Expedición del explorador Rikky Azarcoya al Sótano del Barro
Acceso exclusivo al santuario de las guacamayas verdes de la vertiente del Golfo en México.
Publicado 7 sept 2018, 15:39 GMT-3, Actualizado 7 sept 2018, 17:13 GMT-3
Un par de guacamayas verdes sobrevuelan al interior del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaEl biólogo Hugo Abraham Valdés revisa sus anotaciones del día anterior mientras que espera el amanecer en el Sótano del Barro cubierto de neblina.
El biólogo Juan Carlos Orraca durante su trabajo en campo en el mirador principal del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaEl biólogo Juan Carlos Orraca comparte sus anotaciones para el estudio y comportamiento de las guacamayas del Sótano del Barro.
Vista del campamento de la expedición al Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaUna vista del campamento de la expedición de Rikky Azarcoya durante una noche de tormenta.
Fotografía de Rikky AzarcoyaErika Balestra, asistente de fotografía, descansa en el interior de una camioneta minutos antes de iniciar el extenuante ascenso al Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaDe izquierda a derecha: Víctor (Miembro de la comunidad del Sótano del Barro), M.V.Z. Francisco Acevedo de O.C.E.A.N. AC., el biólogo. Juan Carlos Orraca de O.C.E.A.N. AC., Benji, Brigido y Elizabeth Ponce de León (los últimos cuatro, del equipo de espeleología).
Fotografía de Rikky AzarcoyaDentro del Abrigo Rocoso al interior del Sótano del Barro. El equipo trabaja en subir la cuerda con la que los espeleólogos bajaron al interior del lugar.
Fotografía de Rikky AzarcoyaLos espeleólogos Elizabeth Ponce de León y Carlos Edmundo Cortés inician su descenso al interior del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaEl biólogo Juan Carlos Orraca (vestido de negro) y Víctor, un chico de la comunidad local que colaboró durante todo el proyecto, exploran algunas cavidades dentro del Abrigo Rocoso en el interior del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaEl biólogo Juan Carlos Orraca guarda las muestras que pueda encontrar el interior de unas cavidades de las cavidades rocosas del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaDiana Cortés, médica veterinaria zootecnista del Instituto de Biología de la Universidad Autónoma de México (UNAM) realiza anotaciones sobre las muestras tomadas en el Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaUriel, un chico de la comunidad de Santa María de los Cocos, enciende una estufa portátil para hacer café por la noche.
Fotografía de Rikky AzarcoyaLa Dra. Noemí Matías trabajando en el laboratorio de genética de la UNAM.
Fotografía de Rikky AzarcoyaLa Dra. Noemí Matías (de guardapolvo blanco), es la laboratorista de genética de la UNAM. A su derecha, se encuentra la Dra. Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biólogía de la UNAM. Y detrás, la M.V.Z. (Médica Veterinaria Zootecnista) Diana Cortés de la UNAM, encargada del trabajo de campo durante toda la exploración. Ellas analizaron los resultados genéticos de las muestras tomadas en el Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaLa Dra. Noemí Matías y la Dra. Patricia Escalante hablan de las plumas con las que van a trabajar en el laboratorio.
Fotografía de Rikky AzarcoyaLas pruebas realizadas en el laboratorio con las muestras tomadas en la expedición permitieron determinar el linaje único de las guacamayas verdes del Sótano del Barro.
Fotografía de Rikky AzarcoyaPlumas de guacamayas verdes encontradas en el Sótano del Barro. Se utilizaron como parte de las muestras para realizar el estudio genético en los laboratorios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fotografía de Rikky Azarcoya