Descubren una pitón gigante en Florida

El enorme reptil de 98 kilos batió un nuevo récord. Conoce todos los detalles en este relato exclusivo y pormenorizado de la iniciativa para combatir la invasión de pitones de Birmania en los Everglades.

Los investigadores Ian Bartoszek (izquierda), Ian Easterling y el pasante Kyle Findley (derecha) trasladan a una pitón birmana hembra que, con 98 kilos y 5,3 metros de largo, estableció un nuevo récord. La trasladan a un laboratorio en Naples (Florida) para acomodarla y tomarle fotografías.

 

Fotografía de Maggie Steber
Por Rebecca Dzombak
Publicado 24 jun 2022, 10:29 GMT-3

NAPLES, FLORIDA— Un grupo de investigadores capturó la pitón más grande que jamás se haya registrado en Florida y en cualquier lugar fuera de su área de distribución nativa. Se trata de una serpiente que pesa 98 kilos y mide 5,3 metros de largo.

El hallazgo pone de manifiesto la persistente invasión de pitones en el sur de Florida, lo que data de varias décadas. Las pitones birmanas (Python bivittatus), depredadores ápice del sudeste asiático, se introdujeron en ese estado norteamericano en la década de 1970, probablemente a través del comercio de mascotas exóticas. Desde entonces, han alterado los ecosistemas al alimentarse de una amplia variedad de especies nativas.

En diciembre, un pequeño equipo de rastreadores de pitones de la organización Conservancy of Southwest Florida (Conservación del Suroeste de Florida) atrapó a esta enorme hembra (cuyo peso supera el récord anterior de 84 kilos) empleando una serpiente exploradora: un macho con un rastreador GPS incorporado. Este método les permite encontrar y eliminar cada vez más serpientes, sobre todo, hembras grandes y activas en términos reproductivos. Con esta supresión, se espera eventualmente acabar con la invasión de pitones.

Cuando el equipo pesó a la hembra, quedaron sorprendidos; nadie esperaba ese número. “Estoy leyendo 98 kilos”, dijo emocionado Ian Bartoszek, biólogo de vida silvestre y gerente del proyecto de pitones. 

Otro biólogo del equipo, Ian Easterling , se rió con incredulidad. El pasante Kyle Findley recuerda: “Pensé que la balanza estaba rota”.

Pero la balanza funcionaba bien. “Se estableció un nuevo récord. Nos preguntábamos si alguna vez encontraríamos alguna que superara los 90 kilos”, dice Bartoszek, quien agregó: “Ahora la vara ha quedado alta”.

Al diseccionar estas pitones, los investigadores aprenden más sobre las serpientes, lo que comen y cómo pueden dañar el medio ambiente que han invadido. Estuve con ellos en abril mientras realizaban una necropsia a la hembra. Después, lo acompañé para ver cómo funcionaba el método de la serpiente exploradora, y sin querer, pisé una pitón. 

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    Dion es una "serpiente exploradora" que tiene un rastreador GPS incorporado; sin ella sería imposible encontrar pitones. Aquí se ve escondida debajo de un tronco podrido. Los científicos emplean estas serpientes para encontrar hembras reproductoras grandes.

    Fotografía de Maggie Steber

    Cómo rastrear a una pitón invasora

    Desde el año 2000, el organismo de conservación Florida Fish & Wildlife (Pesca y Vida Silvestre de Florida) ha eliminado más de 15.000 pitones (a partir de 2017 ascendieron a 1.000 por año). Pero los científicos no tienen idea de cuántos miles más podría haber. “Esa es la pregunta del millón”, enfatiza Bartosze, y añade: “Ni siquiera sabemos la magnitud”.

    Las pitones han persistido porque son muy hábiles para moverse de manera subrepticia. Incluso para los expertos en estos animales, son difíciles de encontrar en los vastos humedales y bosques subtropicales del sur de Florida, que pertenecen a la reserva de humedales de los Everglades o que son aledaños a la zona. (Hasta ahora, y por suerte, no hay información de que las serpientes hayan establecido una población salvaje fuera de esta región).

    Una cría de pitón birmana liofilizada sobre sus huevos. Existen varios miles de estas serpientes invasoras en el ecosistema de los Everglades, y los investigadores trabajan intensamente para frenar su propagación y su impacto en las especies autóctonas.

    Fotografía de Maggie Steber

    En abril, en el centro de investigación de la conservación en Naples, Bartoszek explicó cómo el equipo superó este problema.

