Pandemia, endemia y epidemia: ¿qué son y en qué se diferencian?

Por el momento, las autoridades sanitarias han decidido conservar el estatus de la COVID-19 como pandemia. A su vez, los especialistas prefieren ser cautos al hablar del brote de viruela del mono.

Los pasajeros viajan en el tren de cercanías suburbano en Yakarta (Indonesia) durante la pandemia de COVID-19.

Fotografía de Muhammad Fadli
Por Redacción National Geographic
Publicado 30 ago 2022, 15:41 GMT-3

El avance de  la viruela del mono preocupa a las autoridades sanitarias y mantiene al mundo en alerta. El virus se suma a la pandemia de coronavirus, que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), aún continúa vigente.

Según explica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la viruela del mono se trata de una zoonosis viral (lo que significa que puede propagarse de animales a seres humanos) y es causada por el virus de la viruela símica.

Actualmente, la enfermedad está catalogada por la OMS como una emergencia de salud pública de importancia internacional. Sin embargo, una primera alerta se había lanzado en mayo de 2022, cuando varios países donde la enfermedad no es endémica notificaron casos.

¿Podrían la COVID-19 y la viruela símica cambiar de término y transformarse en endemia y pandemia respectivamente? ¿Qué debe suceder para que eso ocurra? Conoce las definiciones de cada término y la reflexión de los expertos.

Brote y epidemia: ¿Cuáles son sus diferencias?

De acuerdo al documento COVID-19: glosario sobre brotes y epidemias elaborado en conjunto entre la OPS y la OMS, un brote se define como “dos o más casos asociados epidemiológicamente entre sí”. Asimismo, la existencia de un caso único bajo vigilancia en una zona donde no existía la patología, también puede considerarse un brote. 

Según profundiza el glosario, el mismo sucede por el aumento inusual del número de casos de una enfermedad. Puede tener una diseminación localizada en un espacio específico (por ejemplo, una comunidad, un pueblo, un barco, una institución cerrada) o extenderse a varios países. Este puede durar unos días, varias semanas o incluso años.

Leda Guzzi, médica infectóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y de la Sociedad Argentina de Vacunología, explica a National Geographic a través de videollamada que los brotes “pueden contenerse, mitigarse y de alguna manera volver a un corredor endémico, o bien pueden progresar y adoptar un carácter de mayor diseminación y expansión hacia otras áreas geográficas”. 

“El brote comienza con un aumento en el número de casos de una determinada enfermedad por encima de los niveles esperados y se puede convertir en una epidemia”, indica la especialista argentina.

Asimismo, la epidemia representa un aumento inusual del número de casos de una enfermedad determinada en una población específica y en un período dado.

“Una característica importante de las endemias es que pueden ser estimadas o proyectadas”

Por: Ernesto Gozzer
Médico especialista en salud pública global y profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia

El documento de la OPS y la OMS aclara: “Los términos ‘brote’ y ‘epidemia’ se usan a menudo indistintamente. En general, una epidemia puede ser considerada como la consolidación simultánea de múltiples brotes en una amplia zona geográfica y, generalmente, implica la ocurrencia de un gran número de casos nuevos en poco tiempo, mayor al número esperado”.

Al respecto, Ernesto Gozzer, médico especialista en salud pública global y profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, detalla a este medio que “tanto brote como epidemia, pandemia y endemia son parte de una secuencia”. 

“La COVID-19 empezó en China como una neumonía atípica, pero en las investigaciones científicas de aquel momento no se encontraron las causas. Luego, los casos no se pudieron controlar y el virus se expandió a otros países convirtiéndose en epidemia. Cuando ya se vieron afectados varios países de dos o más continentes se terminó declarando al coronavirus como pandemia”, indica. 

¿Qué es una pandemia?

De acuerdo con el glosario de la OPS y la OMS, una pandemia es “una epidemia que se ha extendido por varios países, continentes o todo el mundo y que, generalmente, afecta a un gran número de personas”.

Guzzi relata que la COVID-19 “comenzó como un brote epidémico por un nuevo coronavirus, pero rápidamente tuvo una capacidad de expansión que hizo que la OMS la declarara pandemia el 11 de marzo de 2020. En ese momento había cinco continentes comprometidos, más de 100 países y más de 100 000 casos”.

En la historia existen otros casos de pandemia, expone Gozzer, como la influenza de 1918 (conocida como gripe española), que provocó el fallecimiento de entre 50 y 100 millones de personas; o la pandemia de la influenza H1N1, del 2009.

Viruela del mono: ¿podría convertirse en pandemia?

De acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional (2005), este término hace referencia a “un evento extraordinario que constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a causa de su propagación internacional y que podría requerir una respuesta internacional coordinada”.

Conforme al organismo sanitario mundial, se trata de la alerta máxima que la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puede activar para que los países pongan en marcha los protocolos necesarios para intentar contener un brote viral y evitar que se convierta en una pandemia

La última vez que la OMS tomó una decisión de este tipo fue en enero de 2020 cuando declaró a la COVID-19 como emergencia de salud internacional.

