¿Es posible desterrar el plástico de la atención médica?

Los hospitales están repletos de plástico estéril desechable. Los defensores del medioambiente están buscando maneras menos derrochadoras de mantener la higiene en la asistencia médica.

Por Sarah Gibbens
Publicado 9 oct 2019, 14:26 GMT-3

A diferencia de negarse a utilizar un sorbete plástico en un restaurante, es difícil reducir el plástico cuando el sujeto está inconsciente en un quirófano. El plástico desechable está enfrentándose a mayor escrutinio que nunca, y la industria médica podría ser el área donde los consumidores individuales tengan muy poco poder de decisión.

Practice Greenhealth, una organización no gubernamental que trabaja para que los hospitales se vuelvan más sustentables, estima que el 25 por ciento de los desechos generados en un hospital son plástico. Un estudio en una histerectomía halló que el procedimiento puede producir hasta 9 kilogramos de desechos, gran parte de los cuales son plástico.

Los plásticos de un solo uso pueden ser una opción atractiva para los hospitales (barato, resistente y fácilmente desechable) y cada cubierta o contenedor plástico nuevo ofrece un entorno estéril nuevo también. Esta es la razón por la que los médicos se cubren y usan todo plástico.

Sin embargo, aunque el plástico ha revolucionado la industria médica en el transcurso del último siglo de muchas maneras, hoy se está investigando qué sucede luego de que ha cumplido su tarea. El plástico puede terminar, muy fácilmente, en entornos marinos, donde se rompe en partículas minúsculas conocidas como microplásticos, cuyas consecuencias para la salud no se han determinado aún. Y los combustibles fósiles necesarios para producir esos plásticos pueden contaminar el aire y el agua.

Los profesionales médicos señalan que, cada vez más, el uso ilimitado de plástico contradice la promesa médica de no dañar; pero en lugares inundados de sangre y patógenos... ¿es posible evitar el plástico?

Plástico nuevo y limpio

“Los plásticos de las aplicaciones biomédicas tienen muchas propiedades atractivas, entre ellas su bajo costo, su fácil procesamiento y [la habilidad] de esterilización fácil”, menciona Bridgette Budhlall, ingeniera de la Universidad de Massachusetts Lowell.

Observa que los plásticos pueden modificarse con diferentes revestimientos que los vuelven particularmente resistentes a los microbios.

Una ficha técnica publicada por la American Chemistry Council, un grupo comercial de plástico, dice: “Los plásticos desechables son la manera más limpia y eficiente” de facilitar la salud y la higiene en los hospitales.

Pero aquellos que trabajan para que los hospitales sean más sustentables afirman que se ha hecho un uso excesivo del plástico.

En una encuesta que incluyó 332 hospitales y que todavía no ha sido publicada, Practice Greenhealth analizó los artículos plásticos desechables en quirófanos que habían sido reemplazados satisfactoriamente por artículos reutilizables. Los instrumentos como las cubetas quirúrgicas y las vendas para esterilización podrían reutilizarse y se reducirían varias toneladas de desechos por año. Según Practice Greenhealth, dependiendo dónde se produce el recorte, los hospitales también podrían ahorrar miles de dólares al año.

Una pesadilla para el reciclaje

“Funcionó durante un tiempo cuando China lo adoptó”, afirma Janet Howard, directora de participación de Practice Greenhealth, sobre los desechos plásticos médicos. Pero ahora, sobre los esfuerzos de reciclaje en los hospitales, señala: “estamos retrocediendo”.

En 2018, China anunció que ya no compraría dos tercios de la basura plástica mundial. Eso les da a los lugares pocas opciones: solo arrojar sus residuos plásticos combinados en vertederos e incineradoras. El PVC que termine en incineradoras puede liberar químicos tóxicos.

“Ciertamente, hay diferentes tipos de plásticos que pueden recuperarse y que no se están recuperando hoy por varias razones”, señala Kim Holmes, vicepresidenta de sustentabilidad de la Asociación de la Industria Plástica.

“Hay artículos que se utilizan en el cuidado del paciente que no entran en contacto con los pacientes, por lo que no presentan riesgos biológicos y pueden reciclarse”, agrega, haciendo referencia a cosas como recipientes de embalaje y almacenamiento.

En aquellos hospitales en los que se intenta clasificar a los plásticos para su posterior reciclaje, Holmes señala que producir suficiente material para que sea atractivo al reciclador es un desafío para un único hospital y más efectivo cuando la basura se acumula proveniente de una cantidad de locaciones. El Healthcare Plastics Recycling Council ofrece una serie de herramientas para los hospitales que quieran unirse a una red de reciclaje.

