Brotes de COVID-19 en visones: ¿qué enseñanzas dejan sobre las pandemias?

La propagación del coronavirus ha expuesto los problemas que existen en las granjas de peleterías y cómo se responde a los brotes allí.

Por Dina Fine Maron
Publicado 25 feb 2021, 11:35 GMT-3
El año pasado, Dinamarca mató a todos los visones en cautiverio (millones) luego de que una ...

El año pasado, Dinamarca mató a todos los visones en cautiverio (millones) luego de que una variante del nuevo coronavirus fuera detectada circulando entre los visones y los humanos. La nueva investigación ha demostrado que muchos visones pueden ser portadores asintomáticos del SARS-CoV-2.

Fotografía de Mads Claus Rasmusse, RITZAU SCANPIX, AFP, GETTY IMAGES

Anne Sofie Hammer buscaba visones enfermos. El gobierno danés había contratado a la patóloga veterinaria de la University of Copenhagen (Universidad de Copenhague) en junio de 2020 para investigar si los granjeros estaban infectando a los visones con el nuevo coronavirus. Esto implicaba ir de granja en granja, buscar animales que estuviesen inapetentes o tuviesen tos, y tomar muestras de sangre e hisopados de boca.

El virus, SARS-CoV-2, se había estado propagando rápidamente entre los granjeros de visones y a los funcionarios les preocupaba que no solo infectara a los aproximadamente 17 millones de visones en cautiverio del país sino también que estos lo transmitieran nuevamente a los seres humanos. Ese salto ya se había documentado en los Países Bajos.

La patóloga halló que los visones de mayor edad respiraban con mucha dificultad y sus pechos subían y bajaban; estaban luchando por sobrevivir. Mientras sus sistemas inmunes funcionaban a toda marcha, sus pulmones se llenaban de fluido. Se estaban ahogando, señala. Cuando tomó algunos de los animales muertos, "el fluido les salía de las narices".

Algo más la perturbó. En varias granjas, muchos visones aparentemente sanos dieron positivo o tenían los anticuerpos contra el virus. Y, en febrero de 2021 en la revista Emerging Infectious Diseases, escribió que las infecciones que se dieron con casi ningún signo de enfermedad o aumentaron las muertes de visones hacen que sea difícil detectar la propagación del virus.

Hammer, que investiga en nombre del gobierno danés y de la industria peletera, advirtió que, como consecuencia, las granjas de visones podrían representar un "depósito animal desconocido grave" del coronavirus. Las infecciones sin identificar en animales, ya sea en granjas o en estado salvaje, podrían perjudicar nuestros esfuerzos colectivos para terminar con esta pandemia.

"Aun si contáramos con un programa de vacunación eficiente y erradicáramos [el coronavirus] en seres humanos, que ya es bastante difícil, el virus será un problema si continúa en la vida silvestre", explica Ian Lipkin, director de Center for Infection and Immunity de Columbia University (Centro de infección e inmunidad de la Universidad de Columbia). "Debemos evitar que existan depósitos animales de la enfermedad", agrega. Si el virus circula en una población de animales, podría continuar evolucionando y hasta volver a atacar a humanos y de nuevo a esas especies, lo que posiblemente lo convertiría en más transmisible o letal a medida que se replica, señala.

PJ Smith, director de políticas en el sector moda de Humane Society International, es uno de los muchos defensores de animales que señala que la omnipresencia de la enfermedad en las granjas de visones hace hincapié en cuán peligrosa e inhumana es la industria. Advierten que es el momento de cerrar porque hay pocas granjas de visones. Los visones se matan a finales de otoño cuando sus pieles son más gruesas y más brillantes, la cría no comienza hasta, aproximadamente, marzo siguiente.

Pero los grupos como International Fur Federation (Federación internacional de pieles), que representa a quienes comercian pieles y a las granjas, argumentan que la industria puede tener enfermedades infecciosas y que las granjas de visones son una parte importante de la industria global de pieles que es de $22 mil millones de dólares estadounidenses. "Muchos de estos granjeros son la segunda, tercera o hasta cuarta generación de trabajadores", señala Mike Brown, vocero de la federación de Estados Unidos. "Este es su sustento".

Independientemente de esto, los brotes por coronavirus en las granjas de visones han expuesto los problemas que existen; entre ellos, el inadecuado monitoreo de la enfermedad, normas débiles o inexistentes y una coordinación peligrosa en torno al virus que puede transmitirse entre humanos y animales.

