
Un buzo se encuentra con una ballena franca austral en el arenoso lecho marino en la costa de las islas Auckland, Nueva Zelanda. Las adultas pueden alcanzar los 17 metros de largo y pesar hasta 60 toneladas.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeLas ballenas jorobadas fueron cazadas casi hasta la extinción, y las poblaciones se desplomaron más de un 90 por ciento antes de que una prohibición de 1966 les permitiera recuperarse.
Fotografía de Mauricio Handler, National Geographic CreativeUn grupo de narvales devora bacalao junto a los témpanos de hielo del Ártico. El cuerno del animal es en realidad un diente que puede medir casi 3 metros de largo y que ha fascinado a la gente durante siglos.
Fotografía de Paul Nicklen, National Geographic CreativeLas belugas, también conocidas como ballenas blancas (en la imagen, un animal del Parque Marino de San Lorenzo en Quebec) viven en el Ártico. Al nacer, las crías son de color gris o marrón, que cambia a blanco conforme alcanzan la madurez sexual sobre los cinco años.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeLas belugas, también conocidas como ballenas blancas (en la imagen, un animal del Parque Marino de San Lorenzo en Quebec) viven en el Ártico. Al nacer, las crías son de color gris o marrón, que cambia a blanco conforme alcanzan la madurez sexual sobre los cinco años.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeUna orca, también conocida como ballena asesina, persigue a unos arenques cerca de Andenes, Noruega. Este depredador, el delfínido más grande, también se alimenta de mamíferos marinos como focas, lobos marinos e incluso ballenas.
Fotografía de Paul Nicklen, National Geographic CreativeLas belugas se comunican mediante la ecolocalización, un sónar incorporado que les permite detectar objetos cercanos. Lo hacen a través de su melón, un órgano lipídico en el centro de la frente que da a su cráneo esa forma tan distintiva.
Fotografía de David Doubilet, National Geographic CreativeEl emblemático cuerno del narval es en realidad un colmillo modificado. Este complejo órgano sensorial transmite estímulos desde el agua del mar al cerebro.
Fotografía de Paul Nicklen, National Geographic CreativeLas orcas, criaturas muy sociales, cazan en manadas, grupos familiares de hasta 40 ejemplares. La especie se distribuye desde las regiones polares al Ecuador.
Fotografía de Paul Nicklen, National Geographic CreativeLas ballenas Minke se alimentan cerca de la superficie de Cashes Ledge, una región rica en biodiversidad marina dentro del golfo de Maine. Todavía se caza a esta especie: en 2016, los balleneros japoneses mataron a 333 ballenas Minke, entre ellas más de 200 hembras embarazadas.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeLa ballena de Groenlandia, que habita las gélidas aguas del norte, puede vivir hasta 200 años. Un entorno frío provoca una baja temperatura corporal, lo que a su vez implica un metabolismo lento y por lo tanto menos daños a los tejidos.
Fotografía de Paul Nicklen, National Geographic CreativeComo la orca, la ballena piloto es un gran delfínido que forma grupos familiares. Esta especie social se ganó su mote por su tendencia a seguir a un líde, o «piloto», durante las largas migraciones.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeLos cachalotes (en la imagen, uno de las Azores) se cazaban por una sustancia grasa en su cabeza, llamada espermaceti, empleada como aceite y lubricante en el siglo XIX.
Fotografía de Brian Skerry, National Geographic CreativeLas ballenas jorobadas (en la imagen, un animal cerca de la Antártida) emiten gemidos, aullidos, chillidos y otros ruidos complejos que pueden durar horas. El disco de 1979 «Cantos de la Ballena Jorobada» hizo famosos los «cantos» de estos animales.
Fotografía de Michael Melford, National Geographci Creative