Arqueólogos sospechan de un entierro de vampiros

Encuentran un cementerio en Polonia con tumbas de presuntos vampiros.

Por Heather Pringle
Publicado 29 dic 2017, 15:08 GMT-2
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Arqueólogos polacos creen que este esqueleto con la cabeza entre las piernas fue encontrado en una tumba de ‘vampiros’.
Fotografía de Andrzej Grygiel, European Pressphoto Agency

Cuando un grupo de arqueólogos abrió una tumba antigua durante las obras de construcción de una carretera cerca de Gliwice, Polonia, se encontraron con una escena digna de una película de terror: un presunto entierro de vampiros.

Enterrados en el suelo había restos óseos de personas con cabezas cortadas que descansaban sobre sus piernas, una antigua práctica mortuoria eslava para deshacerse de los presuntos vampiros, con la esperanza de que, al decapitarlos, no serían capaces de levantarse de sus tumbas.

Pero este descubrimiento no se trata de la primera vez que los arqueólogos que se han tropezado con tumbas de los que se consideran “no muertos”. Esto es lo que la ciencia tiene para decirnos acerca de algunas de las famosas apariciones de la historia.

Cómo enterrar a los no muertos

Hasta la fecha, los investigadores han informado posibles entierros de vampiros tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo.

En la década de 1990, el arqueólogo Hector Williams de la Universidad de Columbia Británica y sus colegas descubrieron el esqueleto de un hombre adulto cuyo cuerpo había sido clavado con estacas a la tierra en un cementerio del siglo XIX en la isla griega de Lesbos. Quien haya enterrado al hombre atravesó varios clavos de hierro de ocho pulgadas a lo largo de su cuello, pelvis y tobillos.

“También lo habían colocado en un ataúd de madera maciza, pero que estaba casi descompuesta por completo”, cuenta Williams, “mientras que la mayoría de los otros cadáveres [en el cementerio] simplemente estaban enterrados envueltos con una mortaja”. Claramente, alguien no quería que el hombre escapase de la tumba. Pero cuando los antropólogos físicos estudiaron el esqueleto, Williams añade, “no encontraron nada especialmente raro en él”.

Más recientemente, un equipo arqueológico dirigido por el antropólogo forense Matteo Borrini, de la Universidad de Florencia, se encontró con otro presunto entierro de vampiros en la isla italiana de Lazzaretto Nuovo. En este caso, el cuerpo resultó ser el de una mujer de edad avanzada, que al parecer fue enterrada con un ladrillo de tamaño moderado en la boca, una forma registrada de exorcismo que se practicaba a los presuntos vampiros en Italia.

Luego está el Nuevo Mundo. En la década de 1990, los arqueólogos que trabajaban en un pequeño cementerio del siglo  XVII a XIX cerca de Griswold, Connecticut, se encontraron con algo muy poco habitual: la tumba de un hombre de 50 años de edad, cuya cabeza y huesos superiores de la pierna se habían colocado formando un patrón de “cráneo y tibias cruzadas”.

Tras el examen, los antropólogos físicos determinaron que el hombre había muerto de lo que entonces se llamó “tisis”, que ahora se conoce como tuberculosis. Los que sufren de esta enfermedad infecciosa palidecen, pierden peso y parecen consumirse; los atributos vinculados comúnmente a los vampiros y sus víctimas.

“El deseo del vampiro de alimentarse le obliga a beber la sangre de los familiares vivos, quienes parecen consumirse de manera similar”, señalaron los investigadores en un artículo publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology. Para estar seguros, los habitantes locales parecen haber decapitado el cuerpo del presunto vampiro.

La verdad muerta

La mayoría de los arqueólogos ahora piensa que la creencia en los vampiros surgió de malentendidos comunes acerca de enfermedades como la tuberculosis y de una falta de conocimiento sobre el proceso de descomposición.

Aunque la mayoría de los estadounidenses y europeos del siglo XIX estaban familiarizados con los cambios en el cuerpo humano inmediatamente después de la muerte, rara vez se observaba lo que sucedía en la tumba durante las siguientes semanas y meses.

Por un lado, el rigor mortis desaparece con el tiempo, lo que hace que las extremidades vuelvan a ser flexibles. Por otra parte, el tracto digestivo comienza a decaer, produciendo un líquido oscuro que podría confundirse fácilmente con sangre fresca durante la exhumación, creando la apariencia de un vampiro posprandial.

Cuándo y dónde aparecerá el siguiente es algo que nadie sabe.

Artículo publicado el 15 de julio de 2013.

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