La erupción de Islandia puede ser el comienzo de décadas de actividad volcánica

Una segunda erupción de lava en menos de un año sugiere que la península de Reykjanes se convertirá en una de las partes volcánicamente más dinámicas del planeta durante varias generaciones.

Después de siglos de inactividad, la península de Reykjanes en Islandia ha entrado en erupción dos veces en menos de un año, arrojando fuentes de roca al rojo vivo. La última erupción, que comenzó a las 13:18 hora local del 3 de agosto, abrió una fisura a unos pocos cientos de metros del cono creado por la erupción volcánica del año pasado.

Fotografía de Chris Burkard, National Geographic
Por Robin George Andrews
Publicado 23 ago 2022, 12:56 GMT-3

Ha pasado menos de un año desde que la lava dejó de brotar de la península de Reykjanes en Islandia, tras el primer gran estallido volcánico de esta región en casi 800 años. Pero ahora la isla vuelve a "sangrar" roca fundida. El comienzo de una nueva erupción, poco después de los sucesos de 2021, parece indicar que esta península que alguna vez estuvo en reposo se ha despertado de su extenso letargo.

“Podría anunciar el comienzo de décadas de erupciones ocasionales”, proyecta Dave McGarvie, vulcanólogo de la Universidad de Lancaster (Inglaterra).

Izquierda: Arriba:

Las multitudes ya se han reunido para disfrutar de las impresionantes escenas y ver cómo la Tierra crea nuevos paisajes.

Derecha: Abajo:

Si bien recién ayer se detectaron los destellos de color escarlata, los científicos ya están ocupados recolectando sus primeras muestras de roca, incluida la vulcanóloga Helga Kristin, que se muestra aquí.

FOTOGRAFÍAS DE Chris Burkard, National Geographic

La nueva erupción, que comenzó a las 13:18 hora islandesa del 3 de agosto, envió cintas escarlatas desde la base de una pequeña montaña hacia el valle deshabitado de Meradalir. Situado lejos de las poblaciones, los estallidos volcánicos suponen, aparentemente, poco peligro para el público, al menos a corto plazo. Y esta relativa seguridad permite a los científicos y a los turistas maravillarse con la majestuosidad geológica y entusiasmarse con una posible avalancha de nuevos conocimientos científicos.

Después de todo, cada erupción volcánica proporciona una "ventana al abismo", reconoce McGarvie. El evento de 2021 reveló sobre el comportamiento de las exuberantes erupciones de la península, desde sus movimientos físicos hasta sus particularidades químicas. Esta nueva erupción promete aún más conocimientos mientras el volcán naciente forja la tierra más joven del mundo.

Todavía no está claro cuán prolífica o prolongada será la erupción; esta información solo saldrá a la luz con más tiempo y un seguimiento continuo. Pero el espectáculo de fuegos artificiales de esta semana insinúa que la península se convertirá en una de las partes del planeta con mayor actividad volcánica durante varias generaciones.

“Estoy realmente emocionado”, expresa McGarvie.

Una doble factura volcánica

La península de Reykjanes se encuentra a unos 27 kilómetros al suroeste de la capital de Islandia, Reykjavik. Se encuentra en la cima de la Dorsal Mesoatlántica, en continua expansión, donde la placa norteamericana (al oeste) y la euroasiática (al este) se separan gradualmente. El magma super caliente y gaseoso, que es menos denso que la roca circundante, a veces puede ascender a la corteza superficial solo por flotabilidad, pero todo ese estiramiento regional también crea grietas por las que la roca fundida puede infiltrarse.

El caos subterráneo de la península parece manifestarse en forma de estallidos periódicos de vulcanismo. Los relatos históricos y los estudios de rocas volcánicas antiguas muestran que los tiempos de reposo volcánico se transforman en fuertes despertares sísmicos y eruptivos en un ciclo que ha ocurrido varias veces en los últimos milenios.

Aunque los destellos de color escarlata surgieron hace dos semanas, los científicos trabajan en la recolección de las primeras muestras de la roca, como la vulcanóloga Helga Kristin, quien aparece aquí (arriba). Abajo, una multitud se ha reunido para contemplar las impresionantes escenas, viendo cómo la Tierra forja nuevos paisajes.

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    La roca incandescente está entrando en erupción con mayor vigor que el estallido del año pasado, pero lo que hará el volcán en los próximos días, incluida la duración de esta erupción, sigue siendo desconocido. Un pequeño avión en la parte inferior de esta imagen ilustra la escala de la nueva erupción.

    Fotografía de Chris Burkard, National Geographic

    Si bien actualmente el volcán presenta poco riesgo, las autoridades están vigilando de cerca los peligros cambiantes. En la imagen a continuación, se ve a los miembros de la Asociación de Búsqueda y Rescate de Islandia investigando los peligros cerca del borde de la lava.

    Fotografía de Chris Burkard, National Geographic

    Aunque la región ha estado inactiva desde hace siglos, la fragmentación tectónica que se está produciendo en las profundidades revela que la erupción del año pasado se estaba preparando desde hace tiempo. Y en los últimos años, varias láminas de magma ascendieron hacia la superficie, lo que indica la forma cambiante del suelo y los enjambres de terremotos, señala Tobias Dürig, vulcanólogo de la Universidad de Islandia. Pero durante algún tiempo, estas serpientes magmáticas no vieron la luz del sol: su huida se vio obstaculizada por la pérdida de su propio impulso ascendente o porque la resistente corteza no ofrecía una escotilla de escape.

