¿Cómo fotografiar vida silvestre sin ponerla en riesgo?

Al capturar imágenes, todo fotógrafo debería priorizar el bienestar de los animales. Los fotógrafos de National Geographic comparten consejos para saber cómo hacerlo.

Por Melissa Groo
Publicado 16 sep 2019, 17:25 GMT-3
Una cámara trampa toma fotos de osos grizzly ("Ursus arctos") en un charco en Yellowstone. Las ...
Una cámara trampa toma fotos de osos grizzly ("Ursus arctos") en un charco en Yellowstone. Las cámaras trampa no afectan el hábitat y son una forma de garantizar que los animales salvajes pueden mantenerse lejos de los humanos. El equipo de fotografía también trabajó en estrecha colaboración con el National Park Service (Servicio de Parques Nacionales) para obtener los permisos adecuados y priorizar el bienestar de los animales.
Fotografía de FOTOGRAFÍA DE MICHAEL NICHOLS CON RONAN DONOVAN Y EL NATIONAL PARK SERVICE, Nat Geo Image Collection

Los fotógrafos tienen una enorme variedad de herramientas, oportunidades y recursos a la hora de buscar a los animales que quieren fotografiar.

Al mismo tiempo, los animales salvajes se enfrentan a problemas sin precedentes que amenazan su supervivencia. En las últimas décadas, la pérdida de hábitat, el cambio climático, el comercio ilegal de vida silvestre, la sobrepesca y la contaminación han causado la dramática disminución de aves, insectos, mamíferos, reptiles y anfibios. Un informe reciente de las Naciones Unidas reveló que una de cada cuatro especies se encuentra hoy en peligro extinción. Además, la desconexión de la sociedad moderna de la naturaleza constituye una amenaza en sí misma, la amenaza de una cultura de la indiferencia. Llevamos vidas virtuales, conectadas más a dispositivos que al aire libre.

La fotografía de la vida silvestre tiene el poder de despertar en las personas el interés por las maravillas de la naturaleza. Es una herramienta esencial para inspirar el deseo de proteger la vida silvestre y generar un cambio sustancial. Las fotos pueden volverse virales en las redes sociales en cuestión de minutos, y atraer la atención que la vida silvestre tanto necesita en momentos críticos.

Asimismo, las redes sociales pueden conectar a las personas que buscan capturar visualmente la naturaleza de manera honesta y cuidadosa con aquellos que toman atajos sin reparar en los daños, con la intención de obtener más “me gusta” y seguidores. Los que disfrutan de las imágenes, lamentablemente, no pueden notar la diferencia.

Ahora bien, ¿qué significa ser un fotógrafo ético de la vida silvestre?

"La ética de la fotografía es la misma que la ética de la vida, todo gira en torno al respeto", afirma la fotógrafa de National Geographic Beverly Joubert, quien ha fotografiado la vida salvaje africana durante décadas. Hay pocas reglas universales y muchas áreas grises. Lo que es ético para uno puede no ser ético para otro. Debemos guiarnos por la compasión y la conservación, y poner el bienestar de los animales en primer lugar.

Si bien no existe un manual oficial, hay algunos principios básicos que pueden ayudar a allanar el camino.

1. No hagas daño

  • No destruyas ni alteres el hábitat para conseguir una mejor vista o escena.
  • Nos perturbes la rutina de los animales. No busques su atención o interacción.
  • Ten especial cuidado en la temporada de reproducción.
  • Infórmate acerca de los signos de estrés en la especie que te interesa.

Cuando nos aventuramos en el territorio de la vida silvestre, sin duda, nuestra presencia tiene un impacto en el ecosistema. Nos introducimos en las guaridas de estos animales, en sus lugares de alimentación y reunión. ¿Eso significa que nunca deberíamos explorar y usar nuestras cámaras? Claro que no. La naturaleza necesita que contemos sus historias, ahora más que nunca. Pero también necesita que ingresemos en ella con un mayor nivel de conciencia acerca de nuestros efectos.

Un grupo de turistas intenta fotografiar un guepardo en la Reserva Nacional Masai Mara de Kenia. La presencia de humanos puede alterar la capacidad de un animal de tener sus comportamientos habituales.
Fotografía de Frans Lanting, Nat Geo Image Collection

El fundador y fotógrafo de National Geographic Photo Ark, Joel Sartoree, enfatiza que el primer principio debe ser "no hacer daño". A grandes rasgos, esto significa no destruir el hábitat para crear una escena más pintoresca. Significa no hacer que la vida silvestre deje de cazar, comer y descansar, o que te termine amenazando a ti.

