¿Alejandro Magno fue envenenado? Una nueva investigación podría resolver el misterio

El joven conquistador cayó repentinamente y mortalmente enfermo durante un banquete que duró toda la noche. Ahora, una historiadora de Stanford ha encontrado un posible culpable de la muerte de Alejandro Magno.

Por Candida Moss
Publicado 14 jul 2025, 16:47 GMT-3
El enfermo Alejandro (Alessandro infermo), de Domenico Induno, siglo XIX, óleo sobre lienzo. Alejandro bebe de ...

El enfermo Alejandro (Alessandro infermo), de Domenico Induno, siglo XIX, óleo sobre lienzo. Alejandro bebe de una copa para demostrar su confianza en el médico que se la ha dado y condena a Parmenión, quien le había dicho que la copa estaba envenenada. Se dice que este suceso tuvo lugar en el año 333 a. C., diez años antes de la muerte.

Fotografía de SERGIO ANELLI, Mondadori Portfolio, Getty Images

En junio del año 323 a. C., en el palacio del rey Nabucodonosor II en Babilonia, falleció el hombre más poderoso del mundo. Solo trece días antes, Alejandro Magno, el conquistador más grande que había visto el mundo, estaba bebiendo en uno de sus muchos banquetes que duraban toda la noche cuando de repente gritó de dolor. 

Lo llevaron a la cama con dolor abdominal y fiebre, y en los días siguientes su estado se deterioró. Sufría debilidad, sed, posibles convulsiones, dolor, parálisis parcial y perdía y recuperaba la conciencia. Hacia el final, entró en un estado similar a la muerte y era incapaz de hablar o moverse.

Durante los seis días posteriores a su muerte, el cuerpo de Alejandro Magno no mostró signos de descomposición. Para los antiguos griegos, era una señal de que Alejandro era más dios que hombre. Para todos los demás, durante más de 2000 años, la causa de su muerte y la conservación de su cuerpo han sido un misterio. A pesar de las numerosas teorías y especulaciones, la muerte de Alejandro, a los 32 años, ha sido uno de los casos sin resolver más importantes de la historia.

Fragmento del Mosaico de Issos que muestra a Alejandro Magno en batalla contra el rey persa Darío III. ...

Fragmento del Mosaico de Issos que muestra a Alejandro Magno en batalla contra el rey persa Darío III. (De una copia romana de una pintura helenística).

Fotografía de Universal History Archive, Getty Images

Incluso en la antigüedad se debatía la causa de la muerte de Alejandro. Algunos pensaban que se debió a una enfermedad o infección, pero a lo largo de los siglos, muchos historiadores, desde Plinio hasta Voltaire, sospecharon que se trató de un asesinato. La conspiración para asesinar a Alejandro, escribió Diodoro, “fue reprimida por el poder de los sucesores de sus sucesores”.

Los que sospechaban que se trataba de un envenenamiento incluso afirmaban conocer la toxina utilizada: el intelectual romano Pausanias (siglo II d. C.) escribió sobre el “poder letal” del río Estigia y añadió que había oído decir que el agua del Estigia “era el veneno que mató a Alejandro”.

Otros, entre ellos Plutarco, biógrafo de Alejandro, llegaron a afirmar que fue el antiguo maestro de Alejandro, el filósofo Aristótelesquien le proporcionó la dosis mortal. Al parecer, el filósofo temía al hombre en que se había convertido el rey. (Pase lo que pase, Aristóteles es innegablemente inocente, ya que se encontraba en Atenas en el momento de la muerte de Alejandro).

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Las leyendas sobre las aguas del río Estigia

Es aquí donde la historia parece fundirse con la mitología. Para los modernos, el río Estigia es más conocido por las leyendas sobre el inframundo. Según numerosos mitos antiguoslas almas (o sombras) de los difuntos tienen que cruzar el río Estigia en su camino hacia el Hades

Pero el Estigia no era solo una puerta de entrada al inframundo, sino también un lugar real. Basándose en relatos antiguos y en investigaciones modernas, se ha identificado con certeza que el Estigia es el Mavroneri (Agua Negra), un afluente del río Karathis que desemboca en el golfo de Corinto.

