Costa Rica: la prístina “isla de tiburones” se convierte en una enorme reserva marina

Con un tamaño tres veces mayor al del territorio continental del país; la reserva se destaca por la abundancia de tiburones, ballenas, tortugas y otras especies marinas.

Un tiburón de arrecife de punta blanca nada dentro de una cueva frente a la costa de la Isla del Coco. La protección legal recientemente anunciada expandirá la prohibición de pesca alrededor de la isla y crearán un hábitat más seguro para especies de tiburones vulnerables como estas.

Fotografía de GREG LECOEUR, Nat Geo Image Collection
Por Sarah Gibbens
Publicado 22 dic 2021, 13:11 GMT-3

La primera vez que se sumergió en las aguas que rodean la Isla del Coco, Enric Sala se sintió como si estuviera en un "Parque Jurásico submarino". 

"Recuerdo vívidamente bucear bajo un banco de 200 tiburones martillo, dentro de un banco de miles de jureles patudo y [estar] rodeado por 20 tortugas verdes apareándose", relata el explorador residente de National Geographic en un correo electrónico. 

Las aguas cristalinas que albergan esa vida vibrante, que recuerda a las épocas prehistóricas, ahora están recibiendo más protección para mantenerlas prístinas. El Parque Nacional Isla del Coco de Costa Rica, una reserva marina protegida desde 1982, crecerá unas 27 veces en tamaño. Estará contenido dentro de una nueva reserva marina administrada de manera sostenible llamada Área Marina Administrada Bicentenario, promulgada por el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada. 

En total, las declaraciones protegerán 61.502 millas cuadradas de océano (159.290 kilómetros cuadrados). Eso es tres veces el tamaño del territorio continental de Costa Rica.  

El patudo catalufa crece hasta 28 centímetros de largo y habita en arrecifes rocosos profundos frente a la Isla del Coco.

Fotografía de Enric Sala, National Geographic Society

El anuncio significa que el país, famoso por sus ambiciosos objetivos ambientales, ahora está protegiendo el 30 por ciento de sus océanos, en comparación con solo el 3 por ciento antes del anuncio.

A principios de este año, 50 países dijeron que protegerían el 30 por ciento de su tierra y el 30 por ciento de sus océanos para el 2030. Por otra parte, la administración de Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, se ha comprometido a trabajar para alcanzar un objetivo similar. Este "objetivo de 30 por 30” es uno que los científicos han dicho que es necesario para mitigar el cambio climático y prevenir la rápida pérdida de biodiversidad.

Actualmente, menos del 8 por ciento de los océanos del mundo están bajo algún tipo de protección legal, y Sala afirma que se necesita más "si queremos prevenir una crisis de extinción y el colapso de nuestro sistema de soporte vital".

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    Una estrella de mar de color canela yace sobre una roca en el fondo del mar.

    Fotografía de Nick Hawkins, Naturepl.com

     

    Un banco de jureles patudo en aguas profundas frente a la Isla del Coco.

    Fotografía de GREG LECOEUR, Nat Geo Image Collection

    Una mina de oro ambiental 

    En el corazón de la reserva recién ampliada de Costa Rica se encuentra la “Isla del Coco”, también conocida como Treasure Island (Isla del Teroso, y se cree que inspiró el libro homónimo de 1883). Es una isla remota, a más de 560 kilómetros de la costa y despoblada, aunque en el siglo XVII fue visitada por piratas que supuestamente escondieron un botín infamemente saqueado conocido como el “Tesoro de Lima” que hoy podría valer mil millones de dólares. Nunca se ha encontrado. 

    Como la extensión más al sur de América del Norte, la isla se encuentra en el hueco de una corriente llamada Contracorriente Ecuatorial del Norte, que se ubica en una confluencia oceánica de apareamiento, migración y alimentación. La isla de veintitrés kilómetros cuadrados es solo la punta visible de una línea de volcanes sumergidos que se elevan sobre el fondo del océano y albergan una explosión de vida marina. Al menos tres especies de aves, dos peces y dos reptiles no se pueden encontrar en ningún otro lugar de la Tierra.

    Contiene además más de 200 plantas y peces diferentes, 400 insectos, 100 aves y ballenas, delfines y lobos marinos que encuentran refugio en el parque.

    Es especialmente rica en tiburones, hogar de 14 especies diferentes, tres de las cuales están en peligro de extinción. 

    Un banco de tiburones martillo nadan en el océano azul. Las aguas que rodean la Isla del Coco son un refugio para los tiburones que a menudo son cazados por sus aletas.

    Fotografía de Enric Sala, Nat Geo Image Collection

    “Se la conoce como la isla de los tiburones”, señala Carlos Manuel Uribe, presidente de Friends of Cocos Island (Amigos de la Isla del Coco), un grupo ambientalista iniciado por el ex presidente costarricense Rodrigo Carazo Odio en 1994. “La primera vez que salté al agua, me vi rodeado de tiburones. Hay tanta biodiversidad sobre ti".

    Animales y plantas de todos los tamaños están escondidos dentro de sus arrecifes de coral y cuevas. La Isla del Coco tiene alguna de la biomasa más densa, un término científico para los organismos vivos.