Según U.S. Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, CDC por su sigla en inglés), más de la mitad de todas las enfermedades que enferman a los seres humanos pueden propagarse a través de animales. Abarcan una gran variedad, desde rabia, salmonela y virus Nipah (un virus letal que nació en murciélagos, y que mata cerdos y personas) hasta el virus respiratorio del Medio Oriente (MERS) y el SARS-CoV-2. La amenaza también es al revés, un proceso que se conoce como zoonosis inversa. Por ejemplo, los seres humanos pueden transmitir gripe a los visones.

La semana pasada, al reconocer la necesidad de tomar medidas más agresivas, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y el Centro Europeo para la prevención y el control de las enfermedades recomendaron algunos cambios; por ejemplo, investigar semanalmente las granjas de visones en busca de coronavirus, examinar a los trabajadores frecuentemente y realizar exámenes aleatorios tanto a visones enfermos como a los aparentemente sanos. Dichas precauciones no se siguen en Estados Unidos ya que el examen no se hace a menos que el animal esté evidentemente enfermo.

En general, los visones viven amontonados en jaulas una al lado de la otra. Para enero de 2021, más de 400 granjas en todo Europa habían detectado coronavirus en sus visones.

Fotografía de Mads Claus Rasmusse, RITZAU SCANPIX, AFP, GETTY IMAGES

Medidas desesperadas

Criar visones para utilizar su piel es cosa común en el norte de Europa, América del Norte, Rusia y China, en general en granjas con miles de animales en jaulas de alambres una al lado de la otra. En dichos lugares con tanta cercanía, los patógenos pueden fácilmente pasar de un visón a un trabajador, o viceversa, cuando inhalan las gotas infectadas o tocan las superficies contaminadas.

De hecho, desde la primavera de 2020, el coronavirus ha alcanzado a más de 400 granjas en Europa y ha emergido recientemente este mes en Polonia, productor principal. 

Antes de esto, en diciembre se detectó en Canadá, América del Norte. Aproximadamente en ese momento, otro criador principal de visones terminó de matar a sus millones de animales para prevenir mayores brotes y cambió el año de cerrar la industria de 2024 a 2021. Y, a finales del año pasado, las autoridades de Dinamarca ordenaron matar a todos los visones en cautiverio luego de que una variante del virus relacionada con los visones se detectara en personas. Dinamarca y Suecia cancelaron sus temporadas de cría en 2021. 

En Estados Unidos, los primeros visones en cautiverio con coronavirus fueron identificados en Utah en agosto de 2020, y, desde ese momento, se han registrado brotes en 16 granjas de visones, según Animal and Plant Health Inspection Service de U.S. Department of Agriculture de U.S. (Servicio de Inspección de salud de plantas y animales del Departamento de agricultura de Estados Unidos). Mike Brown, de International Fur Federation, señala que, antes de la matanza anual por sus pieles que suele ser en diciembre, ya habían muerto de COVID-19 más de 12.000 de los aproximados tres millones de visones en cautiverio.

A medio año del primer brote en Estados Unidos, todavía no es claro si los visones han transmitido la enfermedad a las personas en Estados Unidos como se confirmó en los Países Bajos y en Dinamarca.

USDA no ha recomendado sacrificar a los visones, pero ha emitido pautas para que las granjas infectadas ingresen en cuarentena, que los trabajadores usen mascarillas de protección y que se queden en casa si están enfermos de COVID-19. Sin embargo, en Estados Unidos, son los gobiernos de los estados los encargados de liderar las respuestas a los brotes en las granjas de visones.

Permitir que la cría comience en Estados Unidos este año sería "sorprendentemente imprudente", señaló la organización sin fines de lucro Utah Animal Rights Coalition (Coalición para los Derechos de Animales de Utah) en cartas recientes a CDC y USDA. "Una rápida acción es necesaria para combatir efectivamente la pandemia por COVID-19, prevenir la pérdida de vidas humanas y la propagación de la enfermedad a las poblaciones de animales salvajes", escribieron y pidieron se frene con la producción de visones.

Más de 200 granjas de visones en Dinamarca, casi un quinto del total del país, habían sido infectadas con coronavirus para diciembre de 2020.

Fotografía de Mads Claus Rasmusse, RITZAU SCANPIX, AFP, GETTY IMAGES

Los misterios de los visones en Estados Unidos

Las infecciones por coronavirus en visones no se dieron únicamente en granjas. El otoño pasado, los investigadores en Utah hallaron un visón infectado en estado salvaje en "los alrededores cercanos" de una granja que tenía la enfermedad. La noticia, que la USDA no hizo pública hasta mediados de diciembre, ha agravado el miedo a que los visones enfermen tanto a humanos como a animales salvajes. También en diciembre, los biólogos que extraían muestras de animales salvajes en los alrededores de las granjas infectadas de Oregón hallaron dos visones que se creía habían escapado de una granja cercana que tenía el virus.

