El posible hallazgo de restos de Andrew “Sandy” Irvine en el Everest que podría resolver un misterio de un siglo

El descubrimiento, realizado por un equipo de National Geographic 100 años después de que el alpinista desapareciera con George Mallory, podría aportar nuevas pistas a uno de los grandes misterios de aventura sin resolver de todos los tiempos.

Por Grayson Schaffer
Publicado 14 oct 2024, 14:15 GMT-3

El fotógrafo y cineasta Jimmy Chin dirigía un equipo de National Geographic bajo la cara norte del Everest en septiembre cuando descubrieron una bota y un calcetín bordados con “A.C. Irvine”, que se cree que pertenecen al alpinista perdido Andrew Comyn Irvine.

Fotografía de National Geographic Erich Roepke

Cuando la vieron, no había duda de lo que estaban observando: una bota que se derretía en el hielo. A medida que se acercaban, se dieron cuenta de que el cuero agrietado era viejo y estaba desgastado, y de que la suela estaba tachonada con los clavos de acero en forma de diamante de una época pasada de la escalada.  

En septiembre, en la amplia extensión del glaciar Central Rongbuk, bajo la cara norte del Everestun equipo documental de National Geographic formado por el fotógrafo y director Jimmy Chin, junto con los cineastas y escaladores Erich Roepke y Mark Fisher, examinó la bota más de cerca. En su interior descubrieron un pie, restos que reconocieron al instante como pertenecientes a Andrew Comyn Irvine, o Sandy, como se le conocía, que desapareció hace 100 años con el famoso alpinista George Mallory.

“Levanté el calcetín”, dice Chin describiendo el momento, “y había una etiqueta roja que tenía cosida la inscripción A.C. IRVINE”. El fotógrafo recuerda que él y sus compañeros reconocieron al unísono la importancia del momento. “Todos corríamos literalmente en círculos, soltando palabrotas”. 

Irvine y Mallory fueron vistos por última vez el 8 de junio de 1924, mientras intentaban convertirse en las primeras personas en alcanzar la cima del pico más alto del mundo. La cuestión de si habían hecho cumbre ha perdurado como el mayor misterio de escalada de todos los tiempos. Si Irvine y Mallory lo consiguieron, su hazaña se habría producido unos 29 años antes de que Tenzing Norgay y Edmund Hillary alcanzaran finalmente la cima del Everest.  

Los restos de Mallory fueron localizados en 1999, mientras que se desconocía el paradero de los de Irvine. “Es la primera prueba real de dónde fue a parar Sandy”, explica Chin. “Se han lanzado muchas teorías”. 

Espera que el hallazgo ayude a explicar lo que ocurrió en la montaña en 1924 y aporte algo de paz a los familiares de Irvine, que aún le veneran. “Cuando alguien desaparece y no hay pruebas de lo que le ocurrió, puede ser muy duro para las familias. Disponer de información definitiva sobre el paradero de Sandy es sin duda una gran ayuda, y también una gran pista para la comunidad de escaladores sobre lo ocurrido”. 

Izquierda: Arriba:

El calcetín, con el nombre de Irvine, fue encontrado junto con una bota y un pie, emergiendo del hielo del glaciar Central Rongbuk.

Derecha: Abajo:

Chin sospecha que la bota estuvo atrapada en el glaciar hasta justo antes de que el equipo la descubriera. “Creo que literalmente se derritió una semana antes de que la encontráramos”, dijo.

FOTOGRAFÍAS DE Jimmy Chin

Una de las primeras llamadas de Chin para compartir la noticia fue a la sobrina nieta de IrvineJulie Summers, de 64 años, que escribió una biografía de su tío en 2001 y ha defendido sus contribuciones al montañismo durante años. Se mostró agradecida por la noticia. “Es un objeto que le perteneció y que contiene algo de él”, dice sobre la bota. 

Cuenta toda la historia de lo que probablemente ocurrió”. Summers sospecha que los restos fueron arrastrados montaña abajo por las avalanchas y aplastados por el glaciar en movimiento. “Lo considero algo cercano al cierre”. Los miembros de la familia se han ofrecido voluntarios para compartir muestras de ADN que se compararán con los restos para confirmar su identidad. 

