¿De dónde sacan su sabor las hierbas aromáticas?
Admira los detalles sobrenaturales de las hierbas aromáticas comunes —romero, lavanda, albahaca— que aportan protección a las plantas y sabores apetecibles a nuestras comidas.
Publicado 5 ago 2019, 15:41 GMT-3

Albahaca (Ocimum basilicum): Cada variedad de albahaca posee un conjunto único de aromas químicos que le aportan su sabor. La albahaca, autóctona de zonas húmedas, no necesita los "pelos" para protegerse del calor y la sequía que otras hierbas aromáticas sí necesitan, por eso sus hojas apenas tienen pelos. Las pequeñas estructuras redondeadas son las glándulas que contienen las sustancias químicas que dan a la albahaca su sabor y su aroma.
Fotografía de Martin OeggerliRomero (Rosmarinus officinalis): El sabor pinoso del romero procede de las sustancias químicas creadas y almacenadas en dos estructuras: globos (en amarillo) y hongos diminutos (en violeta y blanco). La sensación ligeramente peluda del romero en la lengua se debe a los "pelos" que ayudan a la planta a resistir a la sequía.
Fotografía de Martin OeggerliSalvia (Salvia officinalis): Los pelos de la hoja han evolucionado para acostumbrarse al clima cálido y seco donde vive la salvia. Las glándulas de las hojas (globos amarillos, algunos en rosa) contienen sustancias químicas que la ayudan a defenderse de los herbívoros. Si arrancas una hoja de salvia, olerás la fragancia que liberan los globitos de sustancias químicas.
Fotografía de Martin OeggerliAzafrán (Crocus sativus): Unos 150 compuestos del estigma de la flor del Crocus sativus aportan al azafrán su sabor punzante y su fragancia a heno. Es probable que estos compuestos, como el safranal, evolucionaran para atraer a los polinizadores. Hacen falta 210.000 estigmas como este para conseguir casi medio kilo de azafrán.
Fotografía de Martin Oeggerli