En lo que respecta a los tipos de personalidad, se trata de un continuo que va ...

Ni extrovertido ni introvertido: qué dice la ciencia sobre los diversos rasgos de personalidad

¿Qué significa ser ambivertido u omnivertido? ¿Tienen estos tipos de personalidad alguna validez científica?

En lo que respecta a los tipos de personalidad, se trata de un continuo que va desde la introversión hasta la extroversión.

Fotografía de Adam Dean, Nat Geo Image Collection
Por Stacey Colino
Publicado 10 jul 2025, 16:58 GMT-3

A lo largo de los años, cuando la gente me ha preguntado si soy introvertida o extrovertida, no he sabido qué responder porque no me identifico plenamente con ninguno de los dos tipos de personalidad. Resulta que no soy la única.

Es cierto que a menudo soy reflexiva e introspectiva, que prefiero pasar el rato con personas de forma individual o en grupos pequeños, y que a menudo necesito tiempo a solas para recargar energías, todas ellas características de los introvertidos. Pero también puedo ser extrovertida y habladora en las fiestas, así como asertiva y orientada a la acción en mi vida profesional, cualidades que se asocian con la extroversión.

En lo que respecta a los tipos de personalidad, “se trata de un continuo que va desde la introversión hasta la extroversión”, asegura Dan P. McAdams, profesor de psicología en la Universidad Northwestern y coautor junto con William Dunlop de The Person: A New Introduction to Personality Psychology (La persona: una nueva introducción a la psicología de la personalidad). “Es una especie de curva en forma de campana en la que la mayoría de nosotros nos encontramos situados hacia el centro”.

De hecho, existen dos tipos de personalidad menos conocidos. Los ambivertidos, término acuñado por el psicólogo estadounidense Edward S. Conklin en 1923, tienen una mezcla de rasgos introvertidos y extrovertidos; los omnivertidos fluctúan entre el comportamiento introvertido y el extrovertido.

“El lenguaje es una adaptación de la cultura popular”, afirma Luke Smillie, profesor de psicología en la Facultad de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Melbourne, en Australia. “Las categorías extrovertido-introvertido no son muy matizadas, por lo que hemos creado estas otras categorías para el término medio de las características psicológicas”.

Aunque el concepto de ambivertido se ha estudiado y aparece en la literatura psicológica, el término omnivertido parece ser un constructo de la psicología popular. Y algunos expertos se muestran escépticos sobre su validez.

“Según mi experiencia, eso no existe; (no creo) que alguien pueda oscilar entre estos dos extremos”, dice Richard Robins, profesor de psicología en la Universidad de California, Davis. “Es evidente que alguien puede actuar de forma muy extrovertida en una situación concreta y muy introvertida en otra. Lo que no creo que sea posible es que alguien se encuentre en cien situaciones diferentes y siempre actúe de forma extremadamente extrovertida o extremadamente introvertida en todas ellas, sin situarse nunca en un término medio”.

A lo largo de los años, el Indicador de Tipo Myers-Briggs (MBTI) se ha convertido en un test de personalidad muy popular en todo el mundo y se utiliza ampliamente en el ámbito laboral y educativo. Clasifica a las personas en varios tipos basándose en sus puntuaciones en dimensiones de rasgos que incluyen extroversión frente a introversión, sentimiento frente a pensamiento, sensación frente a intuición y percepción frente a juicio. 

Desde su primera publicación en 1975, el MBTI ha popularizado el concepto de “tipos de personalidad”, aunque fue el psiquiatra suizo Carl Jung quien introdujo los términos extroversión e introversión en la psicología a principios del siglo XX.

Parte del atractivo perdurable: “Cuando obtienes una puntuación de tipo, piensas que hay otras personas como tú ahí fuera, lo que te hace sentir que formas parte de un equipo”, sostiene McAdams. Al mismo tiempo, la combinación de rasgos que supuestamente tienes también puede hacerte sentir único o diferente de otras personas.

“Las personas están desesperadas por comprenderse a sí mismas”, asegura Scott Barry Kaufman, científico cognitivo de la Universidad de Columbia en Nueva York y fundador del Centro para el Potencial Humano. “Cuanto más puedes decirle a la gente quiénes son, más les das una sensación de certeza en un mundo incierto”.

Pero aquí viene la sorpresa: el test Myers-Briggs no tiene validez científica, reconoce McAdams. “Las investigaciones en psicología de la personalidad muestran de forma sistemática que la variación psicológica no sigue ese tipo de lógica excluyente”. En cambio, dimensiones como la extroversión/introversión existen en un continuo y las personas se sitúan en diferentes puntos a lo largo de él, añade McAdams, que considera la introversión y la extroversión como rasgos, no como tipos de personalidad.

“Desde la década de 1980, comenzaron a acumularse pruebas (científicas) de que las personas difieren en grado”, detalla Smillie. Sin embargo, esta tipología sigue resultando atractiva para muchas personas. “Nos inclinamos por estas formas categóricas de pensar porque simplifican un mundo muy complejo”, añade.

La empresa Myers-Briggs no reconoce la existencia de los ambivertidos. Sin embargo, algunos psicólogos de la personalidad sí lo hacen.

“Estos rasgos (de introversión y extroversión) existen en un continuo y la mayoría de las personas se encuentran en el medio, por lo que el término ambivertido es útil”, afirma John Zelenski, profesor de psicología en la Universidad Carleton de Ottawa. “No siempre nos comportamos de la misma manera en diferentes situaciones. La mayoría de las personas son flexibles en este sentido. Ser rígido suele ser un signo de un trastorno de salud mental”.