Summers comenta que el descubrimiento le trajo recuerdos de cuando en 1999 se supo que el cuerpo de Mallory había sido encontrado por el alpinista Conrad Anker, como parte de la Expedición de Investigación Mallory e Irvine, que pretendía resolver la cuestión de si la pareja había alcanzado realmente la cumbre. 

Un examen de sus restos reveló el tipo de marcas profundas de cuerda que podrían indicar una caída que fue atrapada por una cuerda enrollada alrededor de su cintura, evidencia que sugirió a Anker que Mallory e Irvine estuvieron atados juntos en sus últimos momentos

“Supe de inmediato que había estado atado a su compañero y que había sufrido una larga caída”, escribió Anker en The Lost Explorer, del que es coautor junto con David Roberts. Mallory tenía la pierna derecha muy rota y la izquierda, que no estaba herida, estaba colocada delicadamente sobre la fractura, lo que indica que no murió inmediatamente en la caída. Llevaba las gafas de nieve oscuras en el bolsillo, lo que llevó a especular con la posibilidad de que la caída se hubiera producido al atardecer, mientras ambos descendíanLa fotografía de su esposa que Mallory había planeado dejar en la cumbre no estaba con él.  

El hallazgo de los restos de Mallory respondió a varias preguntas sobre el destino de los dos hombres, pero dejó sin respuesta dos grandes interrogantes. ¿Dónde estaba Irvine? ¿Y la pareja había llegado a la cima? 

Escaladores e historiadores pensaron durante mucho tiempo que responder a la primera pregunta podría ofrecer pistas sobre la segunda. Después de todo, había sido Irvine quien había llevado la cámara de bolsillo Kodak Vest, prestada por el miembro de la expedición Howard Somervell. Se pensó que la película sin revelar que contenía podría ser la única prueba concluyente de su éxito. Y así, la búsqueda del cuerpo de Irvine adquirió más interés, a la par, en algunos círculos, con la búsqueda de Amelia Earhart o Michael Rockefeller. 

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    En la última foto tomada a los alpinistas, George Mallory (izquierda) y Sandy Irvine se preparan para abandonar el North Coll del Everest en junio de 1924.

    Fotografía de Noel E. Odell Royal Geographical Society via Getty Images

    Cómo fue el momento exacto en el que encontraron la bota en el Everest

    En septiembre, varios días antes de dar con la bota, cuenta Chin, el equipo estaba descendiendo el glaciar Central Rongbuk cuando encontraron un artefacto diferente que despertó su curiosidad. “Descubrimos una botella de oxígeno marcada con una fecha que decía 1933”, rememora. 

    Nueve años después de la desaparición de Mallory e Irvine, la expedición británica al Everest de 1933 fue el cuarto intento de escalar la montaña. También terminó en fracaso, pero los miembros de la expedición de 1933 encontraron un piolet que pertenecía a Sandy Irvine en lo alto de la cresta noreste, aunque muy por debajo de donde se encontró a Mallory. 

    El descubrimiento de la botella de oxígeno de 1933 hizo pensar a Chin y a sus compañeros de equipo. “Si Sandy había caído por la cara norte, sus restos o su cuerpo podrían estar en algún lugar cerca de aquí”, dice el fotógrafo y cineasta. Empezaron a especular que si una bombona de oxígeno había caído de la montaña, “probablemente cayera bastante más abajo que un cuerpo, más como un misil”. 

    Chin sospechaba que los restos de Irvine podían estar cerca. “Sandy podría estar potencialmente a unos cientos de metros del glaciar desde aquí hacia la montaña”, dijo a Erich Roepke. En los días siguientes, el fotógrafo y su equipo comenzaron a tomar una ruta tortuosa a través de los pliegues y grietas del glaciar. De hecho, fue Erich quien vio algo y dijo: “Oye, ¿qué es eso?”, cuenta Chin. Era la bota, que emergía del hielo. “Creo que literalmente se derritió una semana antes de que la encontráramos”. 

    Quién fue Andrew "Sandy" Irvine

    En su libro sobre su tío abuelo, Julie Summers describe a Irvine como “un joven hermoso que murió en plena juventud”. De hecho, a sus 22 años, Irvine era el miembro más joven de la expedición de 1924, una misión que siguió a dos ascensiones británicas anteriores, una en 1921 para reconocer posibles rutas de escalada, y una segunda en 1922 que supuso el primer intento serio de hacer cumbre. 