La temporada de reproducción requiere de un cuidado especial. Evita acciones que puedan alejar a los padres de sus crías, para que no queden expuestos a los depredadores y demás amenazas. No alteres nunca la vegetación que hay alrededor de los nidos o madrigueras, ya que proporciona un camuflaje fundamental, así como protección contra el sol, el viento y la lluvia.

Debemos observar continuamente el comportamiento animal y darnos cuenta en qué momento retroceder o alejarnos. Se recomienda leer con anticipación y conocer todo sobre el comportamiento de la vida silvestre para identificar enseguida los signos de peligro inminente de una especie en particular.

2. No perturbes el estado natural

  • Procura no alimentar a la fauna silvestre.
  • Evita que los animales salvajes se acostumbren a la presencia humana.

Lo mejor que podemos hacer por los animales salvajes es honrar su naturaleza salvaje. Ofrecerles comida para que podamos tomar una foto significa perturbar esa naturaleza salvaje. El sitio web del Yellowstone National Park expresa claramente: "Un animal que alimentas es un animal que muere; para bien o para mal, el Servicio de Parques se deshace de los animales que están habituados al contacto humano y la comida".

Los depredadores como zorros, coyotes, lobos, osos, búhos y otras aves rapaces aprenden rápidamente a asociar a los humanos con la comida. Se acercan cómodamente a los humanos para comer, y si se vuelven demasiado audaces o agresivos, las agencias de vida silvestre suelen sacrificarlos. Los animales también pueden acercarse a los bordes de las carreteras, ya que muchas personas los alimentan desde los automóviles, lo que los lleva a convertirse en víctimas de accidentes. 

¿Qué hay de los osos salvajes, lobos y glotones en lugares como Rumania y Finlandia, donde les ofrecen montones de comida para que los fotógrafos hagan lo suyo? Esto se ha convertido en un gran negocio en el este y norte de Europa. El único inconveniente observado hasta ahora es que la escena se vuelve ficticia: los osos y lobos conviven de forma pacífica como "amigos" simplemente porque tienen a disposición tanta comida que no hace falta pelearse por ella.

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    El fotógrafo de National Geographic Brian Skerry capturó a este gran tiburón blanco nadando en aguas de las Islas Neptuno, en Australia del Sur. Dar cebo a los tiburones hace posible que los buzos puedan verlos en su hábitat natural, pero se desconocen los impactos a largo plazo que esto puede generar en el comportamiento de los tiburones.
    Fotografía de Brian J. Skerry, Nat Geo Image Collection

    Entonces, ¿cuándo está bien usar alimentos para atraer a los animales y tomarles fotos? No hay una respuesta única, pero estas preguntas pueden servirte de guía.

    1. ¿Si alimentas a este animal, es probable que cambie su comportamiento de manera peligrosa? Si vive o migra a un área donde suelen cazarlo, el hecho de alimentarlo puede familiarizarlos con los humanos y convertirlo en un blanco fácil. O puede que se vuelva demasiado audaz, y se acerque a las personas en busca de comida, lo que podría hacer que los empleados de los parques acaben sacrificándolo.
    2. ¿La comida es apropiada y segura? Por ejemplo, establecer sitios para que coman los pájaros significa asumir la responsabilidad de limpiarlos regularmente para evitar la propagación de virus y parásitos, colocarlos a la distancia prescrita de las ventanas para evitar choques y mantener a los gatos en el interior.
    3. ¿Alimentar a este animal viola alguna ley? Depende de la legislación de cada país y de sus localidades puntuales. En los parques nacionales de Estados Unidos es ilegal alimentar a la fauna silvestre. La mayoría de los estados tienen leyes que prohíben que se alimente a ciertos animales salvajes, como ciervos, osos y alces en Nueva York. Incluso los municipios locales pueden tener sus propias ordenanzas. Las sanciones van desde multas hasta encarcelamiento.

    3. Respeta las leyes

    • Las leyes varían según la ubicación y las especies.
    • Las leyes varían según el propósito y el método de fotografía.

    Es fundamental aprender y tener en cuenta las leyes y regulaciones en los parques locales, estatales y nacionales, como la distancia que debemos mantener con respecto a determinadas especies. Estas existen para protegernos, tanto a nosotros como a la vida silvestre. Es muy frecuente que los turistas ignoren estas medidas de precaución en de los parques nacionales y sufran lesiones. En muchos casos, el animal debe ser sacrificado.

    En cualquier parque u otra área protegida, si planeamos hacer fotografías comerciales, talleres o colocar cámaras trampa, debemos obtener los permisos necesarios. Esto comprende a las áreas marinas protegidas también.