Un elemento "asqueroso"

Uno de los artículos plásticos arrojados desde los quirófanos es el “envoltorio azul”, una lámina de polipropileno que cubre las herramientas esterilizadas que es removida y descartada antes de las cirugías.

Su naturaleza desechable remueve lo que Howard denomina el elemento “ick” (asqueroso), pero también deja a su paso una pequeña montaña de basura.

“Es como sucede después de unas vacaciones cuando tienes esa pila de envoltorios en el piso”, dice. “Eso es el envoltorio azul de los quirófanos todos los días”.

Según Howard, algunos hospitales están experimentando y quieren remplazar el papel azul por recipientes reutilizables de esterilización que pueden limpiarse de la misma manera que se hace con los instrumentos que contienen. 

Otro artículo abundante en los centros médicos es la bolsa de esterilización: una bolsa pequeña y sellable utilizada para mantener el equipo esterilizado libre de gérmenes.

David y James Stoddard, dos hermanos dentistas, tuvieron un deseo: que los instrumentos estuviesen libres de patógenos. Este deseo los llevó a crear una bolsa de tela tejida para almacenar sus instrumentos esterilizados. Su empresa EnviroPouch, fue creada en 1993 y comprada por Barbara Knight en 2001.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades establecen estándares estrictos para desinfectar los instrumentos médicos, y las bolsas que los contienen deben registrarse en el organismo de control de productos alimenticios y medicamentos (Federal Drug Administration) y  EnviroPouch está registrada.

Knight señala que el producto que vende es más efectivo que las bolsas plásticas porque forma una barrera más gruesa alrededor de los instrumentos puntiagudos. Cada bolsa elimina aproximadamente 200 bolsas plásticas desechables, afirma.

“La tela tejida hace que su penetración se vuelva un camino tortuoso para cualquier instrumento filoso”, señala, en oposición al film en la bolsa plástica.

Knight añade que los dentistas que crearon la bolsa se inspiraron en la historia de Kimberly Ann Bergalis, una mujer que murió en 1991 luego de ser uno de los seis pacientes estadounidenses que se infectaron con el virus VIH en el dentista. 

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    Un estudio ha relacionado la temprana exposición al PVC en las unidades de cuidados intensivos con las discapacidades neurocognitivas desarrolladas en un futuro.
    Imagen de Hannah Whitaker, National Geographic

    Gary Cohen, presidente tanto de Practice Greenhealth como de la organización sin fines de lucro Health Care Without Harm, señala que gran parte de la industria teme por la propagación del VIH y, por eso, presiona para utilizar envoltorios desechables.

    “Fue uno de los impulsores que ayudó a estimular el uso de dispositivos desechables y de envoltorios excesivos en el sector sanitario dado que había una profunda preocupación por la propagación”, señala Cohen sobre la paranoia por la crisis del SIDA. “Fue una reacción desmesurada”.

    Además de su abundancia, Cohen señala que ciertos tipos de plásticos, como el cloruro de polivinilo (PVC) pueden contener químicos tóxicos. Un estudio de 2016 encontró que los pacientes jóvenes que eran expuestos a un aditivo de PVC común denominado DEHP (un tipo de ftalato) durante cuidados intensivos mostraban signos de deterioro neurocognitivo en un futuro.

    En su sitio web, la Plastic Industry Association sostiene que el PVC es un material efectivo porque es resistente a los gérmenes y fácil de desinfectar.

    Mirando hacia adelante

    La organización ambiental sin fines de lucro Health Care Without Harm estima que la industria sanitaria mundial contribuye con un poco más del cuatro por ciento de las emisiones globales, muchas de las cuales provienen de la calefacción y la refrigeración constante. Ese es el mismo nivel de emisiones producidas por más de cinco centrales alimentadas por carbón en un año.

    Aunque muchos hospitales están implementando oficinas sustentables, no serán nunca verdaderamente “basura cero”, señala Howard, porque “siempre habrá algún tipo de componente de riesgo biológico” que necesite ser mitigado.

    Pero dice que, para ser mejores guardianes del medioambiente, los hospitales y los centros médicos tienen que reducir su basura plástica. A diferencia de las emisiones de carbono, la basura plástica es evidentemente perceptible, y es algo que tanto pacientes como doctores quieren reducir.

    “Estamos viendo esto desde un lugar más amplio. ‘¿Qué es el bienestar y cómo lo alcanzamos?’", se pregunta. “Necesitamos comer alimentos saludables y regresar a la naturaleza, y eso nos lleva nuevamente a los hospitales y a los curadores”.

    No contaminadores, señala

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