Mitos sobre los eclipses solares alrededor del mundo

A lo largo de muchísimos años, los habitantes de la Tierra se han encontrado con numerosas historias que intentaban explicar la desaparición del Sol.

Por Jane J. Lee
Publicado 24 jun 2019, 17:54 GMT-3
Fotografía de Colleen Pinski, Your Shot, National Geographic

Este artículo fue originalmente publicado el 2 de noviembre de 2013.

Lobos celestiales vikingos, perros de fuego coreanos y versiones africanas de reconciliación celestial son solo algunas de las muchas maneras que han buscado las personas de todo el mundo, a través del tiempo, para explicar los eclipses solares.

"Si haces una encuesta sobre el saber popular referido a los eclipses, lo que aparece constantemente, salvo algunas excepciones, es una ruptura del orden establecido”, señaló E. C. Krupp, director del Observatorio Griffith en Los Angeles, California. Eso es cierto tanto para eclipses solares como lunares.

“La gente depende del movimiento del Sol”, afirmó Krupp. “[Es] regular, confiable, puedes manipularlo. Y, de repente, de la nada, cual tragedia digna de Shakespeare, el tiempo se descoloca. El Sol y la Luna hacen algo que no deberían estar haciendo”.

Lo que esa ruptura significa depende de cada cultura y no todos ven al eclipse solar como algo malo, indicó Jarita Holbrook, astrónoma cultural de la Universidad de the Western Cape en Bellville, Sudáfrica.

Algunos lo ven como una situación terrorífica; otros creen que el eclipse solar es parte del orden natural el cual merece respeto; y otros creen que es un momento de reflexión y reconciliación. 

Deglución de fuego

Muchas culturas explican los eclipses, tanto solares como lunares, como un momento en el que los demonios y los animales consumen al Sol o a la Luna, explicó Krupp.

“Los vikingos vieron un par de lobos celestiales persiguiendo al Sol o a la Luna”, indicó la astrónoma del Observatorio Griffith. Cuando alguno de los lobos alcanzaba alguno de los orbes luminosos, un eclipse era el resultado. 

“En Vietnam, una rana o un sapo [come] la Luna o el Sol”, agregó Krupp, mientras que los miembros de la tribu Kwakiutl en la costa oeste de Canadá creen que la boca del cielo consume al Sol o a la Luna durante un eclipse.

De hecho, la palabra china más antigua para referirse a un eclipse es shih, que significa "comer," dijo.

El mago del eclipse

A fin de combatir esta acción devoradora, las personas de muchas culturas hacen ruido para ahuyentar al demonio o al animal, mencionó Nancy Maryboy, presidenta del Instituto de educación indígena en la isla San Juan, Washington. Actualmente, trabaja en conjunto con la NASA para llevar la astronomía indígena al conocimiento dominante.

La gente golpeaba ollas y sartenes, o tocaba tambores, para que se fuera aquello que se estaba comiendo al Sol o a la Luna, explicó.

Durante los eclipses lunares, Krupp organizó una versión moderna de este ritual en el jardín delantero del Observatorio Griffith. Vistiendo un disfraz de mago, guió al público en una marcha frente al observatorio mientras que golpeaban ollas y sartenes para ahuyentar a aquello que se estaba comiendo la Luna.

“Siempre nos va bien”, dijo Krupp.

Robo celestial

Para explicar la desaparición del Sol durante un eclipse, otro mito cuenta una historia de decepción y robo. La mitología de eclipse coreana supone perros de fuego que intentan robar el Sol y la Luna, dijo

Bajo las órdenes del rey, los caninos míticos hacen lo posible para capturar al ardiente Sol o la helada Luna. Siempre fallan, pero cada vez que muerden alguno de los orbes, ocurre un eclipse.

Según Krupp, una de los relatos más pintorescos cuenta la historia del demonio hindú Rahu, quien se disfraza de dios para robar una muestra del elixir que otorga inmortalidad. El Sol y la Luna se dan cuenta de lo que trama Rahu y le informan el hecho a Vishnu.

“Vishnu le corta la cabeza antes de que [el elixir] pase por su garganta”, señaló Krupp. Como consecuencia, la cabeza de Rahu se vuelve inmortal, pero su cuerpo muere.

La cabeza del demonio continúa vagando por los cielos, buscando al Sol y a la Luna movida por el odio. “De vez en cuando, los alcanza y se los come”, explicó Krupp. Pero como Rahu no tiene garganta, el Sol y la Luna caen del hueco que hay al final de su cabeza.

Naturaleza y reconciliación

"Mi mito favorito es el del pueblo Batammaliba en Togo y Benin, África”, dijo Holbrook.

Según este mito, durante un eclipse, el Sol y la Luna están peleando, afirmó. Las personas “alientan a los orbes a que finalicen la pelea”.

“Lo ven como un momento de reunión y resolución de viejas disputas y enojos”, señaló Holbrook. “Es un mito que se mantiene hoy en día”.

“Una tradición navaja relacionada con los eclipses también se ha mantenido hasta hoy”, señala Maryboy.

El pueblo navajo ve al orden cósmico del universo como una cuestión de equilibrio, mencionó. “Como si un eclipse fuera parte de la ley de la naturaleza. Te detienes para reconocer que ese momento es especial, [y] reflexionas sobre el orden cósmico”.

Maryboy explica que algunos navajos todavía respetan las tradiciones relacionadas con los eclipses ya que se reclutan en sus hogares con sus familias, entonan cantos especiales y no comen, ni beben ni duermen.

Tampoco debes mirar al eclipse, agregó. “Dicen que, si miras al Sol durante un eclipse, afectará a tus ojos”. Una persona que mira al Sol pierde el equilibrio con el universo, lo que le traerá problemas más adelante. Lo mismo ocurre para aquellos que comen o beben durante este tiempo.

Confusiones modernas

Como director del Observatorio Griffith, Krupp ha oído bastantes confusiones y miedos respecto de los eclipses.

Según Krupp, una de las más persistentes tal vez sea la que establece que, durante un eclipse, las mujeres embarazadas y sus niños nonatos corren peligro.

“Parece irracional”, señala, pero pueden recibir docenas de mensajes preguntando sobre eso.

Otro concepto erróneo es que no se puede mirar el Sol una vez que este está completamente cubierto. Tanto Krupp como Holbrook mencionan que la gente no debería mirar directamente al Sol, ya que ello puede causar lesiones en los ojos. Pero si el Sol está completamente cubierto, se puede mirar, dijo Holbrook. “Ese es el momento para salir y experimentar el fenómeno”, añadió.

“Es una experiencia sorprendente, aunque sepas que es solo la Luna moviéndose frente al Sol”, afirmó Holbrook. “Esta es la razón por la que existen cazadores de eclipses”. 

Los eclipses son algo que Krupp intenta experimentar cada vez que puede. “He perseguido 13 eclipses hasta el día de hoy”, mencionó.

“Son una posibilidad de ver al universo funcionar”, explicó Krupp. Es el “sistema solar haciendo lo suyo frente a tus narices, y es un placer profundo y personal”.

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