En Utah, donde ocurrieron 12 de los 16 brotes en granjas de visones, los perros y los gatos salvajes también han dado positivo de coronavirus en las granjas, lo que plantea cuestiones sobre cómo ese visón salvaje contrajo la enfermedad. Dean Taylor, veterinario del estado de Utah, señala que una posibilidad es que el gato salvaje sea la fuente. Otra es que el visón se haya contagiado de otro visón salvaje, lo que sugeriría que el virus está más extendido de lo que los científicos creen. O, tal vez, el visón se metió en el galpón de la granja, se infectó allí y salió nuevamente.

Según Hammer, en estado salvaje, los visones son animales solitarios, lo que reduce la posibilidad de enfermedad entre visones salvajes. Pero, si el coronavirus pasa de los visones a otras especies en estado salvaje "solo depende de cómo las poblaciones de visones interactúan con otros", explica Lane Warmbrod, analista sénior del Johns Hopkins Center for Health Security (Centro para la seguridad sanitaria Johns Hopkins). "Puedo decir que es muy probable que un virus pase de una especie de mamíferos a otra, como ya lo hemos visto de humanos a visones, y viceversa".

Hasta ahora, ninguna de las pequeñas muestras de los animales salvajes atrapados y examinados en cercanía a las granjas de visones en Estados Unidos (y Europa), más allá del visón salvaje, han evidenciado coronavirus.

Pero, en las granjas en Estados Unidos, los defensores de la salud pública y de la protección de la vida silvestre señalan que hay una preocupante falta de transparencia en los brotes por coronavirus. Utah Animal Rights Coalition ha instado al Gobierno de Biden a que tome un papel más proactivo en registrar los brotes, evaluar los riesgos de los mismos y establecer pasos, entre ellos, el secuenciamiento rápido del genoma del virus en las granjas y la publicación de los hallazgos.

La secuenciación del genoma del coronavirus en visones y humanos, la técnica usada en los Países Bajos y en Dinamarca para ayudar a confirmar rápidamente si el virus saltó de una especie a otra, continúa en Estados Unidos según los CDC. En los Países Bajos, dicho trabajo fue realizado dentro de unas pocas semanas del primer brote. 
Los CDC han rechazado múltiples pedidos de entrevistas sobre el lento progreso. Warmbrod señala que muchos departamentos sanitarios no cuentan con la competencia y las herramientas para realizar análisis genómicos y deben recurrir a los laboratorios académicos y nacionales, lo que puede ocasionar demoras.

Los CDC declararon a National Geographic que están trabajando con USDA para secuenciar las muestras de las personas y los animales en las granjas de visones y las áreas linderas para entender mejor los caminos de transmisión e identificar las variantes genéticas del virus. Los CDC aseguran que dicho trabajo lleva tiempo, pero "actualmente, no hay evidencia de propagación de visones a humanos en Estados Unidos".

Antes de que comience la temporada de cría, Wisconsin ya comenzó a administrar vacunas contra el coronavirus a los trabajadores de las granjas de visones que tienen un riesgo más alto y poseen prioridad frente a otras ocupaciones, como los maestros.

Los estados no se han expresado sobre el coronavirus en las granjas de visones. Además de Utah y Oregón, Michigan y Wisconsin han tenido brotes. El Departamento de agricultura y desarrollo rural de Michigan se negó a dar detalles y le explicó a National Geographic que esta información está protegida conforme a la ley de privacidad del estado y que las granjas no están específicamente habilitadas o reguladas por el estado. Y los funcionarios de Oregón también han rechazado dar información alegando privacidad médica; entre dichos datos negados, está la ubicación general del brote.

"La confidencialidad de la industria y el hecho de que los reguladores se estén negando a dar información básica hace que sea más difícil saber qué han hecho, y qué ha funcionado y qué no", explica Lori Ann Burd, directora ejecutiva de Center for Biological Diversity (Centro para la diversidad biológica), organización sin fines de lucro con sede en Arizona. Las granjas no cuentan con casi ningún tipo de regulación y Burd agrega "salvo por algunas normas relacionadas con el agua que se aplican a las granjas de visones más grandes". Es importante saber cuán frecuente se escapan los visones de las granjas por los potenciales riesgos al público y a los animales salvajes", señala. "Es obvio que se necesita mayor transparencia de manera urgente".

