Hallazgos recientes abonan la teoría de que el Spinosaurus era un depredador acuático

El descubrimiento de dientes fósiles en el desierto marroquí sugiere que el inmenso depredador pasaba gran parte del tiempo en el agua.

Por Michael Greshko
Publicado 28 sep 2020, 11:18 GMT-3
Fósiles descubiertos recientemente en Marruecos aportan evidencia de que el Spinosaurus pasaba gran parte de su vida en ...

Fósiles descubiertos recientemente en Marruecos aportan evidencia de que el Spinosaurus pasaba gran parte de su vida en el agua. Ahora, un nuevo estudio revela que los dientes del dinosaurio también proliferaban en los antiguos sedimentos fluviales, lo que sugiere que nadaba e incluso cazaba en los ríos prehistóricos.

Fotografía de Jason Treat, NG STAFF; MESA SCHUMACHER. ART: DAVIDE BONADONNA NIZAR IBRAHIM, UNIVERSITY OF DETROIT MERCY

Hace más de 95 millones de años, en lo que hoy es el Sahara marroquí, existía un río donde habitaba una de las criaturas más extraordinarias para la ciencia, el dinosaurio depredador Spinosaurus. En edad adulta, la bestia medía más de 15 metros de altura y pesaba más de siete toneladas, superando así al Tyrannosaurus rex adulto; tenía un hocico alargado similar al de un cocodrilo, con dientes afilados y en forma de cono.

Recientemente, un grupo de paleontólogos ha encontrado una enorme cantidad de esos dientes cónicos en dos sitios en el sureste de Marruecos. Los dientes del Spinosaurus superan en número a los de otros dinosaurios en aproximadamente 150 a uno. Debido a que las rocas del sitio se formaron a partir de sedimentos de ríos, el hallazgo implica que el Spinosaurus perdía sus dientes en el agua con mucha más frecuencia que otros dinosaurios que vivían en la región, lo que respalda aún más la hipótesis de que este animal era un depredador acuático muy particular.

"Esta cantidad de dientes de Spinosaurus sugiere que este animal vivía, mayormente, en el río y no en las orillas", contó en un comunicado de prensa el autor principal del estudio, Thomas Beevor, estudiante graduado de la Universidad de Portsmouth del Reino Unido.

“Esta cantidad de dientes de Spinosaurus sugiere que este animal vivía, mayormente, en el río y no en las orillas.”

Por: Thomas Beevor
Estudiante graduado de la Universidad de Portsmouth del Reino Unido

El nuevo estudio, publicado hace poco en la revista Cretaceous Research, se basa en trabajos anteriores que sostienen que el Spinosaurus era un nadador muy habilidoso. Un estudio de 2010 presentó pruebas sugerentes de que el Spinosaurus y sus parientes pasaban gran parte del día en el agua, como los cocodrilos o hipopótamos modernos. Y según estudios de un esqueleto de un Spinosaurus marroquí, publicados este año y en 2014, se observaron características que se encuentran en otros animales que nadan, por ejemplo, una cola en forma de paleta que pudo haber servido para impulsar al dinosaurio por el agua

“Al analizar los huesos, cuesta comprender cómo estos animales interactuaban con su ecosistema”, expresa el paleontólogo y estudiante de doctorado de Yale Matteo Fabbri, y coautor de los estudios de esqueletos publicados en 2014 y 2020. "Este estudio es importante porque analiza el propio ecosistema", afirma.

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    Animación de un Spinosaurus nadando
    Animación de un dinosaurio Spinosaurus nadando en el océano. (Modelado: Davide Bonadonna y Fabio Manucci; animación y texturas: Fabio Manucci; diseño de color: Davide Bonadonna, DI.MA. Dino Makers supervisión científica; Simone Maganuco y Marco Auditore realizan la reconstrucción basada en: Ibrahim y otros, Nature, 2020.)

    Una cola particular

    El Spinosaurus es uno de los dinosaurios más extravagantes que se han encontrado hasta el día de hoy: se trata de un depredador más largo, del hocico a la cola, que un tiranosaurio rex adulto, con una vela de casi dos metros de altura en la espalda.

    Los primeros fósiles conocidos del animal se hallaron en la década de 1910 en Egipto, y luego fueron destruidos durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial, y para los paleontólogos se ha vuelto muy difícil describir la anatomía de la criatura.

    En las décadas posteriores, los paleontólogos han encontrado especies hermanas del Spinosaurus en todo el mundo, en Asia, América del Sur, Europa y otras partes de África. El cráneo similar al del cocodrilo sugieren que este dinosaurio tenía la misma capacidad que el reptil para atrapar presas movedizas, como los peces. Además, se ha preservado una especie hermana del Spinosaurus (hallada en 1983) con escamas de pez en su caja torácica, evidencia que sugirió que los depredadores comían peces, además de pterosaurios y dinosaurios más pequeños.

    En las décadas que siguieron, se ha destacado la curiosa anatomía de los llamados espinosáuridos, muy similar a la de un cocodrilo. Pero por extraños que sean estos espinosáuridos como grupo, el misterioso Spinosaurus no pertenece a él, sino que constituye un grupo aparte.

    En 2014, los investigadores dirigidos por el explorador de National Geographic Nizar Ibrahim, coautor del nuevo estudio, anunciaron que en un sitio en Marruecos se conservaba un esqueleto de Spinosaurus con casi todas sus partes. Los nuevos huesos revelaron que sus extremidades traseras eran sorprendentemente cortas en relación con las delanteras y, como los hipopótamos y pingüinos modernos, las paredes de sus huesos eran llamativamente gruesas. Estas adaptaciones apuntaban a un estilo de vida semiacuático.