    El uso de drones en la vida silvestre es un tema controvertido, y las leyes suelen variar ampliamente. En EE. UU. no se los puede usar en los parques nacionales, áreas silvestres y reservas naturales. Y en los lugares donde sí están permitidos, debemos considerar sus efectos en la vida silvestre. Un conocido estudio de 2015 documentó el efecto de los drones en la frecuencia cardíaca de los osos negros en Minnesota. Aunque no se detectaron signos externos de estrés, cuando pasaba un dron, la frecuencia cardíaca de los osos aumentaba hasta 123 latidos por minuto por encima de la línea de base previa al vuelo. 

    4. Considera los sitios con animales en cautiverio

    • Busca posibilidades de fotografiar animales salvajes en cautiverio.
    • Conoce bien cómo debe ser un auténtico santuario o zoológico, y evita los lugares donde se explotan animales salvajes con fines de lucro.

    La fotografía de vida silvestre en cautiverio es muy popular, especialmente para las personas que no pueden o no desean viajar a lugares remotos para ver la vida silvestre en su hábitat natural. Existe una amplia gama de instalaciones que ofrecen la posibilidad de fotografiar animales exóticos, como zoológicos, santuarios, áreas de rescate, reservas, granjas de caza, centros de vida silvestre, refugios, parques de aventura y parques de safari. Los animales silvestres en cautiverio pueden vivir en condiciones de vida que van desde las más sórdidas a las ejemplares. Asimismo, el motivo por el cual están en cautiverio puede ser reprochable, para sacar redito de su encierro, o genuino, para cuidar de ellos.

    El mundo de la vida silvestre en cautiverio es una industria masiva, con escasa legislación. Las instalaciones pueden atribuirse a sí todo tipo de denominación, y son muy comunes los llamados "pseudo-santuarios". En los Estados Unidos, solo necesitan una licencia del USDA para exhibir animales salvajes al público.

    En algunos casos, puede haber ocurrido que los animales cautivos han recibido una herida y los pusieron en cautiverio para rescatarlos. Si se los cuida bien, funcionan como embajadores de la especie. Otras veces, pueden haber sido confiscados de una instalación donde los maltrataban y ahora viven en un refugio seguro y tranquilo. O puede ocurrir que los exhiban en un zoológico con fines de lucro, y deban pasar sus vidas en una pequeña jaula con piso de cemento.

    Además, existen también las granjas de fotografía. Estas son instalaciones para animales cautivos, adaptadas exclusivamente para las cámaras. Estos lugares, la mayoría ubicados en Montana y Minnesota, permiten que tomes imágenes espectaculares de animales silvestres exóticos como tigres siberianos y leopardos de las nieves, y especies nativas y escurridizas como lobos y linces. Estos animales genéticamente salvajes, cuyo instinto natural es cazar y deambular grandes distancias, pueden vivir en pequeños recintos. A veces son transportados en camiones a otros estados para posar en entornos alternativos, como las rocas rojas de Utah. Son impecables, no muestran signos de suciedad, pelaje raído o desnutrición.

    Los propietarios de granjas de caza defienden sus operaciones, argumentando que los animales que nacen en cautiverio no tienen los mismos impulsos o necesidades que los animales nacidos en la naturaleza, o que viven más tiempo porque tienen fuentes confiables de alimentos y protección contra los depredadores y los elementos. Pero el experto en conciencia animal Carl Safina, autor de Beyond Words: What Animals Think and Feel, argumenta que "lo que importa no es solo que se mantenga vivo. Una persona puede vivir en prisión con buena salud durante mucho tiempo. Lo que importa es la calidad de vida. Las diferentes instituciones y establecimientos varían ampliamente en la calidad de vida que ofrecen a las criaturas que están bajo su cuidado".

    Gran parte de la industria de la fotografía repudia las granjas, y se prohíbe que aparezcan sus fotos en concursos de fotografía de alto nivel y en la mayoría de las revistas más importantes, incluida National Geographic. Por cada especie que se encuentra en una granja de caza, hay un fotógrafo conservacionista que ha fotografiado esa especie de forma cuidadosa y consciente en su verdadero hábitat, donde el animal exhibe su comportamiento natural. 

    Debemos saber que los dólares que gastamos validarán y perpetuarán las condiciones de vida en las que se encuentran esos animales, que ellos no han elegido.

