Los perros modernos podrían descender de los lobos antiguos que jugaban con los humanos

Hace decenas de miles de años, nuestros antepasados buscaron caninos salvajes con una personalidad juguetona que hoy se observa en los perros modernos, sobre todo en las razas de pastoreo y caza.

Por Virginia Morell
Publicado 25 sept 2020, 10:09 GMT-3
Un vizsla húngaro en Queen Elizabeth Forest Park, Escocia. Históricamente, la raza acompañaba a los cazadores ...

Un vizsla húngaro en Queen Elizabeth Forest Park, Escocia. Históricamente, la raza acompañaba a los cazadores en la búsqueda de sus presas.

Fotografía de Tony Clerkson, Alamy

A la mayoría de los cachorros les encanta jugar, ya sea, a perseguir una pelota, a tirar de una cuerda o destrozar un peluche. A los humanos, jugar con un perro suele levantarnos el ánimo; de hecho, hay estudios científicos que demuestran que los dueños de perros se ríen más que los dueños de gatos.

Por lo tanto, no nos sorprende que el comportamiento juguetón de los perros haya sido un factor clave en su domesticación y nos haya servido para poner en práctica estrategias a la hora de criar caninos para funciones específicas, según plantea un nuevo estudio publicado en la revista Biology Letters.

Si bien los investigadores continúan debatiendo cuándo, dónde y cómo se domesticaron los perros por primera vez, la mayoría coincide en que el primer contacto con los humanos probablemente haya sido con un antepasado lobo.

Es probable que esta especie de lobo que, hasta el momento no había sido identificada, haya comenzado a rondar los asentamientos humanos en Alemania o Siberia hace entre 20.000 y 40.000 años, hurgando la basura y las sobras. Los individuos menos temibles probablemente perdieron sus rasgos de lobo más característicos y, con el tiempo, evolucionaron hasta convertirse en el perro domestico feliz, amable y leal que nos llena de amor.

En el nuevo estudio, los científicos investigaron si los lobos más curiosos y divertidos trasladaron estos rasgos a la especie de perro doméstico, y si se criaron perros con esas características deliberadamente. Investigaciones anteriores, por ejemplo, habían descubierto que algunos cachorros de lobo saben jugar a la pelota con las personas sin haber recibido ningún tipo de adiestramiento.

“Es probable que la predisposición de un perro a jugar con nosotros haya sido importante para el proceso de domesticación de los perros”, sostiene el líder del estudio Niclas Kolm, biólogo evolutivo de la Universidad de Estocolmo en Suecia. 

De hecho, después de analizar las relaciones evolutivas de las razas de perros modernas, el equipo descubrió que su antepasado más común, un animal parecido al actual basenji (un tipo de perro pastor africano), habría jugado con las personas, aunque se lo hubiese tenido que incitar.

También descubrieron que los perros pastores, como los vizslas húngaros y los pastores australianos, eran "lejos, los más juguetones" y se entusiasmaban rápidamente con los juegos, expresa Kolm.

“Tiene sentido: si un perro está interesado en jugar contigo, también es mucho más fácil de adiestrar”, y los perros pastores necesitan tener fuertes vínculos con sus dueños para servirles correctamente, y el juego frecuente puede fortalecer esas relaciones, agrega.

La personalidad de los cachorros

Casi todos los mamíferos jóvenes juegan, generalmente con otros de la misma especie. Lo hacen para fomentar el desarrollo físico, social y cognitivo, y para practicar habilidades, como la caza, que son vitales en la edad adulta.

Los basenjis no ladran, sino que producen un sonido similar a una risa. Esta foto fue tomada en Pensilvania en 1959.

Fotografía de Nina Leen, The LIFE Picture Collection, Getty Images

Una vez adultos, rara vez juegan, simplemente porque deben concentrarse en encontrar territorios, comida y parejas. Tampoco suelen jugar con animales que no sean de su propia especie.

Pero los perros parecen estimular la esencia juguetona de muchas especies, desde humanos hasta tortugas y pollos, y en YouTube se pueden ver estas interacciones. Los perros y los caballos, que durante siglos han sido domesticados a la par, también juegan juntos y tienen comportamientos similares, como inclinarse ante el otro.

Para saber más acerca de los orígenes de los cachorros juguetones, Kolm y sus colegas investigaron cómo evolucionó el comportamiento de juego dirigido por humanos en 132 razas modernas del American Kennel Club. Estas razas se agrupan por sus diversas funciones, como pastoreo, caza, vigilancia, compañía, trabajo (como tirar de trineos) y deportivas (tirar de los trineos). Los investigadores ingresaron datos genéticos de las razas en un modelo informático evolutivo que podía predecir la raza con rasgos juguetones.

Luego, el equipo introdujo los datos recopilados por el Swedish Kennel Club, que analizó las personalidades y el comportamiento de juego de más de 89.000 perros de estas 132 razas en el periodo de 1997 a 2013. Los investigadores del Swedish Kennel Club evaluaron la predisposición de un perro a tirar de una cuerda con una persona desconocida: los perros que tuvieron muy buena predisposición en este juego se clasificaron como muy juguetones. 

Si bien los resultados revelaron que las razas de pastoreo y deportivas estaban más predispuestas al juego, las razas de perro toy o miniatura, como los pug y papillons, fueron las menos predispuestas. “Son pequeños y están acostumbrados a que los carguen”, comenta Kolm. "No les importa jugar con las personas".

Para Kolm, lo más sorprendente fue descubrir que las razas terrier, como el Staffordshire, originalmente criadas para ser perros de pelea, son muy juguetonas, tal vez, porque se los cría para que respondan a las instrucciones de los humanos, y entre estas, pueden estar las invitaciones a jugar.

Los hábitos de siempre

Lo más curioso, sin embargo, fue que el basenji, el perro de caza africano, resultó "el más juguetón de todos". Es probable que el basenji sea la raza domesticada más antigua, que data de al menos el siglo XVIII. Pero los investigadores creen que los perros parecidos a los basenji han existido desde el año 6.000 a.C., según las pinturas rupestres de Libia que describen a esos caninos en medio de una cacería.

Los autores del estudio afirman que es imposible saber si los basenjis actuales se comportan de manera similar a esos perros antiguos. Pero la historia antigua de la raza y su comportamiento juguetón refuerzan el hallazgo de que, durante mucho tiempo, las personas han criando perros en parte por su sentido de la diversión. 

“Es un avance importante en los estudios acerca del juego”, afirma Gordon Burghardt, etólogo comparativo y experto en los juegos de los animales, Universidad de Tennessee en Knoxville.

Marc Bekoff, profesor emérito de ecología y biología evolutiva en la Universidad de Colorado en Boulder, coincide con el equipo sueco en que “jugar con los humanos debe haber sido importante en la domesticación temprana de los perros".

"Los humanos, entonces, directamente podrían haber seleccionado ese rasgo", y desarrollar perros que fueran más o menos juguetones, comentó Bekoff, quien no participó en la investigación.

El estudio, sin embargo, no aclara qué ocurrió con los lobos que evolucionaron hasta convertirse en los perros divertidos de la actualidad, y así, deja abierto un interrogante para seguir investigando sobre los orígenes de nuestros mejores amigos caninos.

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