
Día Mundial del Ahorro de Energía: guía para reducir el consumo cuando sales de casa
Por la tarde, una pareja circula en bicicleta por las calles parisinas.
El 21 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ahorro de Energía. Aunque los orígenes de esta efeméride son inciertos, la fecha sirve para recordar la importancia de utilizar los recursos energéticos de manera responsable, “reflexionar sobre nuestros hábitos y tomar medidas concretas hacia un futuro más sostenible”, señala un artículo publicado en el sitio web de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tal como apunta un artículo de National Geographic, existen varias acciones que se pueden tener en cuenta para cuidar la energía en casa, como desenchufar dispositivos que no estén en uso, reducir el uso de artefactos eléctricos, elegir aparatos de mayor eficiencia energética, apagar las luces, darse duchas rápidas y controlar la temperatura ambiente.
Pero, ¿cómo cuidar y ahorrar energía fuera del hogar? En el Día Mundial del Ahorro de Energía, National Geographic reunió cinco consejos para ahorrar energía al salir de casa.
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1. Ajusta la calefacción y apágala cuando no estés en casa
Mientras estás en casa, es necesario ”ajustar el termostato a la temperatura más baja que te resulte cómoda y ponerte ropa de abrigo”. Asimismo, es útil usar un termostato programable para ajustar la temperatura a 15 °C mientras duermes y a 10 °C cuando la casa esté desocupada. “Esto reduce hasta un 10 % al año las facturas de calefacción”, indica la Agencia Internacional de Energía (AIE), un organismo creado en 1974 que proporciona análisis, datos, recomendaciones y soluciones para ayudar a los países a proporcionar energía segura y sostenible.
Además, bajar el termostato solo 1 °C permite ahorrar alrededor del 7 % de la energía de calefacción, asegura la AIE. Calentar solo la habitación en la que te encuentras o los espacios que usas habitualmente también es una medida que te ayudará a ahorrar en facturas y no desperdiciar energía, agrega el organismo.
Al salir de casa, es recomendable apagar la calefacción o el aire acondicionado para evitar el desperdicio, completa la entidad energética.

Evento ciclista en Lima, Perú, en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente 2019. Tal como explica la ONU, caminar o andar en bicicleta son las formas de trasladarse que producen menos emisiones de carbono.
2. Camina o usa la bicicleta
Si tienes que recorrer trayectos cortos puedes optar por caminar o andar en bicicleta. Además de evitar la congestión vehicular, esta elección te ayudará a ahorrar energía y reducir las emisiones generadas por los vehículos, señala la AIE.
Esta es una medida relevante ya que, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la actualidad “el sector del transporte genera la mayor cantidad de emisiones de carbono a nivel mundial”.
Sin embargo, cabe destacar que el uso de la bicicleta requiere equipos de seguridad, como cascos e iluminación para que el medio de movilidad sea visible durante la noche, cuando hay menos luz. También es importante dar prioridad al uso de bicicletas dentro de los carriles bici o bicisendas destinadas a este tipo de transporte, con el fin de proteger al usuario. Las ciudades con políticas públicas que dan prioridad a las bicicletas fomentan la adopción de este medio de transporte.
3. Toma el transporte público cuando sea posible o combínalo con desplazamientos en coche
En el caso de que debas movilizarte a una zona más alejada, dar prioridad al transporte público puede ser una solución siempre que sea posible hacerlo en el día a día de cada uno, agrega la entidad energética. Opciones como el metro o el autobús están diseñadas para transportar a muchas personas y están presentes en la mayoría de las grandes y medianas ciudades de América Latina.
Por supuesto, se recomienda evitar las horas pico para que el trayecto no se vuelva pesado.
También puede ser interesante combinar el uso del transporte público con viajes en automóvil, ya sea privado o de aplicaciones. Organizarse para compartir un viaje en coche con otras personas, como amigos o familiares, ayuda a ahorrar energía y dinero.
Tal como indica la ONU, “sustituir el uso del auto por el transporte público puede llegar a reducir hasta en 2.2 toneladas la cantidad anual de emisiones de carbono por persona”. Y vivir sin usar el coche “puede reducir tu huella de carbono anual en aproximadamente 3.6 toneladas”.