    Hay organizaciones que pueden ayudar a determinar si los autoproclamados "santuarios" o "refugios" son realmente lo que dice ser. Comienza buscando ayuda en la GFSA (Federación Mundial de Santuarios de Animales, por sus siglas en inglés). Las instalaciones acreditadas por la GFSA deben cumplir con altos estándares de atención y administración. Otra fuente es la AZA (Asociación de Zoológicos y Acuarios). Aunque algunos pueden debatir si cada operación acreditada por la AZA le ofrece al animal cautivo la calidad de vida que desearíamos, estos lugares están cumplen con altos estándares de atención al animal. (Ten en cuenta que la AZA es distinta de la ZAA — Asociación Zoológica de América — una coalición polémica con un acrónimo confuso).

    5. Toma fotos honestas

    • Sé transparente acerca de cómo se hizo la fotografía.

    La práctica ética en la fotografía de animales silvestres no termina cuando volvemos a las comodidades del hogar. Es importante reparar en cómo representamos la verdad de la vida de un animal cuando compartimos nuestras fotos.

    "Hay que ponerse a la altura del lector", sostiene Sartore. “Contarles la historia de fondo si hay algo acerca de cómo se hizo la imagen que no es obvio a simple vista. Debes ser sincero si está trabajando con un animal entrenado, o si el animal se tomó su propia fotografía usando una cámara trampa”. Si es una captura excepcional o inesperada, y tiene una historia importante, tomate un rato para explicar cómo sucedió.

    El fotógrafo Joel Sartore fotografía un caimán enano en el Sunset Zoo para Photo Ark de National Geographic. Los subtítulos de Photo Ark siempre incluyen la ubicación de la sesión para que el lector sepa cómo se hizo la foto, y Sartore trabaja en estrecha colaboración con los cuidadores para garantizar el bienestar del animal durante el proceso.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    Brian Skerry, un fotógrafo que trabaja para National Geographic desde hace mucho tiempo, y se especializa en vida silvestre marina, expresa lo siguiente: "Si estoy tomando una foto de un tiburón tigre y no confieso que usé cebo para atraerlo, en el pie de foto o cuando me lo preguntan, entonces estoy siendo deshonesto. En palabas simples, si la intención es engañar al espectador, entonces está mal". Y señala que esto se aplica también al procesamiento de las fotos. Corregir el color, por ejemplo, está bien. Pero si alteras la realidad de una escena clonando o agregando elementos que no estaban allí, por ejemplo, se podría decir que estarías haciendo más fotoperiodismo que otra cosa.

    La transparencia en los subtítulos también es una forma útil de verificar cosas acerca de nosotros mismos. Si no nos sentimos cómodos compartiendo cómo obtuvimos la foto, tal vez eso sea una indicio de que no hemos tomado la mejor decisión para obtenerla.

    La reputación lo es todo

    Las noticias corren rápido en la comunidad de fotografía de vida silvestre, y las prácticas de campo falsas o dañinas se exponen fácilmente. En la actualidad, no solo los editores y otros fotógrafos están al acecho; los usuarios de las redes sociales hoy también suelen levantar la voz cuando se hacen cosas sospechosas.

    “Una de las cosas que les digo a los jóvenes fotógrafos es que nunca olviden que la reputación lo es todo. Si quieres tomar atajos y estás expuesto, perderás todo lo bueno que has hecho en décadas", comenta Skerry. "Tienes que hacer las cosas bien, nada turbio".

    "También el editor de fotos tiene la obligación de hacer preguntas", sostiene la editora de fotos de National Geographic, Kathy Moran. "Nos corresponde acudir al fotógrafo y preguntarle cómo se hizo la imagen, pedirle un archivo RAW. Tenemos la responsabilidad de mantener la integridad también".

    Sherry sugiere que debes asociarte con científicos e investigadores para asegurarte de que lo que publicas sea exacto. Supera la brecha entre la ciencia y la fotografía para agregar autenticidad a lo que estás haciendo.

    Estos principios básicos ofrecen un punto de partida. Construir sentido común y compasión en nuestra práctica es tarea de cada uno de nosotros. Es posible que no tengamos todas las respuestas y que podamos cometer errores, pero siempre podemos esforzarnos por ser empáticos y conscientes. Depende de cada uno de nosotros usar el poder que tenemos como fotógrafos de la vida silvestre para actuar con cuidado y proteger a los animales que nos regalan su presencia. Para nosotros solo se trata de fotos; pero para un animal salvaje, cada momento tiene efectos en su supervivencia.

    Melissa Groo es fotógrafa, escritora y conservacionista de la vida silvestre, y vive en el estado de Nueva York. Escribe una columna bimensual sobre fotografía de vida silvestre para la revista Outdoor Photographer, es editora colaboradora de la revista Audubon y miembro asociado de la International League of Conservation Photographers. Síguela en Instagram y Facebook.

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