Una de estas astronautas podría ser la primera mujer que pise la Luna

Dieciocho astronautas estadounidenses, dentro de los que se encuentran nueve representantes femeninas, han sido elegidos para entrenarse para las misiones Artemis, que apuntan a llevar a los seres humanos de nuevo a la superficie lunar.

Por Nadia Drake
Publicado 15 dic 2020, 10:04 GMT-3

La astronauta de la NASA Christina Koch se toma una selfie en el espacio con la Tierra tras ella. Junto a su compañera astronauta de la NASA Jessica Meir estuvieron en el vació del espacio durante siete horas y 17 minutos en la primera caminata espacial exclusivamente femenina el 18 de octubre de 2019.

Fotografía de Christina Koch, NASA

Han pasado casi 50 años de que aterrizamos en la Luna por última vez: la tripulación del Apollo 17 de la NASA, compuesta por tres personas, pisó el suelo cerca del mar de lava antiguo Mare Serenitatis.

Ahora, la agencia espacial quiere embarcarse nuevamente rumbo a la superficie lunar y revivirá un programa denominado Artemis que podría enviar seres humanos a la Luna antes de que finalice esta década. Aunque, esta vez, no solo los hombres harán el viaje: la NASA se compromete a que la primera mujer en pisar suelo lunar sea parte del vuelo inaugural Artemis hacia la superficie.

La agencia finalmente reveló quiénes de los 47 astronautas en actividad formarán parte de Artemis, y se entrenarán para el regreso histórico de la humanidad a la Luna.

“Nuestro objetivo es ir a la Luna de manera sostenible para aprender cómo vivir y trabajar en otro mundo", dijo el administrador de la NASA Jim Bridenstine durante una reunión del Comité Espacial Nacional y anunció los nombres de los 18 astronautas seleccionados para el entrenamiento.

Tal vez, enviar seres humanos en un viaje ida y vuelta a la superficie de otro mundo es el mayor objetivo de un programa espacial. Pero dichos viajes son traicioneros y completarlos de forma segura implica años de entrenamiento. Es por esto que los astronautas de la NASA están comenzando a prepararse para una posible tarea lunar.

"Los viajes al espacio no son para los impacientes. Es peligroso y es muy complicado", señala la astronauta de la NASA Nicole Mann, piloto de pruebas de la marina y veterana de combate que se entrenará para Artemis. "Tenemos un grupo de personas que están trabajando juntas, no solo en Estados Unidos, sino en la comunidad internacional, que se unirán para que esto sea un éxito".

A ninguno de los 18 astronautas se le ha asignado una misión Artemis específica todavía. La NASA indica que, más adelante, se agregarán más astronautas, algunos de ellos pertenecen a los socios internacionales. Pero este grupo es el primero en comenzar a prepararse para las misiones a la Luna del siglo XXI de la NASA.

De los 18, nueve son mujeres y es probable que una de ellas sea la primera en pisar la Luna. En el grupo, hay aviadores experimentados, como Christina Koch, que acaba de establecer el récord del viaje espacial de mayor duración de una mujer, y Victor Glover y Kate Rubins, quienes están actualmente a bordo de la Estación Espacial Internacional. El resto son novatos, principalmente de las clases de astronautas 2013 y 2017.

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    El astronauta de la NASA Scott Tingle (derecha) está entre los seleccionados para prepararse para las misiones Artemis. Aquí está con su compañero astronauta Steve Swanson entrenando para las caminatas espaciales en el Laboratorio de flotabilidad neutral cerca del Centro Espacial Johnson en Houston, Texas.

    Fotografía de NASA

    “Cuando pienso en el programa Artemis, creo, como todos, que el pequeño niño que vive dentro mío se superentusiasma", señala el astronauta de la NASA Frank Rubio, veterano de combate del ejército y doctor de fuerzas especiales que está en la lista Artemis. "Como estadounidense, como ser humano, me entusiasma".

    Un viaje a la Luna

    Un mundo en sí misma, la Luna está llena de misterios y mitología, y nuestras incursiones en su vecindario han sido fascinantes (y conmovedoras) demostraciones de la capacidad del ser humano.