¿Por qué la gente pensaba que las aguas del Estigia eran venenosas y que ese veneno se utilizó para asesinar a Alejandro Magno? En un nuevo artículo, publicado en Geoheritage, Adrienne Mayor, una reconocida investigadora en Clásicas e Historia de la Ciencia en Stanford, decidió investigar.

Muchas personas en la antigüedad reconocían las propiedades nocivas del río EstigiaPlatón se refiere a los “poderes temibles” del Estigia, el geógrafo Estrabón lo describió como “agua mortal” y el historiador natural Plinio dijo que “beber (el agua) causa la muerte inmediata”. Se creía incluso que las aguas del Estigia corroían los metales y los recipientes de cerámica

Todavía en 1860, cuando el famoso naturalista alemán Alexander von Humboldt comentó sobre el Estigia, señaló que el río tenía una “mala reputación” entre los “habitantes actuales” de la región. Incluso en el siglo XX, los lugareños evitaban beber del río y se quejaban de que corrompía los recipientes de arcilla.

Las aguas venenosas eran bien conocidas en la antigüedad (una de ellas, mencionada en la Biblia, se utilizaba como parte de una prueba de verdad para mujeres potencialmente adúlteras), pero este hecho por sí solo no explica la oscura y persistente reputación del Estigia.

Una historiadora que investiga la muerte de Alejandro Magno

Mayor, historiadora de la ciencia antigua, quería comprender cómo se había desarrollado la mitología de las aguas del Estigia. Según declaró a National Geographic, el proyecto le llevó años de trabajo. Como especialista en desentrañar el auténtico conocimiento natural que se esconde tras las leyendas antiguas, el proyecto le venía como anillo al dedo. 

Hace quince años, en 2010, Antoinette Hayes, toxicóloga farmacéutica, le habló a Mayor sobre la posibilidad de que se formara una costra tóxica en la piedra caliza, y un informe reciente sobre la muerte masiva de una manada de alces tras comer líquenes tóxicos despertó su imaginación.

Con la ayuda de geólogos, químicos, toxicólogos y otros científicos, Mayor comenzó a investigar la posibilidad de que, en la antigüedad, el Estigia albergara toxinas naturales. En el artículo resultante y en su próximo libro Mythopedia: A Brief Compendium of Natural History Lore, Mayor sostiene que las piscinas revestidas de piedra caliza del Estigia son “ideales para albergar dos sustancias naturales extremadamente letales, ambas descubiertas recientemente por la ciencia: la calicheamicina y el liquen tóxico”.

Qué es la calicheamicina

La calicheamicina es un depósito crujiente que se precipita de la piedra caliza, especialmente en lugares donde el agua gotea, se acumula y se evapora. Como señala Mayor en su artículo, “estas son las condiciones descritas por los antiguos observadores de la piscina rodeada de rocas junto a la cascada del Estigia/Mavroneri. El agua que fluye a través de la piedra caliza está cargada de carbonato cálcico, que deposita costras endurecidas de caliche en las superficies rocosas, el musgo y los líquenes”. También puede formar costras en el metal o la arcilla (lo que podría explicar los mitos sobre la corrosión de los recipientes).

Se sabe que varios organismos colonizan la superficie del caliche. Algunos, como las algas, son relativamente inofensivos. Otros, como las cianobacterias, son “neurotóxicos, hepatotóxicos, citotóxicos y endotóxicos en niveles muy peligrosos para los seres humanos y los animales”. 

