Este té es considerado “milagroso” por sus propiedades medicinales

El té rooibos está conectado con la historia y la herencia indígena de Sudáfrica. Descubre sus increíbles beneficios y su historia.

Por Elizabeth Warkentin
Publicado 19 ago 2022, 11:33 GMT-3
Hileras de arbustos de rooibos bordean una granja

Hileras de arbustos de rooibos bordean una granja en la ladera de una colina en Clanwilliam, Sudáfrica. El té rooibos, popular por sus beneficios para la salud, es un alimento básico en casi todos los hogares sudafricanos, pero solo crece en la región Cederberg del país.

Fotografía de Christian Heeb Laif, Redux

Para los pueblos nativos Khoi y San de Sudáfrica, el té rooibos (del holandés "arbusto rojo" y pronunciado ROY-boss) es como la leche materna, cuenta el director y gerente de la Cooperativa Wupperthal Original Rooibos (WORC), Barend Salomo, quien asegura que creció bebiendo la infusión.

“Tenía seis hermanas y cinco hermanos. Todos fuimos amamantados. Cuando mi madre estaba ocupada alimentando a un bebé, sustituía su pecho por un biberón de rooibos para otro de sus hijos”, recuerda Salomo.

“Los niños sudafricanos reciben té de rooibos negro con miel antes que refrescos”, acota Antje Mouton, de Johannesburgo. “Sabe muy bien y es reconfortante. También ayuda para todo tipo de dolencias. ¿Deshidratado? Té rooibos. ¿Fiebre? Té rooibos. ¿Inflamación? De nuevo, rooibos”.

En el salón de té Malaya de Alameda (California) se mezcla una cucharada de hojas de té de rooibos con coco y lavanda. El rooibos es amado en todo el mundo. Nelson Mandela lo bebió, al igual que el arzobispo Desmond Tutu. Cuando se retiró de la vida pública en 2000, el ganador del Premio Nobel de la Paz, Tutu, dijo que quería más tiempo para tomar té con su esposa.

Fotografía de Aric Crabb MediaNews Group, East Bay Times, Getty Images

Mouton, gerente de operaciones de Martin Meyer Safaris, entrena perros para usarlos en las unidades K9 contra la caza furtiva. Incluso les da rooibos frío a sus dos belgas malinois después de un largo día fuera de casa. “Si ha hecho mucho calor, les damos un tazón con hielo”.

En los últimos años, el rooibos, rico en antioxidantes, se ha ganado un culto fuera de Sudáfrica entre los defensores de la medicina natural. Dentro del país, se desarrolló una modesta industria del turismo del té, con el objetivo de atraer a los viajeros más allá de los viñedos y los safaris de vida silvestre.

En 2021, la Unión Europea otorgó al rooibos el estatus de "denominación de origen protegida" (DOP). La misma asegura la calidad y salvaguarda el nombre de un producto gastronómico o vitivinícola que proviene de una región específica y sigue un proceso tradicional particular.

Rooibos es el único producto africano que se ha agregado al registro, que incluye alimentos especiales como el queso Parmigiano Reggiano y el champán.

Pero en Sudáfrica, el rooibos es más que una bebida; es un modo de vida. Los viajeros encontrarán que el té está indisolublemente ligado a la cultura y la historia del país, atravesadas por las luchas de las comunidades indígenas en nombre de la equidad y la inclusión.

Los pueblos Khoi y San (que a veces se identifican colectivamente como Khoisan) fueron los primeros en determinar las innumerables propiedades medicinales de la planta, convertirla en té y presentarla a los colonos holandeses. Sin embargo, hasta hace poco, no eran reconocidos por su conocimiento tradicional ni contaban con alguno de los beneficios de la moderna industria multimillonaria del rooibos.