    Dichos viajes también han puesto a nuestro planeta en contexto, ejemplificado por la icónica imagen “Salida de la Tierra.” Tomada por la tripulación del Apollo 8 la noche de Navidad de 1968 mientras se balanceaban alrededor de la Luna, la foto captura a nuestro planeta multicolor sobre el horizonte monótono lleno de cráteres. Por primera vez, los seres humanos vieron a la Tierra desde lejos para comprender el amplio reino cósmico en el que existe nuestro planeta y la fragilidad de nuestro pequeño mundo acuoso. La primera misión tripulada del programa Artemis, denominada Artemis II, está diseñada de manera similar: formar un bucle alrededor de la Luna y regresar, tal vez en 2023.

    “Si puedo ser parte de estas misiones de alguna manera, será un sueño hecho realidad", menciona la astronauta de la NASA Jessica Meir, que está entrenando para Artemis y ya ha registrado más de 200 días en el espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional. "Hay tanto por explorar con el programa Artemis. Iremos a sitios nuevos; hay una gran cantidad de hipótesis y experimentos científicos nuevos que se llevarán a cabo".

    Pero llegar a la Luna —y, más importante, regresar a la Tierra— es complicado. Ponerse en órbita lunar implica un cambio delicado que debe ejecutarse con precisión. 
    Alunizar —una hazaña que Neil Armstrong y Buzz Aldrin casi no logran el 20 de julio de 1969— es aún más riesgoso. Y, finalmente, despegar de la superficie lunar, y encontrarse con otra nave espacial para luego comenzar el regreso a casa requiere de maniobras difíciles también ejecutadas en reversa.

    Pero los astronautas de la NASA no solo están listos para el desafío, lo ansían.

    Meir cuenta que, cuando en primer grado le pidieron que dibujara su trabajo ideal, "recuerdo claramente dibujar una astronauta parada al lado de la bandera, la estadounidense, en la superficie de la Luna. No era simplemente yo en el espacio; era yo parada en la superficie de la Luna. Así que, para mí, este ha sido mi sueño siempre e implica exploración y curiosidad".

    El sistema vestibular de la astronauta de la NASA Jessica Meir es puesto a prueba mediante una silla giratoria en los alojamientos privados de la tripulación en el Cosmonaut Hotel en Baikonur, Kazajistán, el 18 de septiembre de 2019. A la semana siguiente, Meir partió para la Estación Espacial Internacional en la nave espacial rusa Soyus.

    Fotografía de NASA

    Regresar para quedarse

    Durante los últimos años, el programa Artemis de la NASA ha cobrado fuerza de a poco. Concebido inicialmente como el hermano del programa Apollo, Artemis —en su forma básica— replicará la secuencia de las misiones que enviaron astronautas a la Luna en las décadas de 1960 y 1970. Si Artemis II regresa de la órbita lunar con éxito, la NASA podría lanzar pronto Artemis III que debería alunizar, tal vez en 2024 —aunque esa misión podría retrasarse si el proyecto continúa con un calendario lento y costos excesivos.

    Según lo previsto, Artemis usará el cohete del Sistema de lanzamiento espacial (SLS, por su sigla en inglés) y la cápsula espacial Orión para enviar a los astronautas a la órbita lunar. Más adelante, durante Artemis III, Orión se acoplará con un vehículo diseñado y desarrollado de forma privada que transportará a la tripulación a la superficie, tal vez hacia un sitio cerca del polo sur helado de la Luna.

    No obstante, Artemis es ambicioso en muchos aspectos. Si se desarrolla en su totalidad, el programa incluirá la construcción de un puesto espacial que orbitará la Luna, denominado Gateway. Esta pequeña estación podría usarse como punto de paso para los astronautas que van y vienen desde la superficie lunar. Y, en última instancia, hasta podría ayudar a otras misiones en el sistema solar.