En la década de 1980, un toxicólogo recogió una muestra de caliche en Texas que condujo al descubrimiento de la calicheamicina, una sustancia tóxica que se ha utilizado para desarrollar una potente quimioterapia dirigida a los anticuerpos, pero que en su forma original tiene una letalidad celular mayor que la de la ricina”. 

No podemos afirmar con certeza si estaba presente en la antigüedad en la piscina bordeada de piedra caliza del Estigia. Mucho depende de la presencia, en la antigüedad, de los nutrientes y las condiciones del suelo adecuados para su crecimiento. Dependiendo de la dosis, la mortalidad por una sustancia como esta probablemente tardaría días o semanas debido a los mecanismos tóxicos de destrucción del ADN”. Este proceso habría conducido finalmente a un fallo multiorgánico. Dado que se disuelve en alcohol, habría sido el veneno perfecto para introducir en la copa de Alejandro en un banquete.

El ácido oxálico del liquen

Mayor también plantea la existencia de una segunda toxina presente en el suelo que podría haberse acumulado en las cornisas y charcos de roca caliza del Estigia. Muchos hongos, mohos y líquenes producen micotoxinas tóxicas. Aunque los efectos nocivos de ciertas especies de setas se conocen desde hace siglos, hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que los líquenes eran benignos. Un estudio reciente señalado por Mayor descubrió que “una de cada ocho especies de líquenes contiene... venenos [microcistinas] que causan daño hepático”.

Dado que los antiguos no distinguían los líquenes de los árboles y las rocas que los albergabanno podían identificarlos como fuente de envenenamiento. Si las cabras morían en el río Estigia, como afirma el antiguo geógrafo Pausanias, “el agua”, escribe Mayor, “podría identificarse lógicamente como la culpable, en lugar de las rocas de las orillas”.

Los hongos que forman líquenes más comunes en la piedra caliza de esta región, escribe Mayor, son “especies negras meristemáticas similares al Aureobasidium y al Penicillium, que pueden ser muy tóxicas cuando son ingeridas por animales y seres humanos”. 

El hecho de que los hongos liquenizantes produzcan una pátina negra en las rocas recuerda el uso del adjetivo “negro” en la descripción del Estigia. Estos hongos también excretan ácido oxálico tóxico, que es muy corrosivo. Esto también podría explicar los rumores de que las aguas del Estigia destruían el metal. Hoy en día, el ácido oxálico se utiliza para disolver el óxido.

Las raíces de la leyenda sobre la muerte de Alejandro Magno

“Los resultados de ingerir [cualquiera de estas] sustancias”, dice Mayor, “se habrían observado y recordado durante generaciones”. Aunque solo murieran unos pocos animales y personas, el recuerdo de los acontecimientos se habría sumado a la antigua tradición que rodeaba a un río ya saturado de mitos sobre el inframundo.

Mayor cree que, tras la muerte de Alejandro Magno, “era razonable que sus compañeros creyeran que había sido envenenado, ya que muchos de su círculo tenían motivos y oportunidades para hacerlo. Además, sus síntomas detallados coinciden con los que se asocian desde hace tiempo con el agua del Estigia”. Mayor subrayó que su estudio no resuelve el debate sobre la muerte de Alejandro Magno. Para ello, señaló, necesitamos una máquina del tiempo y una autopsia toxicológica.

El problema es, en última instancia, irresoluble. Los científicos podrían analizar hoy las aguas del Estigia/Mavroneri en busca de calicheamicina y liquen, pero sus hallazgos, ya sean positivos o negativos, no nos dirían si estos venenos estaban presentes en el río en la antigüedad.

Lo que sí explica el estudio de Mayor es por qué la gente pensaba que Alejandro había ingerido las aguas del Estigia. Una vez que los miembros de su círculo decidieron que había sido envenenado, identificaron el veneno con el río Estigia porque, al igual que Alejandro, el río Estigia era objeto de leyenda. Una vez establecida la asociación, la gente comenzó a narrar su muerte con esta idea en mente.

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