Hallan químicos de plásticos y cosméticos en delfines
Estudios anteriores relacionaron a estos mismos compuestos químicos, conocidos como ftalatos, con algunos tipos de cáncer y problemas reproductivos.
Los delfines nariz de botella de la Bahía de Sarasota son conocidos por ser amigables y curiosos, además de por ser una atracción para los turistas. Pero los nuevos estudios demuestran que los delfines no pueden escaparse de los químicos artificiales, que se están acumulando en sus cuerpos y que es posible que tengan un impacto en su salud.
Un estudio que se publicó la semana pasada en la revista American Geophysical Union descubrió que los ftalatos, una clase muy común de aditivos químicos que se encuentra en muchos de los productos que hay en nuestros hogares (como por ejemplo, plásticos, cosméticos y pinturas), también está presente en los delfines nariz de botella.
Desde 2016 hasta 2017, los investigadores del College of Charleston y de la Chicago Zoological Society recogieron muestras de orina de 17 delfines que fueron encontrados en la bahía. La orina permitió que los investigadores observaran que los productos químicos todavía estaban presentes en los cuerpos de los delfines, desde tres hasta seis meses luego de que estos hayan estado en contacto con estas sustancias.
Es la primera vez que estos productos químicos se hallan en delfines en su hábitat natural. Los animales de esta zona se han hecho conocidos para los investigadores, que han examinado a estas criaturas desde hace más de 40 años.
“No nos sorprendimos al detectar exposición, pero lo que sí fue inesperado fueron los niveles que detectamos”, afirma la autora principal del estudio, Leslie Hart.
En el 71% de los delfines examinados se halló al menos una clase de ftalatos.
Dado que esta fue la primera vez que los investigadores utilizaron muestras de orina para las pruebas, Hart dice que aún están buscando determinar qué se considera normal y qué anormal. Sin embargo, algunos de los delfines tenían niveles de metabolitos de ftalatos que podían compararse con la concentración detectada en las personas. Según Hart, esto es sorprendente, ya que se supone que los humanos tienen un contacto más frecuente con objetos- como plásticos o cosméticos- que contienen estos químicos.
Si bien hoy en día los científicos están más informados con respecto a los productos químicos que afectan a los delfines, el estudio plantea preguntas inquietantes sobre cómo los animales entran en contacto con los ftalatos, y cómo esto puede afectar su salud
Los ftalatos en el ambiente
Los ftalatos se utilizan para suavizar y hacer que los los plásticos y vinilos sean más flexibles, y se utilizan ampliamente en los productos para el consumo. Antes de 1999, se utilizaban en elementos para la dentición infantil, como por ejemplo chupetes, pero desde ese año se ha prohibido su uso en algunos juguetes para niños. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que no es mucho lo que se sabe acerca del impacto que pueden causar los ftalatos en la salud, a pesar de que se detectaron en el agua, en la tierra y en el aire.
Como los delfines se encuentran en un nivel alto de la cadena alimenticia, tienen una mayor esperanza de vida y en general nadan lejos de las costas de áreas urbanas, son “grandes centinelas del ecosistema”, afirma Tara Cox, investigadora de delfines de la Universidad Estatal de Savannah, quien no estuvo invlucrada en el estudio.
“Los delfines pueden brindarnos información sobre lo que sucede en el ambiente, y sobre lo que puede afectar a los humanos”, señala Cox.
Un análisis de un compuesto de ftalatos reveló que cuando las ratas se exponían por un período largo a un ftalato en especial desarrollaban cáncer de hígado y problemas reproductivos.
El trabajo de Hart es parte de un proyecto continuo que analiza los efectos que causan los ftalatos en la salud y cómo se dispersan en el ambiente. Además, Hart llevó a cabo estudios en los que participaron estudiantes universitarios, para comprender los comportamientos que aumentan el riesgo a la exposición.
En algunas pruebas, alterar la conducta de consumo de los estudiantes – como por ejemplo, pedirles que no utilicen productos comunes como champús y jabones que contengan ftalatos- mostró una disminución significativa de los rastros químicos que se encontraban en sus cuerpos.
Si bien los científicos todavía tienen mucho que aprender sobre los peligros de los ftalatos, Hart cree que al identificar las fuentes principales de estos productos químicos, se reducirá la exposición y todos los riesgos de salud relacionados.
“Se pueden ver los efectos que se filtran en el ambiente”, afirma Hart con respecto a la reducción de la demanda de consumo.
Cómo se acumula en delfines
En la próxima fase de investigación de los delfines en la Bahía de Sarasota se intentará identificar cómo los delfines metabolizan los ftalatos. Además, los científicos están intentando comprender cómo estos químicos ingresan en los cuerpos de los delfines. Otros organismos acuáticos, como las algas, los peces y otros invertebrados, presentaron rastros de ftalatos, por lo tanto es posible que los delfines se estén alimentando de animales que contengan estas sustancias.
A medida que el plástico se descompone, libera ftalatos en el agua, y es posible que los desechos de los centros urbanos contengan rastros de los químicos y que estos se filtren al océano.
Sin haber analizado animales de otras regiones, Hart no puede afirmar si el problema es generalizado, pero dice que sería razonable que otras poblaciones de delfines muestren rastros de químicos similares.
Cox reconoce que el asunto posiblemente esté más extendido que en Florida. “En cualquier lugar en donde haya humanos cerca, existirá este tipo de desechos en el agua”, afirma