El grupo de Burd ha instado a los legisladores a que cierren las granjas de visones en Estados Unidos o, al menos, aumenten las normas respecto de ellas.

Mejores exámenes de detección

En las granjas de visones daneses que Hammer visitó, informó hallar material genético de coronavirus en el aire alrededor de los visones, en las pieles, en las moscas y en el agua de las alcantarillas. En una granja, lo encontró en la pata de una gaviota. Pero el método de examen que utilizó no distingue si el material podría provocar la enfermedad o es solo un residuo viral.

Hammer no cree que las aves se infecten con coronavirus (no hay evidencia de ello), pero sería útil saber si los pájaros pueden transportar el virus de una granja de visones a otra, indica. En Dinamarca, las gaviotas suelen buscar alimento bajo las jaulas y las aves pequeñas entran sigilosamente y picotean la comida que queda en la parte superior.

Ningún animal, ni los humanos, vive en aislamiento absoluto. "Sabemos que tenemos que tomar medidas de precaución extra y ser más proactivos al monitorear la interfaz animal-humano", explica Warmbrod. Aconseja desarrollar protocolos estándares de monitoreo de la enfermedad para las granjas de visones e integrar mejor los resultados COVID-19 de la secuenciación del genoma de las muestras de animales y humanos para mejorar el registro de la evolución de la enfermedad y detectar cualquier variante al respecto. Hasta los animales asintomáticos deberían examinarse regularmente, agrega.

Tracey McNamara, expatóloga principal del zoológico de Bronx, en Nueva York, señala que los científicos deberían haber hecho estudios inmunológicos en las muestras de los bancos de sangre de los zoológicos hace un año para identificar la posible variedad de especies susceptibles al SARS-CoV-2. Instó a los funcionarios de Estados Unidos del momento a que hicieran dicho examen. Y explica que, con mejor información, los funcionarios podrían haber establecido diferentes políticas y precauciones, y llevado a cabo una vigilancia más específica.

Lipkin, de Columbia University, señala que tiene sentido que se revisen las muestras de sangre disponibles en los zoológicos en busca no solo de coronavirus, sino también de otras enfermedades emergentes. "Muchas personas han hablado sobre [la idea de McNamara], pero nunca hay inversiones reales allí", señala.

McNamara, que, a finales de la década de 1990, ayudó a confirmar que el virus del Nilo occidental es propagado por aves, atribuye esta reticencia a no querer pensar en los animales del zoológico como susceptibles a enfermedades alarmantes que enfermen a las personas. Lipkin está de acuerdo. Expresa que es posible que "si se comienza a hablar de infecciones en las colecciones de los zoológicos, las personas dejen de ir a los zoológicos".

En Europa, llevar a cabo matanzas masivas de visones y deshacerse de los cuerpos, como en esta granja en Grecia, presentaba, usualmente, desafíos logísticos formidables. En Estados Unidos, no se ha ordenado sacrificar ningún animal, pero, en el país, más de 12.000 visones han muerto de COVID-19.

Fotografía de Mads Claus Rasmusse, RITZAU SCANPIX, AFP, GETTY IMAGES

¿Cómo se mata a los visones?

Generalmente, se mata a los visones en cautiverio por su piel con monóxido de carbono liberado desde contenedores que se venden comercialmente.

Los granjeros en Estados Unidos pueden recurrir a las pautas de la American Veterinary Medical Association (Asociación médica veterinaria de Estados Unidos) para saber cómo matar animales de manera compasiva, cuenta Mike Brown, de la International Fur Federation. El estudio que investigó el envenenamiento de los visones por monóxido de carbono y que se cita en el documento establece que, en las condiciones adecuadas, el gas puede detener la respiración de un visón en dos minutos y provocar un paro cardíaco en menos de 10. (La asociación veterinaria se negó a hacer comentarios al respecto).

Sin embargo, en 2016, al menos dos visones en una granja grande de Wisconsin sobrevivieron a la intoxicación inicial. Conforme una investigación secreta de People for the Ethical Treatment of Animals (Personas por el tratamiento ético de los animales), uno tardó 20 minutos en sucumbir. Y los investigadores hallaron que un granjero le rompió el cuello a otro visón que no murió por intoxicación. No obstante, los oficiales encargados del cumplimiento de las leyes concluyeron que no hubo abuso animal.

