Japón reanudará la caza de ballenas con fines comerciales

El país se está retirando de la Comisión Ballenera Internacional. Aquí te contamos cómo lo hará y qué significa.

Por Rachel Fobar
Publicado 27 dic 2018, 12:02 GMT-2
Las ballenas minke o rorcuales aliblancos, como la que se muestra aquí en un puerto japonés, ...
Las ballenas minke o rorcuales aliblancos, como la que se muestra aquí en un puerto japonés, han sido el centro de parte del programa “caza de ballenas con fines científicos” del país.
Photograph Kyodo News, Getty

Japón ha decidido retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y reanudará la caza de ballenas con fines comerciales en sus aguas costeras, según confirmó uno de los voceros del gobierno. La comisión, con 89 países miembros, fue creada en 1949 para preservar a las ballenas y controlar la caza en todo el mundo. Y prohibió la caza de ballenas con fines comerciales en 1986.

Aunque Japón constituye el principal mercado de carne de ballena, el consumo es limitado: unos 28 gramos por persona por año, alrededor de 4000 a 5000 toneladas, según un informe de Animal Welfare Institute, una organización sin fines de lucro que busca aliviar el sufrimiento animal, y la Environmental Investigation Agency, que busca dar con los delitos contra la vida silvestre.

De acuerdo con Astrid Fuchs, directora del programa de caza de ballenas con fines científicos para Whale and Dolphin Conservation (organización sin fines de lucro con sede en el Reino Unido) y quien habló con National Geographic antes de confirmarse la noticia, el retiro de Japón sería principalmente una estrategia política, que buscaría enviar un mensaje de que el país puede usar sus aguas como lo desee

Dado que Japón es voz principal entre los países que están a favor de la caza de ballenas, señala, su retiro podría inspirar a otros, como Corea del Sur y Rusia, a seguir sus pasos. 

Bajo la prohibición, se encuentra exenta la caza de ballenas con fines científicos (los biólogos que estudian los estados reproductivos, los contenidos estomacales y los efectos del cambio climático por citar algunos ejemplos). Por mucho tiempo, Japón ha sido acusado de usar esa excepción como velo para que los balleneros les den algunas partes del cuerpo de las ballenas a los investigadores y vendan el resto de la carne para el consumo humano.

“Ya hace tiempo que se están burlando de la moratoria y la voluntad de los ciudadanos internacionales”, afirma Kitty Block, presidente de Humane Society International.
En una votación llevada a cabo este verano en la reunión anual de la comisión, se rechazó la propuesta de Japón que se basaba en permitir la caza de ballenas con fines comerciales.

“Han invertido mucho dinero en ello”, menciona Fuchs. “Parte del gobierno realmente esperaba poder cambiar la posición de algunos países en la reunión”.

Luego del encuentro, algunos funcionarios, entre los que se encontraban Masaaki Taniai, viceministro de pesca y Joji Morishita, comisario de Japón en la Comisión Ballenera Internacional, dijeron que considerarían retirarse de la comisión: una amenaza que Japón ya ha efectuado en el pasado.

Fuchs anticipó que esta vez era diferente. “Parece que realmente lo están haciendo”, mencionó anteriormente.
Block estuvo de acuerdo. “Cuando no consiguen lo que buscan en estas reuniones internacionales, dicen 
que van a irse, y ya han amenazado en vano durante varios años. Pero esta vez [parecía] ser un poco más firme”.

Al retirarse de la comisión, Japón no puede beneficiarse de la excepción de la CBI para la caza de ballenas con fines científicos en aguas internacionales y, por lo tanto, tendrá que dejar de cazar ballenas en alta mar. Esto es así ya que la Convención de la Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar les exige a sus signatarios, entre los cuales está Japón, que trabajen a través de “organizaciones internacionales adecuadas” para la conservación de los mamíferos marinos. Esta exigencia es ampliamente interpretada por los especialistas jurídicos como trabajar a través de la CBI, aunque el país no sea parte de la CBI. El único beneficio que Japón obtiene de retirarse es la posibilidad de poder reanudar la caza de ballenas en su patio trasero sin ningún tipo de supervisión.

Esto podría ser beneficioso para las ballenas de la Antártida (lugar en el que Japón mató a más de 300 en 2016, entre las que se incluyen más de 200 hembras preñadas), pero perjudicial para las especies que se encuentran en aguas japonesas.

Existe una especial preocupación sobre el estado de las ballenas minke (población J), que se encuentran en las costas de Japón y que son cazadas frecuentemente. Las ballenas minke se convirtieron en el blanco de los cazadores por ser relativamente abundantes, no habiendo diezmado su población durante los picos de caza de ballenas con fines comerciales durante la década de los setenta.

Si Japón fuera más claro sobre su intención de continuar con la caza de ballenas con fines comerciales, podría simplificar las cosas de alguna manera, dice Natalie Barefoot, profesora de derecho de la Universidad de Miami y experta en leyes sobre ballenas.

“Estamos teniendo este diálogo haciendo de cuenta que están realizando investigaciones científicas”, menciona. “Si cambian su posición y dicen 'Ey, esto es lo que estamos haciendo. Estamos cazando ballenas con fines comerciales', en algún punto sería un alivio porque podríamos tener una conversación honesta sobre sus actividades en las aguas del océano”.

Con su retirada de la comisión, no afrontará ninguna consecuencia formal, pero otros países podrían querer hacer justicia por mano propia e imponer sanciones, por ejemplo, negar a Japón el acceso a la pesca en sus aguas. Asimismo, Japón podría no ser parte del diálogo internacional en lo que respecta a la caza de ballenas.

“A medida que nos convertimos en una comunidad cada vez más global, es mejor que todos formemos parte, aún si no coincidimos, y solo lo hagamos para continuar trabajando”, señala Barefoot. “Estas son cuestiones globales, y necesitamos abordarlas juntos”.

Según Kate Wilson, vocera de la comisión, Japón, para poder retirarse a fines de junio de 2019, debería enviar una notificación formal de retirada al Departamento de Estado de los Estados Unidos informando al secretario de la comisión para el 1 de enero.

Un representante de la embajada de los Estados Unidos en Japón no estaba disponible para comentarios.

El momento de la última intimidación hecha por Japón respecto de su retiro de la comisión puede no ser fortuito, menciona Fuchs. En temporada de fiestas, es probable que esperen menos oposición.

 

Esta historia fue publicada el 21 de diciembre de 2018 bajo el título “Japón podría reanudar la caza de ballenas con fines comerciales.  Aquí la información.” Fue actualizada el 26 de diciembre cuando el gobierno japonés confirmó que el país se estaba retirando de la CBI.

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