Los 10 mejores jardines
Los 10 mejores jardines de National Geographic.
Del libro de National Geographic The 10 Best of Everything
Palacio de Versalles
Versalles, Francia
El famoso paisajista francés André Le Nôtre dispuso estos jardines al suroeste de París en el siglo XVII, a pedido de Luis XIV. El Rey Sol los quería para magnificar la gloria de su palacio en Versalles, que era en sí mismo un monumento a su poder absoluto. Las 101 hectáreas están repletas de caminos que llevan a lechos de flores, rincones tranquilos decorados con estatuas clásicas, estanques ornamentales y un canal que el rey Luis utilizaba para pasear en góndola.
Real Jardín Botánico de Kew
Kew, Richmond, Surrey, Inglaterra
Ubicado en medio de 132 hectáreas de terreno, los invernaderos son una de las características más famosas de estos jardines. Bajo sus cúpulas, la ciencia y la conservación van de la mano, en un elegante escenario a 16 kilómetros de Londres. La Temperate House es el mayor invernadero victoriano del mundo, y la Bonsai House tiene árboles de más de 150 años de antigüedad. Bajo el techo inclinado de cristal de la Palm House, observamos diez zonas con climas diferentes en los que crecen baobabs y orquídeas de vainilla. Queen Charlotte’s Cottage es ideal para vivir un día de campo al estilo de la realiza, y el Orangery para un encantador almuerzo.
Jardines de Powerscourt
Enniskerry, Condado de Wicklow, Irlanda
Los jardines de la gran villa de Palladio, en Powerscourt, al sur de Dublín, fueron diseñados en el siglo XVIII y ocupan 19 hectáreas de jardines amurallados y estanques a la sombra. Los campos, cascadas, parques, pabellones y delicadas glorietas rodeadas de árboles están inspiradas en el Renacimiento italiano y en las grandes haciendas y jardines de Francia y Alemania. Las terrazas en cascada y los paisajes elegantes fueron planificados con paseos cuidadosamente diseñados, enmarcados por la discreta belleza de las montañas Wicklow.
Jardines Butchart
Isla de Vancouver, Columbia Británica
Los Jardines Butchart son un ejemplo deslumbrante de un proyecto de recuperación exitoso. El terreno, utilizado durante años por la compañía Portland Cement, en 1904 ya había agotado su valor como cantera. Fue entonces cuando Jennie Butchart, la esposa del dueño de Portland Cement, rellenó el espacio con tierra de las granjas cercanas. Su visión se extendió a 22 hectáreas que se llenaron con 700 variedades de plantas que florecen de mayo a octubre.
Villa d’Este
Tívoli, Italia
Un cardenal renacentista decidió hacer la vida en Tívoli más tolerable al convertir un monasterio benedictino en ruinas en una hermosa villa, la Villa d’Este. Esta fue adornada con uno de los jardines y complejos de fuentes más fascinantes del mundo, recientemente declarado por la UNESCO como uno de los 31 principales lugares históricos/artísticos de Italia. Entre las fuentes cubiertas de musgo más cautivadoras se destaca la Fontana de Bicchierone, en la que el agua brota de una gran cuenca en forma de concha; la fuente Rometta, una versión en
miniatura con todo y un lobo amamantando a Rómulo y Remo; y la Avenida de las cien fuentes, donde el agua brota de cabezas de animales, lirios, un pequeño bote, cuencas y demás.
Dumbarton Oaks
Washington, D.C.
En cualquiera de los jardines que conforman esta hacienda al norte de Georgetown, uno de los vecindarios más elegantes de Washington, uno se siente como en un set de filmación de la época de oro de Hollywood. La Fountain Terrace está enmarcada por vides que caen en cascada por las paredes de piedra. El Lovers’ Lane serpentea a través de un anfiteatro de estilo romano construido alrededor de una piscina color azul profundo. Y lo que solía ser un sencillo sendero de vacas que se aleja de la piscina, ahora se llama Melisande’s Allée, quizás un guiño a la inolvidable ópera Pelléas et Mélisande.
Jardines de la Villa Éphrussi de Rothschild
St.-Jean-Cap-Ferrat, Francia
A principios del Siglo XX, Béatrice Éphrussi, una baronesa de la familia Rothschild, construyó una fantasía rosa, una villa de estilo veneciano rodeada de imponentes jardines, con el brillante mar de fondo. El camino serpentea a través de siete jardines temáticos, con los jardines franceses como centro de atención, un estanque salpicado de lirios flotantes, fuentes danzantes y un Templo del amor que replica el Trianón de Versalles. También hay un jardín provenzal, lleno de olivos y lavandas, un jardín de piedras con esculturas demasiado grandes como para mostrarlas dentro de la villa, y jardines españoles, japoneses, florentinos y exóticos.
Stourhead
Warminster, Inglaterra
Para la nobleza inglesa del siglo XVIII, cuanto más clásico fuera algo, mejor. Stourhead es un gran ejemplo de la fascinación de la aristocracia con el pasado. Henry Hoare II remarcaba los jardines de su hacienda de Wilshire con recreaciones de ruinas y edificios clásicos, como el Panteón y el Templo de Apolo.
The Master-of-Nets Garden
Suzhou, China
Este jardín residencial en el sudeste de China, llamado Wangshiyuan en chino, fue diseñado durante la dinastía Song (960-1270 d. C). La disposición de los pabellones, vestíbulos, salas de música, encantadores campos de bambú y pedestales junto al agua, es un ejercicio de armonía natural. La zona central es un pequeño mundo en sí mismo: pilas de piedras amarillas forman “montañas” con cavernas, y un pequeño puente arqueado llamado “el que lleva a la quietud” cruza un estanque hasta un pequeño pabellón en el centro.
Sans Souci
Potsdam, Alemania
Federico el Grande de Prusia construyó un palacio rococó como su lugar de veraneo, para vivir sin preocupaciones, o “sans souci”. Bustos de emperadores romanos, estatuas ornamentales y una casa de té china decoran su magnífico terreno.
Artículo original publicado el 21 de Enero de 2010.