Cocinar para imaginar nuevos mundos: cambios en los hábitos alimenticios a partir de la pandemia en Brasil
Este proyecto documental de la fotógrafa Gabriela Portilho, miembro de RUDA COLECTIVA, recibió el apoyo del Fondo de Emergencia para Periodistas por COVID-19 de National Geographic Society.

(Izquierda) Autorretrato antes de salir al mercado. Al fondo, varios cupones fiscales de compras de alimentos realizadas durante la pandemia. (Derecha) Restos vegetales escaneados de una sopa. "Debido al confinamiento y la escasez de recursos, me volví mucho más consciente del valor de la comida y también de lo que solía desperdiciar. Cuando cocinamos todos los días, es mucho más evidente la cantidad de comida desperdiciada. En 2018, se desaprovechó casi un tercio de la producción mundial de alimentos", asegura la fotógrafa.
(Izquierda) Desinfección del romero antes de consumirlo (Centro) Para evitar salir al supermercado, Gabriela eligió comprar a los productores locales que traían alimentos desde las zonas rurales cercanas. (Derecha) La semilla de aguacate al comienzo de la pandemia ahora es un pequeño árbol en su patio. "Cocinar en casa redujó drásticamente la cantidad de desechos generados a medida que aprendí nuevas formas de reutilizarlos", asegura.
(Izquierda) Fideos que accidentalmente cayeron sobre la mesa. (Derecha) Lista de compras del supermercado. Durante la cuarentena, Gabriela adquirió el hábito de listar los alimentos antes de ir al mercado, evitando compras innecesarias. También descargó aplicaciones que advierten sobre la fecha de vencimiento de la comida, evitando pérdidas. Los nuevos hábitos fueron una forma de ahorrar y evitar el desperdicio.
(Izquierda) Restos de la preparación de un pastel. "Escanear y mirar de cerca lo que antes consideraba basura fue una forma de hacerme más consciente de lo que desechaba y de lo que podría reutilizar en la cocina", dice Gabriela. (Centro) Autorretrato mientras horneaba un pastel (Derecha) Uno de los pasos para hacer un pastel durante la cuarentena.
(Izquierda) Hornalla de la casa de Gabriela, donde preparaba su comida. (Centro) Durante la pandemia, comenzó a fermentar kombucha. La fermentacion le trajo varias ideas acerca de la vida y del tiempo de la naturaleza en sus procesos. (Derecha) Harina pasando por el colador mientras se prepara una tarta. Con tantos procesos físicos y químicos sucediendo simultáneamente, la cocina se ha convertido en una especie de laboratorio dentro de su casa.
En la imagen frontal, autorretrato rompiendo huevos para preparar una tortilla. En la imagen de fondo, la mesa de la cocina está cubierta de harina para abrir una masa de tarta.
"Hacer pan fue una de mis actividades favoritas durante la cuarentena, una forma de observar el tiempo y encontrar algo de consuelo en medio de tantas incertidumbres. En esta imagen fotografié el pan bajo diferentes luces, creando una metáfora con los ciclos lunares y el paso del tiempo. Cocinar nos hace más conscientes del tiempo y sus ritmos y también nos ayuda a cultivar la paciencia en tiempos de ansiedad. Mientras las imágenes de panes se multiplicaron en las redes sociales, en varios mercados de San Pablo ya no era posible comprar harina", relata Gabriela.
