Cambios que preocupan en la capa de hielo de Groenlandia

El hielo que debería tener aspecto granizado, hoy se parece más a una paleta helada, y acelera la corriente de agua provocada por el derretimiento de la capa de hielo.

Por Madeleine Stone
Publicado 23 sept 2019, 12:54 GMT-3
El hielo marino entra en contacto con la tierra en esta imagen de Groenlandia tomada desde ...
El hielo marino entra en contacto con la tierra en esta imagen de Groenlandia tomada desde un avión de investigación. La capa de hielo de Groenlandia está desapareciendo debido al aumento de las temperaturas y los científicos afirman que el hielo comienza a derretirse de formas diferentes y alarmantes.
Fotografía de Mario Tama, Getty

Cuando las consecuencias de la segunda ola de calor veraniega de Europa llegaron a Groenlandia a fines de julio, por primera vez desde 2012, comenzó a derretirse más de la mitad de la superficie de la capa de hielo. Un estudio publicado en Nature revela que los deshielos de esta magnitud, fomentados por el cambio climático, no solo están causando el desprendimiento de miles de millones de toneladas de hielo en Groenlandia, sino que también provocan que el hielo restante se vuelva más denso.

Las "placas de hielo" (o "losas de hielo"), bloques sólidos de hielo que pueden alcanzar centenares de kilómetros cuadrados y llegar a los 15 metros de espesor, se extienden por la superficie porosa de la capa de hielo de Groenlandia, al tiempo que esta se derrite y se vuelve a congelar con más frecuencia. De 2001 a 2014, las placas se expandieron en un área de aproximadamente unos 65.000 km cuadrados, lo que creó una barrera impermeable del tamaño de West Virginia que evita que el agua de deshielo penetre a través del hielo. El agua de deshielo, así, se convierte en una corriente que fluye por tierra, y finalmente se abre camino hacia el mar.

Como las placas de hielo continúan expandiéndose, los autores del estudio predicen que una mayor superficie de Groenlandia se convertirá en "zona de deshielo", lo que aumentará el aporte de la capa de hielo al crecimiento del nivel del mar global y, seguramente, causará cambios inesperados.

 "Hoy podemos ver con nuestros propios ojos la velocidad con la que se transforma una capa de hielo, y esto es aterrador", sostiene el autor principal del estudio Mike MacFerrin, glaciólogo de la University of Colorado, Boulder. 

Un "caparazón" en el hielo

Solemos imaginar Groenlandia como un trozo de hielo sólido e impenetrable. Pero en realidad, alrededor del 80 por ciento de la superficie de la capa de hielo es como un granizado: una capa de nieve fresca cubre una gruesa capa de nieve vieja, llamada firn, que se condensa lentamente en hielo glaciar, pero aún contiene muchas estructuras porosas. Cuando la parte superior de este material granizado se derrite en el verano, el agua líquida se filtra en la nieve firn, que la absorbe como una esponja de 30 metros de espesor.

En la primavera de 2012, MacFerrin y sus colegas recibieron el primer indicio de que el firn (o neviza) podría estar perdiendo su capacidad de absorción, cuando se encontraban perforando pozos en el suroeste de Groenlandia. Comenzaron a descubrir capas densas y compactas de hielo, justo debajo de la capa de nieve estacional. MacFerrin comenta que parecía que se había formado un "caparazón de tortuga" sobre la nieve firn.

MacFerrin y sus colegas se preguntaron de inmediato si ese "caparazón" podría estar evitando que el agua de deshielo se filtrara hacia el firn.

"Eso fue en mayo de 2012", afirma MacFerrin. "Y en julio tuvimos este deshielo sin precedentes, y obtuvimos la respuesta muy rápido".

Ese verano, por primera vez, el agua de deshielo de esta parte de Groenlandia comenzó a fluir en forma de corriente de deshielo.

Al darse cuenta de que habían presenciado algo significativo, los investigadores comenzaron a perforar más núcleos en una región más grande para ver qué tan extensa era la capa de hielo. Descubrieron que abarcaba un tramo de 40 km de largo y estaba teniendo efectos generalizados en la hidrología local.

