Extinción de los dinosaurios: sospechan del impacto de un segundo asteroide

El hallazgo de un cráter enterrado bajo la costa de África occidental sugiere que una segunda roca espacial pudo contribuir a la desaparición de los saurópsidos.

Por Maya Wei-Haas
Publicado 18 ago 2022, 17:10 GMT-3
Esta imagen muestra una sección transversal del impacto de un asteroide, similar al evento de hace ...

Esta imagen muestra una sección transversal del impacto de un asteroide, similar al evento de hace unos 66 millones de años que provocó la extinción de las tres cuartas partes de todas las especies de la Tierra. Es posible que se haya descubierto otro cráter de impacto frente a la costa de África occidental, lo que agrega un nuevo giro a la teoría de la extinción.

Ilustrado por CLAUS LUNAU Science Source

En un instante catastrófico hace unos 66 millones de años, el curso de la vida en la Tierra cambió para siempre. Una roca espacial de 9.6 kilómetros de ancho se estrelló contra la costa de la península de Yucatán en México y provocó un cataclismo global. Los imponentes tsunamis que siguieron cubrieron las costas a lo largo de miles de kilómetros. Los incendios forestales corrieron a través de vastas franjas de tierra. Y la vaporización de la roca a lo largo del lecho marino liberó gases que provocaron cambios bruscos en el clima, lo que en su conjunto provocó la extinción de alrededor del 75% de todas las especies, incluidos todos los dinosaurios no aviares.

Pero esta podría no ser la historia completa. Enterrados bajo capas de arena en la costa de África occidental, hay indicios de que la roca espacial gigante podría no haber estado sola.

Según un estudio publicado en la revista Science Advances, los investigadores descubrieron un posible cráter que se extiende por unos 8.5 kilómetros de ancho, revelado en estudios sísmicos del fondo marino.

Características del cráter Nadir

El cráter, apodado Nadir en honor a un volcán submarino cercano, pudo excavarse por el impacto de una roca espacial de al menos 400 metros de ancho y puedo originarse casi al mismo tiempo que el cráter Chicxulub, la cicatriz expansiva en la superficie de la Tierra producto del asteroide que mató a los dinosaurios.

“Mucha gente se ha preguntado: ¿Cómo podría el impacto de Chicxulub, aunque haya sido enorme, ser globalmente tan destructivo?; reflexiona la autora del estudio, Veronica Bray, científica planetaria de la Universidad de Arizona. "Podría ser que tuviera ayuda", responde.

El objeto que creó a Nadir debió ser considerablemente más pequeño que el que impactó en Chicxulub, por lo que sus efectos probablemente fueron regionales. 

Sin embargo, de confirmarse el segundo impacto de un meteorito en rápida sucesión, habría significado un golpe doble en la catástrofe global al final del período Cretácico, según el estudio. Una posibilidad adjunta es que el par de asteroides se haya desprendido de un solo cuerpo principal que se fracturó en dos antes de chocar con la atmósfera de la Tierra y perforar el suelo a más de 5472 kilómetros de distancia.

Si bien se necesita un análisis adicional para confirmar la edad e identidad del supuesto cráter, y si está relacionado con Chicxulub, los científicos están cautelosamente entusiasmados con el potencial descubrimiento de un nuevo sitio de impacto.

Cuántos cráteres de impacto hay en el planeta Tierra

El registro de impactos antiguos de la Tierra es, lamentablemente, incompleto debido  a la agitación geológica activa del planeta. Franjas de la superficie se reciclan en el manto del planeta, mientras que otras áreas se repavimentan con roca volcánica fresca, y otras se eliminan por el movimiento de los glaciares. 

Solo se han confirmado alrededor de 200 cráteres de impacto en el planeta, lo que impide a los científicos comprender por completo cómo estos impactos afectaron a la Tierra antigua y qué papel podrían desempeñar en el futuro del planeta.

“La Tierra hace un gran trabajo al destruir los cráteres de impacto”, afirma Jennifer Anderson, geóloga experimental que estudia los cráteres de impacto en la Universidad Estatal de Winona (Estados Unidos) pero que no formó parte del equipo de estudio. Por la geología activa del planeta, señala, "cualquier descubrimiento de un nuevo cráter de impacto en la Tierra siempre es importante".

Cómo se produjo el cráter Nadir en la costa de África Occidental

Como muchos descubrimientos, el posible nuevo cráter fue encontrado por accidente. El geólogo Uisdean Nicholson de la Universidad Heriot-Watt en Edenborough (Escocia) estaba interesado en reconstruir cómo América del Sur se separó de África hace aproximadamente 100 millones de años.

En busca de pistas, Nicholson examinó las características debajo del lecho marino entre los dos continentes, en colaboración con las empresas comerciales WesternGico y TGS para obtener datos sísmicos. El análisis rastreó cómo las ondas sísmicas rebotaban bajo tierra para iluminar las características subterráneas. Casi de inmediato, notó algo extraño.

Como experto en estudios sísmicos, Nicholson ha analizado los datos de muchas características creadoras de bultos y depresiones en las capas subterráneas, como domos de sal que se elevan a través de rocas circundantes más densas. Pero las oscilaciones de los datos que tenía ante él insinuaban algo más catastrófico. “Nunca había visto algo así”, afirma.