    “Los Everglades son un pajar y las pitones son las agujas”, dijo mientras señalaba seis serpientes hembras de esta especie distribuidas por el suelo y la mesa del laboratorio. “Para encontrarlas, usamos un imán”, agregó en aquella oportunidad.

    Los imanes vendrían a ser las pitones exploradoras como Dionysus (o Dion) un macho de aproximadamente 3,6 de largo, al que le implantaron un transmisor que puede rastrearse con radiotelemetría. Los ecologistas liberan a las serpientes exploradoras en la naturaleza para que encuentren rápido a las hembras durante la temporada de reproducción. Ahora, Bartoszek llama a Dion el “MVP” (siglas de “la pitón más valiosa” en inglés) porque los condujo a la hembra que batió todos los récords.

    El tamaño del animal es realmente importante. “Es vital eliminar las pitones hembra reproductoras grandes de estos ecosistemas”, porque pueden tener una cantidad desproporcionada de crías, detalla Sarah Funck, bióloga de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida.

    La bióloga Melinda Schuman, de Conservancy of Southwest Florida (Conservación del Suroeste de Florida), sostiene una serpiente joven liofilizada por encima del cuerpo de la pitón birmana hembra más grande.

    Fotografía de Maggie Steber

    Desde 2013, solo el equipo de conservación ha eliminado más de 1.000 pitones (con un peso total de más de 11.400 kilos), siendo la mayoría, hembras reproductivas; para hacerlo, utilizaron principalmente el método de la serpiente exploradora.  

    Durante la temporada de reproducción, Bartoszek y Easterling vigilan de cerca a sus exploradoras. Cuando las serpientes levantan sospecha por permanecer demasiado tiempo en un área, van en busca de ellas a través de la maleza y tratan de localizar alguna hembra. A veces, en lugar de ver una sola pareja de estos reptiles, se encuentra un “grupo reproductivo”, una maraña caótica de pitones desesperada por aparearse.

    En diciembre de 2021, Dion había estado merodeando en un región del ecosistema de los Everglades occidentales en las afueras de Naples por varias semanas, lo que llevó a Bartoszek, Easterling y Findley a sospechar que podría estar con una hembra. Cuando atravesaron una zarza verde llena de espinas, dieron con la pitón más grande que jamás habían visto.

    Easterling y Findley intentaron controlar a la pitón, que enroscó el extremo de su cola hasta formar una bola apretada, la revoleó por delante de las cabezas de los investigadores, y finalmente le dio un golpe a Easterling en la cara. Después de unos 20 minutos, la pitón estaba exhausta y pudieron meterla en una bolsa de tela beige para, luego, introducirla en un recipiente más seguro.

    De regreso al laboratorio, arrastraron el recipiente hasta una balanza y quedaron atónitos al ver el peso.

    El esqueleto circular de una pitón birmana, capturado por los biólogos de The Conservancy of Southwest Florida (Conservación del Suroeste de Florida).

    Fotografía de Maggie Steber

    Después de sacrificar a la pitón bajo supervisión veterinaria (una de las partes del trabajo más duras para los científicos) el equipo colocó el cuerpo del animal en uno de varios congeladores, donde permaneció hasta dos días antes de nuestra llegada para presenciar la necropsia. Kristen Hart, ecóloga del Centro de Investigación Acuática y de Humedales del Servicio Geológico de EE. UU. y colaboradora del equipo de conservación, quiso ver a la gran hembra con sus propios ojos.

    “Cuando abrieron el congelador me quedé sin palabras”, resalta Hart.

    Mira el enfrentamiento de un hombre con una pitón: 

    Un hombre intenta librarse de una pitón
    Mira ahora: incluso un cazador de serpientes necesita ayuda después de enredarse con una pitón

    ¿Qué encontraron en el interior de la pitón gigante?

    Cuando llegué al centro de investigación, la serpiente estaba fuera del congelador, envuelta en forma de U sobre una enorme mesa de laboratorio que ocupaba la mayor parte de la sala. Se tarda unas 48 horas en descongelar una pitón de 98 kilos. Y el olor es cada vez más fuerte.

    Los biólogos pasan sus manos con cuidado a lo largo de la mitad inferior de la pitón, que tiene marcada una larga línea negra como guía para la incisión, y esperan encontrar algún indicio de lo que podría haber dentro. Easterling señala algunas rayas blancas en la piel, lo que sugiere que el tejido se estiró mucho para digerir alguna presa contundente.

