¿Por qué el cambio climático sigue siendo la mayor amenaza para la salud?

El aire contaminado y el aumento de las temperaturas pueden estar relacionados con problemas de salud que van desde un incremento en ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares hasta la propagación de enfermedades infecciosas y traumas psicológicos.

Los trabajadores fumigan contra los mosquitos en una calle de la ciudad de Nueva Delhi, India, como medida preventiva contra la propagación del dengue, la malaria y la chikungunya. El impacto de las enfermedades transmitidas por vectores aumentará a medida que aumenten las temperaturas globales. Un editorial coeditado en cientos de revistas médicas pidió una acción urgente para reducir las emisiones.

Fotografía de Raj K Raj, Hindustan Times via Getty Images
Por Amy McKeever
Publicado 13 sept 2021, 19:11 GMT-3

Personas de todo el mundo son testigos de cómo el cambio climático puede causar estragos en el planeta. Las temperaturas medias en constante aumento alimentan incendios forestales, huracanes y otros desastres cada vez más intensos que ahora son imposibles de ignorar. Y mientras el mundo se ha hundido en una pandemia mortal, los científicos hacen sonar la alarma una vez más de que el cambio climático sigue siendo la mayor amenaza para la salud humana en la historia registrada.

En agosto, cuando los incendios forestales se desataron en los Estados Unidos, Europa y Siberia, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo en un comunicado que "los riesgos que plantea el cambio climático podrían empequeñecer a los de cualquier enfermedad".

El 5 de septiembre, más de 200 revistas médicas publicaron un editorial conjunto sin precedentes que instaba a los líderes mundiales a actuar. “La ciencia es inequívoca”, escriben. "Un aumento global de 1,5 °C por encima del promedio preindustrial y la pérdida continua de biodiversidad ponen en riesgo de un daño catastrófico para la salud que será imposible de revertir".

A pesar de los graves peligros que plantea la COVID-19, los autores del artículo de opinión conjunto escriben que los gobiernos del mundo "no pueden esperar a que pase la pandemia para reducir rápidamente las emisiones". En cambio, argumentan, todos deben tratar el cambio climático con la misma urgencia que la COVID-19.

A continuación, compartimos algunas formas en las que el cambio climático puede afectar tu salud (incluidos algunos efectos menos obvios pero aún insidiosos) y por qué los científicos dicen que no es demasiado tarde para evitar una catástrofe.

La contaminación del aire

El cambio climático es causado por un aumento de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra, principalmente de las emisiones de combustibles fósiles. Pero la quema de combustibles fósiles también puede tener consecuencias directas para la salud humana. Eso es porque el aire contaminado contiene pequeñas partículas que pueden inducir accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos al penetrar en los pulmones y en el corazón e incluso viajar al torrente sanguíneo. Esas partículas pueden dañar los órganos directamente o provocar una respuesta inflamatoria del sistema inmunológico cuando intenta combatirlas. Las estimaciones sugieren que la contaminación del aire causa entre 3,6 millones y nueve millones de muertes prematuras al año.

“Las cifras varían”, afirma Andy Haines, profesor de Cambio Ambiental y Salud Pública en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y autor del libro Planetary Health (Salud Planetaria), publicado recientemente. "Pero todos están de acuerdo en que es una gran carga para la salud pública".

Una familia cena en su casa inundada en Java Central, Indonesia. Durante más de 40 años, fueron testigos de cómo sus productivas tierras agrícolas desaparecían lentamente bajo el mar. Han levantado físicamente todo en su hogar para salir adelante.

Fotografía de Aji Styawan, National Geographic

Las personas mayores de 65 años son más susceptibles a los efectos nocivos de la contaminación del aire, pero muchas otras también están en riesgo, dice Kari Nadeau, directora del Centro Sean N. Parker para la Investigación de Alergias y Asma en la Universidad de Stanford. Las personas que fuman o vapean tienen un mayor riesgo, al igual que los niños con asma.

La contaminación del aire también tiene consecuencias para las personas alérgicas. El dióxido de carbono aumenta la acidez del aire, que luego extrae más polen de las plantas. Para algunas personas, esto podría significar que se enfrentan a episodios molestos y prolongados de alergias estacionales. Pero para otros, podría poner en peligro la vida.

"Para las personas que ya tienen una enfermedad respiratoria, ese es un problema", dice Nadeau. Cuando el polen ingresa a las vías respiratorias, el cuerpo crea moco para eliminarlo, que luego puede llenarse y sofocar los pulmones.

Incluso las personas sanas pueden tener resultados similares si los niveles de polen son especialmente intensos. En el año 2016, en el estado australiano de Victoria, una fuerte tormenta combinada con altos niveles de polen indujo a lo que The Lancet ha descrito como "la epidemia de asma por tormentas más grande y catastrófica del mundo". Tantos residentes fueron los que sufrieron ataques de asma que las salas de emergencia se vieron abrumadas, y al menos 10 personas murieron como resultado.

