Cómo unas momias antiguas ayudaron a un jugador de fútbol a llegar a Rusia

Luego de que el resultado de la prueba de cocaína de Paolo Guerrero diera positivo, los científicos utilizaron las momias incas para argumentar que algo más podría haber influenciado ese resultado.

Por Sarah Gibbens
Publicado 27 jun 2018, 17:25 GMT-3
Paolo Guerrero en acción durante  el partido entre Francia y Perú disputado el 21 de ...
Paolo Guerrero en acción durante el partido entre Francia y Perú disputado el 21 de junio de 2018.
Fotografía de Robbie Jay Barratt, AMA VIA GETTY IMAGES

Cuando, en octubre pasado, la prueba de drogas del jugador de fútbol peruano Paolo Guerrero mostró rastros de un metabolito de benzoilecgonina, parecía imposible que el jugador estrella se presentara en la Copa del Mundo 2018.

Y esto es así porque el metabolito de la benzoilecgonina se encuentra en la cocaína, y la FIFA, entidad que funciona como órgano rector del fútbol mundial, aplica consecuencias estrictas para aquellos jugadores que sean atrapados utilizando drogas ilegales. Guerrero fue multado con una suspensión de un año, lo que significaba que no podía participar del principal evento deportivo internacional, que se lleva a cabo solo cada cuatro años.

Alegando la injusticia de la sanción, Guerrero apeló la decisión y afirmó que, probablemente, le hayan servido un té de coca por error cuando pidió uno para aliviar un resfriado. El jugador y sus abogados le dijeron a la FIFA que, como la bebida contenía azúcar y distintas especias, a Guerrero se le hizo imposible detectar el sabor de la coca.

Afortunadamente, para el atleta de 34 años, contaba con el apoyo de los indignados fanáticos peruanos, la bioquímica y unas momias incas de 500 años.

Evidencia en el hielo 

“Es una de las más interesantes maneras en las que las momias pueden hablarnos desde el pasado”, afirma el arqueólogo Johan Reinhard, explorador residente de National Geographic quien co-lideró el equipo que encontró a tres niños momias conservadas en el hielo de la cordillera de los Andes en 1999.

Reinhard y su equipo de nueve investigadores tardaron dos semanas en descubrir los restos, que se hallaban en el volcán Llullaillaco, en Argentina, a 6705 metros sobre el nivel del mar Las condiciones heladas hacen que la bacteria responsable de la descomposición actúe más lentamente, por lo que las personas que están enterradas en hielo conservan una gran cantidad de material genético. Las momias del Llullaillaco son consideradas como unas de las mejores conservadas de todo el mundo.

En 1999 y en lo alto de Argentina, el antropólogo Johan Reinhard descubre los restos congelados de 500 años de antigüedad de una adolescente que fue sacrificada para los dioses incas.
Fotografía de Johan Reinhard, National Geographic

Probablemente, las tres momias (una niña de 13 años conocida como "La doncella", y dos niños más pequeños denominados "El niño de Llullaillaco" y "La niña del rayo") fueron víctimas de una ceremonia de sacrificio infantil. Un análisis forense realizado en 2013 investigó detenidamente el material genético conservado en el pelo de la doncella de Llullaillaco. Los investigadores encontraron que, en el último año de su vida, consumió elevadas cantidades de hojas de coca, así como también alcohol. Las sustancias podrían haberse utilizado para someterla al viaje hacia la cima de la montaña, o podrían haber sido parte de varios rituales.

"Puedes ver los trozos de hojas de coca en sus labios", menciona Reinhard. "Y tiene un bulto [de coca] en su boca".

Los grupos indígenas de los Andes han consumido coca por cientos de años. La planta, que crece naturalmente, alivia los síntomas del mal de altura, y las personas que escalaban grandes altitudes solían meterse considerables cantidades de coca en sus mejillas para luego masticarlas.

Guerrero y la doncella de Lullullaillaco 

En las pruebas realizadas, tanto el jugador del siglo XXI como la momia del siglo XVI tenían rastros de metabolito de benzoilecgonina, una similitud que ayudó a plantear el caso de Guerrero.

El arqueólogo Charles Stanish, director ejecutivo del Instituto para el Estudio Avanzado de la Cultura y el Medioambiente de la Universidad del Sur de Florida (University of South Florida's Institute for the Advanced Study of Culture and the Environment, en inglés) declaró en favor de Guerrero luego de que un bioquímico brasileño que estaba vinculado al jugador lo llamara.

Stanish dijo que su función era demostrar que una prueba de cocaína podía dar positiva sin que la persona haya consumido la droga ilícita.

"La manera más obvia es probarlo con una momia de 500 años con prueba de cocaína positiva que vivió antes de que la cocaína siquiera existiera", menciona.

El alcaloide de la cocaína, el principal componente activo de las hojas de coca, se aisló y sintetizó como droga en el siglo XIX.

Asimismo, Stanish hizo un planteo del caso de manera antropológica al explicar cómo las hojas de coca son, aún hoy, congraciadas en la cultura sudamericana.

 "Expliqué que, muy raramente, el té de coca se bebe solo con hojas de coca. Incluye un montón de azúcar que hace que no se sienta el sabor de la coca. Y se ha convertido en parte de la cocina moderna de Lima", cuenta, destacando que la coca se encuentra en todo, desde el pan hasta los dulces.

Guerrero no es el único al que le dio positivo una prueba de cocaína luego de haber alegado tomar un té de coca. Desde pilotos hasta turistas han sido cuestionados luego de un viaje aparentemente inocuo a Perú. Para Stanish, se trata de un gran malentendido cultural sobre lo que representa la coca.

Luego de varios días de comparecer y con un juicio final ante el Tribunal Federal suizo, la suspensión de Guerrero fue, temporariamente, levantada para permitirle participar de la Copa del Mundo, mientras el órgano rector reconsidera su caso.

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