Murciélagos de Brasil: una expedición mapea colonias de especies endémicas en el interior de Río Grande del Norte

El estado brasileño de Río Grande del Norte alberga miles de cuevas aptas para el desarrollo de especies de murciélagos que son esenciales para la Caatinga.

Miles de murciélagos nectarívoros de la especie Glossophaga soricina se abrigan en la cueva de Furna das Quatro Bocas en Jandaíra, Rio Grande del Norte, en el nordeste brasileño. La formación de colonias de miles de individuos de esta especie son muy raras ya que normalmente forma colonias de cientos o menos. 

Un solo individuo de Glossophaga soricina puede polinizar cientos de flores en busca de néctar por lo tanto una colonia de este tamaño ofrece un enorme servicio ecológico en el ecosistema circundante.

Fotografía de Juan Carlos Vargas Mena
Por Redacción National Geographic
Publicado 16 feb 2023, 07:15 GMT-3

A pesar de ser uno de los estados brasileños más pequeños, Río Grande del Norte ocupa el cuarto lugar en cuanto al número de cuevas en su territorio. Así lo informa el Registro Nacional de Información Espeleológica, el registro oficial de cavernas del país que lleva el Centro Nacional de Investigación y Conservación de las Cavernas. En estas cavidades, que están rodeadas de Caatinga (ecoregión del noreste de Brasil) viven algunas especies de un animal fundamental para la biodiversidad del bioma: el murciélago.

“Son polinizadores vitales para varias plantas endémicas de la Caatinga, por lo que la protección de estos animales es fundamental”, explica Juan Carlos Vargas Mena, doctor en ecología de la Universidad Federal de Río Grande del Norte y explorador de National Geographic.

De origen costarricense, Mena llegó a Brasil para unir esfuerzos en la tarea de mapear, monitorear y conservar murciélagos potiguares que habitan más de 1300 cavidades en el estado: “De estos, solo 400 están ambientalmente protegidos por ley. Entonces, hay cientos de otros lugares que podrían servir como hábitat para los murciélagos que no tienen protección alguna y que, por lo tanto, dejan vulnerable a este animal tan importante”.

El proyecto, apoyado por National Geographic Society, visitó 65 cuevas no mapeadas en Río Grande del Norte y ofreció como resultado importantes descubrimientos para la conservación de las especies de murciélagos locales. 

Un murciélago con GPS y el descubrimiento de la primera colonia exclusiva en la Caatinga

Un murcielago Xeronycteris vieirai estira la lengua en su refugio subterráneo en Lajes, Rio Grande del Norte, Brasil. Xeronycteris vieirai vive solo en los bosques secos del semiárido nordestino brasileño y en algunas áreas de sabana. Se alimenta principalmente de néctar que obtiene de las flores de cactus y otras plantas con su larga lengua. Se conocen pocos refugios de la especie y todos se caracterizan por estar en cavidades subterráneas hechas de piedras graníticas.

Fotografía de Juan Carlos Vargas Mena

Uno de los destaques del trabajo de investigación de campo de Mena fue el descubrimiento de una colonia del murciélago Xeronycteris vieirai, un tipo de murciélago nectarívoro (que se alimenta de néctar) endémico de la Caatinga, es decir, que solo habita en el bioma brasileño.

Según Mena, esa colonia, que debió contener alrededor de 50 individuos, está ubicada en una fisura debajo de un bloque de piedra en la región de Sierra del Feiticeiro, en Río Grande del Norte. Para encontrar el refugio de los murciélagos, el equipo de Mena capturó e identificó a un individuo Xeronycteris con un transmisor GPS.

“Esta es la primera colonia de la especie mapeada en Brasil”, explica Mena. El investigador informa que Xeronycteris es un animal raro, difícil de localizar y capturar: “Poder estar en la colonia y registrar el comportamiento de estos animales en un medio natural es un gran avance para el conocimiento que tenemos de ellos y, en consecuencia, para su preservación”.

Xeronycteris vieirai es responsable de la polinización de plantas características de la Caatinga, como el xique-xique (Pilosocereus gounellei) y el mandacaru (Cereus jamacaru), especies que “son la cara del Sertón (vasta región semiárida del noreste de Brasil) y están íntimamente ligadas al folklore nororiental”, afirma Mena.

Colonias con miles de murciélagos colibrí

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    Detalle de una colonia del murciélago nectarívoro Glossophaga soricina situada en la cueva de Furna das Quatro Bocas en el estado de Rio Grande del Norte, Brasil. La cueva se utiliza como zona de copulación y maternidad para esta colonia inusualmente grande, por lo que su protección es muy importante para ella población local de la especie en la región.