El cambio climático también está provocando que los incendios forestales empeoren y su humo es especialmente tóxico. Como mostró un estudio reciente, los incendios pueden representar el 25 por ciento de la peligrosa contaminación del aire en los EE. UU. Nadeau explica que el humo contiene partículas de todo lo que el fuego ha consumido a lo largo de su trayectoria, desde neumáticos de caucho hasta productos químicos nocivos. Estas partículas son diminutas y pueden penetrar aún más profundamente en los pulmones y órganos de una persona. 

Un calor extremo

Las olas de calor son mortales, pero los investigadores al principio no vieron vínculos directos entre el cambio climático y los impactos dañinos de las olas de calor y otros eventos climáticos extremos. Haines dice que la base de pruebas ha ido creciendo. "Ahora tenemos una serie de estudios que han demostrado que podemos atribuir con gran confianza los resultados de salud al cambio climático", señala.

Los trabajadores recogen tomates en un campo en Los Baños, California, bajo un sol abrasador. El aumento de las temperaturas no solo está afectando a la salud y a la capacidad de trabajo de las personas, sino que la agricultura en California está amenazada por la sequía.

Fotografía de Karla Gachet, National Geographic

Más recientemente, Haines apunta a un estudio publicado a principios de este año en Nature Climate Change que atribuye más de un tercio de las muertes relacionadas con el calor al cambio climático. Como National Geographic informó en ese momento, el estudio descubrió que el costo humano era aún mayor en algunos países con menos acceso a aire acondicionado u otros factores que hacen que las personas sean más vulnerables al calor

Eso es porque el cuerpo humano no fue diseñado para hacer frente a temperaturas superiores a 37º C, dice Nadeau. El calor puede dañar los músculos. El cuerpo tiene algunas formas de lidiar con el calor, como la sudoración. "Pero cuando hace calor afuera todo el tiempo, no puedes lidiar con eso y los músculos y las células de tu corazón literalmente comienzan a morir y a degradarse", afirma.

Si estás expuesto a un calor extremo durante demasiado tiempo y no puedes liberarlo adecuadamente, el estrés puede causar un montón de problemas en todo el cuerpo. El corazón tiene que trabajar más para bombear sangre al resto de los órganos, mientras que el sudor absorbe del cuerpo los minerales necesarios como el sodio y el potasio. La combinación puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

La deshidratación por exposición al calor también puede causar daños graves en los riñones, que dependen del agua para funcionar correctamente. Para las personas cuyos riñones ya están comenzando a fallar, particularmente los adultos mayores, Nadeau dice que el calor extremo puede ser una sentencia de muerte. “Esto está sucediendo cada vez más”, afirma.

Los estudios también han dibujado vínculos entre temperaturas más altas y partos prematuros y otras complicaciones del embarazo. No está claro por qué, pero Haines dice que una hipótesis es que el calor extremo reduce el flujo sanguíneo al feto.

Inseguridad alimentaria

Una de las formas menos directas, pero no menos dañinas, en que el cambio climático puede afectar la salud es interrumpiendo el suministro mundial de alimentos.

El cambio climático reduce la cantidad de alimentos disponibles y los hace menos nutritivos. Según un informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los rendimientos de los cultivos ya han comenzado a disminuir como resultado del aumento de las temperaturas, de los cambios en los patrones de precipitación y de los eventos climáticos extremos. Mientras tanto, estudios han demostrado que el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera puede eliminar el zinc, el hierro y las proteínas de las plantas, nutrientes que los seres humanos necesitan para sobrevivir.

Una mujer enfrenta fuertes vientos durante una tormenta de arena estacional en Beijing, China. Los científicos creen que la desertificación y el cambio climático influyen en su frecuencia e intensidad. La contaminación del aire es perjudicial para la salud humana.

Fotografía de Kevin Frayer, Getty Images

La desnutrición está relacionada con una variedad de enfermedades, que incluyen enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. También puede aumentar el riesgo de retraso del crecimiento, o deterioro del crecimiento, en los niños, que puede dañar la función cognitiva.

El cambio climático también pone en peligro lo que comemos del mar. El aumento de la temperatura del océano ha llevado a muchas especies de peces a migrar hacia los polos de la Tierra en busca de aguas más frías. Haines dice que la disminución resultante de las poblaciones de peces en las regiones subtropicales "tiene grandes implicaciones para la nutrición", porque muchas de esas comunidades costeras dependen del pescado para obtener una cantidad sustancial de proteína en sus dietas.

Es probable que este efecto sea particularmente dañino para las comunidades indígenas, señala Tiff-Annie Kenny, profesora de la facultad de medicina de la Universidad Laval en Quebec que estudia el cambio climático y la seguridad alimentaria en el Ártico canadiense. Es mucho más difícil para estas comunidades encontrar fuentes alternativas de proteína, afirma, ya sea porque no está allí o porque es demasiado caro. "Entonces, ¿qué va a comer la gente en su lugar?" ella se pregunta.

Enfermedades infecciosas 

A medida que el planeta se calienta, la región geográfica donde les gusta vivir a las garrapatas y a los mosquitos se hace más amplia. Estos animales son vectores bien conocidos de enfermedades como el virus Zika, el dengue y la malaria. A medida que cruzan los trópicos de Cáncer y Capricornio, dice Nadeau, los mosquitos y las garrapatas brindan más oportunidades a estas enfermedades para infectar grandes franjas del mundo.