Movimiento de pasajeros y autobuses en la Terminal de Autobuses en Brasilia, Brasil. Evitar el coche personal y preferir usar el transporte público es una medida sencilla que permite ahorrar energía cuando debes desplazarte distancias intermedias.
4. Conduce de forma inteligente
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, optimizar el estilo de conducción es una buena estrategia para reducir el consumo de combustible. Algunas medidas al respecto son: conducir con suavidad y a baja velocidad en autopistas, cerrar las ventanillas a altas velocidades, asegurarse de que los neumáticos estén bien inflados, preferir rutas con menos tráfico y apagar el motor cuando no estés en movimiento.
Otras medidas relacionadas consisten en cuidar el coche y realizar inspecciones de mantenimiento periódicas para prolongar su vida útil. Y tener en cuenta que “cuanto más pequeño sea el coche, menos energía necesitará para moverse”.
En caso de adquirir un auto, evalúa comprar un vehículo eléctrico (VE), recomienda el organismo internacional. “En general, si cambias de un vehículo estándar a un VE, lograrás reducir tu huella de carbono una media de 2 toneladas al año. Y si encuentras un vehículo eléctrico de segunda mano, “es incluso mejor, puesto que la fabricación de nuevos VE supone el uso de una gran cantidad de minerales y metales preciosos”, agrega la ONU.

Cambiar de un vehículo estándar a uno eléctrico logra reducir la huella de carbono. Pero es incluso mejor comprar uno de segunda mano, ya que la fabricación de nuevos VE supone el uso de minerales y metales preciosos. Arriba, un VE en el Foro de Innovación Sostenible en la COP 20, Lima, Perú.
5. Si tienes que hacer un viaje muy largo, evalúa las mejores opciones
Los aviones queman combustibles fósiles para obtener su impulso. Debido a sus proporciones y las distancias que recorren, las aeronaves producen “cantidades exorbitantes” de emisiones, asegura la ONU. Datos de la AIE demuestran que, en 2023, la aviación representó el 2.5% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂) relacionadas con la energía.
“Un vuelo de larga distancia de Nueva York a Tokio, solo de ida, supone una media aproximada de 2 toneladas de emisiones de dióxido de carbono”, ejemplifican las Naciones Unidas. En comparación, la media anual de la huella de carbono por persona es de 5.9 toneladas.
Dado que un vuelo de larga distancia puede provocar altas emisiones, elegir otros medios de transporte, como el ferrocarril o los autobuses, puede ser una opción respetuosa con el planeta, asegura la organización internacional. En caso de no poder tomar otro medio de transporte, la ONU recomienda planificar el traslado con anticipación y reducir la cantidad de trayectos necesarios.
En países con poca o ninguna oferta ferroviaria, también vale la pena compartir el coche con más amigos o familiares a la hora de salir a la carretera.
Los cambios de comportamiento individuales dependen de cambios sistémicos impulsados por los gobiernos
Tal como indica la AIE, cambios sencillos de comportamiento y hábitos para consumir menos energía en las actividades diarias permiten usar estos recursos de manera más “inteligente”, lo que se traduce en una menor huella ambiental y menos costos en las facturas. Además, los cambios de comportamiento para reducir el consumo energético contribuyen a mejorar el bienestar y la salud pública.
No obstante, cabe aclarar que, aunque muchas medidas pueden adoptarse de inmediato, a menudo con un coste mínimo o nulo, como bajar la temperatura o caminar en lugar de conducir, “los cambios de comportamiento dependen no solo de decisiones individuales, sino también de factores sistémicos como la disponibilidad de infraestructuras como ciclovías, transporte público o trenes de alta velocidad”.
Asimismo, las normas socioculturales influyen en la probabilidad de que los consumidores modifiquen sus hábitos energéticos, aclara la Agencia Internacional de Energía.
“Además, es probable que los cambios solo se produzcan a nivel de los ciudadanos individuales si los gobiernos impulsan cambios sistémicos en la movilidad y la concienciación del consumidor mediante políticas eficaces”, subraya el organismo. “Por lo tanto, los cambios graduales en los estilos de vida y las opiniones necesarios para estos cambios requerirán intervenciones políticas e inversiones oportunas, claras y coherentes”.
