
¿Cuál se considera la primera democracia de la historia del mundo?
Una ilustración representa cómo era la votación realizada por los hombres en el ágora de Atenas.
La palabra democracia, que deriva de la unión de los términos griegos dēmos (pueblo) y kratos (gobierno), comenzó a existir como dēmokratia a mediados del siglo V a. C., dando forma a los sistemas políticos de algunas ciudades-estado griegas, entre las que destaca Atenas.
Así lo explica un artículo de la Enciclopedia Britannica (plataforma de conocimientos generales). Fue, por lo tanto, en la Antigua Grecia donde se realizaron los primeros experimentos para tener en cuenta los deseos y anhelos de la población, en contraposición a lo que ocurre en un gobierno imperial o dictatorial, por ejemplo.
En la actualidad, desde 1997 se celebra el Día Internacional de la Democracia, efeméride que se conmemora anualmente el 15 de septiembre y que es el resultado de la Declaración Universal sobre la Democracia, un documento firmado por 128 países, informa un artículo del Archivo Nacional, organismo del Ministerio de Gestión e Innovación en Servicios Públicos del Gobierno de Brasil.
En esta fecha, descubre cómo funcionaba la democracia ateniense y cuáles son sus diferencias con respecto a los gobiernos democráticos actuales.

Una vista del Partenón, en Atenas, Grecia. En la Antigüedad, Atenas fue una de las ciudades-estado en las que, durante algunos siglos, imperó la democracia y en la que entre 30 000 y 60 000 hombres votaban sobre los temas cotidianos de la acrópolis.
¿Cómo funcionaba la democracia ateniense?
Según la Enciclopedia de la Historia Mundial, una plataforma especializada en historia, la democracia ateniense fue el sistema de gobierno utilizado en Atenas, Grecia, entre los siglos V y IV a. C.
“Bajo este sistema, todos los ciudadanos varones (que componían el dēmos) tenían los mismos derechos políticos, libertad de expresión y la oportunidad de participar directamente en la arena política”, describe la fuente.
El gobierno ateniense de la Antigüedad se consideraba una democracia directa en la que aquellos que eran considerados ciudadanos (básicamente solo los hombres no esclavizados) tomaban “ellos mismos las decisiones sobre sus vidas, además de servir activamente en las instituciones que los gobernaban, de modo que controlaban directamente todas las partes del proceso político”, añade la plataforma.
Esta participación se llevaba a cabo a través de una asamblea, llamada ecclesia (ekklēsía, en griego), en la que se reunían los hombres (entre 30 000 y 60 000 individuos, según el período), informa la Enciclopedia histórica. “La asamblea se reunía al menos una vez al mes, aunque probablemente lo hiciera dos o tres veces en ese intervalo, en una colina llamada Pnix, cuyo espacio podía albergar a unos 6000 ciudadanos”.
La plataforma continúa explicando que “cualquier ciudadano podía hablar ante la asamblea y votar las decisiones simplemente levantando la mano. Ganaba el grupo mayoritario, cuya decisión era definitiva”.
La fuente destaca además que, durante ese periodo, otras ciudades-estado de la antigüedad también tuvieron, “en algún momento”, sistemas democráticos, entre ellas Argos, Siracusa, Rodas y Eritras.

Desde 1997 se celebra el Día Internacional de la Democracia, efeméride conmemorada anualmente el 15 de septiembre y propuesta por la Declaración Universal sobre la Democracia, un documento firmado por 128 países. Uno de los elementos clave de la democracia, según la declaración, es la celebración de elecciones libres y justas a intervalos regulares.
¿Qué caracteriza a una democracia en la actualidad?
Según la Declaración Universal sobre la Democracia, entre los principios esenciales de un gobierno democrático se encuentran el respeto a los derechos humanos y la celebración de elecciones “libres y justas”, detalla el texto del ministerio brasileño.
“La democracia se basa en el imperio de la ley, así como en el ejercicio de los derechos humanos. En un Estado democrático, nadie está por encima de la ley y todos son iguales ante ella”, continúa la fuente, citando la Declaración Universal sobre la Democracia.
En la misma línea, la declaración prevé que “el elemento clave para el ejercicio de la democracia es la celebración de elecciones libres y justas, a intervalos regulares, que permitan que la voluntad del pueblo se exprese periódicamente”, continúa.
“Estas elecciones deben celebrarse sobre la base del sufragio universal, igualitario y secreto, a fin de que todos los votantes puedan elegir a sus representantes en condiciones de igualdad y transparencia”, añade el documento.
Actualmente también existe una clasificación mundial que evalúa el estado de las democracias en todo el mundo. La publica anualmente la Economist Intelligence Unit (EIU), una institución de investigación y análisis perteneciente al grupo del periódico inglés The Economist.
En el Índice de Democracia (Democracy Index) de 2024, Noruega ocupó el primer lugar de la lista, seguida de Nueva Zelanda y Suecia.