"Criar a los visones en aislamientos sucios y luego matarlos con gases, por sofocación o electrocución ya es inherentemente cruel", menciona Delcianna Winders, directora de Animal Law Litigation Clinic (Consultorio de litigios por leyes animales) de Lewis and Clark Law School (Facultad de abogacía Lewis y Clark), en Portland, Oregón. Pero las matanzas masivas en pandemia "elevan esta crueldad a todo un nuevo nivel", señala. "Cuando abarrotan a miles de visones en las cámaras de gas, la probabilidad de que existan sufrimientos prolongados y muertes insoportables aumenta significativamente".

La pandemia ha resaltado instancias en las que los visones no mueren inmediatamente. Un video publicado en redes sociales a finales del año pasado por un trabajador de una granja danesa muestra un visón vivo retorciéndose entre los muertos mientras parece que intenta respirar aire limpio por una abertura en el "caja de la muerte", el contenedor repleto de gas. Otras imágenes de las matanzas vinculadas a la pandemia en los Países Bajos, filmada en secreto por un grupo defensor de los derechos de los animales, muestran cuando arrojan un visón vivo en una cámara de gas.

Los defensores de la industria culpan a los trabajadores inexpertos y a las circunstancias extremas de la pandemia por algunas de las fallidas matanzas en masa.

¿Qué nos depara el futuro?

A pesar de las pérdidas financieras provocadas por los cierres de las granjas de visones durante la pandemia y el creciente grito de los defensores de animales que dicen que las granjas de visones son inhumanas, las ventas de las peleterías han estado en auge.

Mark Oaten, CEO de International Fur Federation con sede en Londres, señala que los precios de las pieles a principios de 2021 han aumentado más del 40 por ciento desde septiembre de 2020. Le atribuye esto a los miedos de las empresas por la escasez futura, acompañados por una fuerte y sistemática demanda de China y Corea. "No esperamos un cambio muy grande en el año que empieza", señala.

Los granjeros de visones y los grupos de la industria de la piel indican que son optimistas de cara al futuro. Aunque la casa de subastas de visones más grande del mundo, Kopenhagen Fur en Dinamarca, haya anunciado sus planes de cierre, otras casas de subasta pueden llenar el vacío, explica Oaten. Y agrega que es probable que otros países aumenten la producción para compensar las pérdidas de pieles de los Países Bajos y Dinamarca.

El futuro de la industria de visones llegará a un punto bisagra en parte en China, que producía más de 11 millones de pieles en 2019, según China Leather Industry Association (Asociación de la industria del cuero china). La sede china de International Fur Federation informa que no se han registrado hasta ahora infecciones por coronavirus en las granjas de visones de China. La información sobre la industria de visones del país es escasa a pesar de incluir si los animales son examinados en busca del virus.

Perjudicados por los cierres de las granjas, los granjeros de visones de Dinamarca y los Países Bajos podrían decidir mover sus operaciones a otros países en la Unión Europea, señala Mick Madsen, director de comunicación de Fur Europe, un grupo industrial con sede en Bruselas. "No tengo pruebas de que haya muchas empresas buscando reubicarse, pero algunas sí lo harán", indica.

Mientras tanto, varias investigaciones apuntan a desarrollar una vacuna contra el coronavirus en visones, lo que da esperanza a los granjeros. Los virólogos de University of Helsinki (Universidad de Helsinki), financiados por la industria peletera finlandesa, están probando una vacuna que podría darse mediante una inyección o por nariz, señala Jussi Peura, director de investigaciones de Finnish Fur Breeders Association (Asociación finlandesa de criadores de animales con pieles).

No obstante, PJ Smith de Humane Society International no ve un buen futuro para la industria. "Por la pandemia, estamos esperando más prohibiciones a la producción, que disminuirá el suministro, junto con más prohibiciones a las importaciones y las ventas de pieles, que disminuirán la demanda". Con el tiempo, las granjas de visones no serán viables económicamente, señala.

Incluso antes de la pandemia, una cantidad cada vez mayor de marcas de moda (entre ellas Coach, Ralph Lauren y Burberry) había anunciado que ya no usaría pieles de visones ni de otros animales. Y un grupo de países europeos (Reino Unido, Eslovaquia, Austria y Bélgica, entre otros) había prohibido la producción de pieles de visón y otros animales.

En septiembre, Francia anunció sus planes, que siguen en debate legislativo, para cerrar las últimas cuatro granjas de visones del país. Dos meses después, un visón en una granja dio positivo. Los funcionarios ordenaron matar a los miles de animales de la granja con el fin de proteger la salud pública. 


Wildlife Watch es un proyecto de investigación periodística entre National Geographic Society y National Geographic Partners que se enfoca en delitos y explotaciones contra la fauna y flora silvestre.

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