Arte rupestre de 40.000 años podría ser el dibujo de un animal más antiguo del mundo

La isla de Borneo en el Sudeste Asiático se suma al creciente número de sitios que presumen sus tempranas pinturas rupestres.

Por Maya Wei-Haas
Publicado 12 nov 2018, 19:02 GMT-2
La galería de arte rupestre antiguo está escondida en las cuevas de piedra caliza de Kalimantan ...
La galería de arte rupestre antiguo está escondida en las cuevas de piedra caliza de Kalimantan Oriental, Indonesia, en la isla de Borneo.
Fotografía de Pindi Setiawan

Existen innumerables cuevas en la cima de las montañas empinadas de Kalimantan Oriental de Indonesia, en la isla de Borneo. Cubiertas en mantas de piedra y estalactitas, estas catedrales naturales de piedra caliza exhiben una estupenda muestra geológica del lugar. Pero en el interior de estas hay algo mucho más espectacular: una antigua y enorme galería de arte rupestre.

Sobre manchas de pintura anaranjada, se observan cientos de manos saludando desde los techos con los dedos extendidos. Un análisis actualizado de las paredes sugiere que estas imágenes serían unas de las primeras expresiones de creatividad humana, y su origen dataría de unos 40.000 a 52.000 años. Esto quiere decir que serían varios miles de años más antiguas de lo que se pensaba.

Pero ese no es el único secreto del gran sistema laberíntico.

En la pared de una cueva llamada Lubang Jeriji Saléh hay un dibujo de tres criaturas robustas que parecen vacas -la más grande tiene más de dos metros de ancho. El análisis más reciente sugiere que estas imágenes tienen al menos 40.000 años, y por lo tanto, constituyen las primeras muestras registradas de arte rupestre figurativo. La obra elimina del primer puesto a un robusto "cerdo ciervo" (babirusa) en Sulawesi, Indonesia, por unos pocos miles de años.

Con al menos 40.000 años, este trío de criaturas parecidas a las vacas (presentadas aquí en una imagen compuesta) se considera la obra de arte figurativo más antigua que se haya encontrado.
Fotografía de Luc-Henri Fage

"En la entrada, giras a la derecha, y ahí está", comenta el arqueólogo Maxime Aubert  de Griffith University. “No es la primera pintura rupestre que se ha encontrado. Pero a diferencia de anteriores garabatos y trazos, estas pinturas son representaciones inequívocas de animales antiguos”, informó su equipo hoy en la revista Nature.

Los bovinos y las impresiones de manos se suman a una creciente variedad de obras de arte de edad similar que adornan las paredes de cuevas de todo el mundo. “Estas pinturas muestran cómo los seres humanos primitivos interactuaban con el entorno, su interés por la supervivencia y las necesidades mundanas diarias, y constituyen las primeras semillas de la cultura humana”, explica la arqueóloga paleolítica April Nowell de la Universidad de Victoria.

"Creo que para muchos de nosotros es una verdadera expresión de humanidad en el sentido más amplio de esa palabra", afirma.

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    Esta colección de manos moradas apareció luego del último gran glaciar.
    Fotografía de Kinez Riza

    Rocas y radiactividad

    Los lugareños de la isla sabían de la existencia de estas pinturas, ya que se cruzaron con las obras al recorrer nidos en busca de aves comestibles. La obra fue registrada finalmente en la década de 1990, y más tarde se fijó fecha. Pero, según Aubert, muchas muestras estaban porosas, lo que a veces sugiere una antigüedad mayor a la real. En ese momento, el equipo estableció una edad mínima y prudente de 10.000 años.

    Aubert y sus colegas regresaron a las cuevas en 2016 y 2017 para recolectar nuevas muestras no porosas y volver a analizar las edades utilizando el mismo método, que consiste en el goteo constante de agua. A medida que el líquido se filtra desde las rocas y sedimentos, el agua disuelve lentamente la piedra caliza y el uranio radiactivo que se origina de forma natural. Luego deposita las sustancias en las capas de carbonato de calcio en las paredes de la cueva.

    El uranio se degrada y se convierte en torio y, como el agua deja este elemento a su paso, los científicos pueden medir la relación de uranio-torio para determinar las edades de diversos elementos. En total, el equipo analizó 15 muestras de carbonato de calcio provenientes de seis sitios de las cuevas, a partir de los depósitos que están por encima y debajo de los dibujos y que encierran las obras de arte en la burbuja del tiempo.

    Las nuevas fechas parecen definir tres etapas del arte paleolítico en la región, y muestran un cambio de la representación de animales a seres humanos.

    "No esperábamos descubrir nada de eso", comenta Aubert.

