Los primeros fósiles de embriones de tiranosaurio son revelados

Nuevos escaneos en una mandíbula y una garra del Cretácico demuestran que las crías de estos dinosaurios llegaban a la vida con un tamaño similar al de un perro pequeño.

Por Riley Black
Publicado 20 oct 2020, 13:56 GMT-3

Esta ilustración muestra el posible aspecto de las crías de Tyrannosaurus rex. Los fósiles embrionarios recientemente descritos no eran de un T. rex, sino de una especie de anterior, relacionada con el tiranosaurio, que todavía no ha sido identificada.

Fotografía de Julius Csotonyi

Los primeros fósiles conocidos de crías de tiranosaurios revelan que unos de los depredadores más grandes que acecharon en la Tierra llegaron a la vida con el tamaño de un chihuahua y una cola realmente larga.

Los fósiles— una garra de la pata y una mandíbula inferior— son de tiranosaurios en estado embrionario, cuando los dinosaurios en desarrollo se encontraban cómodamente plegados en sus huevos. Hallados en distintos sitios fósiles en el oeste de América del Norte, ambos han sido datados alrededor de entre 71 a 75 millones de años atrás, cuando los tiranosaurios se habían convertido en los mayores depredadores de sus entornos.

La pequeñísima garra fue descubierta en un sitio en la formación Horseshoe Canyon en 2018, en las tierras de la Primera Nación en Alberta. La mandíbula también fue hallada en tierras indígenas en la formación Two Medicine en Montana en 1983. La semana pasada, el paleontólogo de la Universidad de Edinburgh Gregory Funston las describió en la reunión anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, que se llevó a cabo virtualmente.

Al descubrir los huesos, su importancia no fue inmediatamente clara. Cuando era estudiante de posgrado en Alberta, Funston estaba investigando la identidad de la garra y su asesor, Philip Currie, le mostró la pieza de la pequeña mandíbula en una piedra, demasiado delicada para ser sacada de allí. "La teoría de que era un tiranosaurio no me convencía para nada", cuenta Funston. Sin embargo, después de un escaneo 3D y una reconstrucción para mostrar la mandíbula en detalle, Funston cambió de parecer.

Una reconstrucción 3D de la mandíbula de embrión de tiranosaurio, en la parte inferior de la imagen, comparada con los huesos de la mandíbula de otros tiranosaurios conocidos. La imagen de más abajo es la mandíbula en escala 10x, para compararla con las demás imágenes, y la pequeña silueta muestra cuán grande es el espécimen comparado con mandíbulas más grandes.

Fotografía de © GREGORY FUNSTON, 2020

El paleontólogo de la Universidad Estatal de Oklahoma Evan Johnson-Ransom, que no participó de la investigación, concuerda que los huesos son “de diagnóstico y discernibles” de otros dinosaurios. La mandíbula, en especial, se parece mucho a los huesos conocidos de tiranosaurio.

"En ese momento, sabíamos que teníamos la posibilidad de aprender mucho sobre tiranosaurios bebé, que habían sido un misterio hasta ese entonces", señala Funston. Gran parte del registro fósil de tiranosaurio consta de animales adultos y animales jóvenes más grandes. Los paleontólogos han realizado reconstrucciones especulativas de tiranosaurios bebé, pero no sabían su aspecto con certeza. La garra y la mandíbula finalmente permitieron a los expertos cotejar el registro fósil con sus expectativas.

Un bebé tirano

Los nuevos fósiles revelan que los tiranosaurios bebé eran pequeños comparados con los adultos, solo un décimo del largo de los tiranosaurios adultos. Por el contrario, la altura de un elefante africano bebé es, aproximadamente, un cuarto de la altura de los adultos. La mandíbula es de un tiranosaurio que medía alrededor de 15 centímetros de alto, y la garra perteneció a un animal de un poco más de 90 centímetros de alto.

Aunque un bebé de 90 centímetros puede parecer bastante grande si lo medimos en nuestros términos humanos, los dinosaurios bebé parecerían ser increíblemente pequeños comparados con los adultos que alcanzaban los 9 metros de altura y pesaban casi tres toneladas. La mandíbula tiene dientes pequeños que se corresponden con lo que los expertos denominan "null generation teeth" (dientes de generación nula), o los primeros dientes que luego, a medida que los animales crecen, son reemplazados por dientes afilados completamente funcionales.

Con sus diminutos dientes con forma de cuchilla y sus pequeñas mandíbulas, las crías de tiranosaurio probablemente se alimentaban de insectos y lagartijas. Las opciones de presa seguían cambiando a medida que los dinosaurios crecían. Por ejemplo, los especímenes de T. rex, nos dan a entender que, a los 11 años de edad, estos carnívoros cazaban dinosaurios pequeños y, a los 22, podían triturar los huesos de herbívoros más grandes y hasta de otros tiranosaurios. 

"Los embriones de tiranosáuridos nos dan una idea no solo del tamaño del bebé, sino también del tamaño de los huevos", explica Johnson-Ransom. Hasta ahora, nadie ha identificado con certeza huevos o crías de tiranosaurio, pero el tamaño de los nuevos embriones de dinosaurios se corresponde con huevos grandes y alargados que los paleontólogos han encontrado antes. Por el tamaño de los embriones, los investigadores creen que los tiranosaurios estaban enroscados en los huevos que medían, aproximadamente, 43 centímetros de largo.

Buscando pequeños fósiles

Los nuevos fósiles les dan a los investigadores algunas pistas para seguir buscando más embriones y crías de tiranosaurio. Hasta ahora, a los investigadores los desconcertaba el hecho de que no se habían hallado tiranosaurios jóvenes. No se sabía si las madres de los T. rex anidaban en lugares distintos o si algo más ocultaba las señales de sus crías, incluso a medida que los paleontólogos descubrían los huevos y los bebés de otras especies como los dinosaurios "pico de pato".

Ahora parece que los tiranosaurios se escondían a simple vista. Tanto la mandíbula como la garra fueron encontradas en sitios donde se han descubierto los huevos y los huesos de otras especies.

"Haber encontrado ambos huesos embrionarios en lugares donde hemos hallado huesos embrionarios de otros dinosaurios del mismo tipo nos da una buena pista de que los tiranosaurios estaban anidando en las mismas zonas" que otras especies, indica Funston.

Usualmente, los paleontólogos recogen más especímenes en una incursión que el tiempo que tienen para estudiarlos en detalle en ese punto, así que es probable que haya otros fósiles de tiranosaurio bebé escondidos en alguna colección de un museo. "Esperemos que estos nuevos huesos nos ayuden a refinar la búsqueda" de fósiles adicionales, señala Funston, que también está planeando, con su equipo, investigar sitios conocidos para encontrar más material.

"Apenas hemos empezado a arañar la superficie en estos sitios", agrega, "y cada año encontramos más cosas".

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