Descubren antiguo sacrificio masivo de niños que podría ser el más grande del mundo
Publicado 26 abr 2018, 09:52 GMT-3, Actualizado 21 feb 2019, 13:00 GMT-3

El arqueólogo peruano Gabriel Prieto, el segundo desde la izquierda, excava el lote costero donde el ritual tuvo lugar hace más de 500 años. Su labor es formar a los estudiantes que se convertirán en la próxima generación de científicos para documentar la historia de Huanchaco.
Fotografía de Gabriel PrietoLos residentes locales alertaron al arqueólogo Gabriel Prieto sobre el sitio del sacrificio en 2011, y señalaron que los huesos humanos se erosionaban en las dunas que rodeaban sus hogares.
Fotografía de Gabriel PrietoMuchas de las mortajas de algodón que envolvieron a las víctimas están bien conservadas. Se ha determinado mediante datación con carbono que se remontan a entre 1400 y 1450 d. C.
Fotografía de Gabriel PrietoMuchos niños presentan evidencia de que sus rostros se embadurnaron con un pigmento rojo antes de la muerte. El análisis de ADN indica que tanto niños como niñas fueron sacrificados.
Fotografía de Gabriel PrietoLas víctimas de un evento desesperado, un niño (izquierda) y una cría de llama (derecha), fueron parte de la matanza en forma de sacrificio de más de 140 niños y más de 200 llamas en la costa norte del Perú alrededor de 1450 d. C.
Fotografía de Gabriel PrietoUn niño parece sostener una mano en la boca mientras los restos de una llama le rodean el cráneo.
Fotografía de Gabriel PrietoDurante la ceremonia, a muchos de los niños se les embadurnó el rostro con un pigmento rojo a base de cinabrio antes de que se les abriera el pecho, probablemente para quitarles el corazón. Las llamas de los sacrificios parecen haber tenido el mismo destino.
Fotografía de Gabriel PrietoLos investigadores continúan desentrañando los eventos en Las Llamas, y esperan finalmente explicar por qué y cómo los humanos apelaron a lo sobrenatural en un intento de controlar un mundo natural impredecible.
Fotografía de Gabriel PrietoUna joven llama (izquierda) y un niño amortajado fueron enterrados en el mismo pozo: un fenómeno común en Las Llamas, pero que, por lo general, no suele encontrarse en los Andes precolombinos.
Fotografía de Gabriel PrietoTanto los niños como las llamas fueron traídos a la costa desde rincones remotos del Imperio Chimú para ser sacrificados, de acuerdo con estudios isotópicos preliminares y el análisis de la modificación del cráneo.
Fotografía de Gabriel PrietoEn el transcurso de un día, arqueólogos descubrieron los restos de más de una docena de niños preservados en arena seca durante más de 500 años. La mayoría de las víctimas del ritual tenían entre 8 y 12 años cuando murieron.
Fotografía de Gabriel PrietoMuchas de las 200 llamas sacrificadas están tan bien conservadas que, después de 500 años, los investigadores pudieron recuperar las cuerdas con las que estaban atadas, el contenido estomacal y los restos de plantas atrapados en su pelaje.
Fotografía de Gabriel PrietoLas pruebas de estos sacrificios incluyen un cráneo teñido con pigmento rojo a base de cinabrio, una costilla humana con marcas de cortes y un esternón cortado por la mitad.
Fotografía de John VeranoEl Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es un patrón climático que calienta y enfría el océano Pacífico tropical. Durante una fase cálida de El Niño, las temperaturas de la superficie (en rojo) se extienden a lo largo del ecuador, provocando lluvias torrenciales y causando estragos en las pesquerías costeras. Los investigadores sugieren que el evento de sacrificio en Las Llamas pudo haber sido un intento de apaciguar a los dioses y mitigar los efectos de un gran evento de ENOS que ocurrió alrededor de 1400 1450 d. C.
Fotografía de Noaa