El 25 de agosto la OMS dijo que existen indicios de que el brote está disminuyendo en Europa. Sin embargo, alertó por el previsible aumento de los casos de viruela del mono en Latinoamérica.

“En América Latina en particular, la concienciación y las medidas de salud pública insuficientes se están combinando con la falta de acceso a las vacunas para avivar las llamas del brote”, sostuvo Tedros Adhanom Gebreyesus, director general de la OMS.

Tal como muestra el Tablero de Viruela Símica en la Región de la Américas de la OPS/OMS, hasta el momento se han notificado 25 888 casos confirmados. Además, advierte 3 fallecimientos ocurridos en Ecuador, Brasil y Cuba.

Sin embargo, no se puede decir con exactitud si la viruela símica tiene potencial epidémico para convertirse en pandemia, señala Guzzi. Asimismo, reconoce que siempre existe un riesgo pandémico que puede ser alto o bajo y, en el caso de esta enfermedad, el riesgo es moderado.

Esto, continúa la infectóloga, responde a varias razones. En primer lugar, se trata de un virus ya conocido y las personas vacunadas contra la viruela humana tendrían una menor susceptibilidad a contraer la enfermedad. 

“Otra razón que también es alentadora es que se trata de un virus de ADN. Estos son más estables desde el punto de vista genético: su potencial evolutivo es menor y, por lo tanto, tienen una menor tasa de mutaciones”, comenta la investigadora argentina.

Otro motivo por el cual el horizonte de la viruela símica parece diferente al del coronavirus es que la transmisibilidad entre personas es moderada y menos eficiente que la de la COVID porque, en general, “requiere de un contacto íntimo, muy estrecho entre las personas. Entonces, la posibilidad o la potencialidad de generar casos secundarios a partir de un caso índice fuera del círculo íntimo de la persona es menor”, indica la médica.

Sumado a esto, la experta comenta que se investiga si la transmisión se produce solo desde personas sintomáticas. En ese caso, podría diferenciarse de la COVID, en la cual la transmisión puede suceder desde antes de presentar signos o síntomas de la enfermedad.

Por último, la infectóloga explica que existen en el mundo vacunas y tratamientos antivirales que se pueden destinar a las personas que están cursando la enfermedad. 

“Yo creo que todas estas condiciones reducen la probabilidad de que la enfermedad se convierta en una pandemia, pero no lo excluye. Es un riesgo que todavía estamos evaluando y que tal vez, con el correr del tiempo se aclare más”, reflexiona.

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    Una clubber se hace una prueba gratuita de COVID-19 mientras espera en la fila en un lugar de Berlín, Alemania. 

    Fotografía de Rubén Salgado Escudero

    Endemia: qué es y ejemplos concretos

    Según Guzzi, se habla de endemia cuando una enfermedad presenta en una determinada región un número de casos que es estable y en general predecible año a año. 

    “Esto puede suceder durante todos los meses del año o puede tener una estacionalidad”, especifica la experta. Un ejemplo de esto es la gripe o la influenza, que sucede especialmente en los meses de invierno y que es endémica en la mayoría de los países del mundo.

    Gozzer resalta que “una característica importante de las endemias es que pueden ser estimadas o proyectadas”. 

    El próximo paso de la COVID-19: ¿la endemia?

    A la fecha, la COVID-19 ya ha recorrido la secuencia brote, epidemia, pandemia. No obstante, la OMS aún no ha declarado a la COVID como endemia.

    Durante una rueda de prensa en Ginebra el 17 de agosto, Adhanom Ghebreyesu fue contundente: “Todos estamos cansados de este virus y de la pandemia. Pero el virus no está cansado de nosotros”.

    Conforme a datos de la organización mundial, al 24 de agosto de 2022 hay más de 174 millones de casos acumulados y más de 2.5 millones de fallecimientos.

    Para Gozzer “todavía es prematuro vincular al coronavirus con una endemia porque no sabemos si van a ocurrir o no nuevas variantes, si van a haber nuevas olas, a cuánta gente va a afectar, es decir, aún no es una enfermedad predecible”.

    Sobre el futuro del coronavirus, el especialista en salud global reflexiona: “Tengo un optimismo prudente. Este año el mundo cuenta con nuevas herramientas que, bien usadas, pueden ayudar a controlar la pandemia de COVID-19 que, en algún momento, se convertirá en una enfermedad endémica, aunque todavía no sabemos cuáles serán sus características”. 

    No obstante, Gozzer profundiza: “Para controlar la pandemia se requiere una respuesta global articulada que combine las estrategias de prevención, vigilancia y control aprendidas en la que los países apoyen a la OMS”.

    Para el especialista la prioridad consiste en poner en práctica la equidad en la vacunación para reducir el riesgo de la aparición de nuevas variantes que produzcan nuevos brotes y olas pandémicas. “Es decir, vacunar a la mayor cantidad de personas en el mundo en el menor tiempo posible”.

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