    Fotografía de Juan Carlos Vargas Mena

    Otra de las sorpresas de la expedición por las cuevas de Río Grande de Norte fue la identificación de una enorme colonia de murciélagos colibrí (Glossophaga soricina) con unos cinco mil individuos.

    “Es un hallazgo raro porque esta especie tiende a hacer colonias de unas pocas docenas a unos cientos de murciélagos. Las colonias tan grandes son bastante inusuales”, subraya el explorador.

    Este animal, que se encuentra en las regiones tropicales de México y en varios países de América Central y del Sur, es conocido como el murciélago colibrí porque se alimenta del néctar de las flores y es capaz de flotar, por lo que el animal permanece inmóvil en el aire.

    El raro registro de un murciélago bebé

    Un bebe de murciélago sudamericano de cabeza plana (Neoplatymops mattogrossensis) se amamanta de su madre en un momento único y asombroso. El comportamiento duró de 20 a 30 segundos hasta que la hembra se fué para una parte más profunda de la grieta quedando fuera de visión. El bebe se quedó solo algunos minutos para luego seguir a su madre y desaparecer en la oscuridad de su refugio. Neoplatymops mattogrossensis es una especie difícil de encontrar ya que se caracteriza por refugiarse solo en grietas de rocas. Tiene adaptaciones para vivir en espacios estrechos como el cráneo y cuerpo achatados y la capacidad de moverse con mucha rapidez entre las grietas. Esta es quizás una de las pocas imágenes que existen de un bebe de esta especie.

    Fotografía de Juan Carlos Vargas Mena

    Finalmente, Mena también señala que la expedición resultó ser uno de los pocos registros existentes de un bebé de murciélago sudamericano de cabeza plana (Neoplatymops mattogrossensis).

    La foto del biólogo muestra a una hembra amamantando a su cría en una pequeña grieta en la roca: “¡El momento fue rápido! Pasaron solo unos segundos antes de que la madre murciélago desapareciera en la oscuridad del refugio. Pero para cualquiera que estudie a estos animales, fue un momento wow".

    De acuerdo a la explicación de Mena, Neoplatymops mattogrossensis es una especie difícil de encontrar, ya que suele refugiarse solo en grietas de unos pocos centímetros, apoyándose en adaptaciones para vivir en espacios estrechos y aplanados. “No es posible capturar murciélagos con los métodos convencionales que usamos. Para encontrarlos tenemos que ir tras sus refugios, lo que hace más difícil poder fotografiarlos. Por esta razón, este récord es extremadamente raro y debe ser uno de los únicos en el mundo”, aclara el explorador. 

    ¿Por qué preservar los murciélagos en el noreste?

    Según el explorador de National Geographic, el trabajo de mapeo del hábitat de los murciélagos de Potiguar (como se conoce al estado de Río Grande del Norte) tiene tres puntos de importancia ambiental: la protección de los propios murciélagos, la conservación de los ecosistemas cavernarios y la preservación de la flora de la Caatinga.

    “Saber dónde están y cómo se relacionan con el medio ambiente es fundamental para las iniciativas de conservación y educación, encaminadas a preservar tanto los ecosistemas de los murciélagos como los de la Caatinga, que ya están muy amenazados”, indica Mena.

    Según el investigador, los murciélagos no solo preservan el bioma a través de la polinización y la dispersión de semillas, sino que también sustentan la vida en ambientes de cuevas. Explica que “muchos organismos que viven en cavidades dependen del guano (heces de murciélago) como fuente de alimento y materia orgánica. Sin murciélagos, esos organismos que no pueden salir de la cueva para encontrar comida morirían".

    Además, el explorador afirma que los hábitats de las cuevas son particularmente vulnerables a los efectos ambientales de las actividades humanas, como el turismo descontrolado, la recolección de guano (para usar como fertilizante), la minería e incluso la propia espeleología (el estudio de las cavidades naturales).

    Por lo tanto, la identificación de refugios de alta diversidad de murciélagos, grandes colonias inusuales o especies de rara ocurrencia son esenciales para la protección de estos ambientes. “Cuanto más sabemos sobre el medio ambiente, más fuerza tenemos para exigir medidas legales de preservación y evitar consecuencias como la pérdida de biodiversidad y la desertificación de la Caatinga”, concluye Mena.

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