    Sin embargo, cuando los terremotos empezaron a aumentar en frecuencia y fuerza a partir de finales de 2019, los científicos sospecharon que una erupción futura parecía inevitable. Esto se confirmó de forma dramática el 19 de marzo de 2021, cuando la lava comenzó a emerger de una fisura de 500 metros de largo en un valle de la región de Geldingadalur. Cientos de miles de visitantes acudieron al lugar para contemplar el espectáculo que construyó un vertiginoso cono de salpicaduras magmáticas a medida que entraba en erupción durante seis meses, sin causar daños a la infraestructura civil ni víctimas.

    Luego, desde finales de julio de este año, otra cacofonía de temblores y una importante deformación del suelo asolaron la región, lo que apunta a la incursión hacia arriba de otra capa magmática, según informa el Servicio Meteorológico de Islandia.

    El 31 de julio, un terremoto de 5.5 grados de magnitud sacudió la península. Este y otros potentes temblores anteriores a la última erupción volcánica pueden haber sido los llamados terremotos desencadenantes, explica McGarvie. La tensión aumenta a medida que la intrusión de magma estira la corteza, hasta que se fractura con una poderosa sacudida.

    El 2 de agosto, el magma se encontraba a unos 800 metros por debajo de la superficie. Sin embargo, ese mismo día la actividad sísmica y la deformación del suelo parecieron disminuir. Aunque esto podría sugerir que el magma se había detenido más o menos en su trayecto, esta secuencia de eventos también se parecía al mismo patrón observado justo antes de la erupción de 2021, que fue la más larga del país en 50 años.

    La corteza superior de Islandia suele estirarse como una goma elástica, acomodando el magma sin que se rompa estrepitosamente. Por tanto, la calma más reciente puede haber sido precursora de una erupción: la calma que precede a la tormenta magmática.

    Por otra parte, se han producido aumentos y descensos similares de la sismicidad en la península que no terminaron en erupciones, reflexiona Tom Winder, sismólogo de volcanes de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Es necesario seguir investigando para determinar si este patrón de silencio sísmico repentino es una señal de alarma fiable.

    Aun así, el 2 de agosto los datos disponibles llevaron a la Oficina Meteorológica de Islandia a declarar la concreta posibilidad de una erupción.

    Solo un día después, emergió la lava desde una fisura situada a sólo unos cientos de metros del cono creado por la erupción del año pasado.

    La tierra de los futuros incendios

    Al igual que su predecesora, la nueva erupción probablemente suponga un peligro mínimo para los humanos. Los flujos están actualmente confinados a una serie de valles vacíos, sin infraestructura importante cercana. T

    También están ausentes los cuerpos de agua o hielo, que a veces pueden desencadenar una serie de violentas explosiones cargadas de cenizas. Todas estas son buenas noticias para los residentes de la región, particularmente en el cercano pueblo pesquero de Grindavík, que ha estado marcado por terremotos. Ahora que la erupción ha comenzado, el perturbador movimiento  sísmico ha desaparecido.

    “Todavía es pronto, pero parece que la erupción será similar a la de 2021”, advierte Evgenia Ilyinskaya, vulcanóloga de la Universidad de Leeds.

    Pero similar no significa idéntico. Según los informes de los medios locales, la lava fluye actualmente con más vigor que durante el evento del año pasado. Eso podría significar que el valle se llene pronto o que la erupción podría quedarse sin energía más rápidamente, lo que llevaría a un final mucho más veloz.

    Es extremadamente difícil pronosticar cuánto tiempo continuará la erupción o cuánta lava puede producir. La deformación del suelo revela el volumen de magma disponible para alimentar la erupción a corto plazo, pero no dice nada sobre las oleadas adicionales que pueden llegar desde abajo en los próximos días. ¿La lava permanecerá confinada a estos valles o viajará más lejos? ¿Llegará al mar y producirá columnas perniciosas de gas nocivo?

    “Es un poco como ver las primeras horas de una etapa del Tour de Francia y tratar de predecir el futuro ganador del maillot amarillo”, dice Dürig. En este caso, sin embargo, espera que la erupción siga un patrón similar a los sucesos del 2021.

    Si este es realmente el comienzo de una nueva era de vulcanismo de Reykjanes, es difícil predecir lo que puede significar para quienes viven en la península, y hoy es imposible decir dónde, o cuándo, puede surgir la próxima erupción.

    No todas las nuevas erupciones estarán necesariamente lejos de los centros de población o de la infraestructura civil. Algunos pueden diferir en estilo del par reciente. Múltiples erupciones pueden incluso ocurrir a la vez. Los científicos pueden extraer poca información de las rocas volcánicas antiguas, las más viejas de las cuales a menudo están enterradas bajo flujos más jóvenes.

    “Se esperan sorpresas”, manifiesta McGarvie.

    De todos modos, estos feroces incendios finalmente benefician a todos: ofrecen a los científicos una mirada incomparable del tejido conectivo entre el abismo ígneo subterráneo y el paisaje bañado por la lava de la superficie. Sus esfuerzos ayudan a mejorar nuestra comprensión de las entrañas de la Tierra, de la cadencia volcánica de Islandia y de los peligros volcánicos de esta península.

    “Estamos frente a un experimento natural fantástico. Seguro que conducirá a muchos descubrimientos científicos", sostiene Ilyinskaya.

    La lava chisporroteante ya ha comenzado a formar pequeños montículos de salpicaduras cerca de la fisura y ha llenado el valle con un charco de roca fundida. No está claro por ahora si la lava permanecerá confinada a estos valles o viajará más lejos, tal vez llegando al mar. Pero por ahora, dice Evgenia Ilyinskaya, vulcanóloga de la Universidad de Leeds, la erupción está brindando a los científicos "un experimento natural fantástico".

    Fotografía de Chris Burkard, National Geographic

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