¿Qué es la desertificación? Esta es su explicación

Los seres humanos están impulsando la transformación de las tierras secas en desiertos en una escala sin precedentes en todo el mundo, con serias consecuencias. Pero existen soluciones.

Por Christina Nunez
Publicado 6 jun 2019, 10:05 GMT-3
Las dunas de arena muestran la creciente desertificación de la meseta tibetana, a medida que la ...
Las dunas de arena muestran la creciente desertificación de la meseta tibetana, a medida que la tierra se seca y la cubierta vegetal se desvanece debido a la actividad humana.
Fotografía de Jonas Bendiksen, Nat Geo Image Collection

A medida que las temperaturas globales aumentan y la población humana se expande, una mayor parte del planeta es vulnerable a la desertificación, la degradación permanente de la tierra que antes era cultivable.

Si bien las interpretaciones del término desertificación varían, la preocupación se centra en la degradación de la tierra causada por el hombre en áreas con lluvias escasas o variables conocidas como tierras secas: tierras áridas, semiáridas y subhúmedas. Estas tierras secas representan más del 40 porciento de la superficie terrestre del mundo.

Si bien la degradación de la tierra ha ocurrido a lo largo de la historia, el ritmo se ha acelerado, alcanzando entre 30 y 35 veces la tasa histórica, según las Naciones Unidas. Esta degradación tiende a ser impulsada por una serie de factores, que incluyen la urbanización, la minería, la agricultura y la ganadería. En el transcurso de estas actividades, se eliminan los árboles y otra vegetación, loas pezuñas de los animales golpean la tierra y los cultivos agotan los nutrientes del suelo. El cambio climático también desempeña un papel importante, ya que incrementa el riesgo de la sequía.

Todo esto contribuye a la erosión del suelo y a la incapacidad de la tierra para retener el agua o regenerar las plantas. Alrededor de 2.000 millones de personas viven en las tierras secas que son vulnerables a la desertificación, lo que podría desplazar a unos 50 millones de personas para el 2030.

¿Dónde está ocurriendo la desertificación y por qué?

El riesgo de la desertificación se ha esparcido y abarca más de 100 países, afectando más a algunas de las poblaciones más pobres y vulnerables, ya que la agricultura de subsistencia es común en muchas de las regiones afectadas.

Más del 75 porciento de la superficie terrestre ya está degradada, según el Atlas Mundial de Desertificación de la Comisión Europea y más del 90 porciento podría degradarse para el 2050. El Centro Común de Investigación de la comisión descubrió que una superficie total de la mitad del tamaño de la Unión Europea (4,18 millones de kilómetros cuadrados) se degrada anualmente, siendo África y Asia las más afectadas.

Los impulsores de la degradación de la tierra varían según las diferentes ubicaciones, y las causas con frecuencia se superponen entre sí. En las regiones de Uzbekistán y Kazajstán que rodean el mar de Aral, el uso excesivo de agua para el riego agrícola ha sido el principal culpable de reducir el mar, dejando atrás un desierto salino. Y en la región africana de Sahel, bordeada por el desierto del Sahara al norte y por las sabanas al sur, el crecimiento de la población ha provocado un aumento en la extracción de la madera, en la agricultura ilegal y en la limpieza de las tierras para viviendas, entre otros cambios.

La perspectiva del cambio climático y las temperaturas medias más cálidas podrían amplificar estos efectos. La región mediterránea podría experimentar una transformación drástica con un calentamiento de 2 grados centígrados, según un estudio, con todo el sur de España convirtiéndose en desierto. Otro estudio reciente descubrió que el mismo nivel de calentamiento resultaría en una "aridificación" o desecación de hasta el 30 por ciento de la superficie terrestre.

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    Una familia de pastores cuida las pasturas al lado de un creciente desierto.
    Fotografía de Jonas Bendiksen, Nat Geo Image Collection

    Cuando la tierra se convierte en un desierto, su capacidad para mantener a las poblaciones circundantes de personas y animales disminuye considerablemente. Los alimentos a menudo no crecen, el agua no se puede recolectar y los hábitats cambian. Con frecuencia, esto ocasiona varios problemas en la salud humana que van desde la desnutrición a las enfermedades respiratorias causadas por el aire polvoriento y otras enfermedades derivadas de la falta de agua limpia.

    Soluciones de la desertificación

    En 1994, las Naciones Unidas establecieron la Convención para Combatir la Desertificación (UNCCD), a través de la cual 122 países se han comprometido con los objetivos de Neutralidad de la Degradación de la Tierra, similar a la forma en que los países acordaron el Acuerdo climático de París donde han pautado objetivos para reducir la contaminación de carbono. Estos esfuerzos implican trabajar con los agricultores para salvaguardar las tierras cultivables, reparar las tierras degradadas y administrar los suministros de agua de manera más efectiva.

    La UNCCD también ha promovido la Iniciativa para la Gran Muralla Verde, un esfuerzo por restaurar 100 millones de hectáreas en 20 países de África para el año 2030. Se está realizando un esfuerzo similar en el norte de China, con el gobierno plantando árboles a lo largo de la frontera del desierto de Gobi para evitar que se expanda a medida que la agricultura, el pastoreo y la urbanización, junto con el cambio climático, eliminan la vegetación amortiguadora.

    Sin embargo, los resultados de estos tipos de esfuerzos de restauración hasta ahora han sido mixtos. Un tipo de árbol de mezquite plantado en África oriental para amortiguar la desertificación ha resultado ser invasivo y problemático. La iniciativa de la Gran Muralla Verde en África ha evolucionado a partir de la idea de simplemente plantar árboles y hacia la idea de "reverdecer" o de apoyar a los pequeños agricultores en la gestión de la tierra para maximizar la recolección de agua (a través de barreras de piedra que disminuyen la escorrentía, por ejemplo) y así nutrir el recrecimiento natural de los árboles y de la vegetación.

    "El número absoluto de agricultores en estas regiones [rurales en riesgo] es tan grande que incluso las intervenciones simples y económicas pueden tener impactos regionales", escriben los autores del Atlas mundial de desertificación, señalando que más del 80 por ciento de las granjas del mundo son administradas por hogares individuales, principalmente en África y Asia. "Ahora se consideran a los pequeños agricultores como parte de la solución de la degradación de la tierra en lugar de un problema principal, que era una visión predominante del pasado".

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