    El pasado abril, la tesis de que el Spinosaurus fue un "monstruo de río" tomó más fuerza cuando el equipo de Ibrahim anunció que habían encontrado la primera cola fosilizada de un Spinosaurus. A diferencia de las colas de prácticamente todos los demás dinosaurios emparentados, la cola del Spinosaurus parecía una paleta. Las primeras pruebas robóticas sugieren que esta estructura de la cola le habría servido al Spinosaurus para avanzar por el agua de manera más rápida que las colas de los dinosaurios emparentados.

    Un hallazgo dental

    Para ahondar en la faceta acuática del Spinosaurus, Ibrahim y sus colegas examinaron dos yacimientos en octubre y noviembre de 2019 en el sureste de Marruecos, cerca del pueblo de Tarda. Los yacimientos pertenecen a la formación Kem Kem, un acantilado de 240 km de largo que contiene rocas formadas en un antiguo sistema fluvial que data de 95 millones a 100 millones de años.

    Aunque los investigadores que trabajan en la zona de Kem Kem esperan descubrir esqueletos completos, es casi imposible que eso suceda, ya que los ríos antiguos eran un sitio muy caótico. Casi todos los fósiles de Kem Kem constituyen fragmentos de huesos aislados o dientes que los dinosaurios perdieron y fueron reemplazando a lo largo de sus vidas, como sucede con los cocodrilos modernos.

    A ambos yacimientos también había llegado una enorme afluencia de lugareños en busca de fósiles para vender a exportadores, mayoristas, recolectores e investigadores, un comercio artesanal que da empleo a miles de personas en el sureste de Marruecos.

    El primer yacimiento había sido abandonado antes de la llegada de los investigadores, pero, así y todo, los investigadores encontraron trozos de arenisca llenos de dientes y huesos, que aportaron 926 fósiles en 2019. El segundo yacimiento, a menos de 1,5 km de distancia, era una explotación minera activa. Para obtener una muestra completa de los fósiles del sitio, el coautor del estudio David Martill, paleontólogo de la Universidad de Portsmouth del Reino Unido, compró 1261 fósiles que un excavador había hallado en la zona.

    En el primer yacimiento, casi la mitad de los dientes fosilizados extraídos —y una sexta parte del total de fósiles del yacimiento— eran dientes de Spinosaurus. En el segundo yacimiento, más de dos de cada cinco fósiles de dientes encontrados pertenecían al Spinosaurus. En total, los dientes del Spinosaurus representaban casi un tercio de los fósiles de vertebrados del segundo yacimiento, un hallazgo realmente insólito. “No conocemos ningún otro lugar donde se hayan descubierto tantos dientes de dinosaurios en rocas que contienen huesos”, afirmó Martill en un comunicado.

    Los siguientes “dientes” más comunes de los dos yacimientos no eran dientes en verdad; eran las escamas modificadas y similares a dientes que cubrían el hocico del antiguo pez sierra Onchopristis. Casi no había dientes de dinosaurios que no fueran el Spinosaurus.

    Animación de un Spinosaurus
    Utilizando su cola en forma de remo, un Spinosaurus aegyptiacus navega río abajo hace unos 97 millones de años en lo que ahora es Marruecos. Los fósiles recién descubiertos de la cola del dinosaurio demuestran que podía nadar, lo que refuerza el caso de que el Spinosaurus pasó gran parte de su tiempo en el agua. (Modelado: Davide Bonadonna y Fabio Manucci; animación y texturas: Fabio Manucci; diseño de color: Davide Bonadonna, DI.MA. Dino makers supervisión científica; Simone Maganuco y Marco Auditore; la reconstrucción basada en: Nizar Ibrahim y otros, Nature, 2020.)

    Un gran nadador

    Los investigadores reconocen que existe otra teoría posible acerca del Spinosaurus: en lugar de nadar, es posible que el Spinosaurus atrapara peces desde la orilla del agua, vadeando a poca profundidad como una garza moderna, y así perdía dientes que caían al agua. Sin embargo, los científicos aclaran que las aves zancudas suelen tener patas traseras extremadamente largas, mientras que las del Spinosaurus marroquí eran cortas.

    “Las proporciones de las extremidades traseras no solo son incompatibles con las de un animal zancudo, sino que sugieren que el Spinosaurus no había desarrollado la adaptación de vadear, como sí lo ha hecho casi cualquier otro terópodo no aviar”, escribe el autor del estudio. Más bien, sostienen que la explicación más viable es que el Spinosaurus nadaba en los ríos de Kem Kem y perdía los dientes al nadar y cazar en el agua.

    Seguramente se encontrarán más fósiles en las rocas de Kem Kem y estos dientes no serán el veredicto definitivo sobre el cautivador Spinosaurus. Pero, por ahora, los datos son compatibles con la imagen que se ha creado de esta criatura: un enorme dinosaurio con rasgos de cocodrilo que nadaba por los ríos donde ahora se encuentra el Sáhara.

    Fabbri está muy contento con los resultados del nuevo estudio: más evidencias que abonan la teoría de que el Spinosaurus era un monstruo acuático. “La ciencia se autocorrige continuamente”, afirma. “¡Pero, en este caso, es reconfortante saber que estábamos en lo cierto!”.

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