    Si bien la región ha sido protegida legalmente por Costa Rica durante 39 años y ha sido un sitio del patrimonio mundial de la UNESCO desde 1997, un estudio realizado en el 2009 por el grupo de defensa ambiental de National Geographic Pristine Seas, dirigido por Sala, descubrió que las especies que pueblan el área estaban siendo amenazadas por barcos pesqueros cercanos. 

    Posteriormente, se produjo un documental de National Geographic sobre la biodiversidad y las amenazas pesqueras de la región, bautizado como Tiburones de la Isla del Coco.

    El equipo descubrió que los montes submarinos desprotegidos que rodeaban la isla estaban llenos de líneas de pesca. Las aguas de la región están llenas de atunes para convertire en pescado, sus tiburones son el objetivo de los cazadores furtivos y un informe del 2018 de un grupo ambiental local descubrió que la pesca ilegal era una amenaza importante y creciente. 

    Las nuevas protecciones enviarán un mensaje de que Costa Rica se toma en serio la protección de sus activos biológicos, señala Andrea Meza, ministra de Medio Ambiente de Costa Rica. 

    “Es muy importante dar señales claras a los pescadores ilegales de que habrá más control y monitoreo del océano”, señala. "Por esta razón, la expansión fue muy importante porque podemos aumentar el control y la supervisión". 

    Si bien el Área Bicentenaria Administrada más grande tendrá pesquerías, cuyos detalles son un trabajo en progreso, la pesca en el parque más pequeño de la Isla del Coco estará prohibida. A nivel mundial, poco menos del 3 por ciento de los océanos está estrictamente protegido por la prohibición de la pesca u otras industrias "extractivas" como la minería.

    Un pez rana camuflado con el fondo marino está al acecho de una posible presa. El pez puede cambiar de textura e incluso de color para confundirse con su entorno. También puede atraer a posibles presas con una "caña de pescar" carnosa, con un señuelo en forma de gusano.

    Fotografía de Enric Sala, National Geographic Society

    Bueno para el medio ambiente, bueno para las personas

    En la conferencia climática de la ONU llevada a cabo noviembre en Glasgow (COP26), donde los líderes mundiales se reunieron para negociar políticas para frenar el cambio climático, Costa Rica, Panamá, Colombia y Ecuador acordaron proteger 193.000 millas cuadradas (500.000 kilómetros cuadrados) del Pacífico Tropical Oriental, la esquina del Océano Pacífico entre América del Norte y América del Sur. 

    Además de conservar hábitats en aguas locales, el acuerdo tiene como objetivo proteger las rutas migratorias seguidas por tiburones, ballenas, rayas y tortugas. Colombia ya ha anunciado que ampliará sus reservas marinas, al igual que Ecuador, hogar de las famosas Islas Galápagos.

    Si bien los anuncios han sido ambiciosos, Meza dice que se necesitará más trabajo para garantizar que estas reservas marinas sean más que simples "parques de papel", parques donde las protecciones no se aplican realmente. 

    “Tenemos que ser conscientes de que lo que estamos haciendo... es crear un parque de papel”, afirma Uribe. “Nuestro próximo objetivo es pasar de un parque de papel a un área bien controlada y protegida. Para eso necesitamos financiación y utilizar vigilancia satelital actualizada para interceptar la pesca ilegal".

    Uribe dice que el parque necesitará una gran dotación, presumiblemente de donantes extranjeros. Meza estima aproximadamente que el gobierno necesitará alrededor de $10 a $15 mil millones de dólares solo durante los próximos cinco años.

    Pero según Meza, el futuro económico de Costa Rica radica en proteger sus recursos y la nueva reserva marina es parte de lo que ella llama la nueva economía azul del país. Estudios realizados sobre turismo de buceo con tiburones en Florida y Palau estima que, con el tiempo, un tiburón vale más cuando está vivo, visible para los buceadores, que muerto, en un plato. 

    “Cuando los turistas vienen a Costa Rica, quieren ver la naturaleza. Con estas áreas protegidas hemos podido desarrollar diferentes negocios”, afirma, señalando que el ecoturismo fomenta todo, desde excursiones de buceo hasta alquiler de autos y tráfico en restaurantes.

    Costa Rica ya ha revertido la deforestación, se comprometió a alcanzar el estado de emisiones netas cero para el 2050 y ahora está buscando vías para electrificar vehículos y modernizar edificios, todo como parte de la visión de Meza para una nueva economía verde.

    Ella espera extender eso a las empresas que operan alrededor de la nueva reserva marina, pagando a los pescadores para que operen de manera sostenible, de manera similar a cómo el país paga a los terratenientes para que protejan sus bosques. 

    “La conservación de los océanos es buena para los negocios, buena para el medio ambiente, es buena para las personas”, afirma. "Trabajar por la conservación del océano es una parte fundamental de la agenda climática". 

    National Geographic Pristine Seas es un programa global que combina la exploración, la investigación, las comunicaciones estratégicas, la educación, el trabajo político y económico, y la participación de la comunidad para ayudar a crear reservas marinas de clase mundial y garantizar su gestión eficaz. Pristine Seas ha ayudado a inspirar la creación de 26 reservas marinas, un área que totaliza más de 6,5 millones de kilómetros cuadrados. Obtenga más información en nationalgeographic.org/pristineseas

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