

“Una adicción significa persistir en algo a pesar de que tenga consecuencias negativas a largo plazo”, comenta Riemer.

¿Pueden los perros experimentar algo similar con sus juguetes? Para responder a esta pregunta, Riemer y su equipo diseñaron 14 pruebas diferentes para 105 perros (56 machos, 49 hembras), con edades comprendidas entre los 12 meses y los 10 años. Se probaron diferentes grupos de razas, incluidos pastores, terriers y retrievers.

En una de las pruebas, por ejemplo, los perros podían elegir entre un juguete favorito que era inaccesible, como estar en una caja o en un estante, y otro tipo de recompensa o interacción, como comida o jugar con su dueño.

Los perros que parecían adictos al juguete permanecían obsesionados con él, intentando romper la caja o mirando fijamente la estantería, en lugar de ir a por la recompensa disponible. 

En otra prueba, los investigadores analizaron si un perro se calmaba y cómo lo hacía después de que se retiraran los juguetes, la comida y demás objetos de la sala experimental. Los perros que mostraron un comportamiento más parecido a una adicción siguieron deambulando durante toda la prueba, explica Riemer. “Se centraban en la puerta de donde habían desaparecido los juguetes o en las estanterías donde antes estaban guardados”. 

Los investigadores observaron que, entre todas las razas estudiadas, las razas pastoriles, como el pastor alemán y el pastor belga, obtuvieron las puntuaciones más altas en comportamientos adictivos. Los pastores se crían para actividades que requieren mucha concentración, como la protección del ganado, el trabajo policial y las operaciones de búsqueda y rescate, que exigen persistencia y una gran motivación

Si bien estas características son deseables en los perros de trabajo, en casos extremos podrían derivar en comportamientos adictivos, con posibles consecuencias negativas. Por ejemplo, “en algunos perros, el bienestar se ve claramente afectado si experimentan altos niveles de frustración al no obtener la recompensa”, afirma Riemer y agrega: “Eso no es saludable”.

La asociación con ciertas razas también lleva a los investigadores a plantear la hipótesis de que podría existir un fuerte componente genético en los comportamientos adictivos que observaron. “Parece ser una característica muy presente en los perros”, asegura Riemer.

El estudio que abrió la puerta para entender al perro adicto al juguete

Expertos en bienestar y comportamiento animal que no participaron en esta investigación afirman apreciar cómo el artículo explora una nueva frontera en la psicología animal. Sin embargo, señalan que aún quedan muchas preguntas sin respuesta.

“Este es un excelente primer paso”, indica Julia Espinosa, investigadora postdoctoral de la Universidad de York en Toronto, Canadá. Espinosa comenta que no está segura de si podemos equiparar las adicciones humanas con lo que observamos en estos perros. Esto se debe a que, en adicciones como el juego, las personas son conscientes del riesgo que corren. “De hecho, el riesgo podría ser lo que la hace tan adictiva”, explica Espinosa. 

Por el contrario, si bien podría haber consecuencias negativas también para los perros, nuestros amigos peludos no lo saben. Una pregunta abierta, añade Espinosa, es cuán fuerte sería la tendencia de un perro a  desarrollar comportamientos adictivos si existieran  consecuencias adversas; algo que los investigadores no evaluaron para respetar el bienestar animal.

A pesar de ello, “esto aborda un aspecto realmente importante del bienestar canino y subraya que no se trata simplemente de caracterizar o antropomorfizar algo del perro”, afirma. Los comportamientos similares a la adicción podrían tener implicaciones para los futuros enfoques del adiestramiento canino, agrega Espinosa.

Un pequeño grupo de perros muestra comportamientos similares a la adicción que alcanzan un nivel preocupante, señala Riemer, pero en esos casos se debe abordar el apego a objetos específicos. Investigaciones futuras podrían profundizar en cuestiones como: ¿cuál es la mejor manera de lograr que un perro se comporte de forma menos compulsiva con un juguete

Holly Molinaro, científica especializada en bienestar animal de Animal Wellbeing Solutions, señala que los autores solo reclutaron y analizaron perros con alta motivación para el juego y perros que juegan en exceso, lo que dificulta saber cuán comunes son estos comportamientos en la población canina en general. Afirma que es un punto de partida interesante, pero que se necesita más investigación. 

En definitiva, es demasiado pronto dar consejos a los dueños de perros si la base es esta investigación. 

“Los autores fueron muy claros: esto es un estudio exploratorio”, indica Molinaro. “No debemos diagnosticar a partir de este estudio. Así que espero que la gente lo tenga en cuenta. No empiecen a autodiagnosticar a sus perros”.

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