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    Fotografía de Aric Crabb MediaNews Group, East Bay Times, Getty Images, MediaNews Group, East Bay Times, Getty Images

    En 2018, después de casi una década de negociaciones, los pueblos nativos fueron reconocidos formalmente como poseedores del conocimiento tradicional del rooibos y se les prometió una compensación por su papel fundamental en la industria. En julio de 2022, luego de cuatro años de retrasos gubernamentales, finalmente recibieron su primer pago del Consejo Rooibos.

    Dónde crece el rooibos

    Rooibos, o Aspalathus linearis, es un arbusto cuyas ramas jóvenes suelen ser rojizas. Produce espinas verdes en lugar de hojas y, en primavera, florece con flores amarillas. 

    Solo hay un lugar en el mundo donde el rooibos crece de forma silvestre o se puede cultivar: la región de Cederberg, una zona montañosa escarpada a dos horas al noreste de Ciudad del Cabo, que tiene el clima, el suelo y las condiciones propicias para el crecimiento saludable del arbusto rojo.

    Muchos agricultores emprendedores han intentado cultivar rooibos en otros lugares, pero ninguno lo ha logrado hasta la fecha.

    Para procesar el rooibos para té, las espinas y los tallos se deben cortar y “machacar” (o exprimir para sacar el jugo), fermentar en montones y secar al sol. El proceso transforma las hojas a su distintivo tono marrón rojizo. El té se tamiza en diferentes grados, luego se esteriliza/pasteuriza para el consumo humano.

    Cuáles son los beneficios del té de rooibos

    Si bien se han realizado pocos estudios científicos, se descubrió que el té rooibos puede mejorar la salud del corazón, reducir el riesgo de cáncer y beneficiar a las personas que padecen diabetes.

    También hay evidencia de que el rooibos alivia los cólicos en los bebés y ayuda a calmar los dolores de cabeza, las erupciones cutáneas, el eczema, las quemaduras menores y los patrones de sueño alterados, entre otros beneficios. 

    Históricamente, los pueblos Khoi y San quitaban las espinas del arbusto rojo, las mezclaban con grasa animal y se frotaban la piel con la pomada como agente antienvejecimiento o antiinflamatorio.

    Izquierda: Arriba:

    Las hojas cultivadas de té rooibos se cortan, empaquetan y cargan en un remolque para transportarlas a Clanwilliam para su posterior procesamiento.

    Fotografía de Chris Wallberg Picture-Alliance, AP Images
    Derecha: Abajo:

    Un trabajador de la granja orgánica Skimmelberg clasifica y trata las hojas de rooibos antes de envasarlas.

    Fotografía de Mujahid Safodien AFP, Getty Images

    La historia del té de rooibos

    Los colonos llamaban al té una “bebida de pobres”, ya que era mucho más barato que el té negro importado de Europa y Asia. Sin embargo, en la década de 1930, después de haberse apropiado de los conocimientos tradicionales, comenzaron a exportar rooibos para su cultivo comercial.

    Hoy, Sudáfrica produce alrededor de 20 000 toneladas de la infusión aromática al año, más del triple de la cantidad que producía en la década de 1990. Cada año se exportan al menos 8000 toneladas a más de 50 países. El extracto de rooibos también se agrega a cientos de productos, como cosméticos, productos horneados y bebidas alcohólicas.

    Wupperthal, hogar del rooibos

    “El rooibos es parte de nuestra cultura”, dice Salomo. “No se puede separar al rooibos de la gente”.

    Salomo nació y creció en Wupperthal, un pueblo en Cederberg. De su padre aprendió a recolectar rooibos; de su madre, cómo prepararlo para el consumo. Ahora su hijo sigue sus pasos.

    En WORC, Salomo ayuda a administrar una cooperativa de 66 productores de rooibos que cultivan en 36 000 hectáreas de tierra mediante métodos agrícolas biodinámicos. Cuando, en 2018, los khoisan se enteraron del reconocimiento por sus conocimientos y contribuciones, Salomo lloró de alegría.