    En aquella época, llegar al Everest requería un mes o más. Las cuerdas eran de fibra natural, la ropa exterior consistía en lana y gabardina, y las botas eran de cuero, compradas por cinco libras y tres chelines a James J. Carter, un fabricante de botas londinense. 

    Andrew “Sandy” Irvine tenía 22 años cuando desapareció con Mallory. El estudiante de Oxford era el miembro más joven de la expedición.

    Fotografía de Mount Everest Foundation Royal Geographical Society via Getty Images

    Irvine procedía de una familia de clase media alta de Cheshire, Inglaterra; era guapo y atlético, una estrella del remo en Oxford. Sin embargo, ha sido a menudo objeto de críticas por carecer de experiencia técnica en alpinismo antes de encontrarse en la montaña en 1924. Según se dice, es probable que sufriera algún problema de aprendizaje, como dislexia, que le impedía leer, pero tenía dotes mecánicas y destacaba en matemáticas e ingeniería.

    Cuando se unió a la expedición, fue nombrado inmediatamente oficial de oxígeno y ayudó a mejorar el diseño de las botellas de oxígeno del equipo. Se ganó su puesto en el equipo de la cumbre a fuerza de voluntad y proezas atléticas. “Irvine”, escribió el jefe de la expedición E.F. Norton en The fight for Everest, “era grande y poderoso, con hombros finos y piernas relativamente ligeras”.

    Summers dice que Mallory probablemente valoraba la deferencia de Irvine hacia el alpinista de más edad. Irvine era absolutamente leal a Mallory, afirma.

    A primera hora de la mañana del 8 de junio de 1924, los dos hombres partieron hacia la cumbre en unas condiciones que Mallory describió como “el clima perfecto para el trabajo”.  Esa tarde, fueron vistos por última vez por su compañero de equipo Noel Odell, quien informó haber visto brevemente dos pequeñas figuras cerca del Segundo Paso durante una breve separación de las nubes. Después desaparecieron. 

    Andrew Irvine: las teorías que explican por qué nunca se encontró al montañista británico

    A lo largo de los años han surgido varias teorías para explicar por qué nunca se encontró a Irvine. Una de ellas es la propuesta por Mark Synnott, escritor, escalador y colaborador de National Geographic, en su libro El Tercer Polo: Misterio, obsesión y muerte en el Everest sugiere que unos alpinistas chinos podrían haber encontrado el cadáver y la cámara hace tiempo y haberlo mantenido en secreto. Summers cree que el descubrimiento de la bota refuta esa idea. “Creo que el hallazgo de Jimmy ha respondido absolutamente a esa pregunta”, afirma.  

    Una teoría anterior sugiere que un escalador chino se encontró en 1975 con un cuerpo vestido con ropa de época, justo debajo de la cresta noreste. Ese avistamiento se convirtió en la base de la zona objetivo de la Expedición de Investigación Mallory Irvine de 1999. Los miembros de ese equipo, incluido Anker, esperaban que si encontraban un cuerpo sería el de Irvine, lo que les llevaría al de Mallory (el jefe de la expedición, Eric Simonson, recogió una muestra de ADN de uno de los familiares de Irvine para ayudar en la identificación). Después de que Anker descubriera los restos de Mallory (el equipo realizó un entierro en la montaña) habló con Summers. “Conrad Anker me dijo que estaba buscando el mapa del tesoro y acabó encontrándolo”, recuerda.  

    Varios días después de que Chin y su equipo encontraran la bota, observaron que unos cuervos la molestaban. En ese momento, dice, preguntó a la Asociación de Montañismo China-Tíbet (CTMA), la autoridad gubernamental que supervisa la cara norte del Everest, si el equipo podía trasladar los restos fuera de la montaña. Chin sacó la bota y el pie del Everest en una nevera y los entregó a la CTMA. Su equipo también tomó una muestra de ADN que está trabajando con el consulado británico para su posterior identificación. "Pero quiero decir, amigo... tiene una etiqueta", dice Chin.

    Chin se niega a dar detalles sobre el lugar exacto en el que se encontraron los restos; dice que quiere disuadir a los cazadores de trofeos. Pero confía en que haya más artefactos y quizá incluso la cámara cerca: “Sin duda reduce el área de búsqueda”.

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