Nicholson se acercó a otros científicos, incluido Bray, para preguntarles si pensaban que podría tratarse de un cráter de impacto, y todos estuvieron de acuerdo: la característica consiste en una depresión rodeada por un borde con un pico prominente en su centro, que es común entre tales cráteres.

Al analizar la forma y el tamaño de la estructura, el equipo modeló cómo podría haberse formado. Los resultados sugieren que el cráter se produjo por el impacto de una roca espacial de aproximadamente 400 metros de ancho que atravesó la atmósfera y golpeó la superficie del mar a casi 72 420 kilómetros por hora.  Al sumergirse en el océano, Bray comentó que se movía a través del agua como si ni siquiera estuviera allí.

Según estima el equipo, la colisión habría desatado la energía de 5000 megatones de trinitrotolueno (TNT) y habría vaporizado casi instantáneamente el agua y las capas del lecho marino subterráneo. 

Después, una onda de choque habría corrido a través de la superficie, causando que la roca (que alguna vez fue sólida) fluyera como un líquido. En cuestión de minutos, el lecho marino habría rebotado hacia arriba en un pico central y luego, colapsado sobre sí mismo. El resultado sería un montículo dentro de una depresión en forma de cuenco en el medio, exactamente lo que los científicos creen haber descubierto enterrado en la costa oeste de África.

Al correlacionar las capas de sedimentos en esta área con muestras fechadas en otros sitios, los investigadores estiman que la característica se formó hace aproximadamente 66 millones de años, tentadoramente similar a Chicxulub.

Consecuencias del impacto de un segundo meteorito

Estudiar las consecuencias ambientales del evento Nadir podría ayudarnos a comprender mejor qué impactos futuros podrían tener en nuestro planeta. El objeto teórico que impactó en Nadir podría ser comparable en tamaño al asteroide Bennu, que tiene una probabilidad de 1 en 1750 de colisionar contra la Tierra durante los próximos tres siglos, lo que lo convierte en uno de los asteroides con más probabilidades de golpear nuestro planeta.

Dicho evento estaría lejos de ser insignificante ya que, incluso, podría provocar tsunamis a lo largo de cientos de kilómetros. "Es lo suficientemente grande como para acabar con una ciudad o dos", describe Bray.

No obstante, el significado del descubrimiento de los eventos posteriores al impacto de Chicxulub y el final del reinado de los dinosaurios es aún incierto. La energía liberada por el impacto de Nadir y sus consecuencias ambientales pudo eclipsarse por la colisión del asteroide Chicxulub de 9.6 kilómetros de ancho con la Tierra y el cataclismo global que siguió.

“Eso es simplemente una liga diferente”, señala Martin Schmieder , experto en estructuras de gran impacto en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Neu-Ulm en Alemania, quien revisó el estudio antes de su publicación.

Pero el impacto de Nadir pudo haber agravado la situación en un ecosistema ya devastado, cuenta Bray. También está la cuestión de si hubo otros impactos en este mismo período. Los autores del estudio señalan que, con 65.4 millones de años, el cráter de impacto Boltysh en Ucrania es un poco más joven que Chicxulub.

Previamente se han documentado grupos de impactos de fragmentos de cometas o asteroides en la Tierra y otros mundos. Por ejemplo, cerca de donde vive Anderson, en la parte superior del medio oeste de los EE. UU., un trío de cráteres data de aproximadamente 460 millones de años. Son parte de un aumento en los impactos durante el período Ordovícico, que los científicos han relacionado con una posible colisión en el cinturón de asteroides que envió un desfile de meteoritos hacia nuestro planeta durante millones de años.

Sin embargo, identificar estos cúmulos en el registro irregular de la Tierra de golpes antiguos representa un desafío. Se estima que un impacto del tamaño de Nadir ocurre un poco menos de cada 100 000 años, señala Schmieder. “Así que esto básicamente podría suceder en cualquier momento”.

Y para Nadir en sí, se necesita más estudio para determinar cómo se formó.

"Este es un descubrimiento emocionante", describe Gareth Collins, un científico planetario que se especializa en cráteres de impacto en el Imperial College London (Inglaterra) por correo electrónico, aunque advierte que aún no se puede concluir sobre el descubrimiento. Se necesitan muestras directas para confirmar el origen de la característica, así como fechas más precisas para el posible impacto que la formó.

Los autores del estudio ya solicitaron fondos de emergencia para perforar la formación Nadir y recolectar muestras de la roca del cráter posiblemente impactada, derretida y revuelta, así como las capas de sedimentos de arriba. 

Es posible que el lecho cada vez más grueso de arena y lodo sobre la estructura enterrada no solo haya conservado las características del cráter, sino que podría ayudar a revelar el estado de la vida en el océano en los años posteriores al impacto, lo que proporcionaría una gran cantidad de nuevos datos sobre lo que le sucede a nuestro planeta cuando impacta un asteroide.

"Pero, por supuesto, solo lo sabremos con certeza cuando lo perforemos", concluye Bray.

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