“Solía ser que se quedaban en esos pequeños sectores cerca del Ecuador, pero ahora, desafortunadamente, debido al calentamiento del norte de Europa y Canadá, pueden encontrar Zika en lugares que no hubieras esperado”, señala Nadeau.

Además, las condiciones climáticas como la temperatura y la humedad pueden afectar el ciclo de vida de los mosquitos. Haines dice que hay evidencia particularmente buena que muestra que, en algunas regiones, el cambio climático ha alterado estas condiciones de manera que aumenta el riesgo de que los mosquitos transmitan el dengue.

También hay varias formas en las que el cambio climático está aumentando el riesgo de enfermedades que pueden transmitirse a través del agua, como el cólera, la fiebre tifoidea y los parásitos. A veces eso es bastante directo, como cuando las personas interactúan con aguas sucias. Pero Haines dice que la sequía puede tener impactos indirectos cuando las personas, por ejemplo, no pueden lavarse las manos o se ven obligadas a beber de fuentes de agua dulce menos conocidas.

Salud mental

Un resultado común de cualquier desastre relacionado con el clima es el costo de la salud mental. La angustia causada por el cambio ambiental drástico es tan significativa que se le ha dado su propio nombre: solastalgia.

Los parques solares y eólicos al oeste de Mojave, California, brindan una visión del futuro. La administración de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, anunció un plan para aumentar la producción e instalación de paneles solares del 3 por ciento de la electricidad del país al 45 por ciento durante las próximas tres décadas para reducir las emisiones de carbono que contribuyen al calentamiento global.

Fotografía de David Guttenfelder, National Geographic

Nadeau dice que los efectos sobre la salud mental han sido evidentes en sus estudios de las visitas a las salas de emergencia que surgen de los incendios forestales en el oeste de los Estados Unidos. La gente pierde sus hogares, sus trabajos y, a veces, sus seres queridos, y eso tiene un precio inmediato. “¿Cuál es el problema agudo más rápido que se desarrolla? Es psicológico”, afirma. Los eventos climáticos extremos, como los incendios forestales y los huracanes, causan tanto estrés y ansiedad que, a largo plazo, pueden conducir a un trastorno de estrés postraumático e incluso al suicidio.

Otro factor común es que el cambio climático le causa un daño desproporcionado a las personas más vulnerables del mundo. El 2 de septiembre, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) publicó un análisis que muestra que las comunidades de minorías raciales y étnicas corren un riesgo especial. Según el informe, si las temperaturas aumentan en 2°C (3.6°F), las personas negras tienen un 40 por ciento más de probabilidades de estár viviendo en las áreas con los mayores aumentos proyectados en muertes relacionadas. Otro 34 por ciento tiene más probabilidades de vivir en áreas con un aumento del asma infantil.

Además, los efectos del cambio climático no ocurren de forma aislada. En cualquier momento, una comunidad puede enfrentarse a la contaminación del aire, a la inseguridad alimentaria, a las enfermedades y al calor extremo a la vez. Kenny dice que eso es particularmente devastador en comunidades donde la prevalencia de la inseguridad alimentaria y la pobreza ya es alta. Esta situación no se ha estudiado adecuadamente, dice, porque "es difícil capturar estos impactos que puede traer el clima".

¿Por qué hay razón para la esperanza?

En los últimos años, los científicos y los activistas ambientales han comenzado a presionar para que se realicen más investigaciones sobre los innumerables efectos del cambio climático en la salud. “Una de las cosas sorprendentes es que ha habido una escasez real de fondos para el cambio climático y la salud”, afirma Haines. "Por esa razón, algunas de las pruebas que tenemos aún son fragmentarias".

Aún así, la esperanza no se pierde. En el Acuerdo de París, países de todo el mundo se comprometieron a limitar el calentamiento global a menos de 2°C y preferiblemente a 1,5°C, reduciendo sus emisiones. “Cuando reduces esas emisiones, beneficias la salud y el planeta”, afirma Haines.

Mientras tanto, científicos y activistas ambientales han propuesto soluciones que pueden ayudar a las personas a adaptarse a los efectos del cambio climático en la salud. Estos incluyen advertencias tempranas de calor y centros de enfriamiento dedicados, cadenas de suministro más resistentes y liberar a las instalaciones de atención médica de la dependencia de la red eléctrica.

Nadeau sostiene que la pandemia de la COVID-19 también presenta una oportunidad para que los líderes mundiales piensen en grande y de manera más estratégica. Por ejemplo, la pandemia ha dejado al descubierto problemas de eficiencia y equidad que han hecho que muchos países reestructuran sus instalaciones sanitarias. En el proceso, señala, pueden buscar nuevas formas de reducir los desechos y las emisiones, como lograr que más hospitales utilicen energía renovable.

"Esto está en nuestras manos", dice Nadeau. "Si no hacemos nada, podría ser un cataclismo".

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