Esos hallazgos, publicados en 2016 en Nature Climate Change, fueron el puntapié inicial para llevar a cabo el nuevo estudio. Utilizando datos de radar de la operación IceBridge de la NASA, así como también otros estudios en tierra, MacFerrin y sus colegas crearon un primer mapa de placas de hielo en toda la superficie de Groenlandia.

Según los resultados de modelos, los investigadores piensan que el caparazón comenzó a formarse y expandirse ampliamente a principios de la década de 2000. A partir de 2014, cubría alrededor del 4 por ciento de la superficie de Groenlandia, según el nuevo análisis. Cada verano, se produce un gran deshielo, se vuelve más espeso y se extiende tierra adentro hacia tierras más frías y altas.

"Cada cierta cantidad de años, estos grandes deshielos de verano están dejando marcadas consecuencias en el firn”, comenta MacFerrin. "Y esto está haciendo que el proceso se expanda rápidamente tierra adentro".

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    Esta foto muestra un segmento de "firn", básicamente una placa de hielo pequeña que eventualmente se convertirá en placa de hielo de un metro de espesor.
    Fotografía de Dr. Karen Alley

    Aumento del nivel del mar y consecuencias inesperadas

    Según el nuevo estudio, las placas de hielo ya han provocado que la zona de corrientes de deshielo de Groenlandia tenga un aumento de la extensión de un 26 por ciento. Hasta ahora, la escorrentía adicional ha agregado un milímetro a los niveles globales del mar. Actualmente, Groenlandia aporta un poco menos de un milímetro por año al aumento del nivel del mar, a través de los icebergs que se desprenden de los glaciares y el deshielo de la superficie y la base de la capa de hielo.

    Pero si la superficie de Groenlandia se endurece todavía más, la corriente de deshielo podría aumentar drásticamente. Considerando el peor de los escenarios, con las emisiones de carbono en aumento hasta el final del siglo, los investigadores calcularon que la proliferación de la placa de hielo podría aumentar el nivel del mar en más de 7 cm para 2100, lo que llevaría a un crecimiento general del nivel del mar por aumento de la capa de hielo de casi un tercio. Tanto en un escenario neutro como en uno que proyecte las más altas emisiones, la dimensión de la corriente de deshielo en el interior de Groenlandia se duplicará para fines de siglo.

    Pero una mayor escorrentía es solo una consecuencia potencial de la transformación que tiene lugar en el hielo de Groenlandia. Kristin Poinar, glacióloga de la University of Buffalo, que no participó en el estudio, señaló que los bloques de hielo sólido no son tan reflectantes como las nevadas blancas y brillantes.

    "Y así, si empezamos a tener estas placas de hielo cerca de la superficie de la capa de hielo, podría ocurrir que la capa de hielo absorba más radiación solar y se caliente más", sostiene. "Y eso crearía más placas de hielo".

    Por su parte, Indrani Das, glacióloga de la Columbia University que no participó en el estudio, sostuvo que la escorrentía de los bloques de hielo no tiene que fluir hacia el océano. A la investigadora le interesa saber cómo podría filtrarse en las grandes grietas que existen en las elevaciones más bajas de la capa de hielo. A partir de ahí, la escorrentía podría fluir hasta la roca madre, y lubricar la zona donde el hielo hace contacto con ella.

    Das afirma que eso provocaría que la capa de hielo fluya más rápido, lo que podría hacer que los glaciares derramen su contenido en el océano más rápidamente, como el helado que se derrite en un pedazo de pastel.

    Para Poinar, la contribución más significativa del nuevo estudio es que permitirá a los científicos mejorar sus proyecciones del futuro aumento del nivel del mar, y brindará a las comunidades costeras la información que necesitan para prepararse. Al mismo tiempo, el estudio destaca el hecho de que cuanto más carbono arrojemos a la atmósfera, más probabilidades tenemos de transformar la capa de hielo del norte de la Tierra de formas insidiosas e inesperadas. Y eso podría tener consecuencias que son difíciles de prever.

    "Es la primera vez que se observa este tipo de comportamiento en una capa de hielo", sostiene Poinar. "No existen precedentes en la historia científica".

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