    La fase más antigua comprende imágenes de color rojo anaranjado de entre 40.000 a 52.000 años de antigüedad, incluidas las manos antiguas y los animales con características bovinas. Un grupo de imágenes de color púrpura oscuro marcan un segundo período de unos 20.000 años de antigüedad. Esta fase comprende una gran cantidad de manos adornadas con puntos, guiones y líneas que parecen tatuadas. Las manos están conectadas con zarcillos parecidos a los de la vid. Aubert explica que los pigmentos rojos y púrpuras parecen tener el mismo material de origen, solo que el clima los afectó de forma diferente.

    Una figura humana delgada de color morado, que data de aproximadamente 13.600 años, pertenece a la tercera fase de este tipo de arte. En este período prevalecen las formas geométricas pigmentadas con negro y figuras humanas hechas con líneas sencillas en medio del baile, la navegación o la caza. Se cree que estos dibujos de pigmento negro tienen unos pocos miles de años y se han encontrado también por otros lugares de la isla de Borneo.

    Entre los grandes

    Las nuevas fechas son una gran noticia, pero tal vez no sean tan sorprendentes, según opina el arqueólogo Nicholas Conard de la Universidad de Tübingen. Conard, quien no participó en este estudio reciente, pero lideró las investigaciones en la cueva de Hohle Fels de Alemania meridional, donde se descubrió, entre muchas otras cosas, una estatuilla de mujer sin cabeza de al menos 35.000 años. En 2009, cuando se anunció el hallazgo, se presentó como la representación más temprana de formas humanas.

    Conard ya había presupuesto el hallazgo de otros centros culturales antiguos: “¿Porqué habría solamente un lugar en la Tierra donde encontrar el origen de todo este material?”

    Es cierto en los últimos años han aparecido gran cantidad de muestras de obras de arte primitivas en todo el mundo. Algunas pruebas antiquísimas son un garabato tipo hashtag de 73.000 años en Suráfrica, y formas geométricas y manos de 65.000 años en España, probablemente creados por neandertales.  (Aprende más sobre los orígenes del arte).

    Con sus nuevas fechas, las representaciones de Borneo se suman a un período prolífico que parece marcar el comienzo de la verdadera pintura rupestre en todo el mundo: la  impresionante cueva de Chauvet-Pont-d' Arc en el sur de Francia data de aproximadamente 36.000 años; los contornos de manos y simples discos rojos en la caverna del Castillo de  España tienen más de 40.800 años. Y en Sulawesi, a tan solo algunos kilómetros en barco desde Borneo, se encuentran impresiones de mano rojas y cerdos-ciervo rechonchos de una antigüedad de 39.900 años. También hay una gran variedad de ejemplares de arte australiano que podrían provenir de este período, pero su antigüedad ha sido más difícil de determinar que en el caso de las pinturas de piedra caliza.

    A medida que se presta mayor atención al arte rupestre de estas variadas regiones, "el cuadro completo va a ir cambiando poco a poco", comenta Nowell.

    Origen misterioso

    El origen de este aparente movimiento artístico global continúa siendo un misterio. En Europa, el arte parece haber florecido tras la llegada de los primeros seres humanos modernos, pero hay pruebas de que existieron seres humanos en el sudeste asiático unos 20 o 30 mil años antes que los antiguos artistas. Como señala Aubert, los movimientos parecen haberse acelerado durante el último máximo glaciar, y especula que este cambio en el clima de alguna manera obligó a las personas a formar grupos más cercanos, y fomentó cada vez más la innovación cultural.

    Pero Conard no está del todo convencido. "La manera en que afectan las variaciones climáticas es muy diferente en las distintas partes del mundo", explica. "En el mundo de los cazadores y recolectores del Pleistoceno, hay múltiples opciones de vivienda. Por eso, cuando el clima cambia, hay muchos lugares disponibles adonde ir", agrega. Y afirma que el contexto es clave para interpretar estos cambios.

    Según Nowell, también es posible que el arte rupestre más antiguo no hay sobrevivido al paso del tiempo, especialmente si el dibujo se hizo en superficies más expuestas. "O puede ser que los antecesores no se hayan sentido inspirados por el lienzo blanco de la cueva", comenta. Si bien los crayones ocres se remontan a más de 200.000 años, los científicos también han especulado muchas otras aplicaciones mundanas de los pigmentos coloridos, desde protector solar hasta pegamento.

    Los investigadores continúan rastreando estos hilos culturales por todo el mundo, y con cada nuevo descubrimiento más sintonizan con el pasado.

    "Cuando empiezas a descubrir este tipo de comportamientos y estas imágenes", comenta Nowell, "enseguida nace una fuerte conexión con estas personas y con el modo en que veían el mundo que los rodeaba".

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