    De acuerdo acuerdo con el Consejo de Rooibos (que representa a la industria), el sector está destinado a proporcionar alrededor de 15 millones de rand (unos 962 000 dólares) anualmente a perpetuidad para las miles de personas Khoi y San en Sudáfrica. Un porcentaje de los fondos permanecerá en un fideicomiso destinado a la educación, el desarrollo de la juventud y el desarrollo de habilidades, y puede incluir atención médica y terrenos.

    “Este dinero le devuelve, de alguna forma, la dignidad a nuestra gente”, expresa Salomo. “Aún así, es solo el comienzo”.

    Siguiendo el rastro del rooibos 

    Los viajeros curiosos pueden aprender más sobre el hogar del rooibos conduciendo hacia el norte por la N7 desde Ciudad del Cabo hasta la pintoresca ciudad de Clanwilliam, en Cederberg.  Anunciándose a sí misma como la "Capital del té Rooibos", ofrece oportunidades para degustaciones de té en Rooibos Tea House y la nueva House of Rooibos.

    Los turistas pueden recorrer Skimmelberg, una granja orgánica de rooibos ubicada a 28 kilómetros al sur de Clanwilliam.

    La pintura rupestre del pueblo San se puede ver en la pared de un saliente rocoso en la región de Cederberg en Sudáfrica, el único lugar donde crecen los arbustos de rooibos.

    Fotografía de Robert Harding Alamy Stock Photo

    Aquellos que deseen profundizar en la historia del rooibos y la conexión indígena con la planta deben dirigirse más lejos, hacia la aldea remota o dorpie, de Wupperthal. 

    Ubicado a 74 kilómetros al este de Clanwilliam, Wupperthal es un histórico pueblo misionero de Moravia, de edificios de estilo holandés del Cabo, caracterizados por sus tejados de paja, frontones centrales y exteriores encalados.

    Aquí es posible conocer a los descendientes de los habitantes originales de Cederberg. Salomo cuenta que la ciudad planea la apertura de alojamientos turísticos en los próximos seis meses. La comunidad espera desarrollar más oportunidades para el ecoturismo, como la experiencia de campamento y caminatas de cuatro días que ofrece Live the Journey.

    Las degustaciones de té se pueden disfrutar uniéndose a caminatas guiadas a lo largo de un sendero designado que recorre 13 puestos de avanzada. Los visitantes también pueden degustar tés en las instalaciones de procesamiento de rooibos en WORC, en la ciudad.

    Al llegar a la ubicación de Wupperthal al final de un camino de ripio sinuoso y lleno de baches, los viajeros descubren una tierra de extraordinaria diversidad botánica. El arte rupestre indígena está disperso por la zona, y el terreno pedregoso y montañoso está repleto de cuevas, formaciones rocosas, árboles, arbustos y flores endémicas, en particular las proteas de la nieve y el cedro de Clanwillia, en peligro crítico de extinción.

    El Cederberg también es un paraíso para los observadores de aves y, a principios de la primavera, las alfombras de flores silvestres transforman esta región (en su mayoría árida) en un derroche de color.

    Sobre todo, Wupperthal se trata de rooibos. De hecho, la ciudad depende del té "milagroso" para su propia supervivencia. Este es un gran peso para Salomo, quien se siente responsable del bienestar de su pueblo. Para aligerar el estado de ánimo, le pregunto si él mismo bebe rooibos, si le gusta su sabor distintivo, un sabor dulce a nuez que a menudo se compara con el té de hibisco.

    “Lo bebo todo el día, tanto caliente como frío. Y cuando llegue a casa, voy a tomar una taza antes de irme a la cama. Me relaja”, me responde con una sonrisa.

    Establecida en Canadá, Elizabeth Warkentin es una escritora y fotógrafa de viajes independiente que cubre la cultura, la historia, la naturaleza y la vida silvestre para medios como Smithsonian, The Guardian, BBC y Toronto Star.

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