Los niveles de dióxido de carbono alcanzan un récord histórico

Uno de los gases de efecto invernadero que más impulsa el cambio climático global, continúa aumentando mes a mes. Conoce las peligrosas consecuencias de este y otros gases.

Por Christina Nunez
Publicado 15 may 2019, 11:23 GMT-3
Vapor y humo que salen de las torres de enfriamiento y las chimeneas de una planta ...
Vapor y humo que salen de las torres de enfriamiento y las chimeneas de una planta de energía.
Fotografía de Robb Kendrick, Nat Geo Image Collection

Al absorber el calor del sol, los gases de efecto invernadero han permitido que el clima de la Tierra sea tolerable para los seres humanos y millones de otras especies. Pero ahora, esos gases están desequilibrados y podrían determinar de forma drástica quiénes serían los seres vivos que sobrevivirán en este planeta, y en qué lugares será posible que sobrevivan.

Los niveles atmosféricos de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más abundante y peligroso, se encuentran en los puntos más altos jamás registrados. Los gases de efecto invernadero presentan niveles tan altos, ya que, al quemar combustibles fósiles, los humanos los han estado liberando en el aire constantemente. Los gases absorben la energía solar y mantienen el calor cerca de la superficie de la Tierra, en lugar de dejar que escape al espacio. Esa captura de calor se conoce como efecto invernadero.

Las raíces del concepto de efecto invernadero datan del siglo XIX, cuando, en 1824, el matemático francés Joseph Fourier especuló que la Tierra sería mucho más fría si no tuviera atmósfera. En 1896, el científico sueco Svante Arrhenius fue el primero en relacionar un aumento en el gas dióxido de carbono proveniente de la quema de combustibles fósiles con un efecto de calentamiento. Casi un siglo después, el científico climático estadounidense James E. Hansen declaró ante el Congreso que "se ha confirmado el efecto invernadero y ahora está cambiando nuestro clima".

Hoy en día, “cambio climático” es el término que los científicos usan para describir los cambios complejos, impulsados ​​por las concentraciones de gases de efecto invernadero, que hoy afectan los sistemas meteorológicos y climáticos de nuestro planeta. El cambio climático abarca no solo el aumento de las temperaturas promedio a las que nos referimos como calentamiento global, sino también los fenómenos meteorológicos extremos, el desplazamiento de las poblaciones y hábitats de la vida silvestre, el aumento del nivel del mar y una variedad de otros efectos.

Los gobiernos y las organizaciones de todo el mundo, como el IPCC [Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático], el organismo de las Naciones Unidas que realiza un seguimiento de las manifestaciones más recientes sobre el cambio climático, actualmente se encuentran midiendo los gases de efecto invernadero, realizando un seguimiento de sus efectos e implementando soluciones.

Principales gases de efecto invernadero y fuentes

Dióxido de carbono (CO2): el dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero, responsable de casi tres cuartos de las emisiones. Puede permanecer en la atmósfera durante miles de años. En 2018, los niveles de dióxido de carbono alcanzaron 411 partes por millón en el Mauna Loa Atmospheric Baseline Observatory de Hawai, el promedio mensual más alto jamás registrado. Las emisiones de dióxido de carbono provienen principalmente de la quema de materiales orgánicos: carbón, petróleo, gas, madera y desechos sólidos.

Metano (CH4): es el componente principal del gas natural; surge de los vertederos, las industrias del gas natural y del petróleo, y la agricultura (especialmente de los sistemas digestivos de los animales de pastoreo). Una molécula de metano no permanece en la atmósfera el mismo tiempo que una molécula de dióxido de carbono (unos 12 años), pero es más de 84 veces más potente durante dos décadas. Representa aproximadamente el 16 por ciento de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.

Óxido nitroso (N2O): el óxido nitroso ocupa una parte relativamente pequeña de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, aproximadamente el seis por ciento, pero es 264 veces más potente que el dióxido de carbono a lo largo de 20 años, y su vida útil en la atmósfera supera los 100 años, según el IPCC. La agricultura y la ganadería, incluidos los fertilizantes, el estiércol y la quema de residuos agrícolas, junto con la quema de combustibles, son las principales fuentes de emisiones de óxido nitroso.

Gases industriales: los gases fluorados, como los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos, los clorofluorocarbonos, el hexafluoruro de azufre (SF6) y el trifluoruro de nitrógeno (NF3) pueden capturar el calor miles de veces más que el CO2 y permanecen en la atmósfera de cientos a miles de años. Representan aproximadamente el 2 por ciento de todas las emisiones, y se usan como refrigerantes, solventes y como subproductos en la fabricación.

Otros gases de efecto invernadero son el vapor de agua y el ozono (O3). El vapor de agua es en realidad el gas de efecto invernadero más abundante del mundo, pero no puede rastrearse de la misma manera que otros gases de efecto invernadero porque no se emite directamente a partir de la acción humana, y sus efectos no se conocen bien. De manera similar, el ozono a nivel del suelo o troposférico (que no debe confundirse con la capa de ozono estratosférica protectora que se encuentra por encima) no se emite directamente, sino que surge de reacciones complejas entre contaminantes que hay en el aire.

Consecuencias de los gases de efecto invernadero

Los gases de efecto invernadero tienen enormes consecuencias ambientales y sanitarias. Provocan el cambio climático y también desencadenan enfermedades respiratorias causadas por el smog y la contaminación del aire. El clima extremo, las interrupciones en el suministro de alimentos y el aumento de los incendios forestales son otros efectos del cambio climático provocado por los gases de efecto invernadero. Cambiarán los patrones climáticos típicos que pronosticamos; algunas especies desaparecerán; otros migrarán o aumentarán su población.

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    Cómo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

    Prácticamente todos los sectores de la economía global, desde la fabricación hasta la agricultura, el transporte y la producción de energía, aportan gases de efecto invernadero a la atmósfera, por lo que todos deben buscar el modo de reemplazar los combustibles fósiles para evitar los peores efectos del cambio climático. Al firmar el Acuerdo Climático de París de 2015, varios países de todo el mundo reconocieron esta situación. Los cambios serán más importantes en los países con mayores emisiones: China, los Estados Unidos, e India se encuentran entre los veinte países responsables de al menos tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo.

    Actualmente contamos con tecnologías para reducir, en su mayor parte, las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre estas soluciones, se encuentran el reemplazo de combustibles fósiles por fuentes renovables, el aumento de la eficiencia energética y la aplicación de un costo a las emisiones de carbono para desalentar su uso.

    Técnicamente, al mundo le queda solamente una quinta parte de su "presupuesto de carbono" (el total es de 2,8 millón de millones de toneladas métricas) para evitar el calentamiento de la Tierra en más de 1,5 grados centígrados. Detener el avance requerirá de algo más que la eliminación gradual de los combustibles fósiles. De hecho, los caminos para detener los aumentos de temperatura global de 1,5 o 2 °C, los dos objetivos descritos por el IPCC, se basan de alguna manera en adoptar métodos de obtención de CO2 a partir del aire. Entre ellos, se pueden mencionar la plantación de árboles, la conservación de los bosques y pastizales existentes y la captura de CO2 de las centrales eléctricas y las fábricas.

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