Para llegar a una isla deshabitada, este puma hizo "algo totalmente inesperado”

Estos felinos pueden nadar largas distancias y saltar entre islas con más frecuencia de lo que pensábamos, lo que tiene grandes implicaciones para su conservación.

Por Douglas Main
Publicado 2 mar 2023, 09:23 GMT-3
Un puma salta por un arroyo del bosque. Estos animales a veces evitan el agua, pero ...

Un puma salta por un arroyo del bosque. Estos animales a veces evitan el agua, pero también pueden nadar largas distancias en determinadas circunstancias.

Fotografía de JIM AND JAMIE DUTCHER NatGeo Image Collection

No se suele pensar en los pumas (también conocidos como león de montaña o león americano) como animales que naden bien, ni siquiera que sean capaces de nadar largas distancias. Pero al menos en el caso de un felino aventurero, eso no podría estar más lejos de la realidad.

Un nuevo estudio ha registrado a un joven puma macho nadando aproximadamente 1 kilómetro desde tierra firme en el estado de Washington (Estados Unidos) hasta una isla deshabitada en Puget Sound. El felino con GPS conocido como M161, o Nolan, recorrió un sinuoso camino a través de las afueras de Olympia y a lo largo de la costa, antes de hacerse a la mar.

Esto llevó a los investigadores a preguntarse cuántas islas podrían ser habitadas por pumas. Si los animales nadan con regularidad tan lejos, es probable que puedan habitar más de la mitad de las 6513 islas de la zona, determinaron los científicos.

También han revisado los registros históricos y han encontrado pruebas de que estos animales habitan en otras cuatro islas fuera del área de nado de esta cría, todas ellas a más de 1.5 kilómetros de la costa o de la isla más cercana. Esto sugiere que pueden nadar incluso más lejos en ocasiones, quizás cerca de 2 kilómetros. Los pumas machos jóvenes suelen emprender viajes difíciles y largos en busca de nuevos territorios, como fue el caso de Nolan.

"Estamos redefiniendo el puma como un animal que sabe nadar y está dispuesto a hacerlo", afirma Mark Elbroch, coautor del estudio y director del programa de pumas de Panthera, la organización mundial para la conservación de los felinos salvajes. El trabajo se publicó en la revista Northwestern Naturalist.

Los hallazgos se realizaron en el marco del Proyecto Puma Olímpico, una amplia coalición de investigadores, tribus nativas americanas, fideicomisos de tierras y otras entidades comprometidas con la conservación e investigación del puma, así como con la identificación y protección de corredores de fauna salvaje.

La carretera interestatal 5, una vía muy transitada que va de Seattle a Portland (Oregón), impide el acceso de los pumas del estado y de muchas otras especies a la península olímpica, una amplia extensión de hábitat boscoso rodeada de agua por tres de sus lados.

“La I-5 nos está matando”, dice Elbroch. “Está matando a la península, debemos abordar esto de inmediato”. Hay dos lugares donde se podrían construir pasajes para la vida silvestre, pero se está acabando el tiempo para proteger estos corredores a medida que continúa el desarrollo y la expansión.

Nolan, a quien los científicos etiquetaron junto con su madre en enero de 2020, partió solo en abril de ese año. Rebotó un poco, encontrando su camino en varios pueblos al norte de Olimpia. Los investigadores temían que pudiera meterse en problemas, ya que estos jóvenes felinos y aún sin experiencia “están tratando de navegar con seguridad por un paisaje sin saber qué hay a la vuelta de la esquina”, reconoce Elbroch.

Luego, entre las 2 am y las 6 am del 14 de julio, nadó hasta la isla Squaxin, una parcela de tierra deshabitada en Puget Sound propiedad de la tribu de la isla Squaxin. Lamentablemente, Nolan recibió un disparo dos semanas después durante una cacería legal.

Un puma nadador (Felis concolor) en la Columbia Británica. Los pumas pueden ser capaces de nadar más de 1.5 kilómetros en determinadas circunstancias.

Fotografía de Tim Melling

Por esta razón, los isleños que viven en el hábitat del puma no deberían dejar el ganado desatendido, advierte Rich Beausoleil, biólogo del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington.

“Los resultados no me han sorprendido mucho, pero siguen siendo muy interesantes e importantes. No debemos considerar el agua como un obstáculo para el movimiento de cualquier gran carnívoro", sostiene Beausoleil.

¡Al agua!

Los pumas, que tienen la mayor área de distribución de todos los felinos salvajes, desde Canadá hasta Chile, cruzan regularmente ríos pequeños y de tamaño moderado.

En el Pantanal brasileño, donde se les llama pumas, los felinos también nadan habitualmente en el vasto humedal durante la estación húmeda. En 2010, Elbroch y sus colegas documentaron cómo un puma marcado cruzaba un gran lago de la Patagonia chilena (nadando casi 1 kilómetro sistemáticamente) para comer ovejas domésticas de la isla cercana.

En cuanto a la natación, "probablemente no les importe tanto como creemos", afirma Dave Onorato, investigador de la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida quien no participó en este estudio.

Aun así, durante décadas, las panteras de Florida (reconocidas federalmente como una subespecie de puma) rara vez se veían al norte del Caloosahatchee, una vía fluvial que se extiende desde el lago Okeechobee hasta la costa del Golfo y que en su día se consideró una barrera potencial a la dispersión. Pero en 2016, se avistó una hembra al norte del río por primera vez en generaciones, lo que sugiere que cruzó a nado la vía fluvial, y representa una buena noticia para el futuro de la pantera.

(Lee más: 5 datos que no sabías sobre la pantera negra)

Asombrosa adaptabilidad de los pumas

Dado que el número de pumas es mucho menor que antaño y que los animales evitan a las personas, comportamientos como el de nadar siguen siendo poco apreciados y anecdóticos, según los expertos.

La exploradora de National Geographic Audra Huffmeyer, que estudia los pumas en la zona de Los Ángeles y alrededores, está de acuerdo. Aunque no le sorprende que estos felinos puedan ir de isla en isla en el mar de Salish, señala que las distancias recorridas son sorprendentes: “La capacidad de los grandes félidos para adaptarse a hábitats extremos es realmente asombrosa".

El viaje de Nolan y todos los datos producidos por el Proyecto Puma Olímpico ayudarán a los administradores de tierras a comprender por dónde viajan los pumas y a identificar los corredores que deben protegerse, asegura  Jim Williams, biólogo de pumas de la Iniciativa Corazón de las Rocosas, un grupo conservacionista.

La Península Olímpica necesita sin duda esa orientación y protección, pues sus pumas tienen la menor diversidad genética de todo el estado, según demuestran los registros. Los felinos son también una especie paraguas, y protegerlos podría ayudar a otros animales con los que comparten el paisaje, añade Williams.

Para Elbroch, el viaje de Nolan representa "el ingenio de la naturaleza: encontrar la manera de sortear un obstáculo insalvable".

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