Encuentran envoltorio de plástico de cigarrillos dentro de una medusa

La etiqueta, que todavía puede leerse, es un recordatorio de que los plásticos están en todos lados.

Por Sarah Gibbens
Publicado 24 sep 2018, 12:21 GMT-3
En los restos, todavía se puede ver la etiqueta de la empresa de cigarrilos Philip Morris.
Fotografía de Alexander Semenov

En colaboración con National Geographic Society. Esta historia forma parte de "¿Planeta o Plástico?"—nuestra iniciativa plurianual para crear conciencia sobre la crisis global de residuos plásticos. Aprende qué puedes hacer para reducir el uso de plásticos desechables, y asumir también el compromiso de cuidar el planeta.

Si miras atentamente, podrás leer “Philip Morris International”. El nombre de la empresa tabacalera puede verse en la cinta translúcida de un envoltorio de paquete de cigarrillos fotografiado dentro de una medusa luminiscente que fue encontrada nadando en el mar Mediterráneo.

Los animales que intentan evitar el plástico del océano tienen que navegar por un campo minado. Ocho mil millones de kilogramos de plástico van a parar al océano cada año, lo que dificulta que los animales, como las medusas, puedan evitarlo.

En abril, un estudio en la revista Scientific Reports publicó la primera documentación de plástico en una medusa.

El animal fue encontrado en el mar Mediterráneo en 2016 por un grupo de científicos que participaban en la Expedición Aquatilis, un viaje de investigación de tres años de duración con el fin de explorar los océanos del mundo. En su estudio, los investigadores vieron que múltiples medusas luminiscentes tenían varios tipos de basura plástica atrapadas bajo sus campanas o entrelazadas en sus cuerpos.

Cuando atraparon a veinte y las inspeccionaron con más detenimiento, encontraron que cuatro medusas tenían plástico en su sistema digestivo. Por esta razón, los científicos creyeron que las medusas habían confundido el plástico con comida

“Parece que realmente están enamoradas del plástico”, señala Armando Macali, uno de los autores del estudio y ecologista de Tuscia University en Italia. Dice que él y sus colegas, autores del estudio también, están firmemente convencidos de que la medusa sostenía el plástico porque intentaba comerlo.

Según estudios anteriores, el consumo accidental de restos plásticos por parte de los animales marinos es un problema generalizado. Los científicos creen que los animales lo consumen porque se asemeja a su presa: las tortugas comen bolsas con forma de medusa y los peces comen plásticos pequeños con forma de arroz que se parece a la comida que consumen regularmente.

El plástico del océano también huele "apetitoso" para las criaturas marinas. En 2016, un estudio en la revista Science Advances descubrió que el alga crece fácilmente en el plástico del océano, y, a medida que se descompone, emite un olor denominado sulfuro de dimetilo que atrae a los animales hambrientos.

Macali cuenta que no es claro el porqué de la atracción que siente la medusa por el plástico. Luego de que la basura plástica ingresa en el océano, comienza a desgastarse, y es cubierta por pequeñas capas de biopelícula. Macali sospecha que la biopelícula o alguna molécula en el plástico desgastado atrae a las medusas.

En futuros experimentos, planea exponer a la medusa a varios tipos de restos plásticos en condiciones de laboratorio. Macali indica que si los científicos son capaces de identificar específicamente qué atrae a los animales, potencialmente podrían trabajar con los fabricantes para que el plástico no sea tan atractivo para los organismos marinos.

Los científicos mencionan que el hecho de que la medusa luminiscente estuviera intentando comer el envoltorio plástico es una mala señal para la salud animal. Las medusas luminiscentes pueden consumir el 50 por ciento de su peso, y se ha demostrado que ingerir demasiado plástico hace que los animales mueran de hambre.

Como presa de otros animales más grandes en el Mediterráneo, las medusas cargadas de plástico pueden causar un impacto dañino similar en los animales que las consumen. El atún común, uno de los depredadores más comunes de medusa luminiscente, es pescado y comido tanto por humanos como por mamíferos marinos, por lo que los pequeños y microscópicos pedazos que la medusa consume pueden terminar en el estomago de especies más grandes, incluso en nuestros estómagos.

Es un problema complicado, y los investigadores siguen intentando conocer su alcance, afirma Macali. Comprender cómo las medusas interactúan con el océano plástico será una pieza de un rompecabezas más grande, agrega.

"Si queremos comprender el destino del plástico en el océano, tenemos que comenzar en la base de la cadena alimenticia", concluye.

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