    La NASA planea trabajar con socios internacionales para establecer una presencia en la Luna a largo plazo y espera que sus socios extranjeros acepten un conjunto de principios que se encuentran en un documento denominado Artemis Accords. En él, se incluyen compromisos para usar la Luna con fines pacíficos, para cooperar en caso de emergencias, para compartir conocimientos e información científica y para conservar los sitios de interés histórico como el lugar donde aterrizó el Apollo 11.

    Mientras entrenaban para ser astronautas integrales, Jessica Meir y Victor Glover participaron de un entrenamiento para poder sobrevivir en la selva, que duró tres días, cerca de Rangeley, Maine.

    Fotografía de L. Harnett, NASA

    En el contexto en el que nos encontramos, de liderazgo político cambiante, presupuestos inciertos, pandemia global persistente y demoras reiteradas tanto con SLS como con Orión, no es claro si Artemis se realizará en el tiempo indicado.

    "Es una labor cara", menciona Rubio. "Pero creo que se ha probado una y otra vez que, cuando hacemos cosas difíciles y nos ponemos grandes desafíos como humanidad, nos unimos. Y nos empuja a desarrollar nuevas tecnologías, nuevas ideas".

    Una perspectiva lunar

    Los objetivos científicos de Artemis III, expuestos esta semana, incluyen recoger más rocas lunares y regresarlas a la Tierra. Las misiones también estudiarán la historia de los impactos de asteroides en la Tierra y la Luna, y buscarán compuestos enterrados debajo de la superficie, incluso agua helada. En última instancia, la NASA espera recolectar hielo en la Luna que podría usarse para fabricar combustible de cohete y crear sistemas de apoyo a la vida.

    Aunque todos los astronautas que hablaron con National Geographic subrayaron que completar con éxito una misión a la Luna sería su máxima prioridad, también dijeron que les gustaría divertirse un poco allí si tienen la suerte de ir.

    "Definitivamente quiero saltar, saltar lo más alto que se pueda", dice Mann. "Ojalá nos den algún tipo de explorador", agrega Rubio. "Si bien la ciencia es muy importante, creo que todos nosotros vamos a querer hacer trompos en la Luna".

    Meir señala que no podrá dejar de admirar la belleza y la profundidad de la imagen de la Tierra desde la superficie lunar. "Deseo tanto poder tener los ojos de todos los seres humanos para que puedan apreciar la vista que tenemos nosotros", señala. "La imagen de la Tierra desde la Estación Espacial Internacional fue tan poderosa para mí en el entendimiento de la fragilidad, la belleza de nuestro planeta, que debemos protegerlo y que estamos interconectados".

    Aunque, por ahora, los astronautas de Artemis están enfocados en prepararse para el próximo gran paso de la humanidad en el espacio, y, tal vez, como Mann y su hijo de ocho años, en observar un poco la Luna, pero desde la Tierra.

    "Nos sentamos al aire libre y adoramos mirar las estrellas y la Luna, pero ahora creo que los dos la miramos con distintos ojos", explica. "Ojalá algún día, él pueda ver a su mamá orbitar y caminar en la Luna".

    Los astronautas de la misión Artemis de la NASA:
    Joe Acaba (clase 2004, 306 días en el espacio)
    Kayla Barron (clase 2017)
    Raja Chari (clase 2017)
    Matthew Dominick (clase 2017)
    Victor Glover (clase 2013, actualmente a bordo de la Estación Espacial Internacional)
    Woody Hoburg (clase 2017)
    Jonny Kim (clase 2017)
    Christina Koch (clase 2013, 328 días en el espacio)
    Kjell Lindgren (clase 2009, 141 días en el espacio)
    Nicole Mann (clase 2013)
    Anne McClain (clase 2013, 204 días en el espacio)
    Jessica Meir (clase 2013, 205 días en el espacio)
    Jasmin Moghbeli (clase 2017)
    Kate Rubins (clase 2009, actualmente a bordo de la Estación Espacial Internacional)
    Frank Rubio (clase 2017)
    Scott Tingle (clase 2009, 168 días en el espacio)
    Jessica Watkins (clase 2017)
    Stephanie Wilson (clase 1996, 43 días en el espacio)

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