Detectan 13 ráfagas rápidas de radio procedentes del espacio exterior

El lugar de origen de las ráfagas se encuentra a 1.500 años luz y entre ellas hay una insólita ráfaga repetitiva.

Por Shannon Stirone
Publicado 10 ene 2019, 20:04 GMT-2
Las estrellas se disponen sobre el Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno, o ...
Las estrellas se disponen sobre el Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno, o CHIME por sus siglas en inglés, en el Observatorio Astrofísico de Radio Dominion en Kaleden, Columbia Británica.
Fotografía de Andre Renard

Un equipo de astrónomos ha detectado 13 ráfagas rápidas de radio procedentes del espacio exterior, entre ellas una que se repite de forma regular. Aunque todavía se desconocen sus fuentes, este nuevo grupo de ráfagas misteriosas ofrece pruebas de dónde y por qué aparecen estos destellos por el cosmos.

Las ráfagas rápidas de radio, su nombre científico, son uno de los fenómenos más extraños del universo. Cada ráfaga dura apenas unas milésimas de segundo y parecen proceder de un lugar mucho más allá de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Desde el hallazgo de las ráfagas en 2007, su causa ha sido todo un enigma. Basándose en los cálculos de las bandas de frecuencia conocidas y en la comprensión de la actividad del universo, los científicos esperan que se produzcan casi mil al día. Pero, hasta la fecha, solo se han detectado unas pocas.

Ahora, un equipo que usa el Experimento Canadiense de Cartografía de la Intensidad del Hidrógeno (CHIME, por sus siglas en inglés), ha anunciado 13 nuevas detecciones, entre ellas la de una ráfaga que se repite. Hasta ahora, solo se conocía la existencia de una ráfaga rápida de radio repetida.

La ráfaga repetitiva y sus 12 compañeras proceden de una región del espacio a unos 1.500 millones de años luz, según ha informado el equipo en la revista Nature. Las 13 ráfagas poseen la frecuencia de radio más baja detectada hasta la fecha, pero también eran más intensas que ráfagas rápidas de radio descubiertas hasta la fecha, lo que hace que el equipo crea que la baja frecuencia está relacionada de algún modo con el entorno de procedencia.

"No significa que viajen desde más lejos", señala el autor del estudio Shriharsh Tendulkar, investigador posdoctoral del departamento de física de la Universidad McGill. "La propagación de la luz a través del gas caliente y el plasma en el medio intergaláctico y el medio interestelar tiene una serie de efectos diferentes en la señal".

Por ejemplo, las ondas de radio se distorsionan mientras viajan por el espacio y pueden dispersarse o ser absorbidas por el gas y el plasma. Por lo tanto, el equipo cree que las 13 ráfagas se originaron en las regiones densas y turbulentas del interior de sus galaxias, particularmente en áreas con mucha actividad violenta, como los restos casi densos de una supernova o cerca de agujeros negros.

Un misterio creciente

Tendulkar y el equipo también observaron que la estructura de la nueva ráfaga repetitiva es muy similar a la otra ráfaga repetitiva detectada hasta ahora.

"El hecho de que observemos varias estructuras en la ráfaga resultaba bastante similar a la primera ráfaga rápida de radio repetitiva. Es muy inusual", explica. "Ahora existen pruebas tentadoras de que las estructuras de estas ráfagas solo se observan en las repetitivas". Esto sugiere que, si se descubren más ráfagas rápidas de radio con dicha estructura, podrían ser buenas candidatas para ser repetitivas.

La nueva ráfaga que se repite es más fuerte que la detección anterior, algo que podría atribuirse al hecho de que está 1.500 millones de años luz más cerca, pero el equipo no lo puede saber con certeza. Para establecer más comparaciones, tendrán que escrutar el firmamento en busca de la galaxia donde se originaron las nuevas ráfagas, un hallazgo que no está garantizado. Mientras tanto, el equipo seguirá usando el CHIME para observar la región del cielo de la que proceden estas ráfagas, así como otros radiotelescopios para realizar un seguimiento del hallazgo.

"Intentamos acumular pruebas y entender si las ráfagas rápidas de radio repetitivas y las ráfagas rápidas de radio únicas son poblaciones diferentes", afirma Tendulkar. "¿Proceden de objetos diferentes? ¿O están relacionadas de algún modo? Intentamos desentrañar estos misterios, es muy emocionante".

Es más, cuando el CHIME detectó estas nuevas ráfagas, solo funcionaba a una fracción de su capacidad y al equipo le emociona comprobar cuántas aparecerán en sus datos ahora que el instrumental funciona a toda máquina.

"El hallazgo del CHIME apunta a un enorme potencial", afirma Shami Chatterjee, investigador del Centro Cornell de Astrofísica y Ciencia Planetaria que no participó en los últimos hallazgos. "Tengo mucha curiosidad por saber cuántas [ráfagas rápidas de radio] descubrirán. Deben tener decenas o cientos".

Chatterjee añade que la detección de más ráfagas implica que los insólitos fenómenos podrían ser herramientas eficaces para comprender los restos de gas, polvo y plasma que existen en el espacio aparentemente vacío entre las galaxias, denominado medio intergaláctico.

"Todos están de acuerdo en que, en el medio intergaláctico, es difícil tener una sonda que te revele su composición", afirma Chatterjee. "Está más vacío en grados de magnitud que nuestro propio medio interestelar, pero gracias a las [ráfagas rápidas de radio] que estamos detectando, será una de las pocas formas de poder explorar y entender estos entornos".

Y, por ahora, Tendulkar señala que el misterio que envuelve las ráfagas rápidas de radio sigue formando parte de su atractivo.

"No saberlo es muy divertido", afirma. "Sigues añadiendo más información, pero, como en todas las ciencias, cuando resuelves el misterio, aparecen más".

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