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Los pulpos son maestros para volar bajo el radar, cambiando su coloración y textura para que coincidan con su ambiente en segundos. El pulpo de arriba ha sido visto en las islas Bonin cerca de Japón en 2008.
Fotografía de
Brian J. Skerry
Los pulpos, como el que se muestra arriba en el Mar Mediterráneo cerca de Ibiza, España, en 2014, no son tan rápidos como los calamares, que pueden moverse en ráfagas de más de 40 kilómetros por hora.
Fotografía de
Alex Postigo, Your Shot
Un pulpo en Rockport, Massachusetts, abre camino en las profundidades del mar oscuro con sus ocho brazos.
Fotografía de
Brian J. Skerry, Nat Geo Image Collection
Un pulpo se desliza a través del agua verde en el Parque Nacional de Fiordland en la costa suroeste de Nueva Zelanda.
Fotografía de
Brian J. Skerry, Nat Geo Image Collection
Un pulpo joven cerca de la isla Pramuka (mapa) cerca de Yakarta, Indonesia, rompe el cascarón entre una colección de huevos.
Fotografía de
Simon Chandra, Your Shot
Un pulpo cyanea en las islas Tukangbesi, Indonesia, busca alimento entre las grietas de un arrecife.
Fotografía de
Tim Laman, Nat Geo Image Collection
Los brazos del pulpo son una maravilla de la ingeniería y las ventosas (representadas en un pulpo en el acuario Merimbula de Australia) son una de las principales razones.
Fotografía de
Jason Edwards, Nat Geo Image Collection
Un pulpo gigante del Pacífico se adhiere al lado de su tanque en Baltimore, Maryland.
Fotografía de
Vincent J. Musi, Nat Geo Image Collection
Los pulpos de un día de vida, conocidos como pulpos comunes, deambulan en un tanque en el Instituto Español de Oceanografía en Galicia.
Fotografía de
Tino Soriano, Nat Geo Image Collection
Un joven pulpo emerge de su escondite para alimentarse en las islas hawaianas.
Fotografía de
David Littschwager, Nat Geo Image Collection
Un pulpo gigante del Pacífico limpia el cadáver de un pez corzo (Squalus acanthias) en la costa de la Columbia Británica, Canadá.
Fotografía de
Fred Bavendam, Minden Pictures
Un pulpo de color amarillo parece posar para una foto en Papua Nueva Guinea.
Fotografía de
Brigitte Wilms, Minden Pictures