    Dientes de pitón en placas de Petri en el laboratorio. Se ha demostrado que estas serpientes invasoras consumen más de 70 especies de animales diferentes en Florida, incluidos más de 20 tipos de mamíferos y casi 50 especies de aves, lo que explica el nivel de amenaza ecológica que supone este animal.

    Fotografía de Maggie Steber

    El equipo ha realizado cientos de necropsias de pitones (lo que queda claro al observar sus movimientos seguros y metódicos) pero igual existe una sensación de tensión en la sala. Ahora los objetivos son dos: contar los folículos u óvulos en desarrollo y descubrir qué hay en el intestino.

    Mientras Easterling corta el centro del vientre blanco y amarillo de la pitón, una costura se abre lentamente, mostrando las entrañas rosadas. El equipo abre las costillas de la pitón, y observa una capa de grasa debajo que parecen dientes de ajo sellados al vacío con sangre.

    Al introducir el dedo a través de una capa translúcida de vísceras, Easterling deja ver algo que parece una agrupación de yemas de huevo gigantes (folículos de huevo) justo detrás de una vesícula biliar de un color verde lima sorprendente. Más abajo (cerca de la cola) se observa el tracto digestivo gris abultado y un único disco gris, arrugado y con aspecto desinflado: un huevo que la serpiente no llegó a poner un año anterior y allí quedó.

    A continuación, Bartoszek y Easterling cortaron los folículos. Los ecólogos quieren determinar cuántos huevos puede poner una pitón para modelar la dinámica de la población de forma precisa; el número de folículos o huevos de una pitón es un indicador directo del potencial reproductivo. Las pitones grandes tienden a poner muchos huevos.

    122 folículos”, anuncia Bartoszek, después de contar dos veces. ”El conteo de huevos en desarrollo más largo de la historia”, agrega. El número refleja un nuevo límite a considerar en los datos de reproducción, pero no sorprende en una pitón de este tamaño.

    “El potencial reproductivo de estos animales es muy, muy alto, y eso es un eufemismo”, dice Hart. Además, estas enormes pitones transmiten sus potentes genes a muchas crías, lo que perpetúa el crecimiento de la población.

    La siguiente tarea involucra el tracto digestivo. Easterling recorre el tubo con las manos para obtener algún indicio de lo que hay dentro. Bartoszek palpa lo que parece ser la parte delantera de una pezuña. Findley rocía una cantidad optimista de desodorante de ambiente.

    Easterling corta el tracto y extrae su contenido en un colador metálico, como si fuera carne de salchicha rancia que quedó en su envoltorio. Sale una sustancia viscosa de color canela con trozos de piel y algunos grumos blancos (huesos disueltos). Easterling se detiene para observarlos.

    “Sí, es un ciervo'', confirma con total naturalidad, y sigue: “Si has visto varios, puedes reconocerlos, sabes cómo son”. Continúa sacando, y el hallazgo de unas ramitas le basta al experto para asegurar que el alimento fue ingerido en un parche de helechos con enredaderas de greenbrier. Luego, salen un par de dientes de pitón, lo cual es normal; y el verdadero trofeo del día: tres pezuñas intactas. 

    “Este es el premio gordo”, dice Bartoszek. El investigador considera que cada pezuña es una prueba más de que las pitones amenazan a especies depredadoras autóctonas como los gatos monteses y las panteras de Florida, en peligro de extinción.

    Ursula Bartoszek, de 10 años, hija de Ian Bartoszek, observa la piel de otra enorme pitón birmana hembra (que pesa 77 kilogramos y mide 5,1 metros de largo) que cuelga en una pared de Conservancy of Southwest Florida (Conservación del Suroeste de Florida).

    Fotografía de Maggie Steber

    Cuáles son las presas de una pitón 

    Hasta la fecha, se han encontrado 73 especies de animales (24 mamíferos, 47 aves y dos reptiles) en los intestinos de las pitones birmanas en Florida, según ha documentado el equipo de la colaboradora Christina Romagosa en la Universidad de Florida. Cualquier especie invasora puede alterar un ecosistema; un depredador ápice invasor, aún más. 

    “Estas pitones tienen la capacidad de alterar totalmente el ecosistema, y diría que es probable que ya lo hayan hecho”, afirma Hart.