Aunque estos rasgos tienen una predisposición genéticapueden cambiar con el tiempo, especialmente a medida que las personas envejecen, explica McAdams. “Es tanto naturaleza como crianza, pero la naturaleza es la que lo pone en marcha”.

Los peligros de las etiquetas de personalidad

Aunque cada uno de estos rasgos de personalidad tiene sus puntos fuertes y débiles, así como sus peculiaridades, no son necesariamente lo que la gente piensa. 

Las investigaciones sugieren, por ejemplo, que los extrovertidos y los ambivertidos tienden a ser mejores que los introvertidos a la hora de regular su estado de ánimo

Otro estudio descubrió que, mientras que tanto los introvertidos como los extrovertidos prefieren hablar a enviar mensajes de texto, los ambivertidos prefieren enviar mensajes escritos. Además, una serie de estudios publicados en un número de 2023 de la revista Personality and Social Psychology Bulletin descubrió que las personas juzgan sistemáticamente a las personas más extrovertidas como peores oyentes que las menos extrovertidas.

Pero estos rasgos tienen matices que a menudo se pasan por alto, y uno de los riesgos de basarse en estas categorías es que es fácil malinterpretar el comportamiento de alguien

“La introversión se suele clasificar erróneamente como distanciamiento o bajo nivel de amabilidad, cuando en realidad se trata de una baja motivación para relacionarse socialmente”, señala Smillie. Del mismo modo, “a menudo se percibe erróneamente a las personas extrovertidas como más competentes porque son más habladoras y parecen tener más que decir sobre un tema”.

Sorprendentemente, el elemento central de la extroversión no es la sociabilidad en sí misma, sino el comportamiento de búsqueda de recompensas, según han descubierto las investigaciones. Las personas con un alto nivel de extroversión se sienten impulsadas a participar en interacciones sociales para obtener estatus social o atención social, señala Kaufman. La extroversión parece estar impulsada por la liberación de dopamina en los circuitos de recompensa del cerebro, explica, lo que promueve una mayor exploración y participación social.

Por el contrario, los introvertidos no obtienen un efecto de recompensa tan fuerte de estas experiencias sociales, asegura Smillie.

Otra percepción errónea es que las personas muy extrovertidas tienen un don natural para las relaciones sociales. Los estudios han revelado que son mejores a la hora de establecer una buena relación con los demás, pero esto se debe a que imitan a las personas con las que interactúan más que los introvertidos.

“A veces se equipara la extroversión con la habilidad social; hemos descubierto que los extrovertidos imitan más el comportamiento de los demás sin darse cuenta”, subraya Korrina Duffy, investigadora científica del Campus Médico Anshutz de la Universidad de Colorado.

Mientras tanto, aunque durante mucho tiempo se creyó que las personas extrovertidas eran los líderes ideales en el mundo empresarial, investigaciones más recientes han demostrado que otros tipos de personalidad aportan fortalezas únicas. 

Un estudio publicado en la edición de 2023 de Frontiers in Psychology reveló que la extroversión y sus facetas asociadas de asertividad y sociabilidad no se relacionaban directamente con la eficacia del comportamiento de los líderes en el lugar de trabajo a la hora de responder a diversos retos. Lo que sí marcaba la diferencia, a ojos de los empleados, era la capacidad de los líderes para generar estímulo intelectual y proactividad en sus compañeros, factores que podrían estar asociados a personalidades más introvertidas, como señalan los investigadores.

“La gente da por sentado que las personas que ocupan puestos de poder son extrovertidas”, comenta Robins. Pero eso no siempre es cierto. De hecho, añade, “la extroversión está menos relacionada con el éxito en la vida que otros rasgos adaptativos como la conciencia”.

Adam Grant, psicólogo organizacional de la Universidad de Pensilvania, descubrió en un estudio que los ambivertidos “logran una mayor productividad en ventas que los extrovertidos o los introvertidos”, en gran parte porque “se involucran de forma natural en un patrón flexible de hablar y escuchar”. Él llama a esto “la ventaja ambivertida”.

Introvertidos y extrovertidos: descubriendo puntos en común

En cierto modo, las personas con estos diferentes rasgos de personalidad tienen bastante en común. Por ejemplo, incluso las personas muy extrovertidas se cansan de socializar, según han descubierto las investigaciones; simplemente les lleva más tiempo sentirse agotadas.

“Todos podemos identificarnos con situaciones que sacan a relucir nuestro lado salvaje y otras en las que queremos acurrucarnos en una bola y estar solos”, afirma Kaufman. “Es parte de la naturaleza humana tener capacidades introvertidas y extrovertidas en nuestro interior”.

A veces, obligarse a salir de la zona de confort puede aportar beneficios psicológicos. Una investigación realizada por Zelenski y sus colegas descubrió que cuando las personas que son introvertidas por naturaleza actuaban de forma más extrovertida de manera intencionada, su estado de ánimo mejoraba.

“Las personas que se identifican como introvertidas experimentan muchas emociones positivas cuando se comportan de forma extrovertida”, señala Zelenski. “La mayoría de ellas también afirman sentirse muy auténticas, como si estuvieran expresando su verdadero yo”.

Independientemente de tus inclinaciones naturales de personalidad, cultivar un sentido de flexibilidad y adaptabilidad en tu comportamiento (ser capaz de aumentar o disminuir ciertas cualidades para satisfacer las exigencias de diferentes situaciones, dice Smillie) puede ser la mejor manera de afrontar la vida.

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