    Algunos ecologistas están muy preocupados por el impacto que las pitones podrían tener en la pantera de Florida, una especie autóctona y en peligro de extinción, cuyas poblaciones se han estado tratando de recuperar desde 1995. Después de que el número disminuyera hasta llegar a menos de 20 panteras conocidas en estado salvaje a finales de los años 80, la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre (FWS, por su sigla en inglés) lanzó iniciativas para criar y recuperar las panteras, y logró resultados exitosos: en la actualidad, es probable que haya unas 200 panteras de Florida, y su área de distribución salvaje parece estar expandiéndose, según Dave Onorato, especialista de panteras de la sede de ese estado de la FWS.

    Según Onorato, es necesario realizar más investigaciones para saber cómo afectan las pitones a las panteras. “Pero si las serpientes empiezan a diezmar sus bases, como ocurre con los ciervos de cola blanca, impactará negativamente en ellas”.

    Con lo poco que se sabe sobre sus consecuencias ambientales, cada pitón que se captura en Florida es una fuente de datos invaluable.

    Caza de serpientes en todo el estado

    El equipo de Bartoszek está preparado para capturar pitones y, aunque su trabajo se ha extendido, aún se limita a un área pequeña (260 km2) en relación a los 5,1 millones de km2 que abarcan los Everglades. Los esfuerzos por capturar pitones y controlar sus poblaciones se basan en la colaboración entre organismos gubernamentales, como el Servicio Geológico de EE.UU. y el Servicio de Parques Nacionales, organizaciones sin fines de lucro como el Fondo de Conservación del Zoológico de Naples, y la filantropía de particulares de todo el país.

    Este es Loki, una de las varias docenas de “serpientes exploradoras” macho que emplean los investigadores para encontrar hembras durante la temporada de reproducción. En esta imagen se localiza en Picayune Strand State Forest, a las afueras de Naples (Florida), que alberga muchas pitones invasoras.

    Fotografía de Maggie Steber

    “El problema está en todo Florida”, dijo Kathy Worley, directora de ciencias medioambientales del grupo de conservación, quien añadió que la colaboración y el intercambio de información son fundamentales. “Es necesario que todo el pueblo se comprometa”, sumó.

    Como parte de esa colaboración, el equipo de Bartoszek enseña a otras personas el método de la serpiente exploradora. Al día siguiente de la necropsia, nos dirigimos al campo para ver la técnica en acción. Easterling y Bartoszek liberan con cuidado a Loki, una serpiente exploradora de 4 metros de largo, en un claro de los bosques de palmitos y pinos del Picayune Strand State Forest, un refugio para la fauna salvaje en las afueras de Naples. Dejamos a Loki, que está enfadado y sisea, y nos abrimos paso lentamente a través de la densa vegetación, para encontrar a Dion, la “MVP”. Easterling avanza cortando enredaderas y ramas para despejar el camino, mientras Bartoszek maneja el receptor de telemetría y da indicaciones.

    Poco a poco, el pitido del receptor se hace más fuerte; estamos cerca. Easterling se agacha para echar un vistazo a un tronco cubierto de musgo sobre el que había estado parado hace unos momentos. Efectivamente, cuando Easterling mueve algunos trozos de madera blanda y desintegrada, se revela el patrón inconfundible de la pitón, de colores cobre y oliva, brillantes a la luz del sol de la selva.

    “¿Cómo se nos pasó eso?”, se pregunta Easterling. Pero está claro: Dion estaba escondido en el interior de un tronco podrido, y no se le veía ni un pedacito de su cuerpo. Esto es lo que han aprendido a hacer las pitones: Acechan, sin ser vistas, en un sendero de caza en el bosque, y esperan con una paciencia inmensa a que pase un animal desprevenido.

    “Es indetectable”, reconoce Bartoszek, y precisa: “Puede ocultarse de manera sorprendente”.

    Bartoszek y Easterling disfrutan de su trabajo, aunque a veces es física y mentalmente agotador. Cuando localizan a uno de sus exploradores o encuentran a una hembra, se emocionan, y, por momentos, parece que el duro trabajo tendrá recompensa. Ya han comprobado que encontrar hembras enormes no es nada fácil, y estos machos guías tienden a conducirlos hacia pitones cada vez más pequeñas, a medida que se van eliminando las más grandes.

    Si todo va bien, con el tiempo, sólo quedarán hembras más pequeñas y jóvenes, lo que ayudará a controlar la población de pitones.

    Pero Bartoszek y otros biólogos son realistas: puede que las pitones nunca se erradiquen, pero sus poblaciones pueden llegar a controlarse.

    “Estamos tratando de abandonar el negocio de la captura de pitones”, concluye Bartoszek.

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